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Aemond se encontraba bajando las escaleras para ir directo al comedor con la esperanza de encontrarse a su reciΓ©n esposa en el gran comedor y poder tener su primer desayuno juntos como casados oficialmente. Sin embargo, lo siguiente que escucha lo hace sentirse celoso pues no solo distinguiΓ³ la voz de Eaddelyn, sino estaba sus demΓ‘s hermanos y hermana presentes.

-Porque te besΓ©, ese es el problema?- desata Aegon descarado.

Acto seguido, se escucha como alguien le da una cachetada en su mejilla -oh mierda!- exclama Daeron sorprendido.

-Deja de tratarme como una chica que estΓ‘ obsesionada contigo- advierte Eaddelyn Stark amenazante.

Con eso, el prΓ­ncipe se dio cuenta de lo que habΓ­a pasado, por lo que se deja ver ante todos y lo miran muy sorprendidos -cΓ³mo?!- busca respuestas ante su hermano mayor.

Aegon le sonrΓ­e burlΓ³n a su hermano -como oΓ­ste, Aemond. BesΓ© a tu esposa- afirma orgulloso.

Lleno de furia, Aemond camina directo a Aegon -esto no se va a quedar asΓ­, Aegon- ya estaba listo para golpear a su hermano, sino fuera porque la norteΓ±a se pone en su camino.

-Aemond! Espera!- detiene Eda.

Consumido por los celos, le regala una mirada de traiciΓ³n a su esposa -quΓ© hacΓ­as en primera con Aegon?- cuestiona enojado saliendo del castillo

La lobo sale a perseguirlo para aclarar la situaciΓ³n -no estaba con Γ©l!- defiende.

-EscuchΓ© que se besaron apasionadamente- reclama el prΓ­ncipe tuerto aΓ±adiendo drama.

Eaddelyn controla sus sentimientos -Γ©l me besΓ³ a mi!!- reclama con coraje.

QuizΓ‘ todo este tiempo Aemond Targaryen habΓ­a estado viviendo en una estΓΊpida fantasΓ­a donde todo era paz y armonΓ­a sin alguien que interviniera entre su amada y Γ©l -no importa...- responde triste -nunca serΓ© suficiente, yo nunca serΓ© suficiente para tu familia y nunca voy a ser suficiente para ti- insiste dolido.

Rueda sus ojos frustrada y cansada -podemos entrar, por favor?- pide calmada.

-No! TΓΊ entra- desvΓ­a el platinado.

Intenta tomarlo de la mano pero este se aleja -tienes que venir conmigo- responde.

-Por quΓ© deberΓ­a?!- demanda una respuesta.

-Porque vas a ser padre- suelta Lady Stark haciendo que Aemond quede congelado.

Estaba procesando lo que su esposa le acababa de decir -esperamos un hijo?!- dice sin aΓΊn creerlo.

-Si, Aemond- responde Eda a punto de soltar una lagrima.

Las intenciones del prΓ­ncipe Targaryen eran tomar a su amada por su cintura para poder alzarla al aire y juntos dar vueltas pero en ese preciso instante, unos ruidos extraΓ±os provenientes de fuera hacen despertar del hermoso sueΓ±o que estaba teniendo Aemond. Maldijo en bajo al caer en las tentaciones de su sueΓ±o, no obstante, estaba agradecido porque su hermano jamΓ‘s besΓ³ a quien iba a convertirse en su esposa.

Por fin iba a tener su final feliz. Sino fuera porque tocaron la puerta de su cuarto, el tuerto indica que pueden pasar y era su madre junto con su abuelo Otto Hightower -ella estΓ‘ aquΓ­?- cuestiona Alicent nerviosa.

Aemond restriega sus ojos para despertar completamente -quiΓ©n?

Otto se acerca -hablamos de Lady Stark, no la has visto?- pregunta calmado.

-No, si mal no recuerdo, la mandaste a su propio cuarto cuando insistΓ­ que podrΓ­a quedarse a dormir conmigo, madre- recalca Aemond.

Alicent y Otto se miran -le tienes que decir, Alicent- pide la mano del rey.

-Decirme quΓ©?- cuestiona Aemond serio.

La reina traga saliva -Aemond, querido- se acerca a su hijo -el consejo ha recomendado que tenemos que aprovechar de las ventajas de la hija de Lord Rickon...

-A dΓ³nde planeas dirigirte?- temΓ­a por la respuesta.

Se encoge de hombros -por el bien de nuestra sangre y proteger a nuestra familia, hemos tomado la decisiΓ³n de casar a Lady Stark con tu hermano Aegon para asegurar el apoyo en el Norte- detalla Alicent.

Los gestos de Aemond lo decΓ­an todo, esto era peor que la primera parte de su sueΓ±o. CΓ³mo podΓ­a ser esto posible?! Su madre ya le habΓ­a prometido que serΓ­a Γ©l mismo quien se casarΓ­a con la lobo. No su hermano -no! CΓ³mo te atreves!!- se levanta de la cama -habΓ­as autorizado mi matrimonio con Eda!- reclama. -QuΓ© hay de mi hermana Helaena quien es la prometida de mi hermano!?

-Aemond- irrumpe su abuelo -es mejor estar preparados para anticipar cualquier situaciΓ³n.

-Son increΓ­bles!- responde sarcΓ‘stico.

Ante la actitud brusca que comenzaba a demostrar, Alicent buscΓ³ ayuda -trae a ser Criston- pide a Otto quien abandona de inmediato el cuarto.

El prΓ­ncipe no era ningΓΊn ingenuo -crees que ser Criston me va a contener?! Piensas que me va a detener mi bΓΊsqueda por mi esposa!!??- estaba cabreado.

-Lo siento, Aemond. Yo tampoco querΓ­a que las cosas pasaran asΓ­- se lamenta.

Suelta una pesada carcajada una vez que ser Criston llega -buena suerte intentando encontrar a mi Eda- desea -probablemente ella se ha enterado de sus planes y ahora mismo estΓ‘ partiendo al Norte.

-La chica es lo bastante inteligente como para no emprender un viaje que dura aproximadamente un mes- seΓ±ala Otto -debe seguir en Desembarco del Rey.

-Me encarguΓ© de que Daeron tambiΓ©n buscara en el castillo de la Lady Stark- avisa ser Criston.

Alicent camina hacia ser Criston -te pido que no dejes salir a Aemond hasta que hayamos encontrado a Lady Stark- ordena.

El prΓ­ncipe buscaba mΓ‘s maneras de retrasar la boda -quΓ© hay de Aegon? Lo sabe?

-Aegon sigue dormido en su habitaciΓ³n- responde Otto -yo le darΓ© la noticia, no te preocupes- dice y finalmente los Hightower se van.

Aemond intenta abrir la puerta sin Γ©xito alguno -dΓ©jalo ir, mi prΓ­ncipe- detiene Cole -el amor solo te destruye- confiesa.

Respira profundo -deberΓ­a ser yo! Aegon no merece a una mujer como lo es Eaddelyn...- discute hecho pedazos.

-Es mejor asΓ­, crΓ©eme- recarga una mano en el hombro del chico -el estar enamorado de alguien se considera peligroso porque nos distrae de nuestro objetivo.

-No! TΓΊ no conoces a Eda...!

-QuΓ© mΓ‘s da?- interrumpe el escudero -todas las damas son iguales, no importa de dΓ³nde vengan- revela.

-Eaddelyn no lo es!- insiste fielmente -te ordeno que me dejes ir ahora!!- alza la voz.

Agacha la mirada -lo siento, mi prΓ­ncipe- sin previo aviso, ser Criston noquea al prΓ­ncipe tuerto de un solo golpe -no volverΓ© a bajar mi guardia- dicho eso, se encarga de amarrar a Aemond a la cama para evitar que escape con mΓ‘s facilidad.

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