O39 ▬ the kingdom
🧬 RIDE OR DIE !
thirty—nine; el reino
Las puertas de Hilltop se abrieron, dando paso para entrar a la comunidad. Me separé de Carl al ver a Enid correr hacia mí. Ella me envolvió en sus brazos una vez que estuvimos en una distancia considerable. Nos separamos cuando sentí la mano de Carl tocar mi hombro, él también abrazó a Enid.
También me acerqué a abrazar a Sasha.
Caminé hacia Maggie y la abracé, escondiendo levemente mi rostro en su pecho. —Estamos bien —murmuró una vez que nos separamos —. Todos estamos bien —se hizo a un lado, dejando ver a ambos Dixon.
Carl al ver a Vik salió corriendo a abrazar a su mejor amigo. Salí corriendo hacia ellos y me lancé a abrazar a mi amigo cuando él y Carl se separaron. —Te extrañé tanto, Vik.
Él se separó levemente de mí y depositó un beso en mi frente, para después volverme abrazarme. Sequé las pocas lágrimas que habían salido al sentir unos brazos más grandes rodearnos a ambos, sonreí al ver a Daryl.
Miré a Enid y ella me veía de la misma manera. Con las lágrimas acumuladas en sus orbes verdes y una pequeña sonrisa plasmada en sus labios.
El grupo había entrado para hablar, más bien, para hacer que Gregory entendiera la situación en la que nos encontramos.
Ellos entraron, pero yo no. Realmente no quería enojarme por eso, aunque será inevitable no hacerlo.
Suspiré, apoyando mi mentón sobre mis rodillas. La tierra húmeda manchaba mi pantalón, pero no importaba, después de tantos días he podido llegar a sus tumbas. No quería verlas, pues eso me mantenía en la realidad y me hacía saber que no era un mal sueño, era una realidad y ellos están muertos. Ya no van a volver.
Y esa realidad es muy difícil de afrontar.
Cuando ellos vivían, sabía que en cualquier momento iban a morir, pero nunca estaría preparada para eso. Ni mucho menos estaba preparada para verlos morir enfrente mío y ambos la misma noche. Nadie estaba preparado para perderlos.
Supongo que así es la vida de ahora.
Después de estas semanas que han sido un infierno para todos, ocurrió algo bueno; Daryl y Vikram regresaron a casa. Y la situación de Carl es linda, todo lo que siento por él es tan lindo, Carl siempre estaba ahí cuando más lo necesito, aunque eso no quiere decir que me aterra. A pesar de todo, a pesar de que él este aquí, sigo temiendo por su vida y por la de todos.
Años antes de encontrarnos con Glenn y Tara, teníamos un grupo bastante grande para ser verdad. Todos murieron para traer a Eugene hasta Washington, la mayoría por caminantes... Josephine y Warren no fueron la excepción y supongo que desde ahí surgió la idea de que en el amor siempre se muere uno. Y ya me lo habían hecho saber más de una vez.
Warren fue a una expedición que lamentablemente no regresó, Josephine no soportó perderlo y en la noche, cuando todos dormían, desapareció. Días después la encontramos colgada en un árbol.
El amor te hace hacer locuras.
Y mi pregunta es ¿Hasta dónde podré llegar por Carl? La verdad, no tengo ni idea. Todos los que me rodean terminan muriendo, y sé que Carl lo hará en algún momento y me da pánico, ¿cómo se supone que viva sin él?
—¿Por qué el amor es tan complicado, papá? —murmuré, escondiendo mi cabeza entre mis rodillas.
Resoplé para evitar que las lágrimas salieran. Ambas tumbas estaban decoradas con globos verdes y unos pequeños ramos de flores encima de las rocas. Con las yemas de mis dedos toqué las cruces donde se encontraba el nombre de ambos tallados con un cuchillo. Probablemente lo hizo Sasha.
—Sé que te fuiste preocupado, Glenn... Están bien. Los tres. Todos estaremos bien, Glenny, con el tiempo nos acostumbraremos a su ausencia, eso no quiere decir que no duela... Lamento lo que les pasó. No lo merecían —sorbí mi nariz —. Los extraño. Lo hago todo el tiempo.
Inhalé aire para calmar el posible llanto que veía venir. —¿Saben? Tenían razón, en todo... Glenn, si estoy enamorada de Carl, más de lo que me gustaría, incluso ya lo hicimos oficial, aún es raro pero no me quejo. Cómo me gustaría que estuvieran aquí.
Unos minutos después decidí ponerme de pie, si sigo aquí, lo más probable que no me levante en las próximas horas pero también quiero pasar tiempo con mi familia... mi familia viva.
Fruncí el ceño algo confundida al escuchar demasiadas voces en la entrada del museo. Todos estaban dispuestos a hacer algo, pues hablaban diciendo que estaban listos, yo no sabía nada así que no me metí en el tema.
Caminé hacia Carl, él al verme me sonrió y tomó mi mano. Mi novio apoyó su espalda en la pared, a la vez que me abrazaba por atrás, apoyando su mentón en mi hombro. La diferencia de altura era notoria, soy algo pequeña a su lado.
El ojiazul dejó de abrazarme, entrelazó nuestras manos y comenzamos a caminar detrás del grupo.
Al parecer, Gregory se negó rotundamente a que la gente luche por su hogar. Era obvio que al unir ambas comunidades éramos más fuertes pero no los necesarios. Al menos necesitamos más gente, u otro grupo. Eso dijo Rick y tiene toda la razón.
—Es hora de que conozcan a Ezekiel. Al rey Ezekiel —habló Jesús llamando nuestra atención.
—Tengo muchas preguntas. Número uno: ¿Rey? ¿Acaso estamos en Juego de Tronos? —vaya que si extrañaba el humor de Vikram —Pregunta dos: Porqué ellos están con las manos entrelazadas, ¿es en serio que nadie va a hablar de ello? ¿Cuánto me perdí?
El Reino, así se hace llamar aquella comunidad. Nos abrió las puertas, después de despojarnos de nuestras armas. Los niños corrían de un lado a otro, crecían cultivos en cubetas, llantas, entre otros objetos que podían servir como macetas. Las personas se paseaban por todo el lugar, e incluso había un grupo de chicos entrenando.
Esto me recordaba a la primera vez que vi a Alexandria. Ese sentimiento de cálidez, y un lugar al que puedes llamar hogar.
La sorpresa que nos llevamos cuando vimos a Morgan allí.
Uno de los hombres que nos recibieron regresó a informar que el rey estaba dispuesto a recibirnos. Lo seguimos hasta llegar a las puertas de un teatro. Él abrió la puerta, dándonos paso para entrar.
Nos quedamos en silencio al ver al inusual animal que tenía el rey de mascota.
Sí, bueno, no es normal ver a una persona con un tigre de mascota.
—¡Wow! —exclamó Vikram en un susurro con cierto brillo en sus orbes verdes —¿Puedo acariciarlo? ¡Quiero acariciarlo! ¡No puedo morir hasta que acaricie a ese precioso!
Vik corrió directo hacia el escenario como si fuera un niño chiquito en el zoólogico, Daryl fue corriendo detrás de él para evitar que el ojiverde termine devorado.
Si no muere por algún caminante o bala, morirá por un tigre. Qué tragedia.
El rey y Jesús comenzaron hablar pero seguramente nadie les puso atención, pues todos seguíamos procesando el hecho de que tiene a un tigre a su lado como si de un gatito se tratara.
—Claro. Olvidé mencionar...
Rick interrumpió al castaño. —Sí, un tigre.
Él sonrió apenado y volvió a darse la vuelta para continuar hablando con el rey. —Él es Rick Grimes, líder de Alexandria, y ellos son parte de su gente.
—Sean todos bienvenidos al Reino, buenos viajeros —habló con alegría.
Carl agarró con más fuerza mi mano cuando el tigre rugió.
Vaya, si Daenerys tuvo dragones, ¿por qué no tener un tigre? Vida es una.
—¿Qué los trae a nuestras bellas tierras? ¿Por qué solicitaron una audiencia con el rey?
—Ezekiel... Rey Ezekiel —se corrigió Rick al instante —. Alexandria, Hilltop y El Reino. Nuestras tres comunidades tienen algo en común. Todas servimos a los Salvadores. Alexandria ya los enfrentó una vez, y ganamos —¿pero a qué precio? —. Creímos estar a salvo, pero entonces no sabíamos lo que sabemos ahora. Derrotamos solo un puesto de avanzada. Usted tiene un acuerdo con ellos, los conoce. Así que saben que se imponen a fuerza de violencia y terror.
El rey miró a Jesús con el entrecejo fruncido. —Su majestad, si les hablé del...
Lo interrumpió de inmediato. —El acuerdo con los Salvadores es un secreto para mi pueblo, por una buena causa. Te hicimos partícipe del secreto cuando nos hablaste de las fatigas de Hilltop, pero no pensamos...
Jesús alzó la voz para interrumpirlo. —Podemos ayudarnos unos a otros.
—No interrumpas al rey —amenazó un hombre corpulento.
Mi vista se dirigió al rubio que estaba a lado del rey. El muchacho, probablemente, sea mayor que yo por un par de años. Cruzamos miradas, él me veía con su entrecejo fruncido. Aparté mi vista de la de él, para volver mi atención a la discusión.
—Confiamos en ti. ¿Por qué nos traicionaste?
—Porque quiero que escuche los planes de Rick.
El rey miró a Grimes. —¿Y que planes tienes tú, Rick Grimes de Alexandria?
—Venimos a pedirle al Reino, a pedirle a usted, que luche con nosotros contra los Salvadores, que luche por la libertad de todos.
—Lo que pides es muy serio.
Michonne caminó hasta donde se encontraba Rick. —Los Salvadores mataron a varios de los nuestros, personas buenas, de una forma brutal.
—¿A quiénes? —preguntó Morgan.
Agaché la vista al sentir mis ojos picar.
—A Abraham. A Glenn —sentí los brazos del ojiazul rodear mis hombros en un cálido y reconfortante abrazo —. A Spencer, a Olivia. Se llevaron a Eugene.
Vik carraspeó levemente, llamando nuestra atención. —Nos secuestraron a mi papá y a mí. A él lo trataban como un esclavo y a mí, Negan me obligaba decirle papá... Quería que le dijera papá, sabiendo que asesinó a los padres de mis amigas, a mi familia a golpes con un bate de béisbol. Me obligó a ver las fotografías de sus cráneos destrozados cuando me negaba a hacerlo. Me torturó psicologicamente, y no solo a mí. A papá, a Rick, a todos... Ambos pudimos escapar con la ayuda de Jesús, pero cada segundo que estámos aquí afuera, corremos peligro.
El brillo que tenían sus ojos se desvaneció en un segundo, convirtiéndolo en un verde opaco. Cada palabra que salía de su boca era como una apuñalada. Todo lo que sufrió con Negan, no puedo ni imaginarlo. No quiero imaginarlo.
—Además aterrorizó a Hilltop, dejó entrar caminantes solo para dar un mensaje —murmuró Sasha.
—Yo creí que el acuerdo era tolerable. Muchos creímos lo mismo. Pero eso está cambiando. Así que cambiemos el mundo, majestad.
—Quiero ser sincero sobre lo que pedimos —suspiró Rick —. Mi gente es fuerte, pero somos pocos. No tenemos armas... No las suficientes, al menos. No tenemos muchas armas.
—Nosotros tenemos gente —habló el hombro de la entrada, cuyo nombre creo que es Richard —. Y armas. Si atacamos primero, juntos, podemos vencerlos. Su majestad, no sigamos esperando que esto empeore hasta que no podamos resolverlo. Pongámosle fin. Este es el momento.
Él asintió levemente. —Morgan, ¿tu opinión?
—¿La mía? —preguntó el moreno, el rey asintió —. Se perderán vidas. Muchas vidas, y no solo de los Salvadores. Si existe otro modo, debemos hallarlo. Quizá la clave sea solo Negan. Podemos capturarlo y encerrarlo. Quizá...
Morgan miró a Rick. El señor Grimes negaba con la cabeza. Eso no funcionaría, si capturamos a Negan, los Salvadores van a atacar primero y terminará con todos muertos.
El rey Ezekiel se puso de pie. —Se hace tarde. Rick Grimes de Alexandria... le has dado al Rey mucho para meditar.
Salimos del teatro una vez que Rick terminó de contar el cuento que su madre le relataba de pequeño.
—Parece que estoy en Juego de Tronos—murmuró Vikram mientras miraba el alrededor de todo el lugar —¿Crees que el Rey acepte?
Me encongí de hombros, recargando mi cabeza en el hombro de Carl.
Ambos nos miraron con el ceño fruncido, se vieron entre sí para volver su vista a nosotros. —¿Seguirán ignorando el hecho de que estamos aquí? —preguntó Enid con sus brazos cruzados —Me confunden más que algebra. Digan de una vez que son novios o Carl, juro que Nydia terminará siendo mi chica. No, de hecho ya es mi chica, solo que te la presto un ratito.
—Nuestra, Enid, nuestra chica —corrigió Vik, dándole un leve golpe en su cabeza.
Solté una risita a la vez que Carl me abrazaba por la cintura. —Qué pena chicos, nuestra relación ya es oficial, ¿verdad, linda?
Asentí con una pequeña sonrisa.
Los chillidos de nuestros amigos inundaron el pequeño quiosco donde nos encontrábamos. Carl y yo nos miramos con el entrecejo fruncido pero manteníamos una sonrisa burlona en nuestros labios.
—¡Te dije, Enid, me debes unos cómics!
—¡Tarado, yo te dije que iban a salir primero! ¡De hecho, cuando se casen y tengan hijos, yo seré la madrina!
—Ya entendí, deja de golpearme —la ojiverde se disculpó con el Dixon.
—Ahora si... ¿Para cuando la boda? —los dos ojiverdes tenían una sonrisa aterradora en sus labios.
—La boda será en Hilltop —rodé los ojos al seguir escuchando a mis amigos ojiverdes discutir sobre "la boda".
Suspiré con cansancio. Desde que dijimos que somos pareja no han dejado de molestar sobre eso desde hace 3 horas.
Carl también suspiró con frustración para después tomar mi mano y salir corriendo, dejando solos a ambos ojiverdes.
Corrimos hasta llegar a una especie de parque, donde los niños corrían y saltaban. —El Reino es lindo, seguro Judith amará estar aquí —murmuré mientras me sentaba en el césped, a un lado de mi novio.
—Si... Judith te quiere mucho.
—Y yo la quiero a ella.
Él me sonrió para acercarse a dejar un casto beso en mis labios. —Mi mamá te hubiera amado.
Acaricié su mejilla con mi pulgar. Sé que hablar de su madre es difícil para él, y para ser sincera, también para mí. —Mis padres también te hubieran amado.
Mis padres siempre me decían que lo único que importaba de la persona es que me quiera, me respete. Carl hacía todo eso y más. Me pregunto qué hubiera pasado si esto nunca hubiera ocurrido... Lo más probable es que nunca hubiera conocido a Carl, ni a los demás, todos venimos de diferentes lugares pero este desastre nos unió a todos como una gran familia. Mi familia.
Me acerqué a él para dejar un beso en sus labios, pero el llanto de un niño nos interrumpió.
Me puse de pie de inmediato y corrí hacia el niño que agarraba su rodilla y lloraba por el gran raspón que yacía en su piel. —Hola —me agaché a la altura del pequeño niño rubio y sequé sus lágrimas con mi pulgar —¿Cómo te llamas?
—Henry —balbuceó.
—Bien, Henry. Soy Nydia —le sonreí al rubio —¿Me dejas revisar?
Él asintió y quitó las manos de sus rodillas para poder ver su herida. Su pantalón se había roto y había poca sangre.
—No es grave, solo es un raspón, pero hay que desinfectarlo para evitar que empeore —me puse de pie, tendiéndole mi mano para ayudarlo. Él la tomó pero se quejó del dolor al apoyar su pierna lastimada, miré a Carl y él entendió pues llegó corriendo.
El ojiazul se agachó para que Henry pueda subir a su espalda, el pequeño se subió y Carl comenzó a caminar con el niño en su espalda.
Sonreí al ver a Carl y Henry reír.
────── (🪐) AUTOR'S NOTE
memes time ¡!
diivolved ♡
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