CAPITULO 17



CLARENCE




Estaba en mi oficina organizando los bocetos mostrados en las juntas de mi tedioso día. Estaba exhausto. Y lo único que quería era ir por Samadhi para hundirme en ella por un buen de rato. Me fascina. Me fascina el saber que solamente es mía. Me levanto de la silla decidido a ir por mi chica y en cuanto lo hago, la silueta voluminosa y el cabello negro de Stephany aparecen sobre el marco de la puerta.

—¿Qué haces aquí? — le pregunto tajante.

—Discúlpame si te molesto Clar, pero tenemos que hablar — da un suspiro y después continúa. Va vestida de manera informal y casual —. Mi padre ha decidido contratar a Deep Consturctions Inc. Para uno de sus proyectos hoteleros, y yo estoy a cargo de ello.

Enarco una ceja ante sus palabras. ¡Joder! No sé qué pensar. En ningún momento hizo cita ¿O sí?

—Por cierto, mi padre se comunicó con el tuyo y digamos que tu padre también colaborará con su empresa, así que...

¡Lo sabía! Sabía que mi padre me joderia. Después de que mi abuelo me cedió la mayoría de las acciones de Johnson Constructions me dijo que me arrepentiría. ¡Por Dios! Estaba jugando demasiado sucio. Y para colmo tenía que colaborar en mi empresa y en la de mi padre. Me tenso por un momento mientras veo como Stephany toma asiento frente a mi escritorio dejando una montaña de diseños sobre él.

—¿Qué opinas Clar? — como siempre, su seductora voz me saca de quicio. Conozco a la perfección esa voz. Sólo la hace cuando está satisfecha por algo.

—Bien.

Tomo alguno de sus diseños y los visualizo con detenimiento. Son las seis más veinte, y la hora de la cena en casa de Sam se acerca, pero estoy consciente de que no alcanzaré a llegar a tiempo. Decido tomar el móvil y mandarle un mensaje de texto con una explicación breve diciéndole que me he ocupado y llegaré algo tarde, omitiendo de lleno a Stephany. Ocultarle algo más a Sam ya estaba de más. No quería que ella pensara mal. Vuelvo la mirada a los diseños y me doy cuenta que son muy buenos.

—Y... ¿Qué te parece? — pregunta Stephany esperando mi respuesta. El diseño de interiores no es mucho lo mío, es más, lo que me muestra ni siquiera tiene algo que ver con la construcción.

—Son muy buenos Steph — respondo —, pero tú bien sabes que esto no tiene nada que ver con diseños de interiores para el hotel. Lo mío es más la construcción del mismo, pero supongo que eso es algo que veremos tu padre y yo.

—Lo sé Clar, yo sólo quería saber tú opinión, como me la dabas antes. —responde mirándome.

Le doy otro vistazo al resto de los diseños y la halago por ellos. Le hago saber que ya tengo que irme y ella decide marcharse antes que yo sin oposiciones. Cuando lo hace, dejo que pasen unos minutos para no volver a encontrármela, y me marcho del edificio. Lucas ha faltado el día de hoy, y es porque él y los padres de Sara pasarían la tarde en una cabaña para después ir ellos en la noche acompañarnos a casa de Sam.

Al estar ya en el coche, me adentro a la carretera para llegar lo más pronto posible al apartamento. Y cuando lo hago tomo una ducha lo bastante rápido que se pueda para salir a casa de Sam. Estoy inquieto. Y es que la necesidad de devorar la boca de Samadhi me está matando lento.

Salgo de la ducha y recibo una llamada de William. Contesto a la brevedad. Últimamente hemos descendido a todo lo que se ha investigado con el caso de Hanna. Mi padre ni siquiera está enterado de ello, y sé que en cuanto se sepa algo sobre eso explotará de irá. William y yo hemos decido contratar a un investigador conocido de él. No quería aceptarlo, pero William estaba poniendo todo de sí, y mi única tarea era proteger a Sam.

—Will — respondo seco. Más de lo que quería aparentar.

Hemos encontrado la motocicleta — ¡¿Pero qué mierda?!

—¿Cómo? ¿Dónde? — exclamo.

A las afueras del estado, cerca de una cabaña — ¿Una cabaña? —No hay prueba alguna de que alguien la haya dejado ahí, quien la tenía fue muy cauteloso con ello Clar, además, tengo que decirte algo que no te he comentado.

— Ve al grano Cooper, que estas malditas dudas me están matando.

Lo tengo que hacer en persona, lo siento.

El maldito cuelga la llamada, y mi humor cambia repentinamente. Doy un suspiro y termino de vestirme. Demasiadas sorpresas por el día de hoy. Después de unos minutos salgo hecho una furia del apartamento, y en cuanto estoy por aparcar el coche fuera de la casa de Samadhi trato de deshacerme de todos esos pensamientos. Con ella no puedo estar así de vulnerable a cualquier situación. Me estaciono, y bajo del coche. Camino hacia la entrada y un chico con uniforme abre la puerta. Cuando entro, a los pocos segundos de preguntar por Sam, ella aparece en mi visión. Luce perfecta con ese vestido ajustado al cuerpo dejando expuesto su cuello para llenarlo si es posible de húmedos besos. No me había dado cuenta pero las ganas que tenía por poseerla en este preciso momento, eran infinitas.

—Te ves jodidamente sexy, Sol — gruño. Y como no hacerlo, si se ve deliciosamente bien.

Me sorprende cuando se abalanza sobre mí para besarme, y me es imposible no tomarla de la cintura. Mi querido amigo puede despertar en cualquier momento, y con las personas que se escuchan en la estancia, no será grato para ellos verlo. Le digo que el postre va para después, y a duras penas me suelto de ella, pero desafortunadamente ante su cuerpo soy débil.

El carraspeo de alguien nos interrumpe y visualizo a su madre. Charlize dice mi nombre de manera acusatoria y la saludo avergonzado. De verdad que lo estaba. Nos comenta que la acompañemos a la estancia y Samadhi me toma del brazo. La noto nerviosa conforme Falco comienza hablar. Pero lo que hace que exploté Sam, es lo que anuncia su mamá.

—Falco y yo, nos vamos a casar.

Samadhi se pone tensa, y sé que no le ha parecido la noticia. Brad con su impertinencia los felicita. Ella me mira, y yo simplemente no sé que pensar. Si su madre se casa con Falco, seguramente querrá que Sam viva con ella. Siento como mi mirada cambia conforme miro a Sam y ante ese pensamiento que se me acaba de cruzar. Como ella nunca se puede quedar callada, comienza hablar.

—¡Felicidades para ambos! — exclama sin expresión alguna, y me sorprende eso en ella de verdad —Ya que estamos dando sorpresas madre, déjame decirte que me iré a vivir con Clar.

¡Joder! Me quedo boquiabierto, no pensé que ella fuera a dar la noticia en un arranque asi nada más.

Falco rompe la tensión llevándose a sus invitados al comedor. No me lo esperaba en realidad. Estaba a punto de hablar cuando Charlize me interrumpió.

—¿Es una broma? — pregunta su madre sin dar a crédito a ello.

—No, no es, tenemos tiempo planeándolo y lo vamos hacer — responde tajante Samadhi. Está cabreada con su madre.

—Todavía no cumples los 21 años Samadhi y... y ¿Estas embarazada?

—¡Dios mío! ¡No! — exclama Sam. Me quedo boquiabierto, y no sé qué decir ya. Pero tengo que defender lo que ya ha soltado Sam.

—Lo hemos decidido hace tiempo, no habíamos encontrado el momento indicado para comentárselo Charlize — anuncio —. Y bueno, Samadhi se nos ha adelantado ya.

—Pues no me parece la idea...

—A mí tampoco me parece la idea que te quieras casar con Falco madre — interrumpe Sam —, así que ya somos dos.

Veo como se miran entre ellas dos. Me incomoda un poco el estar en esa situación, pero no podía dejar sola a Sam. Falco aparece y se lleva a Charlize al comedor. Mientras yo trato de tranquilizar a Sam. Le tomo de las mejillas y las acaricio con ternura. Esta molesta con su madre, y para ser honesto ni siquiera tengo experiencia en consolar su inconformidad.

—¿Quieres que nos vayamos? — le pregunto, pero niega.

—Tal vez me pasé un poquito.

Suelto una risa y le doy un casto beso en los labios.

—¿Por qué no quieres que tu madre se case con Falco? — pregunto.

Se la fama que tiene Falco, al menos a todo lo que William me ha contado. Desde que ayudó a mi padre a esconder las pruebas que indicaban Hanna había matado a sus padres. Si era capaz de ocultar algo así, no me imagino de que más seria capaz de hacer Falco. Y de un momento a otro concordé con Samadhi.

—Hay algo que no termina de agradarme en él, sabes. — confirma a mi pregunta. —Pero es la persona con la que mi madre desea estar, así que me comportaré de la manera más madura posible y aceptaré su decisión.

—No podía esperar más de ti.

Me sonríe. Y ahora, más que nunca, estoy más que decidido a que Samadhi viva conmigo ya. Pues no era la única a la que no le agradaba Falco como familiar.


(***)


Después de la cena la madre de Sam, Falco y sus conocidos salieron al patio trasero que también estaba decorado con diminutas luces. Sara y Lucas se habían aparecido, mientras William estaba entablaba conversación con Brad.

—Supe que Stephany se apareció a la oficina — anuncia Lucas, y lo escrudiño con la mirada como si le estuviese diciendo que aquí no quería hablar de ello. Al momento entró en razón.

—Para mi mala suerte, sí.

Me comienza a platicar como es que le ha ido durante el día con los padres de Sara, pero sobre todo, me anuncia la sorpresa que les ha dado a los padres de ella. Pues según Lucas, quiere contraer matrimonio con ella, sólo espera el momento indicado para darle la sorpresa. Me sorprendo. No esperaba que Lucas fuese el primero en casarse de todos nosotros, sin embargo, es algo que me alegra.

—¡Felicidades hermano! — exclamo. Samadhi y Sara nos miran de reojo desde el sofá, pero ignoro aquello. Sólo visualizo lo mucho que Sam ha estado bebiendo desde hace un rato.

—Lo sé, estoy nervioso — comienza a decirme —. Aún no tengo idea de cómo se lo pediré, pero el permiso de sus padres ya lo tengo.

Lucas comienza a darme una breve explicación de sus ideas y yo miro a Sam. Lamentablemente Samadhi y yo tenemos muy malas referencias del matrimonio. Los padres de Sara y Lucas hasta donde sé, nunca se han separado, siempre han estado juntos. En cambio los de nosotros, ha sido todo lo contrario a eso. ¿Cómo seriamos nosotros? No se había opuesto a vivir conmigo, eso ya era avance. Pero hablar de matrimonio, era ir más allá.

—Así que, aún no me decido si será en la playa, o será en la cabaña de mi papá...

—Creo que lo importante es que se lo digas, ¿No crees? — le hago saber.

Lucas asiente y sigue hablando, pero mi atención está dirigida solamente a Sam. Después de rato veo como ella se levanta del sofá y sale de la estancia tomando el móvil entre sus manos respondiendo una llamada. Me disculpo con Lucas y voy tras ella.

—Gracias Chris, lo mismo te deseo a ti.

La sangre me hierve cuando la escucho decir eso. Esta de espaldas ante a mí. Espero a que cuelgue la llamada y en cuanto da media vuelta se sobresalta.

—¿Chris? —suspira.

—Sí, me ha llamado para desearme una feliz velada Clarence.

Miro mi reloj de mano que marca las once menos diez.

—¿Hablan seguido? — pregunto. Enarca una ceja y me responde.

—No Clar, no hablamos — responde tajante, le ha molestado mi pregunta —. Pero si así fuera, no tiene nada de malo, es un amigo y ya...

—Un amigo que te quiere follar Sam — digo entre dientes. Su respuesta me ha cabreado —¿Qué no te das cuenta que es eso lo que él quiere?

Hace un gesto que en otra situación me hubiese parecido gracioso, pero en ésta no. Suelta un bufido y vuelve hablar.

—Deberías tranquilizarte Clarence, que yo a él no me lo quiero follar.

Estoy a punto de responderle aquello, pero me deja con la palabra en la boca y vuelve a la estancia con Sara. Cuando dan las doce en punto Sara y Lucas se marchan. William y Brad se habían ido hace tiempo, y yo me volvía a quedar con Sam, quien caminaba tambaleándose gracias al alcohol. Lo gracioso era que Sara, estaba exactamente igual a ella.

—Vayamos a nuestro apartamento.

Se acerca Sam provocándome con una sensual voz. Al momento reacciono, y lo único que quiero es hundirme en ella después del desagradable rato que me hizo pasar hace menos de una hora. Quería estar con ella a solas. Rodea mi cuello y me planta un beso que no puedo negarme a responder. Su madre y Falco aún están ocupados y me aprovecho de la situación.

Salimos a la fría noche y me doy cuenta que Samadhi no lleva abrigo, me quito la americana y se la pongo sobre los hombros. Se abraza a ella y aspira el aroma que seguramente le gusta. La ayudo a que se suba al coche, cierro la puerta y me encamino a la del piloto. Enciendo el motor y arranco para dirigirnos al apartamento. Sin duda alguna está ebria.

—Detente — susurra mirándome después de un rato.

Me desconcierta su petición, y le digo que ya estamos por llegar. Cuando llegamos al edificio, estaciono el coche. Afortunadamente el lugar asignado para estacionar mi coche es subterráneo. Apago el motor, y me sorprende la manera y determinación en la que Samadhi se quita el cinturón de seguridad y se abalanza encima de mí.

—Te deseo Clar — susurra en mi boca, y mi excitación aparece de inmediato.

—¿Ansiosa Sol? — le pregunto, y asiente con la respiración agitada.

Sin pensarlo la tomo de las mejillas y comienzo a besarla con rudeza. Estaba frustrado por su jodida impertinencia y la manera en la que me responde como si no sintiera celos del imbécil de Christopher. Levanto el dobladillo de su vestido y a cómo puedo se lo quito dejándola expuesta ante mi mirada lasciva, embelesada y cautivada por su belleza. La ropa interior de encaje a juego en color negro me derrite cuando la veo, las medias que lleva puestas a medio muslo hacen que quiera saciarme de ella justo en este momento. Desabrocha los botones de mi camisa con sensualidad y la miro a los ojos. Las pupilas dilatas y el deseo que desprendemos uno al otro es impresionante. Unimos nuestros labios y comienzo a besarla. No con delicadeza. Esparzo besos húmedos por todo su cuello y suelta un gemido en mi oído cuando la voy mordiendo después de eso. Me muero por tenerla ahora mismo. Le desabrocho el sostén dejando sus senos libres a mi visión. Los tomo entre mis manos y después con mi lengua hábil rodeo cada uno de sus pezones erguidos gracias a mis caricias y sólo me dedico a escuchar como lo disfruta con sus gemidos. Araño con rudeza su espalda, pues ahora que la tengo encima de mí, frota su intimidad con mi masculinidad creciente en espera de recibirla solamente a ella.

—Solamente eres mía Samadhi — gruño, y sigo mordiendo y dejando besos en sus senos.

La deseo. Deseo hacerla mía. Me las ingenio para desabrocharme el pantalón y me lo bajo con agilidad hasta el suelo. Samadhi sin dudarlo toma mi fiel amigo y por primera vez la siento. Siento su húmeda intimidad, y la sensación me vuelve loco. Comienza a abalanzarse una, y otra, y otra vez encima de mí mientras yo masajeo su trasero con mis manos y hundo mi rostro entre sus pechos saciando mi necesidad de su cuerpo. Los gemidos que emitimos me ponen aún más duro, y la tomo de la cintura para embestirla con rudeza. Enarca la espalda dejando a mi visión su delicioso cuerpo y comienzo a tocar el punto latente de su intimidad dando suaves caricias en pequeños círculos alrededor mientras sigue saltando encima de mí. Las paredes de sí misma se contraen, y gracias a lo apretado que está provocan que llegue al éxtasis. Siento como Samadhi se corre y emite un gemido en mi oído que me vuelve loco, y eso me basta para terminar en ella. La sensación es placentera y dejo una mordida en su hombro.

Nuestras respiraciones entrecortadas, tratan de estabilizarse. Sam coloca su cabeza en mi pecho desnudo y le acaricio la espalda. Su piel suave y perlada esta empapada de sudor, al igual que yo. Los vidrios empañados no me dejan ver al exterior, y doy gracias que estemos en el estacionamiento subterráneo. Salgo de ella y los dos comenzamos a cambiarnos.

Me inquieta. Me inquieta demasiado que siga teniendo contacto con Ladera. Reviento de celos por ello. No me gustaría prohibirle nada, porque sé que ella es una mujer independiente de sí misma, pero los malditos celos me ganan. Vuelve a sentarse en el lado del copiloto, y salgo del coche para abrirle la puerta y nos encaminemos al apartamento. Se mantiene en silencio hasta que llegamos al mismo. Sin decir una palabra se dirige a la habitación y la sigo, viendo como vuelve a quitarse la ropa con descares frente a mí. Me fascina que tenga esa confianza conmigo. Que tenga confianza en su cuerpo, porque para mi visión es completamente bello.

Me recargo en el marco de la puerta y observo cada uno de sus movimientos. Como aún no hay ropa de ella en el armario, toma una playera blanca y se la pone. Se recuesta en la cama, y le da unas palmadas indicándome que vaya con ella acostarme. Sonrío ante eso. Me quito la ropa dejando sólo mis calzoncillos puestos y me subo encima de ella.

—Luces preciosa con mi playera puesta — le digo, dejando un reguero de besos en el puente de su nariz.

—Todo lo tuyo se me ve mejor a mí.

Por supuesto que si Sam. Vuelvo a besarla aun estando encima de ella. Al parecer el efecto del alcohol a pasado, pues su mirada ahora es diferente.

—No hemos estrenado la ducha del apartamento — dice con una sonrisa picarona y mordiéndose el labio.

—Siempre hay una primera vez para eso. — Respondo.

Sam asiente y los dos nos encaminamos a la ducha...



No puedo dormir. Abro los ojos y veo a Samadhi quien sí duerme plácidamente. Miro el reloj que tengo a un lado de la lámpara y éste último marca las cinco de la mañana. Por alguna extraña razón he despertado a ésta hora en sábado. Contemplo con la mirada a la mujer que tengo a mi lado, y ese sentimiento de pérdida aparece. Desde que regresamos Sam y yo había dejado de sentirlo, pero una presión en el pecho hace que vuelva.

Acaricio su cabello con delicadeza. Allá afuera aún abunda la oscuridad, y me entran unas ganas terribles de ir a despejarme un rato, pero no lo hago. No la quiero dejar sola sabiendo que alguien más la observa. Mi móvil suena, y un mensaje de William aparece en la pantalla diciendo que esta por subir a mi apartamento. Lo respondo a la brevedad antes de que llame y despierte a Sam.

Me levanto de la cama con suavidad. Y menos de unos segundos me encuentro en la estancia. Abro la puerta y William entra.

—¿Qué ocurre? — pregunto.

—¿Y Sam?

—Está dormida — voltea a todos lados buscando seguramente la habitación —, he cerrado la puerta de la habitación.

William camina por la estancia y mira hacia afuera por el ventanal. Su semblante es serio.

—¿Sabías que Hanna conocía a Christopher Ladera? — pregunta.

—No, aunque... si lo llegué a ver en el funeral — contesto —, lo vi a lo lejos, como si no quisiera que alguien más lo viera.

Lo recuerdo.

—Ellos dos tuvieron una relación antes de mi Clar — enarco una ceja y quedo plasmado —, me lo ha contado Brad.

—¿Brad?

—Si, hemos peleado y se le ha escapado decirme que Hanna no era sincera conmigo y un montón de mierda más — explica devastado.

Sabía de sobra que Hanna no era sincera del todo con nadie. Ni siquiera conmigo. Pero respetaba sus decisiones. Sin embargo, el que Brad quisiera manchar el nombre de mi hermana, me hizo enfurecer.

—¿Y le crees al imbécil Will? Ambos sabemos cómo es de manipulador

—Lo sé, ¡Joder! — exclama entre dientes masajeándose las sienes. Después, toma asiento en un sofá colocando los codos sobre sus rodillas —Hay algo que tienes que saber.

—Al grano Cooper, que no se me olvida que me traes como imbécil dándole vueltas a tus recuerdos.

Extendió su brazo derecho con el móvil en su mano. Lo que vieron mis ojos me derrumbo. El terror se apoderó de mí, que lo único que queria hacer era regresar a la cama con Samadhi y quedarme ahí con ella si era posible hasta la eternidad. Le arrebaté el móvil para visualizar con detenimiento la fotografía que William había tomado.

—¿De dónde mierda salió esto? — sentía el corazón desbocado que apenas si pude articular esa pregunta. Le devolví el móvil.

—Las hemos encontrado en la motocicleta de Hanna, Clar, esa motocicleta que estuvimos buscando todo este jodido tiempo, aparecieron ahí en una caja — se detuvo por un breve instante —Ya se la ha llevado Wilson, el investigador para verificar si hay huellas de la persona que puso eso ahí.

Me quedé callado recostándome en el sofá.

—Tengo que irme, pero cualquier movimiento del que estés consiente, no dudes en reportármelo, que yo no pienso parar.

Escuche los pasos de William dirigiéndose seguramente hasta la puerta. Después de eso solo me percaté de que ya se había ido. Me levanté del sofá y ahí estaba Sam. Contemple como su pecho subía y bajaba cada determinado tiempo al respirar. No lo pude evitar. Fui hacia ella y comencé a besar su hermoso rostro. Hizo una mueca de disgusto y abrió con lentitud los ojos.

—No te han dicho que es de mala educación despertar a las personas de su sueño...

—Te amo Sam — ensanchó una sonrisa. Dio un suspiro y me abrazó para después dejarme caer sobre ella.

—Y yo a ti Clar. Te amo con tanta fuerza que siento a mi corazón explotar.

Sus palabras me calan y llegan hasta mi jodida alma vagando en el terror que siento ahora mismo. Y es que con tan sólo recordar lo que han visto mis ojos hace que mi mente y mi cuerpo sienta la necesidad de ir por el maldito que provocó la muerte de mi hermana y ahora quiere irse por Sam. La abrazo a ella y vuelvo a sentir su respiración normal. Se ha quedado dormida ya. Sin embargo, la imagen que me ha mostrado Will sigue rondando en mi mente, pues en ella se encontraban unas fotografías de Samadhi dormida semidesnuda en su cama, paseando por el centro comercial y andando en el colegio sola. Me hacen sentir el temor que nunca había sentido. 




¡Doble actualización semanal!

Espero les haya gustado. Los climas cálidos como el de hoy me inspiran 😍

¡Les amo infinito! 



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