Capítulo 30 T2 (Final)
Nota de la autora: Omg llegamos al final después de mil años //gritito
En fin, hay como 8 capítulos antes que este, y sé que falta el epilogo, pero apenas estoy puliendo detalles, prometo no demorar tanto
Disfruten el final //c cierra el telón
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Finn Wolfhard
No pensé que volvería a experimentar esa cosa que la mayoría de la sociedad llama un corazón roto, pero me equivoque, era la segunda vez que podría decir oficialmente que me rompían el corazón, y era la misma chica
Irónico, es cardióloga, se supone que repara corazones, pero con el mío parecía que lo había tomando, aplastado, y por último lanzado a la basura como lo hacía con las bolsas de desechos médicos
Bueno, en realidad había sido menos dramático, pero tenía derecho a exagerar un poco las cosas, ¿no?
Camine hacia mi sala con una tazón de palomitas en mis manos y con mi guitarra en la otra, era sábado en la noche y solo tenía planeado un maratón de How I met your mother, o al menos era lo único que quedaba hacer
Gruñí malhumorado al ver a Sophia llegar a la sala dando un saltito mientras se terminaba de difuminar el labial en el espejo del pasillo
—Se nos hace tarde, no llegare tarde al concierto— grito por el pasillo donde también salieron Wyatt y Jaeden
—Los odio— les dije sin ánimos
—Tú no quisiste venir al concierto— me dijo Jaeden
—¡Ni siquiera me preguntaron cuando compraron las entradas! — me queje cruzándome de brazos
Los malditos se iban a ir al concierto de Coldplay
¡De Coldplay!
Claro que las entradas habían salido mientras yo estaba en Miami, y se agotaron en menos de 10 horas, cuando llegue al departamento me lleve la gran noticia de que ellos solo habían comprado entradas para ellos
Y había amenazado con degollarlos mientras duermen
—Algún día me las pagaran— les dije aun con la mirada amenazante
—Pero no será hoy— me dijo Wyatt con una sonrisa amplia— viejo, comprende que no dio el presupuesto para comprar tu entrada
—Pudieron pedirme dinero— los mire con rencor
—Somos cinco licenciados con salario mínimo, que buena es la vida adulta que tuvimos que elegir comer por 5 días o ir al concierto — hablo Wyatt malhumorado
—Y elegimos no comer— secundo Jaeden
—Y fue la mejor decisión— Sophia se acerco mientras se terminaba de colocar unos aretes
—Cuando canten Yellow lo graban y me lo enseñan imaginando que es para mí— hice una ligera sonrisa
—Si no término desmayada antes, si— me dijo Sophia mientras que se colgaba la bolsa— vámonos, tenemos que llegar antes para evitar las filas— miro a sus novios y luego me dio una rápida mirada— no dejes el aire acondicionado encendido, y si tocas mi comida, lo lamentaras
—Uy que miedo
—Es en serio— Sophia hizo una voz mas firme— él que se coma mi mermelada, le parto las piernas y eso también va para ustedes— les dio una mirada acusatoria a Wyatt y Jaeden— ahora si, ya vámonos
Sophia camino hacia la puerta y Jaeden y Wyatt la siguieron como si fueran sus guardaespaldas y terminaron de salir del departamento
A decir verdad si me gustaba la soledad, ellos se habían ido al concierto, Jack salió con una chica de su trabajo, y me gustaba porque podría tocar en paz sin que nadie preguntara
Me colgué la guitarra en los hombros mientras empezaba a tocar notas sin específico, tenía tiempo sin tocar pero la verdad no se me ocurría nada que tocar, seguí pasando mis dedos por las cuerdas de la guitarra
—Today is gonna be the day that they're gonna throw it back to you— cante inconscientemente, me detuve un poco resoplando pero seguí las notas de la guitarra para esa canción que ni siquiera sabía que recordaba a la perfección— by now, you should've somehow realised what you gotta do...
Después de todo si le medio había hecho caso a Rose, empecé a sacar mi guitarra más seguido y planeaba buscar a Malcolm, mi amigo y ex-integrante de Calpurnia para tratar de volver a la música en mis ratos libres, por el momento, tal vez de verdad podría llegar a ser esto más grande si me esforzaba
Me había acabado las palomitas y también el capítulo de la serie, así que puse mi película favorita de Harry Potter que era el prisionero de Azkaban, apenas el trio de oro acababa de entrar a la casa de los gritos cuando me sobresalte por el sonido de mi teléfono
Mire la pantalla de mal humor al leer el nombre de Wyatt, dios, se venía mi escena favorita, de mar humor conteste y me lleve el teléfono al oído
—¿Alo?
—Hola, oye, se me olvidaron las llaves del departamento en la barra de la cocina— me dijo tan rápido que apenas y le logre entender— voy en camino por ellas, pero cuando toque la puerta me abres
—Sí, no te preocupes— mire la barra de desayuno y en efecto ahí estaban sus llaves, la reconocí por el llavero de unicornio que colgaba
—Adiós
Solo esperaba que de aquí a que llegara me diera tiempo de terminar la escena, pero claro que no pudo ser, apenas acaba de llegar Snape a la casa de los gritos y le apunto con la varita a Sirius y Remus cuando oí los toques desesperados en la puerta
—Ya voy, Wyatt— me levanté del sillón, camine hacia la barra de la cocina tomando las llaves, de nuevo se escucharon los toques— ¡que ya voy!
Gire la perilla ya listo para regañarlo por tocar tantas veces como si lo estuviera persiguiendo un asesino serial con una cuchillo y además por interrumpir mi película en mi parte favorita
—Que desesperado er-
Mi frase se quedó a la mitad cuando en lugar de mi amigo, vi a Rose parada en la puerta, su frente recargada en el marco de la puerta. Llevaba una camiseta roja de cuadros con sus jeans desgastados y sus tenis blancos, se sentía tan raro verla sin sus vestidos elegantes y tacones con la bata blanca encima o incluso con el pijama quirúrgico azul y la cofia en el cabello, su mirada estaba mucho más apagada a comparación de la última vez que la vi antes de decirle que me iba de su vida
—¿Me dejas pasar? — murmuró aun con una parte de su cara pegada al marco de la puerta
Me hice a un lado para que ella pasara, note que su cabello estaba ligeramente húmedo y parecía sin peinar. Trague seco porque no sabía qué me iba a decir
La última vez que la vi me había dicho que elegiría siempre a su esposo, al papá de su hija, le dije que estaba bien, que debía procurar a su hija, ¿Por qué me seguía torturando?
—Rose...
—Acabo de firmar el acta de divorcio. — cuando esas palabras salieron de su boca abrí los ojos de par en par
—¿Qué...?
—Me acabo de divorciar, esta tarde firmé los papeles— ella dejó caer sus brazos a sus costados— fue de mutuo acuerdo así que fue rápido. No me quede con nada de él, él no se quedó con nada mío y tenemos la custodia compartida de Alice
No. Puede. Ser
Había deseado tanto esto, que me dijera que de verdad se iba a divorciar, que había una oportunidad para nosotros... ¿Entonces por qué no sentía algo?
¿Por qué sentía que si realmente se divorció de Luke, no tenía nada que ver conmigo?
—¿Y qué cambia eso? — Retrocedí cuando vi que se iba a acercar a mí— la última vez que te vi me dijiste que elegirías a tu esposo y que ya no importaba lo que sentías por mí, te dije que estaba bien, que te entendía
—Y me arrepentí al segundo que saliste de mi oficina — puso ambas manos en mi rostro, pero lentamente las quite. Ya no quería salir lastimado
Me costaría mucho aceptarlo, porque ella era la primera chica por la que me sentí profundamente enamorado, me dolería mucho, pero sabía que lo lograría
Y su presencia no me ayudaba a terminar de aceptar que nuestras oportunidades no podrían volver a ser
Ella aun me miraba con lástima hasta que tomó mi brazo derecho levantando mi manga mostrándome ese tatuaje que aunque no parecían que tenían relación, nosotros mismos les dimos un significado. Ella también levantó su manga mostrándome el suyo
Ahora entendía porque advertían tanto el hecho de tatuarse junto con tus parejas, al menos el mío se disimulaba, pero posiblemente son un error
—La verdadera razón por la que me case con Luke... — empezó haciendo que alzara las manos para que se callara, no quería oír cómo es que se había enamorado de alguien más
—No quiero oír tu historia de amor de doctores diciéndome que te enamoraste de él en medio de un parto— baje mi manga quitando mi brazo y caminé al otro extremo del sillón
—¡Nunca hubo una historia de amor! — su grito me sorprendió un poco haciendo que girara aun parado del otro extremo del sillón— nunca hubo una boda de cuento de hadas, nunca hubo un vestido blanco, nunca hubo votos donde prometí cosas cursis hasta que muera. —no entendía lo que se refería, le hice un ademán para que hablara— Me case con mi uniforme de interna después de una guardia de 36 horas, los anillos los compre por 50 centavos afuera del registro civil, mi testigo fue un ebrio que pasaba por ahí. Yo nunca tuve intenciones de casarme, en ese momento Luke era solo mi amigo y éramos torturados por el mismo titular en Nueva York
¿A dónde quería llegar con esto? Mi cerebro no terminaba de procesar su confesión cuando le pregunté lo mismo que había querido preguntarle desde que vi el anillo en su dedo anular
—¿Entonces porque te casaste?
—Por Alice. — ella suspiró — a Luke le iban a quitar a su hija, los abuelos de la niña alegaba que no podía cuidarla solo, que su carrera no le daba ni siquiera para mantenerla y menos para cuidarla, se la iban a llevar a San Francisco y él jamás vería a su hija, apenas era una bebé, y el juez estaba a punto de quitarle la custodia a Luke. La única manera que no se la quitaran era si convencía al juez que podía cuidar a su hija y darle una ambiente familiar— hizo comillas imaginarias entre las dos últimas palabras— Le sugerí casarnos y acepto, fingimos ser una pareja feliz, solo por eso el juez no se la quitó, luego me cedió parte de la custodia, yo... no me pude alejar de esa niña, la empecé a amar como si realmente fuera su madre
Si lo que estaba diciendo era cierto, entendía aún más sus razones, pero sabía que no era del todo cierto, la primera vez que vi a Luke de verdad parecía su novio o esposo o lo que sea, pero no eran solos amigos y de eso estoy seguro
—¿Y porque no me lo dijiste? Todo este tiempo me sentí una completa basura, era tu esposo.
—Acordamos intentarlo hace unos años, éramos pareja, es verdad. Pero él no es la principal razón, es mi hija— Rose suspiró— Alice y yo no compartimos el mismo ADN, pero la amo como si fuera mi hija, no quería que me la quitaran, es mi hija, y ella es la única hija que voy a poder tener
Ella se inclinó lentamente, y no hice nada para apartarla, porque a pesar de todo me gustaba pensar que ya podía besarla sin culpa, que ya no había nada que nos separaba, imite su gesto también inclinándome un poco
—¿Me das las llav...? — nos separamos antes de siquiera terminar de acercarnos cuando la puerta se abrió y entró Wyatt, al vernos solo se llevó las manos a la boca en un gesto incomodó— lo siento
—Lárgate, Wyatt.
—Sí.
Se giró de regreso a la puerta y se fue por ella rápidamente, puse toda mi atención en Rose que jugaba con sus dedos de las manos que estaban juntas
—Yo...— ella quiso hablar pero de nuevo se detuvo cuando se oyeron otros toques, me lleve la mano a la cara malhumorado, Wyatt volvió a asomar la cabeza
—Las llaves— dijo con una sonrisa inocente, alce el brazo y le lancé las llaves que aún tenía en la mano, él las atrapo y volvió a cerrar la puerta
Volví mi vista a la pelirroja que seguía sin decir nada, pero que miraba al frente sin detenerse en un punto en específico
—Dime algo— me crucé de brazos— ¿Por qué dices que la única hija que vas a tener? — ella bajó ligeramente la cabeza ante mi pregunta— ¿Quieres un bebé y por eso no dejabas a tu esposo?
Tal vez era un imbécil al hacer esa pregunta, pero no podía pasar por alto el hecho de que tiene una hija y posiblemente quiera más, cuando yo no quiero nada de hijos, no quería que pensara que soy egoísta, simplemente no es algo que quiera para mi vida
—Yo...— jugó con sus dedos nerviosa— no puedo embarazarme— arrugué las cejas algo confundido, ella suspiró pesadamente— ¿quieres oír de verdad esto?
—Si— dije en un hilo de voz
—Estaba embarazada cuando me fui de Canadá
Creo que me estuvo por dar un infarto cuando dijo eso... embarazada... mierda, la garganta se me cerró y empecé a sudar frío... las fechas coincidían a la perfección, carajo, creo que sentía un émbolo de aire en el corazón
<<Mierda, ella ya me pego sus definiciones médicas>>
—¿Mío? — asintió lentamente, apenas y tome saliva para preguntar— ¿y que paso?
—Era ectópico— creo que quede peor que antes, ella entendió mi cara y explicó— embrión alojado fuera del útero, no era viable, tuve un aborto espontaneo que me provocó una hemorragia en la trompa de Falopio, y como también tuve endometriosis en mi adolescencia... no puedo tener bebés— completo con una mueca de desinterés, pero veía como se le cristalizaban los ojos
—Lo siento mucho— era la verdad, yo no quería hijos, y si la hubiera visto con un niño creo que me desmayaba por doble, pero no sabía ella que quería, y tenía todo el derecho de llorar por eso
—A veces me siento tonta, ¿sabes? — se pasó la mano por los ojos borrando todo rastro de las lágrimas que amenazaban en salir— no lo quería, no lo planee, la obstetra apenas me alcanzó a decir que estaba embarazada antes de que me desmayara de camino al quirófano, solo pude pensar que no lo quería y que quería sacármelo, me prometí que en otro punto de mi vida quería tener a mi bebé y darle todo lo que no podía en ese momento, pero cuando desperté, me dijeron que ya no había bebé ni habría nunca uno
No pudo contener sus lágrimas, cubrió su nariz sollozando y me acerque para rodearla con mis brazos, me respondió escondiendo la cara en mi hombro... ella había pasado por eso sola... yo no quería un bebé... pero tal vez si hubiera tenido un bebé con Rose no me hubiera desagradado tanto porque hubiera sido con ella... esa idea que en realidad nunca existió.
—¿Tu estas bien sabiendo esto?
—Nunca tuve algo— dije algo lento, no quería hacerla sentir mal con mis palabras— no puedo sentirme mal por algo que no llegó a ser. Siento más que tú hayas sufrido esas consecuencias
—Iba a abortar.— me dijo— te había perdido a ti, solo podía pensar que iba a ir a cardiología, si hubiera pasado más tiempo hubiera terminado en obstetricia dando consulta y haciendo ultrasonidos, yo quería más y un embarazo era un obstáculo... pero era mi bebé
—Nuestro bebé— le tomé las manos acariciando sus palmas con mis manos— Rose, eres una gran mamá, lo veo con tu hija, piensa que la vida te la mando en el momento correcto
—¿Lo hubieras amado? ¿Si ese bebé hubiera nacido?— no supe qué responder, y creo que ella se dio cuenta cuando soltó una pequeña risita entre lágrimas— no sé porqué te pregunto, ninguno de los dos estábamos listos para eso
—Si— fue lo único que respondí, porque lo creía, pero no quería herirla con mis palabras
A decir verdad me dolía más que ella tuviera que haber pagado por mi estúpido descuido
—¿Te puedo preguntar otra cosa? — Asintió— ¿de verdad te divorciaste por mí?
—Sí y no— respondió— porque aunque no me des una oportunidad, ya no podía seguir con esto
—Tu siempre vas a estar enamorada de él— me encogí de hombros fingiendo que eso no me dolía
—A ti te amo mas— solté un refunfuño antes sus palabras mientras me giraba hacia la barra tomando unas galletas, ella me siguió y se puso del otro lado de la barra— y tal vez si, si lo voy a querer siempre, porque tenemos una hija en común, pero los dos estábamos cansados de actuar como dos críos y por eso firmamos el divorcio.
Me quede en la barra recargando mis codos en esta, la verdad no sabía que decir, si, me había dicho sus razones, pero no entendía bien que era lo que quería
—¿Qué es lo que quieres de mí?
—Quiero todo— dejó caer los brazos a sus costados— quiero la casa ruidosa, quiero los sábados de películas, las cenas incómodas con la familia, quiero los beb...— me paralice y trague en seco con la última palabra— quiero el perro— corrigió— por eso estoy aquí parada diciéndote que te amo, te amo, estoy muy enamorada de ti y quiero estar contigo el resto de mi vida, siempre has sido tú y en seis años jamás deje de pensar en ti.
Creo que era la primera vez que me lo decía sin que yo se lo hubiera dicho antes, y no podía negar que eso me sorprendía, la veía tan vulnerable, frágil, rota, como si cualquier cosa que dijera la terminaría de quebrar
—Tu estas en mí, todo el tiempo, — sacó una de las voces más tristes que le había oído— no logro hacer nada, porque siento que el no poder decir mis sentimientos, me asfixia... eres... eres como un tumor— arrugué las cejas cuando dijo eso— sí, eso, un tumor, — abrí la boca para protestar pero mejor me calle— uno que está invadiendo el pericardio, y no... no puedo dormir... no puedo respirar... no puedo comer... porque siento que en cualquier momento me dará un infarto
—¿Me acabas de comparar con un tumor? — la mire aun sorprendido, creo que de todas las metáforas que existían esta era la que más me había sorprendido, ¿soy un tumor?
—¿De todo lo que dije solo te concentras en que te compare con un tumor? — Me encogí de hombros, si era así, pero porque era una metáfora rara— te amo— repitió haciendo que me mordiera los labios con nervios— dios, me siento tan bien después de decirlo— soltó una pequeña risita
Por minutos que se sintieron como horas estuvimos aun en silencio, terminé por bajar la cabeza y luego alzarla para ver su expresión, que al parecer solo estaba esperando que dijera algo, abrí la boca para hablar pero la volví a cerrar en un suspiro, pero aun así termine haciendo esa pregunta
—¿Seré padrastro a los 24 años? — pregunte con diversión, ella soltó una pequeña carcajada
—No es necesario, podrías disfrazarte de su amigo— explicó con una sonrisa de lado
Bueno, su hija no me caía mal en comparación a los otros niños que conocía, pero de eso a ser como un padrastro...si daba miedo, pero también tenía en claro que si la amaba a ella también tenía que querer a esa niñita que le arranca los mechones de pelo a las demás niñas
—¿Tendré que cuidar a tu hija en las tardes? — pregunté tragando grueso rezando porque la respuesta sea un no
—No, tiene niñera— me respondió aun con diversión
—Tú fuiste un tiempo una— le dije eso reprimiendo una risita, risita que ella imitó por algunos segundos bajando la cabeza
—Si no hubiera sido así, no te hubiera conocido— alzó la vista, de nuevo los ojos avellanas de los que me enamore volvían a brillar— tú me quisiste aun cuando no era lo que soy ahora
—¿Hablas de la gran cirujana con el ego hasta el jodido infierno? — le dije con un tono de sarcasmo, ella se encogió de hombros con una sonrisa
—Tú lo dijiste
Ahora que de verdad, sin culpas, sin miedo, sin rencor, veía a la misma chica castaña con las ojeras que siempre cargaba en la universidad, la que no sé cómo sacaba fuerzas para hacerme reír, la chica que me enamore desde que era un adolescente, porque a pesar de tener el cabello rojo e imaginariamente un estetoscopio en el cuello, ella seguía siendo la misma de antes
Rodee la barra de la cocina hasta donde ella estaba parada del otro lado, me lleve las manos a los bolsillos de mis pantalones encogiéndome de hombros fingiendo desinterés, por su mirada esperaba que yo le dijera algo, y claro que se lo dije
—La gente va a pensar que estoy contigo por la plata— me encogí de hombros
—Y la gente va a pensar que estoy contigo por el colágeno— dijo en el mismo tono
—Lo normal...
—Lo normal.
—Aquí vamos... otra vez
Ambos sonreímos levemente mientras que nos acercábamos, ella pasó sus brazos por mis hombros pegando sus labios a los míos, le respondí el beso mientras le rodeaba la cintura con los brazos
Su mano estaba hundida en mi pelo mientras yo me inclinaba más hacia adelante respondiendo el beso, al fin podía hacer sin culpa, y sobre todo y lo más importante
Ya no era un secreto de ella, de nuevo era su novio
Y ahí en medio de la oscuridad después de no sé cuánto tiempo, al fin me sentí en paz, entendí que ella era mi hogar seguro, ¿Por cuánto tiempo? No lo sé, pero no quería idealizar un futuro más que disfrutar mi presente, el cual era ella
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-un dinosaurio
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