𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒗𝒆𝒊𝒏𝒕𝒊𝒅𝒐́𝒔

—¿Vendrás a visitarnos?—preguntó Félix.

De sus dos amigos, él era el más afectado con la situación. Habían creado lazos fuertes, y algo muy dentro los unía más que con el resto. Tal vez compartir el sentimiento de soledad en el interior, tener los mismos gustos o pensar similar hizo que sintieran una conexión especial.

Jeongukk dejó de doblar ropa, lo miró, y negó con la cabeza.

—Preguntamelo bien.

Su amigo asintió.

—¿Vendrás a verme?

—Siempre que pueda—apretó sus mejillas, el rubio sonrió apenado—, y también te llevaré a mi casa y dormirás en el sofá.

—¡Oye! Si soy tu invitado, ¿no debería dormir en tu cama?—se hizo el ofendido—, me dijiste que es enorme para ti solo asi que enteamos perfectamente los dos

—Félix—lo miró con seriedad—, yo pateo mucho.

—Mentiroso—acusó—, ¡ni siquiera te mueves! Podría decir que mueres por ocho horas, exepto porque respiras

Había dormido la siesta e incluso una noche, durmieron juntos; Jeon no se movía demasiado por lo que no resultaba para nada molesto compartir cama con el.

Jeongukk en vistas de que no podia mantener la mentira, puso los ojos en blanco y suspiró.

—Bien, es cierto—aceptó—. Lo que pasa es que Taehyung suele quedarse a dormir.

-Oh, ya entendí. ¡Entonces lo correré al sofá! Por el tiempo que vaya a quedarme en tu casa, tú eres solo mío.

—Ustedes van a pelear todo el dia, y aseguro que te tomará del cabello—se rió al ver la cara de horror de su amigo, quien tocó con recelo sus extenciones—, ya me estoy imaginando lo divertido que será eso.

Tras un minuto de silencio post-risas, Félix observó al menor con tristeza.

—Te voy a extrañar mucho—hizo un puchero con los labios, antes de abrazarlo.

—Yo igual

Jeongukk le revolvió el cabello y volvió a su tarea: doblar toda su ropa en la valija.

-Antes que lo olvide-se aclaró un poco la garganta antes de continuar-: Yugyeom quería verte después del almuerzo en el cruce al predio donde se hizo el casamiento.

—Oh, está bien.

Yugyeom era un ser libre y aventurero de enorme corazón, según el criterio de Hyunjin. Quizá ser un poco extremista hacía única su personalidad, llevándolo a ser alguien con un lema similar a "La vida es solo una y estoy aquí para vivirla". Pero Jeongguk no habia vuelto a hablar con él desde la pelea que había tenido con Kim, pues no le caía demasiado bien.

—¿Puedo saber, qué pasó entre ustedes dos?—se recostó en la cama, observando el techo de la habitación como si no hubiera mejor cosa.

—¿Entre Yougyeom y yo? Simplemente me coqueteaba desde el primer momento que nos vimos—se encogió de hombros—, , todo estaba bien hasta que peleó con Tae y me enteré sus intenciones reales. Confío en Taehyung, él no me diría una mentiría con un tema así ni aunque el no hacerlo significara que yo conociera a otra persona—suspiró. No quería pensar en eso porque lo hacía sentir mal, y más allá de todo, no podía corresponderle ni aunque quisiera.

—Jinnie me dijo algo sobre lo que pasó, él es más cercano a Yugyeom que yo, siempre he sentido que sus actitudes son un poco cuestionables y por ello prefiero manteberme un poco alejado—comentó—. ¿Y con Taehyung? Sé que no es solo tu amigo, pero nunca has dicho que fueran algo más.

El menor se quedó quieto, como si su rubio amigo hubiera presionado un botón realentizador que controlaba sus acciones. Y ahora que se daba cuenta, nunca habló tanto de Taehyung con ninguno de sus dos amigos como le hubiera encantado; el sentimiento de culpa por no platicarles de Kim estaba intacto y en crecimiento.

—Yo... él estaba algo confundido conmigo y su novio.

—¡¿Tiene novio y andabas con él?!—por el asombro, Félix se sentó nuevamente como al principio.

—¿Qué? No, bobo—le lanzó una playera a la cara por insinuarle que era un... roba novios—. Su ex novio le era infiel y Tae siempre estaba triste por su culpa, además que él era un verdadero cabrón que lo manipulaba. Luego nos conocimos y empezó a sentirse raro conmigo, a la vez que seguía andando con el que ahora es su ex, y aunque a mi me gusta, me pareció mejor que quedará hasta ahí por si quizás el luego me... bota sin más.

La expresión en el rostro del peli-rubio, cambió drásticamente a una pequeña sonrisa que fue acompañada por su tono de voz relajado.

—Entiendo a lo que te refieres, pero hay mucha química entre ustedes.

—¿Q-qué?

—Siento que le gustas, pero de verdad—se explicó—, me da la sensación que en el fondo le encanta todo de ti, se le notaba mucho en su forma de mirarte. Sé que ambos están confundidos. Tú te quedaste aqui para dejarle a él pensar y procesar la ruptura, y creo que en parte ya lo hizo, ¿pero y tú?

—¿Yo qué?—frunció el ceño.

—¿Qué es lo que quieres?—la paz que el muchacho transmitía era envidiada por Jeon, quien suspiró y miró hacia afuera por la ventana.

—Yo... me gustaría empezar la escuela de manera presencial.

Felix sonrió. No buscaba ninguna respuesta en específico, pero esa fue la mejor que Jeongukk pudo haberle dado.


—Hola, Yugyeom.

Se sonrieron al mirarse. La escena era preciosa, digna de ser retratada en pintura; simplemente porque el lugar donde estaban transmitía un aura diferente a cualquier otro. Quién sabe cuantas parejas de amantes se vieron por ultima vez ahí antes de separar sus vidas con el casamiento, cuántos juramentos y cuantos te amo presenciaron esas flores de Narciso.

Y ese día, que quizás no era el primero ni el último, les tocaba apreciar la despedida de un amor no correspondido.

—Hyunjin me dijo que hoy... ¿hoy te vas? ¿Así, de la nada?

Jeongguk recordó la voz asustada de SanA tres días antes al teléfono. Incluso sentía que a la niña le faltaba el aire, hablaba rápido y sin muchas pausas, dando argumentos de porqué debería regresar. Jeongukk era consciente de que a pesar de lo que la chica le contaba, no debía volver aún; sin embargo, por otro lado quería regresar.

Ya había sido tiempo suficiente.

—No creo que me entiendas...

—¿Lo haces por él?—insistió. Contra todo pronóstico, Yugyeom se mostraba sonriente y el menor sabía que esa era su auténtica sonrisa.

—Quiero volver, dspués de todo mi casa está allá, extraño a mi madre y también...

—¿Y también...?

Jeongukk diría entonces, lo que él tanto quería oír de su boca. ¿La razón? Ni siquiera el propio Yugyeom la tenía clara, tal vez era la manera de comenzar a aceptar que Jeon y él solo podían ser nada más que conocidos.

—Extraño mucho a Taehyung.

Desde que estaba en Bonseung esa era la primera vez que había sido capaz de decirlo en voz alta a alguien que no fuera el mismísimo chico peli-azul, o en su defecto a Félix.

—Jeongguk, sé que me comporté como un completo imbécil contigo, incluso con Taehyung, y no estoy buscando tu perdón por qué si fuera tú, yo tampoco querría ser tu amigo—dijo, sacando algo del bolsillo—, tengo un obsequio para ti, como despedida.

El menor tomó la pequeña caja negra de terciopelo que el chico le entregaba y curioso, revisó el interior. Halló un collar y una pulsera, ambas con dos dijes de rompecabezas que encastraban con el otro.

—Son muy lindos, Yugyeom, pero no tenías que hacerlo.

—Quiero que los tengas tú. Eran de mi abuela y mi abuelo—comentó—, los usó a ambos mi madre por años y me los regaló a mi para compartirlos con mi futura pareja; son lindos pero no creo... ya sabes. No me quiero casar, y no sigo ese tipo de costumbres.

Jeongguk asintió, cerrando la cajita y poniéndola en el interior de su propio bolsillo.

» —Cuídate mucho.

—Tú igual.

Jeon se atrevió a darle un abrazo al chico, y simplemente se levantó para marcharse.



©ʏᴏᴏɴɴɪᴇxᴊɪᴍɪɴɪᴇ5

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