31 • Despedidas

Narrador Omnisciente.

—¡Qué bellisimos viñedos! —la voz de Evangeline O'Marks a través de la pantalla hizo que los oídos de su hija dolieran por unos segundos. Mientras hacían videollamada podía ver a Connor quien miraba el periódico a lo lejos—. ¿Hace mucho calor? ¿Has llevado protector? ¡Recuerda que el sol te saca ronchas!

Todos rieron y cuando me refiero a todos, es todos, Niall, Liam, Lou, Harry, Sienna, Blair, Tiff, Amy y Cass. Los chicos se encargaban de la barbacoa mientras ellas estaban tiradas al sol disfrutando del hermoso día en la piscina.

—Mamá, ya no me saca ronchas. No soy una niña pequeña —se quejó rodando los ojos. Niall había encontrado un nuevo motivo para fastidiarle.

—¡Hola, señora O'Marks! ¿Acaso también le salen ronchas en el trasero? —Niall contuvo su risa.

—Hola Niall cariño, de hecho si, en verano solía ponerle cada día un poco de crem...

—Okaaaaay, ¡adiós mamá! Te amo —cortó la videollamada y suspiró agobiada mientras todos reían.

Luego de que los chicos terminaran de cocinar, se sentaron al borde de la piscina a almorzar y todos parecían estar bastante atragantados con la carne asada que Louis había hecho.

Habían pasado 5 horas ya y por otro lado, Tiffany se encontraba sumergida en la piscina con Liam a su lado quien se encontraba descansando en un inflable rosa, habían estado riendo y conversando juntos desde que el día había iniciado y Charlie se sintió muy feliz por Tiff ya que ella jamás se reía tanto como lo hacía con Liam y también se alegraba por él, porque era muy bueno y también merecía un poco de relajación y diversión.

—Eres muy divertida Tiffany —le sonrió Liam—. Deberíamos salir algún día.

No estaba viendo el rostro de su amiga en estos momentos pero apostabaee cualquier cosa a que estaba sonrojada y se había intimidado ante aquel comentario. Ella había sufrido mucho por su novio anterior aunque siempre había amado a One Direction y más intensamente a Liam, por eso cuando conocieron a los chicos trató de ser lo más sutil que pudo pero en el fondo Charlotte sabía que estaba muy feliz de haberlos conocido, es decir, eran sus ídolos y Liam su amor imposible.

—Pues claro que deberíamos —sonaba tranquila. Charlie se recostó en la silla cerca de Harry quien le sonrió al mismo tiempo que bebía su malteada—. ¿Volverás a Londres luego de esto?

—De hecho, no. Tenemos días de descanso y pienso visitar a Andy, Andy Samuels, es un amigo de la infancia, un gran amigo —aclaró—. ¿Y tú? ¿Nueva York?

Tiffany tomó aire.

—Si, la carrera de Medicina no se estudiará por si sola —bromeó Tiffany quien se encontraba sentada al borde de la piscina—. Aunque me gusta mucho estar en la ciudad.

—Es hermoso Nueva York —asintió de la misma forma—. ¿Quieres ir dentro? Creo que va a comenzar una tormenta.

Liam tenía razón, Napa en verano era muy caluroso pero por las noches había fuertes ráfagas de viento y era peligroso estar fuera.
Decidieron entrar a la casa, el viento era muy fuerte por lo que los chicos debieron cerrar bien las ventanas al igual que todas las puertas con seguro, parecía que el cielo iba a caerse.

—Bueno, una tormenta en verano... nada puede ser peor —gruñó Niall mientras tomaba asiento en el sofá de la gran sala, inmediatamente aquellas palabras fueron dichas, la luz de toda la casa se apagó,

—Genial Niall —se quejó Louis cruzándose de brazos.

—Iré por un par de velas y mantas, va a hacer frío aquí —dijo Tiffany y Liam fue detrás.

—¿Necesitas ayuda? —preguntó caballerosamente mientras subían las escaleras.

—No Liam, gracias.

—Igualmente te ayudaré —rió el y sacó de un enorme placard varias mantas de colores, Tiffany se vio obligada a hacer puntas de pie ya que era muy alto y luego de un mal movimiento se trastabilló logrando caer en brazos de Liam quien la sostenía muy fuerte.

—Oh, gracias Liam —sonrió aún en sus brazos.

—No hay de qué —negó—. ¿Ahora admites que necesitabas ayuda?

—Podría admitir varias cosas más —dijo divertida e inmediatamente abrió sus ojos como platos al notar que lo había dicho en voz alta. Liam frenó en seco y Tiffany se sonrojó.

—¿Cómo cuáles? —preguntó él obsturbando la escalera.

—Ya olvídalo.

—No lo olvidaré. Dime.

—Liam —rodó sus ojos.

—Tiffany —dijo de la misma forma.

—¿Puedes por favor correrte del med...? —Tiffany fue interrumpida por los labios de Liam chocando sobre los suyos, posó su mano sobre el delicado cuello de la castaña y atrajo su cuerpo más al de ella, la besaba suavemente pero con muchísimas ganas, a Liam siempre le había atraído Tiffany, por su delicadeza y su elegancia pero aún más por su forma de ser. La consideraba una chica sencilla pero a la vez perfeccionista, era hermosa, sincera y muy simpática, y por otro lado, Tiffany ha estado enamorada de Liam desde que vio su audición en TXF, lo veía como algo inalcanzable aunque no tardó mucho en darse cuenta de que estaba besando a su más grande inspiración.

—Liam —se separó buscando aire.

—Lo siento, rayos —él se recargó contra la pared—. Es que me gustas mucho.

—Y tú también a mi —sonrió—. Pero... no lo sé, es raro.

—¿Raro? Tiff, me gustas, yo te gusto, no te estoy proponiendo casamiento pero de veras, ¿no quisieras salir conmigo alguna vez? Creo que eres muy linda y sinceramente he tenido ganas de besarte desde que estuvimos juntos en los Hamptons —confesó.

Tiffany sonrió.

—¿Por qué no lo hiciste allá entonces? —preguntó.

—No lo sé... sentía que no te interesabas en mi.

—Claro que lo hago.

—Ahora lo sé.

—Me gustas, Liam.

—Y tú a mi Tiffany —volvió a besarla antes de bajar por las escaleras sin poder dejar de sonreír. Tiffany entregó las mantas a cada uno y en menos de unos minutos se habían dado las buenas noches, por supuesto los chicos dormían juntos y las chicas por otro lado, menos Harry y Charlotte que dormirían juntos en la habitación de huéspedes para recuperar el tiempo perdido.

Todos debían dormir cuánto antes, pues los chicos regresarían a Londres y las chicas a sus respectivas universidades.

—¿Qué pasará ahora? —preguntó Charlotte mientras se ponía su pijama rayado blanco y negro.

—Haré lo posible por viajar a Boston cada semana —dijo Harry esperanzado. Odiaba mentirle a Charlie, él sabía perfectamente que las cosas se iban a complicar mucho cuando ellos volviesen a Inglaterra. Las fotografías que los paparazzis habían tomado de él y ella harían que Harry soportase las quejas de Modest y los insultos de las fans, además de grandes inconvenientes con la banda y su fama.

—No quiero que te sientas presionado Harry —negó ella mientras se metía al cálido edredón.

—Sé que no amor —sonrió Harry mientras la abrazaba luego de acostarse—. Te amo, buenas noches.

—Te amo aún más... descansa —Charlie apagó el velador y besó sus labios feliz. No necesitaba más nada para estar bien, sólo Harry.

Temprano por la mañana, casi cerca de las 7, una limusina vino por los chicos. Era hora de decir adiós.

—Llámame ni bien llegues —le susurró Liam a Tiffany quien se veía cabizbaja.

—Lo haré.

—Buen viaje amor —Harry abrazó fuertemente a Charlotte. No tenía idea cuándo volvería a verla otra vez—. Te amo, ¿sí? Jamás lo olvides.

—Te amo, cielo —lo besó—. Avísame al aterrizar en Londres, que tengan un buen viaje.

—¡Adiós! Nos vemos pronto —exclamó Cassidy, Amy saludó de lejos y Sienna le lanzó un beso a Niall quien se sonrojó.

—Buen viaje, muchachos —suspiró Blair.

—¡Te amo! —gritó Charlotte a medida que el coche se alejaba.

Harry bajó el vidrio desesperadamente y a pesar de que estuviese lloviendo sacó su cabeza por la ventana.

—¡Eres lo mejor de mi vida, te amo! —exclamó.

Charlie sonrió, sin dudas iba a extrañarlo demasiado.

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