Narra Jade

Esta noche Lucifer me había invitado a cenar, busque el vestido mas precioso de mi clóset al igual que unos tacones a la altura.

Termine de vestirme (imágen en galería), mi cuello era adornado por una preciosa gargantilla de diamantes con pequeñas mariposas de piedras preciosas, termine de aplicar el labial sobre mis labios para ver el resultado final, mi cabello tenía unos pequeños broches dorados dejando suelto y muy bien acomodado los rizos dorados.

Tomo la pequeña cartera saliendo de la habitación, Lucifer me espera al inicio de las escaleras, camino hasta él viendo su mirada recorrer mi cuerpo de pies a cabeza.

— Mi amor — se muerde el labio inferior — te miras perfecta — me sonríe con sus ojos demostrando asombro — cariño, no estoy muy seguro de estar a tu altura esta noche — me río ante su comentario

— También te miras guapo — acarició su mejilla dejando un casto beso en sus labios — ¿Nos vamos?— pregunto tomando su mano para entrelazar nuestros dedos

— Por supuesto cariño, será una gran noche — bajamos las escaleras — ¿Te has sentido cómoda?— pregunta de una manera atenta

— Un poco — hago una mueca — estaría mejor si Natasha no estuviese en nuestras vidas — llegamos al final de las escaleras

— Tranquila nena, solo ignora su presencia— besa mi frente — suegro, ¿Me permite llevar a cenar a su preciosa hija?— pregunta a mi padre el cual está parado frente a nosotros.

— Por supuesto, se cuidan mucho y traten de no venir muy tarde — besa mi frente — te miras hermosa — halaga con una sonrisa en sus labios

— Gracias papá — sonrió dejando reposar mi cabeza en el hombro de Lucifer — ¿Y Dimitrov?— pregunto curiosa por mi hermano

— Aquí estoy princesa — escucho la voz de mi hermano — les deseo una linda velada — veo a mi hermano llegar hasta nosotros — disfruten mucho lo que tengan planeado — besa mi mejilla Dimitrov — te miras bellísima — me sonrojo ante tantos halagos

— Será la envidia de todos esta noche — habla papá en un tono arrogante — eres la belleza en persona — siento mi cara arder

— Y aún más sonrojada — se ríe Dimitrov — suerte chicos — palmea el brazo libre de Lucifer —

— Gracias cuñado — chocan los puños — es hora de irnos — miro a Natasha con un vestido de ceda color rojo

— Vamos — hago una mueca de disgusto — se nos hace tarde — salimos de la casa, Lucifer abre la puerta del auto para poder subirme, una vez ambos montados en el auto inicia a conducir—

— Vi tu mueca, ¿Qué sucede cariño?— pregunta sin quitar la vista del camino — ¿Te sientes mal?— me mira brevemente —

— No es nada cariño — le sonrió — ¿dónde iremos a cenar?— pregunto cambiando el tema

— Es un restaurante con una vista hermosa, te encantará — lo veo sonreír, es demasiado hermoso cuando está feliz —

— Te miras guapo sonriendo — confieso con mi vista contemplando su perfil —

— Amor, tú eres hermosa hasta dormida — noto un poco de rubor en sus mejillas —

— ¿Estás sonrojado cariño?— pregunto asombrada — ¿Mi diablo está sonrojado?— chillo feliz — te miras precioso — busco con desespero mi celular para capturar su precioso rostro.

Después de unas cuantas fotos, pasamos por el centro de toda la ciudad, llegamos a un hermoso restaurante de dos pisos, Lucifer aparco el auto saliendo para abrir mi puerta, extendiendo su mano.

— Muchas gracias...cariño — murmuró coqueta recibiendo su mano —

— Bella dama, vamos por nuestra cena — me toma de la cintura cerrando la puerta del auto — espero y no tenga que mandar a hombres con pase directo al infierno si te faltan al respeto — entramos al restaurante.

•••

Caminamos hasta la segunda planta del restaurante, en una preciosa terraza con vista al mar, Lucifer abrió la silla para sentarme el cual respondo con una pequeña sonrisa.

Despues de una deliciosa cena, ambos esperábamos el postre. Con mucha admiración apreciaba el mar, las estrellas y la luna hacían ver aún mas hermoso el lugar.

— ¿Te gusta?— la voz de Lucifer me hace sobresaltar

— lo lamento, estaba viendo la preciosa vista — acaricia mi mano — estaría loca si dijera que esto no es hermoso —

— Me alegra que te guste, te tengo un pequeño obsequio — lo miro emocionada — lo hice especialmente para ti — me entrega un pequeño libro.

El libro es muy pequeño, cabe a la perfección con mi pequeña mano, la portada tiene un diseño precioso, unas serpientes enlazadas entre ellas en un color oro eran el contraste perfecto con el color negro de fondo, al abrirlo la textura de las hojas eran de un papel tan suave con aspecto de viejo.

— Es hermoso — murmuró acariciando con mucha delicadeza — ¿De verdad lo has hecho tú?— comienzo a ojearlo

— Cariño, ese libro lo hice solamente para ti, la palabra Te amo, escrita en todos los idiomas y lenguas del mundo— comienzo a ver cada página

— esto es hermoso — confieso, en verdad era algo tan inesperado, me sentía tan feliz, en una preciosa caligrafía y con tinta negra estaba escrita la pequeña oración que Lucifer me dijo, al final del libro no estaba escrito lo mismo — Lucifer — susurró al leer ¿Te casas conmigo?, Al levantar mi vista un precioso anillo en forma de rosa estaba frente a mí.

— ¿Aceptas ser mi veneno, por toda la eternidad?— miro a Lucifer sorprendida —

— Claro que sí — asiento emocionada — acepto ser tu esposa — unas pequeñas lágrimas caen por mis mejillas

— No llores mi amor — habla con ternura limpiando mis lágrimas — te miras tan preciosa — me abraza — no arruines ese maquillaje por tus lágrimas — besa mis labios

— Te amo — murmuró antes de volver a besarlo — aún quiero mi pastel — me río

— Tendrás todo el pastel que desees — nos sirven el postre — gracias — me susurra besando el dorso de mi mano

— ¿Por qué?— pregunto con una extraña confusión

— Por amarme como soy, por dejar en claro que es mucho más interesante y especial amar a una preciosa humana — sonrió — eres todo lo que tanto anhele, sin que yo lo hubiese pensado —

— Te amo por todo lo bueno que hemos aprendido juntos, te amo por lo que en verdad eres — acarició su mejilla — no por lo que la gente dice de ti, me has demostrado ser una gran persona, eso es lo que me enamora de ti— beso la punta de su nariz