☆ NOVENTA Y SIETE
El sonido de los balones de basquetbol picando contra el suelo, era algo que estaba poniendo nervioso a Minho, quien solo trataba de vestirse con tranquilidad. Había que sumarle las risas de sus amigos que estaban ocasionando un agujero en su cabeza.
Hace mucho que no estaba de malhumor, o prácticamente, el hecho de no haber cerrado un solo ojo en toda la noche por que su madre le dio una noticia inesperada: el juicio sería en la semana, y todas las pruebas daban a que Jinyoung, su padre, era una persona más que mala. Pero eso no era todo; su padre lo esperaba por la noche. Quería hablar, no sabía de qué exactamente, pero eso quería.
Largó un suspiro, estaba completamente nervioso y solo deseaba que los minutos pasaran lento, o que el tiempo se detuviese. Quería volver con Jisung, sí. Quería estar con él, en el mundo lleno de inocencia y amor que el menor vivía, al menos ahí estaba a salvo. Tan solo lo abrazaría fuerte, inhalaría su aroma y cerraría sus ojos, allí podía dormir. Allí podía sentir que sus ojos se morían del sueño, y que al cerrarlos, no pasaría absolutamente nada.
Jisung, amor e inocencia pura, allí pertenecía.
Su cabeza dolía como nunca, pues no ha dejado de pensar en las consecuencias que traería si es que aceptaba ir hacia esa casa, tanto mental como físicamente. Ninguna de las dos eran buenas. Sin embargo, algo le decía que vaya. Disfrutar de las últimas palabras de aquel hombre, para luego poder reírse en su cara, sabiendo que no le tocaría un pelo.
Ni a él, ni a Jisung. Ni siquiera a su madre. Sería algo tan lindo.
—¿Te ríes solo? —preguntó una voz conocida, la cual interrumpía sus pensamientos.
Lo miró a los ojos y luego fue directo a observar si traía puesto su yeso, pero no, eso significaba que Wonwoo había vuelto. Volteó su vista hacia sus amigos, quienes se quedaron callados y optaron por una postura rígida y un semblante serio, como si ya estuviesen listos para lo que se aproximaba.
—Solo pienso —respondió, no tenía muchas ganas de hablar con nadie y menos con él.
—¿Seguro qué es eso? Tal vez debas ir a algún manicomio, ya sabes, ahí se tratan a los locos.
Minho rió, a pesar de que no le haya causado gracia. Se levantó del banco y lo enfrentó, quedándose a una distancia relativamente perfecta para darle un golpe.
—¿Por qué no vas a terapia? Parece que tienes problemas.
—Porque no lo necesito, duh. En fin, solo venia a invitarlos a una fiesta esta noche. Yo sé que los tres están casados, pero pueden romper las reglas y divertirse.
Hyunjin levantó una ceja, pensando en qué lugar pegarle, y Changbin solo se subió las mangas de su sudadera, quitándose cuidadosamente el anillo que compartía con Felix. No rompería absolutamente nada que haya venido de su sol y mucho menos, para darle un golpe a Wonwoo. Minho tan solo rió.
—Veo en sus caras que quizás necesiten un poco de acción, tal vez estén con unas putas medias lentas, pero... —fue interrumpido por un pequeño golpe que Lee le proporcionó. El ajeno solo frotó el lugar en donde fue golpeado, sonrió y volvió a hablar—. Minho, un poco de paciencia, hombre. ¿Acaso miento? Jisung es un inepto y se nota que es lento.
Un golpe más. Otro y otro. Su odio era demasiado, sin embargo, el lema "amor y paz" que Jisung siempre decía, pasó por su cabeza y eso logró detener el otro golpe, además de Changbin y Hyunjin, intentando separarlos. Y para sumar, el entrenador. Pero la sonrisa de satisfacción que tenía en el rostro, ni la policía se la quitaría.
—Casi lo matas —habló Hwang.
—Si, aún tengo ganas.
—Ya hablas como un loco —Seo le aventó una nueva camiseta, la que tenia terminó con sangre—. Pero gracias por pegarle, nadie llama puta a mi sol. Eso sí, no me dejaste espacio.
—Están locos, se van a los golpes por nada es mucho mejor habla...
—Hey, el lema de "amor y paz", o de "hablando se solucionan las cosas", es de mi niño, tú consíguete uno nuevo —señaló a Hyunjin, que quedó con su boca abierta por la sorpresa.
—Uno ya ni se puede expresar —se quejó, rascándose la cabeza, frustrado.
Los tres se rieron, pero las risas duraron poco, ya que Minho fue llamado ala oficina del director, y el trío fue testigo de como el rumor fue yendo deboca en boca.
Y los tres se quedaron paralizados cuando supieron que sus novios se enterarían en menos de lo esperado.
Las ganas de irse a algún lugar en donde el silencio reine, eran más grandes que su malhumor y eso era algo sorprendente, mucho más para el mismo Lee, que solo guardaba libros en su mochila, para no tener que venir a la escuela en la semana.
—¿Sancionado una semana?
—Así es.
—Estabas para que te expulsaran, el director fue bueno contigo.
—No lo sé, Changbin, no me interesa. Solo quiero largarme, y pensar en algo para decirle a Jisung, no puedo ignorarlo.
—Aw.
—Calla.
—¿Le dirás que lo golpeaste por que lo insultó? Quiero decir, si él sabe todas las cosas que Wonwoo le dice.
—Lo sabe, absolutamente todo. Pero él ahí con su "amor y paz". No lo culpo, Jisung en su inocencia cree que todo es así, y es muy lindo escucharlo cuando habla de eso, pero no. No sé como hacer para que Wonwoo deje de molestar y golpearlo, me parece la mejor opción.
—No lo sé, pero eso de la terapia que le has dicho, estuvo bien, mañana le traeré el número de una psicóloga —dijo, totalmente pensativo—. ¿No te has puesto a pensar por qué lo molesta tanto? —Minho negó. Cerró su mochila y la dejó en el suelo, para luego prestarle toda la atención a su amigo—. Estaré loco... ¿pero y si le gusta Jisung?
Las facciones de Minho cambiaron completamente. Estaba relajado, con un poco de dolor en su mano derecha, pero ahora estaba totalmente sorprendido y sobre todo, enojado con esa idea.
—Lo mataré.
—Hombre, no. Solo piénsalo, pero aquí hay dos cosas: o le gusta Jisung o le gustas tú —Seo señaló a Lee. El mayor lo miró extrañado, mientras que Changbin solo sonreía como si hubiese hecho un descubrimiento.
—Deja de inventar, Seo. A ver, sí, al principio lo trataba mal, pero jamás le he dicho esas cosas a Jisung... —el mismo Lee dudó de sus palabras—. Bueno, si lo habré dicho o pensado, pero jamás recibí semejantes golpizas por repetir lo mismo. Lo que pasa, es que Wonwoo se siente superior, y hace estas cosas con mi niño porque sabe que es muy fácil intimidarlo.
—Sí, tienes razón ahí. ¿Pero no sería más fácil decirlo delante de Jisung para sentirse superior, antes que decirlo en frente tuyo? Porque, si ya le diste golpizas, solo me queda decir que es sadomasoquista, y que le gustas.
Minho negó.
Sin embargo, había algo que no dejaba que las palabras se formularan bien, para poder dar una respuesta. Dejó de luchar contra aquella contradicción a sus pensamientos y volvió a negar, cambiando de tema.
—No lo sé Bin... No quiero pensar en eso. Quiero largarme de aquí y no volverle a ver la cara a ese idiota.
—¿No sabes qué le dirás a Jisung, verdad? Porque no has dicho "ay, quiero correr a los brazos de mi niño"
—Cállate, ¿no tienes un sol perdido por ahí?
—Al menos no le digo pan —dijo, haciendo alusión a Hyunjin y el apodo a su novio.
—Si, bueno, yo gano igualmente —Lee rio, pensando en que necesitaba escuchar un "hyungcito" por parte de Jisung.
El mayor largó un suspiro y se permitió sonreír. Miró a Seo para hablarle, pero notó que sus ojos estaban mirando a otra dirección, aún así, no le prestó atención.
—Le diré la verdad.
Seo asintió, con una sonrisa nerviosa, sin saber como avisarle que Jisung estaba atrás.
—¡Lee Minho!
El nombrado saltó del susto, pero no pudo voltearse a ver. Abrió sus ojos en grande, sintiendo su corazón palpitar demasiado rápido.
—¿Escuchaste eso?
—Oh, sí, le sale humo por las orejas. En fin, mi sol me espera, un gusto haberte conocido Minho, pasamos momentos maravillosos —Seo se iba alejando poco a poco, aguantando las ganas de reírse—. Adiós Jisung, no lo mates.
Jisung no entendió, pero aún así sonrió y lo saludo con su manito.
Minho pudo moverse y enfrentar al menor con la mirada. Ninguno de los dos hablaba, pero de esos segundos en los que estuvieron con una cierta distancia, Jisung se encargó de observarlo por todas partes, en especial su rostro, para saber si no tenía heridas, entonces, cuando pudo estar seguro de que no tenía nada, corrió a abrazarlo.
—¿Está bien, hyungcito? —Minho solo respiró, pensó que realmente estaba enojado.
—Sí, bebé, lo estoy.
—¿Me va a decir qué pasó?
—Lo haré, solo permíteme abrazarte una vez más.
Ambos sonrieron y Minho solo se dedicó a abrazarlo con delicadeza. Jisung presintió que ya habían pasado varios segundos, así que colocó sus manos en el pecho de Lee y empujó un poco, teniendo una cierta distancia para poder levantar su rostro y mirarlo a los ojos.
—No fue suficiente —espetó, volviendo a colocar la cabeza ajena sobre su pecho. Pasado unos segundos, que ambos disfrutaron, Jisung volvió a alejarlo—. Otra vez.
—No se escapará de decirme la verdad, hyungcito —dijo, acomodando su cabecita en el pecho ajeno, de nuevo.
—No es eso lo que quiero. Solo que... Te necesito y si es así, mejor. Pero será increíble si nos vamos la mierda.
—No diga malas palabras, después me pregunta de donde lo aprendo —murmuró, sintiendo lindas caricias en su cintura.
—¿Qué dije?
—Mierda.
—Ay, Jisung, ¿de dónde aprendes esas palabrotas?
—¡Hyungcito! —exclamó, separándose enseguida y dándole un par de golpecitos sin fuerza, mientras Lee intentaba escapar.
—¡Esto es violencia!
Entonces, Minho pudo tomar su mochila y escapó corriendo hacia la salida, siendo perseguido por Jisung, pero le había sacado bastante ventaja, así que cuando salió afuera, solo lo esperó con los brazos abiertos. El rubio salió disparado hacia él y lo abrazó con tanta fuerza, que Minho perdió un poco el equilibrio, pero no llegaron a caerse. Y las personas que estaban allí, miraban la escena con ternura, deseando tener algo así.
—Te amo —murmuró Jisung, recibiendo un beso en su mejilla.
—Te amo enano.
Las mejillas de Jisung se pusieron rojas y solo se escondió en el pecho de Lee, siendo abrazado enseguida.
—Pero no piense que me estoy olvidando que golpeó a Wonwoo.
—Disfruta del momento, luego me regañas todo lo que quieras.
Pensó que Jisung se alejaría un poco y colocaría aquella expresión enojona que tanto le encantaba, pero no.
Ambos se quedaron así, abrazados, porque ninguno sabía cuándo podría acabarse.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top