Capítulo 57 |Hürrem²

























Nükhet observo sonriente como la noche caía desde la ventana de su balcón, el cielo estrellado hacia el ambiente aún más cálido, desde que se había convertido en concubina disfrutar de la tranquilidad que le daba su soledad era casi inexistente, por lo cual ahora que sus hijos estaban grandes podía disfrutar su tiempo a solas.

—Majestad - Nürhan se acercó y se reverencio -La hatun esta lista.

—Traela quiero verla. - Nürhan miro a la criada tras de ella y esta salió -Trae la medicina.

—¿Está segura de esto? Usted podría ir...

—¿Me ves con cara de que quiero ir? - Nürhan negó —Quiero una noche tranquila por hoy.

—¡No me toquen! - Nükhet suspiro, la rubia fue obligada a arrodillarse y a bajar la cabeza -¡Déjenme ir!

—Aunque no queramos debemos hacerlo si pertenecemos al harem - Nükhet la miro fijamente -Aunque lloremos, gritemos o pataleemos no podemos negarnos, es una maldición disfrazada de oro y títulos.

—Pero no quiero mi señora - Nükhet asintió.

—Te entiendo - Nükhet le tendió el cuenco -Pero también entiendo mi deber como la mujer más poderosa de este harén, y ese es enviarle mujeres a su majestad, eres mujer, joven y bonita, estas en mi harén y bajo mi mando, aunque grites no podrás negarte, no tenemos una opción o voto, cuando escales alto y creas que tienes poder, tampoco podrás decidir por ti misma - la joven negó.

—Toma eso niña - Nürhan hablo finalmente, la joven tomó el cuenco y bebió el contenido de un golpe.

—¿Qué es?

—Es para garantizar tu diversión -Dijo sin darle importancia -Llévala.























La joven fue arrastrada por todo el harén hasta el camino dorado, Nürhan le daba indicaciones que esta quería tomar en cuenta, quería correr lejos y no regresar jamás.

—No quiero.

—Yo tampoco quise, la haseki tampoco quiso, así que no tienes opción niña - Nürhan la empujo hacia adentro.

Una vez adentro miro a todos lados con nerviosismo, se arrodillo a como le habían indicado y rezo a los cielos salir ilesa aquella noche.

Pero sus súplicas fueron calladas de golpe, una mano callosa tomó su mentón y aunque quiso negarse el mayor la alzó de un tirón y la beso sin darle tiempo de negarse o hablar.

Tenía tanto miedo que incluso sus piernas dejaron de responder le, a sus quince años pensaba en ser comprometida con un buen joven, llevar un noviazgo puro y sincero y llegar al matrimonio a como dios mandaba, pura y amada.

Pero ahora estaba ahí, siendo tocada por un hombre de la edad de su abuelo, siento tocada asquerosamente por todo el cuerpo y siento besada por aquella boca asquerosa.

Cuando menos lo pensó estaba en la cama sin su ropa puesta, su estado era de puro shock, no podía ni si quiera mover su boca para gritar o pedir piedad y el dolor terrible que sintió en su entre pierna cuando el mayor la tomó fue indescriptible.

Ese día había muerto una parte de ella y solo quedaría un cascarón vacío buscando como morir.
























Nükhet tocó su cabeza varias veces, se estaba arrepintiendo en grande por aquella decisión, pero si no era ahora, era mañana o pasado, aquella joven de todos modos sería notada por Süleyman.

—Debería de descansar, es tarde y las sábanas en sus aposentos ya fueron cambiadas.

—¿Había sangre? - Nürhan asintió - Dale la medicina nuevamente, asegúrate de darle unos aposentos alejados del harén y tratala bien...

—Sentir pesar no ayudará en nada - Nükhet suspiro -Es nuestro trabajo sultana.

—Es un horrible trabajo, por eso quiero que suceda de forma natural con mis hijos... que amen y que encuentren a alguien que los amen, no como yo...

—La vida trae buenas recompensas y malas, así que no se preocupe, todo irá bien con ellos.


















Süleyman observo a Nükhet ingresar, tenía tantas dudas y preguntas y hablar con su esposa le ayudaría.

—He pensado en darle Manisa a uno de los príncipes - Nükhet asintió.

—¿A quien tienes en mente?

—Eso te pregunto a ti - Nükhet alzó una ceja -¿Tienes alguna idea?

—Bien sabes que diré que uno de mis hijos Süleyman, ellos siempre son mi prioridad - Süleyman asintió - Tienes tres opciones buenas, Mustafa, aunque tiene ideas poco fuera de la piedad filial, es un buen gobernador, Iskender ha sabido llevar dos provincias gracias a tu pedido, las ha hecho prosperar y sus pobladores no se quejan y luego tenemos a Selim, centrado, sabe administrar su dinero y nadie se queja de él.

—¿Bayaceto? ¿Levent?

—A Levent le va bien, pero hablamos de tu heredero, lo amo como mi hijo pero entre todos Iskender es el más calificado, prometo ponerme más atenta con ellos y guiarlos en su trabajo - Süleyman asintió —No pondré quejas de Bayaceto, tu sabes lo que tienes de hijo, es un ser amable pero aveces esa amabilidad es una ignorancia.

—Tengo un trabajo difícil.

—Ya sabes la respuesta, solo anotala y dila en voz alta - Süleyman suspiro.




















La noticia se regó como pólvora, Nükhet salió de sus aposentos corriendo perdiendo el decoro, Mihrimah quien estaba en su palacio tomó el carruaje tan rápido como pudo, aquella noticia estremeció a amigos y enemigos.

—Hürrem - Nükhet fue la primera en recibirla -Bienvenida amiga mía.

—Nükhet -la mayor se acerco a darle un abrazo, el tiempo que paso lejos no había sido amable con ella, incluso siendo más joven que Süleyman se miraba mayor, había crecido tanto estando lejos.

—Ve con tus hijos - Nükhet se aparto y le dio lugar a Mihrimah, la joven se lanzó a sus brazos y lloro por todo el tiempo que habían perdido.

—Ven Cihangir - El menor observo a Nükhet.

—Ve Cihangir, esperaste mucho por tu madre - el suspiro, era un joven amable y bondadoso pero había borrado todo buen recuerdo de su madre.

—Mi madre eres tu - Hürrem borro su sonrisa -Bienvenida sultana - se dio la vuelta y entro.

—Lo siento... el se apego a mi desde que desapareciste.

—No te preocupes, veo que cuidaste bien de él, comprendo su negativa y agradezco que le dieras un buen trato, con el tiempo me aceptará de nuevo.






























Hürrem ha regresado, la verdadera pelea comienza.

Mis redes.

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