𝟎𝟎𝟏.
EL PRIMERO DE SEPTIEMBRE POR FIN HABÍA LLEGADO, lo que solo podía significar una sola cosa. El regreso a clases, así que ahora Kayla se encontraba feliz hablando con sus amigos afuera del tren, un nuevo año escolar estaba por comenzar, su último año en realidad.
Tenía tantos planes sobre las cosas que haría en cuanto pusiera un pie en el tren, tantos planes sobre como organizaría sus tiempos para comenzar a asistir a clases extras de cuidado de criaturas mágicas, tantos planes sobre la manera en la que disfrutaría ese último año.
Y aunque emocionalmente aún no se encontraba bien (ya que existían días en donde aún lloraba por James), gracias al apoyo de sus amigos, trataba de encontrar la fortaleza para volver a ser la Kayla de siempre.
Cuando Kayla llegó al andén 9¾ sintió varias miradas sobre ella, cosa que claramente no era para menos. Su cabello rojo se encontraba perfectamente alaciado y con un brillo impecable que hacía que su belleza resaltara.
— Hola Kayla...— saludó un chico con quien la chica compartía algunas de sus clases— Estás... estás muy preciosa... te queda el cabello rojo
— Gracias— agradeció la chica con una delicada sonrisa y continuando con su camino en compañía de sus padres
Los O'Connell sonrieron al ver como su hija parecía sentirse un poco mejor cada que escuchaba halagos sobre su nueva apariencia. Sin duda ellos lo que más deseaban era volver a ver esa chispa de alegría en Kayla, cosa que poco a poco estaban logrando.
— ¡Mamá Victoria, papá Scott!— gritó con emoción Adara al ver a los padres de su mejor amiga acercarse— ¡Si vinieron, si vinieron!
— No podíamos dejarlos ir a su último año de clases sin desearles la mejor de las suertes— contestó Scott abrazando a la rubia— Nuestra pequeña los conoció en ese tren hace ya 6 años y en todo este tiempo, los tres también se volvieron parte de nuestra familia
— Adoptenme señores O'Connell— decía Adara sin soltar a Scott— Yo también quiero vivir el sueño de tener unos padres cariñosos como ustedes
— La verdad es que comenzamos siendo amigos de Kayla, pero después les agarramos mas cariño a ustedes que a ella— exclamó Damon riendo y siendo mirado de mala manera por Kayla
— ¿Por qué sigues siendo mi mejor amigo?— preguntó Kayla
— Porque me adoras y no sabrías que hacer de ti sin mi adorable y perfecta presencia— sonrió Damon ahora abrazando a Victoria O'Connell— Por cierto, mi madre les manda saludos. Solo vino a dejarme y se fue porque debía trabajar, pero dice que pronto irá a verlos para tomar café
— Estaremos ansiosos de verla— sonrió Victoria
— Si, si, si. Yo también quiero un abrazo, me toca, me toca— habló Aria abrazando también a Victoria— Mis padres fueron por una última cosa, pero ahorita vienen para saludarlos
Kayla sonreía al ver la manera en la que sus padres aceptaban a su grupo de amigos, era como si todos se juntaran para formar una muy bella familia. Una familia por la cual Kayla haría cualquier cosa, solo para mantenerlos a salvo.
Algunos minutos después, los padres de Aria también llegaron con el grupo.
Todos conversaban sobre cosas triviales en lo que esperaban que diera la hora de salida. Momentos mas tarde, los padres de Kayla y Aria, tuvieron que despedirse de sus hijos, tanto los biologicos, como los adoptivos.
Les dieron un muy fuerte abrazo, les desearon la mejor de las suertes y besaron sus frentes.
— Pórtate bien, tejoncita— le sonrió Scott a su hija— Se buena y cualquier cosa que necesites, no dudes en escribirnos. ¿De acuerdo?
— Si papá, los amo demasiado— dijo Kayla abrazando fuertemente a sus padres— Los voy a extrañar mucho, pero prometo escribir una vez por semana como mínimo
Kayla, Adara, Aria y Damon se quedaron a solas. Todos tomaron sus respectivos baúles y comenzaron a caminar para llegar a la puerta del tren poe la que deseaban entrar para llegar a su lugar favorito.
— ¿Ya decidieron con exactitud que harán al término de Hogwarts?— preguntó Aria a sus amigos
— Seré un auror— sonrió Damon— Alguien debe protegerlas
— Creí que serías maestro— dijo Adara extrañada
— O podría ser también uno, no lo sé. Ambas opciones son muy buenas para mi, de cualquier manera tomo materias para ambas opciones— dijo Damon levantando sus hombros
— Seré magizoologa igual que mi padrino Newt— sonrió Kayla
— Lo mas seguro es que acabe desheredada por parte de mi familia, así que seré medimaga— contestó Adara— Con eso de que el idiota de mi hermano se casó con Narcissa Black, no tardan en comprometerme con alguien, lo que significa que será el momento para huir de casa
— Yo esperaba que me mantuvieras con tu fortuna— dijo Aria cruzandose de brazos— Adiós plan de vida
— Aria...— dijo Damon
— No cierto, yo seré fabricante de varitas— sonrió Aria— Quiero ser una aprendiz de Olivander, yo seré la tía cool que les hará sus varitas a sus sobrinos
Todos siguieron conversando sobre cuales serían sus futuras profesiones, el grupo de amigos se sentían emocionados por lo que el futuro les tenía deparado, pero al mismo tiempo nostálgicos de saber que sería su último año juntos en el colegio.
Por otro lado, mientras ellos conversaban sobre toda la clase de cosas que harían en el futuro, Remus Lupin y Peter Pettigrew esperaban a sus amigos James y Sirius, quienes venían tarde debido a que el chico de lentes seguía tomando un baño (cosa que claramente, los primeros dos, desconocían).
— ¡Cornamenta, sal de pinche baño!— gritó Sirius golpeando la puerta— ¡Si perdemos el tren te juro que te mato!
— ¡No molestes Canuto!— contestó James secando su cuerpo con una toalla— Mi belleza toma tiempo
— ¡Ya estás culero, no importa cuantos baños tomes!— dijo Sirius molesto— ¡Mamá Euphemia amenaza con sacarte a chanclazos del baño y te aseguro que no te voy a defender, hasta lo voy a grabar!
James rodó los ojos y salió del baño fastidiado.
— Ni un baño agusto puedo tomar— dijo James de malas
— Te mamaste Cornamenta, ¡El tren sale en media hora!— exclamó Sirius— ¡Y tú como si nada!
— ¡James Fleamont Potter, si no estás dentro de la chimenea en 10 minutos te quedarás en casa todo el año!— gritó Euphemia Potter
James tuvo que apresurarse, Sirius estaba listo en la sala junto a todas las maletas.
— Por favor no se metan en problemas, es el último año— le decía Euphemia a Sirius— No hagan que los expulsen
— Haremos lo que podamos— sonrió Sirius
— También entregale esto a Kayla— dijo Euphemia dándole un paquete a Sirius— Dile que entiendo si no quiere saber mas de nosotros pero que siempre será bien recibida en casa
Kayla había conocido a los Potter la navidad pasada, Euphemia y Fleamont amaron a la chica, sintieron que era la indicada para su hijo, no esperaban que la relación tuviera ese final y tan pronto.
Sirius asintió, le dio un último abrazo a Euphemia, le brindó una gran sonrisa, para finalmente, tomar el paquete. Volvió a revisar su equipaje, ya todo estaba en orden, solo faltaba James, el cual ya bajaba con el cabello escurriendo.
— ¡Por fin!— dijo Sirius— ¡Estaba empezando a creer que tendríamos que llegar al colegio en el autobús noctámbulo! ¡Mueve tu trasero James, perderemos el tren!
Los Potter y Sirius aparecieron cercanos al andén 9¾, todos corrieron para evitar mas retrasos, cuando por fin atravesaron la plataforma Euphemia y Fleamont Potter se encargaron de despedirse de su hijo y de su hijo adoptivo (Sirius).
— Ya se lo dije a Sirius y ahora te lo repito a ti, no vayan a meterse en problemas— le dijo Euphemia a James— Disfruten su último año, los veremos en navidad
— Te quiero mamá— le dijo James
— Yo también te quiero hijo— le dijo Euphemia abrazando al chico
Después de lo que fue una emotiva despedida entre todos, Sirius y James se encargaron de llevar su equipaje con el resto, estaban emocionados por lo que este año les deparaba, su último año.
— Por un momento creí que llegarían hasta mañana— dijo Remus abrazando a Sirius
— Culpa de James— respondió Sirius— Yo creí que se había quedado atorado en el baño
Los merodeadores siguieron conversando, pero James dejó de prestar atención, su mirada estaba concentrada en una pelirroja que estaba de espaldas, su cabello estaba totalmente lacio, perfectamente peinado, el rojo brillaba de una manera maravillosa.
Algo dentro de él hizo que su corazón latiera de una manera que creía jamás haber sentido.
La imagen de aquella chica parecía brillar como si de esta naciera una especie de brillo celestial que lograba capturar la atención de cualquiera que tuviera la fortuna de verla
— James, reacciona— dijo Remus pasando una mano frente a su rostro
— Si Cornamenta sigue con la boca abierta y se le mete una mosca me voy a reír demasiado— dijo Sirius
— Lo siento— se disculpó James— Es solo que se ve... preciosa
— ¿Quién?— preguntó Peter
—Aunque si les soy sincero, no recordaba que el cabello de Lily fuera tan rojo— dijo James viendo atontado a una pelirroja que estaba de espaldas— Y se cortó el cabello, me encanta como luce, es tan perfecta
—No seas pendejo— le dijo Sirius dándole un zape a su amigo— Esa no es Lily, esa es Kayla
— ¿Qué?— preguntó sorprendido James
— ¿Aria ya te pegó usar sus groserías mexicanas, cierto?— le preguntó Remus a su amigo pelinegro entre risas
— Es que no encontré otra palabra que reflejara su idiotez— contestó el pelinegro alzando los hombros
— Pero que bueno que la viste porque necesito darle algo, así que esperen— dijo Sirius con la caja que le había dado Euphemia en la mano— ¡No se vayan a subir al tren sin mi!
Kayla, Kayla, Kayla. El nombre parecía resonar en su mente como si se tratase de un disco rayado que no parara de repetir aquel nombre.
Había ciertas imágenes borrosas en su mente sobre lo que parecían algunos recuerdos a un lado de la ahora pelirroja, pero en ninguno, la chica tenía el cabello de ese color.
— Esa... esa no puede ser Kayla— dijo James sorprendido
— En caso de que fuera Lily ¿Desde cuando le habla a Aria, Adara y Damon?— preguntó Remus mirando extrañado a su amigo
James lo pensó, tenía razón, Lily no hablaba con ninguno de ellos, al menos no lo suficiente para mantener una conversación con alguno.
— ¿De que demonios me perdí? Yo dejé a Kayla siendo rubia— dijo James tratando de ver el rostro de su ex
— Hace unas semanas se pinto el cabello, le queda bien ¿No?— preguntó Peter— Cuando la vimos también nos quedamos sorprendidos
— ¿Cómo que cuando la vieron?— preguntó James
— La fuimos a ver en vacaciones— sonrió Peter— Fuimos en el mejor momento, Aria nos dio tamales
James iba a contestar pero en ese momento Sirius hizo que Kayla volteara, efectivamente, la pelirroja que observaba atontado resultó ser su ex novia.
Se veía tan preciosa, jamás imaginó ver a Kayla con ese color en su cabello, pero sin duda debía admitir que le quedaba increíble.
— ¿Es en este momento en que James se arrepiente de dejar a Kayla?— le susurró Peter a Remus
— Dale unas cuantas semanas, si te das cuenta, James no es el único que la está mirando— le respondió Remus
Y era cierto, varios chicos miraban asombrados a la Hufflepuff, ella ya era bella, nunca fue un secreto, era solo el hecho de que su nuevo color de cabello lograba aumentar su belleza.
— Se ve hermosa— sonrió James viendo reír a la chica— ¿Sabrá que se ve preciosa?
Hubo un enorme sentimiento en el interior de James al pronunciar esas palabras, algo que se encargaba de llenar su pecho de alegría y paz. La simple (pero maravillosa) imagen de Kayla, realmente era de las cosas mas hermosas que él había podido ver en su vida.
— Si no lo sabe, estoy seguro que varios chicos se lo harán saber— dijo Peter riendo
James volteó y vio como varios chicos babeaban por la Hufflepuff, cosa que provocó un extraño sentimiento dentro del Gryffindor.
Se sentía demasiado confundido ante todos esos extraños sentimientos.
Adoraba ver a Kayla, Adoraba su nueva imagen, sentía su corazón acelerarse de maneras que no sabía eran posibles, su sonrisa parecía hacerse enorme cada que la pelirroja también sonreía.
Y fue cuando James se detuvo por unos instantes para pensar...
Si Kayla le hacía sentir toda esa clase de cosas... ¿Por qué había terminado su relación con ella?
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