☆ CIENTO CUARENTA Y UNO

Nada como el dulce hogar, y mas para Jisung.

Ni bien abrió la puerta de su casa, inhaló profundamente. Era un olor que había extrañado bastante y no solo eso, sino a su madre también, que los había recibido con panecillos deliciosos. Ahora estaban sentados sobre la mesa del comedor, mientras Jisung le contaba todo lo que pasó, a los lugares que fueron, las cosas que se compraron, evitando lo obvio.

Pensó que su madre no estaría, ya que tenia que hacer varios viajes, por eso aun estaba sorprendido por su presencia, sin embargo, eso lograba que todo fuese mas fácil, y su sonrisa, le hacia mantener el hecho de que todo estaba bien.

Sin embargo, tocó el momento en donde Yuri se tenia que ir, por ende, el rubio se entristeció un poco. La buena noticia, era que regresaba dentro de una semana y no se volvería a ir por dentro de un mes, por ende, estarían juntos el tiempo que no estuvieran en las vacaciones de verano.

—La extrañaba mucho —susurró, agachando la cabeza, pero enseguida la volvió a levantar cuando sintió las manos de su novio en su cintura.

—Lo sé...

—Me ayudó mucho con la policía, no se cómo lo hace. Es una supermamá —sonrió y se apoyó en el pecho ajeno.

Lee cerró sus ojos, sentía tanta paz que hasta podía dormirse, pero hay algo que debía contarle, que llevaba guardando un poco de tiempo, mas por todo lo que pasó, pero el menor lo sacó de sus pensamientos.

—¡Hay que desempacar! 

Aquella sonrisa lo hipnotizó por completo. De observarla todos los días, todo el día, a no tenerla por largas horas y en su lugar solo eran llantos y pesadillas, sí, la había extrañado con todo su ser, porque eso era él: pura felicidad.

—Hay que sacar la ropa, guardarla y lavar si hay algo sucio, colocar los peluches nuevos que compré, mas otras cosas... —enumeraba lo que tenia que hacer con sus dedos, sin mirar la sonrisa que había en el rostro de Lee.

—¿Y si vivimos juntos? Un departamento, los dos, completamente solos. O bueno, en el trayecto podemos adoptar un gato... o tres.

Al escuchar eso, no solo su mano cayó, sino que hasta el mundo se detuvo. Elevó la mirada y notó la de Minho, estaba hablando en serio.

—No digo que mañana, porque tenemos que buscar un excelente lugar, pero me parece un buen plan a futuro. Así como tú lo dijiste, y no te lo mencione antes porque sucedieron otras cosas que me llevó de dejar de pensar en ello... yo creo que es hora de dar otro paso en nuestra relación. 

No sabia como reaccionar, ¿donde había algún manual o algo? porque necesitaba esa ayuda.

Agachó la mirada y luego salió corriendo, sorprendiendo a Minho por completo. Subió las escaleras lo mas rápido posible, sabiendo que su novio lo perseguía, preguntando porqué no decía nada.

Llegó a su habitación y prendió enseguida su computadora, la presencia del mayor en el umbral lo asustó un poco, pero no le dio importancia, sino que buscó uno de los archivos que había escondido bien, porque Minho solía utilizar esa computadora.

—¿Qué haces? Si no quieres que vivamos juntos, solo dilo, sabes que no me enojaré. Solo fue una idea, bebé.

Se acercó al rubio para obligarlo a que lo mirara, pero unos planos aparecieron en la pantalla de la computadora, mostrando diseños bastantes bonitos del interior.

—Hyungcito, diseñé esto hace unos meses... aunque no es necesario seguir sí o sí como están aquí, al menos encontrar algún lugar que se adapte a nuestras necesidades es mas que...

Entonces, Lee no dejó que terminara aquella frase para plantearle un beso. Condujo sus manos hasta dejarlas en la estrecha cintura y abrazarla, para luego bajarlas levemente y posarlas sobre sus glúteos.

—Hyungcito... —retó.

—Se deslizaron solas, lo juro —Jisung rio, apoyando su cabeza sobre el pecho, mientras que los dedos de Lee, volvieron a su cintura.

—Seguro que sí.

—No te voy a mentir... me asusté un poco con tu reacción, pensé que me había equivocado de momento, pero es que te veías tan lindo hablando sin parar, que lo dije sin pensar bien. Pero ya está hecho, y me quedo tranquilo con que fue una idea que tuvimos ambos. 

—Si ya vive mas en mi casa que en su departamento... ¿podemos planear todo cuando mamá esté de vacaciones? porque quiero pasar al menos tiempo juntos, aquí en nuestra casa... además de que nos ayudaría muchísimo.

—Claro, no me opondría a eso. Ahora que lo pienso... mi madre también querrá participar.

—¡Si! Harim noona también tiene buen gusto, supongo que si hay algo que no podamos conseguir como lo está en el plano, ellas nos ayudarán. ¡Eso me emociona! pero... hay un problema —Minho frunció sus cejas, apartándole un pequeño mechoncito de los ojos ajenos—. Cuando me emociono hablo, ¿está mal si se lo cuento a Felix y Jeongin? 

—No lo creo, porque Changbin y Hyunjin ya saben lo que quería proponerte.

—Si eso es verdad, ya todos saben.... ni modo, no digo nada. 

Jisung se cruzó de brazos y fácilmente salió del agarre de su novio para sentarse en la cama, mientras lo escuchaba tentarse. Una vez calmado, Minho se sentó en la silla del escritorio, comenzando a balancearse de un lado a otro, ya que estas tenían ruedas, porque quieto, nunca.

—Les pedí que no dijeran nada... —la sonrisa se desarmó rápidamente y se acercó a la cama, aun sentado, para dejar ambas manos en las piernas del ajeno, apoyándose allí—. ¿Realmente mantuviste esos diseños escondidos de tus amigos?

—Uy, atrapado...  puede que les haya enseñado algo, pero no dije para qué era. Ellos saben que estudiaré diseño, nunca dije si de moda o interiores, todavía no lo se muy bien... así que les dije que estaba practicando.

—¿Y cuándo hiciste eso?

—Aun estábamos en la escuela, aunque yo me tenia que quedar en casa porque mis bracitos seguían quemados... ya sabe.

—Ah, por eso yo no recibía dibujos  —le pinchó la nariz a modo de juego.

—No, pero diseño de su casita no le falta.

—Bien dicho —felicitó, asintiendo—. ¿Vamos a almorzar?

—¿Con los demás?

—Un mes viéndolos todos los días, niño, ¿no te cansas?

—No, ¿tú sí?

—La verdad es que no... les mandaré un mensaje, sino vamos tú y yo.

—Extrañaré ese restaurante al que íbamos, era todo tan completo... no necesitamos ir a ningún otro lado, solo ahí...

—Jeju no está ni a tres horas, cuando sientas ganas de ir, vamos y tenemos hospedaje gratis. A no ser que, lo que extrañas es el gimnasio y no el restaurante —Minho sonrió, Jisung lo vio y lo descifró, pero no sabia exactamente porqué iba a extrañar el gimnasio si nunca lo visitó, solo para aquella vez que...

Sus mejillas se pusieron rojas.

—¡Hyungcito, como va a decir eso!

—Lo captaste muy rápido, estás aprendiendo —esbozó una sonrisa de lado, observando atentamente como Jisung se ruborizaba cada vez mas.

—¡Lee Minho!

—Me callo.

Quitó ambas manos del cuerpo ajeno y se alejó del rubio, quien segua con sus brazos cruzados. 

—Vaya, Min... antes no hubieses obedecido.... —pensó en voz alta, notando como su novio asentía levemente.

—¿Y si mejor no tocamos el tema? digo, para qué mencionar el pasado ahora, cuando podemos hacerlo en cualquier otro momento, ¿no? vamos a desempacar.

—¡Vamos!

Saltó de la emocionó y cuando se dirigía a la puerta, noto como Minho no lo seguía, así que se volvió, y tomó ambas manos ajenas, para tirar de ellas y levantarlo de la silla, sin embargo, se tropezó con sus propios pies y cayó a la cama, con su novio arriba, quien tenia una sonrisa burlesca.

—¿Y ahora de qué se burla? —golpeó levemente su pecho con las dos manos en forma de puños, intentando que se alejara, pero no hizo caso, aun así, no le molestaba que se quedara de esa manera.

—Si quieres hacer algo, solo dilo, no hace falta las escenas clichés.

—¡Cliché su abuela! —exclamó, consiguiendo que el pelinegro alzara sus dos cejas con la típica expresión de que le diría a su abuelita lo que acababa de decir—. Es que... es que... los clichés no tienen nada de malo, son bonitos, por eso se repiten, no solo en historias, sino en películas, por eso dije "cliché su abuela", porque ella es bonita —y cerró fuertemente sus ojos, como si eso evitase la carcajada que Minho largó.

—Eso fue impresionante, te acabas de salvar de una manera que no tienes idea —Jisung le sonrió—. Te amo —dijo, finalizando con un beso en una de sus mejillas preferidas, la mas suave por criterio del rubio, porque para él, ambas lo eran.

—Yo también lo amo, hyungcito —tiró de la camiseta ajena para que sus labios se plantearan sobre los suyos, formando un dulce e inocente beso.

¿Un laberinto? ¿Desde cuando estaba eso en el patio de su casa? era imposible, pero tenia que atravesarlo, porque estaba jugando con Minho y él se había metido ahí. 

Entonces, no era peligroso. Por eso se detuvo a pensar en si entraba o no, pero como su hyungcito entró sin siquiera hacerlo, era porque no había nada malo. Sin embargo, no lo encontraba. Empezó a recorrer despacio cada rincón para encontrar la salida, o al menos a su novio, así ya no era el único perdido. Pero todos los rincones a los que entraba eran un lugar sin salida, y eso lo estaba abrumando, ocasionando que su corazón comience a palpitar desesperadamente.

El laberinto estaba formado por arbustos de un color verde oscuro, un poco mas altos que él, y muy de vez en cuando, se encontraba con una flor blanca, que en el centro tenia algo amarillo, no sabia como se llamaba, pero era grande y preciosa, por ello, las comenzó a juntar hasta tener un pequeño ramo, que por su belleza y por estar concentrado en encontrar mas flores, se le olvidó el hecho de que tenia que encontrar una salida.

—¡Hyungcito, ¿dónde está?! —gritó, con su voz rota.

—Aquí estoy, bebé.

Se dio la vuelta pensando que estaba allí, detrás suyo, pero solo se encontró con mas arbustos verdes que lo comenzaba a odiar. No sabia cuanto tiempo había pasado, pero el cielo estaba oscuro, y al querer ver su casa, esta ya no estaba, al igual que el ramo de flores, habían caído, porque al verlas todas marchitas se asustó.

¿También le quité la vida a esas preciosas flores?

Comenzó a correr como nunca, asustado, con su cuerpo temblando y con el corazón a punto de dispararse de su pecho, pero, ¿a dónde estaba yendo? o mas bien, ¿a dónde tenia que ir?

—¡Hyungcito, por favor, ya no me gusta este juego! ¡Hyungcito, hyungcito!

—Aquí estoy, Jisung despierta.

Se detuvo, o mejor dicho, se paralizó del miedo, quien apareció no fue su hyungcito, sino Yunho, cubierto de sangre. Parecía tener un golpe en la cabeza, pero no lo podía distinguir muy bien, solo que la sangre salía sin parar.

—Ven Sunggie, te guiaré hasta la salida.

—No, quiero a mi hyungcito —su voz salió entre cortada, y retrocedió un par de pasos hacia atrás, en caso de que lo comience a perseguir, al menos tenia esa distancia de ventaja.

—Sabes que él fue culpable de todo, ¿por qué lo sigues queriendo?

—¡No fue su culpa! ¡Él da todo por mi, ¿por qué lo iba a dejar por alguien como tú? esta vez no dejaré que me lleves!

Sus pies quedaron inmóviles, no podía darse la vuelta para correr, porque él se estaba acercando, y lo hacia tan rápido que en un abrir y cerrar de ojos lo tenia delante suyo.

Y fue ahí, cuando se despertó. Sus orbes enrojecidos y llorosos, pasaron por toda su habitación, para cerciorarse de que estaba ahí, de que esa era la realidad y no otro sueño. Asustado y con su cuerpo tembloroso, se sentó sobre el colchón, observando como Minho dormía plácidamente. Esta vez, no lo había despertado con gritos, y aun así, en sus pesadillas lo ayudaba a despertar.

Quiso acariciar su rostro, pero el llanto le ganó la carrera y fue tan audible que Minho se despertó, un poco desorientado, pero cuando lo vio, su cuerpo se colocó en estado de alerta como si fuese por inercia.

—Ven aquí —recostó su espalda contra el respaldo de la cama y logró que Jisung se acomodara sobre su pecho—. Tranquilo... tranquilo, bebé. 

—¿Cuando dejaré de tener estas pesadillas? —preguntó al cabo de unos segundos.

—No puedo decir eso con certeza... pero has pensado en hablar con Jeongyeon?

—Sí... mamá habló con ella para que vuelva... y es posible que vuelva a la medicación, no lo sé... ¡pensé que había progresado!

—Lo hiciste, no tienes porqué decir eso. No sabes si tienes que volver, pero si lo haces, tienes que estar tranquilo, porque al progreso sí lo has hecho, no pienses en otra cosa.

—Es difícil pensar solo en eso, ¿por qué la cabeza se ocupa solo de lo negativo? odio eso.

—Lo sé, yo también lo odio, pero así es el progreso, ¿o no? eres la única persona positiva que conozco, no tienes porqué dejar que esos malos pensamientos te ganen, eres mucho mas que eso. Y si vuelves a la medicación, tienes que centrarte en que te ayudarán, tal vez te den pastillas para dormir, calmar la ansiedad o cosas así, y eso es bueno, solo la tomarás por un tiempo y luego van a disminuir la cantidad de la dosis. Mírame a mi, hace un año tomaba todos los días pastillas para dormir, hasta que poco a poco fui disminuyendo y pude dormir tranquilo, y sobre todo, solo. Sin embargo, el insomnio volvió y yo no quería ir a mi doctor porque sabia lo que iba a decir, así que compre las mismas pastillas de siempre y me ahorré un viaje hasta el consultorio y luego volví a dormir por mi mismo. Volver a una rutina no significa retroceder todo lo logrado, a veces es hasta mejor y te ayuda.

Jisung levantó la cabeza y sentó a horcajadas mientras limpiaba sus lágrimas.

—Tanto en mi pesadilla como en la realidad, Yunho quería convencerme que tú no eras bueno para mi... pero él ni siquiera me entendía y quería que todo se haga a su manera, al menos tú tratas de entenderme y no me fuerzas a nada que no quiera. Aun así, pensaba que lo iba a elegir a él, solo porque distorsionaba las cosas y trataba con todo su enojo en que yo me creyera eso.. ¿por qué una persona puede ser tan mala? y no solo Yunho, sino Wonwoo... ah, espero que esté bien en la cárcel —aquello hizo reír a Minho.

—No todos encuentran a una persona como tú, y creo que no todos tienen voluntad de cambiar sus errores. Aun así, me sigo preguntando, como diablos hiciste para tener tanto efecto en mi.

—Porque tú nunca fuiste malo, solo tomabas malas decisiones. Vivió con un padre abusivo y una madre que tenia miedo también. ¡Elegí a la persona correcta! si me hubiese rendido, no estaríamos aquí.

—Y probablemente le hubieses dado una oportunidad a Yunho.

—Guacala —Minho largo una carcajada, mas porque el rubio se cubrió la boca con sus manos al decir aquello—. No quise decirlo así... tengo que tener mas respeto, él... falleció.

—Y hasta enterrado te molesta.

—¡Hyungcito!

—Si es verdad, sino, no tendrías pesadillas.

—Bueno... —desvió la mirada, alzando levemente las cejas, le daba la razón.

—Son las tres de la mañana, yo digo que veamos una película —notó que Jisung abrió la boca para contestar, pero le interrumpió—. Si vas a disculparte por haberme despertado, ahórrate eso, por que no voy a aceptarlo —y se quedó callado, mirando hacia otro lado, pero a los segundos, tenia sus preciosos ojos puestos sobre los suyos.

—Iba a decir que una de Barbie.

—Así me gusta.

Ambos se sonrieron y fue por parte del menor, quien se inclinó para darle un beso, para luego acomodarse sobre su pecho, emocionado por la película.

Emocionado por tener a su hyungcito a su lado.

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