Sin responder nada más, los dos hermanos llegaron a la casa en la que habitaban, al segundo de pisarla, te dirigiste hacia tu cuarto para sacar maletas, mientras tu hermano te seguía con rapidez para buscar una explicación ahora que estaban solos.

—¡Hermana!, ¡¿Podrías explicarme el por que debemos irnos?!—con nervios a flote, te miro empacando

—Es algo complejo de explicar...pero necesito que vayas a alistar tu maleta, nos vamos al anochecer, ¿Entendió?—el rubio sintió escalofríos al ver hablar tan seriamente, que sin rechistar pero con muchas preguntas en mente, se dirigió hacia su habitación y empacar 

—Necesito sacar de este país cuanto antes...le prometí a nuestros padres que te protegería a pesar de todo...—hablaste sola, tu mirada perdida en tus pensamientos buscando un país que nunca los encontrarían

. . .

La noche había caído, ya con lo necesario en las maletas, salieron rumbo al aeropuerto, tu hermano no sabia de donde habías sacado un auto, pero no quiso preguntas por las dudas. 

La cielo nocturno y las calles, se mostraban tan tranquilas, que deba un poco de miedo. Conduciendo con un poco de rapidez, frenaste de la nada cuando visualizaste una persona conocida para ti.

 —¿Senju?....—confundida, esa albina, te había ido a buscar para que te unieras a su pandilla luego de escuchar rumores sobre, obviamente la rechazaste, pero después de eso, siempre sentías que alguien te vigilaba

La chica, se acerco al carro de ustedes corriendo, y al llegar, te "hablo" a través de la ventana cerrada del auto.

—¡No puedes irte!, ¡No puedes!....si te vas...yo iré contigo!—la determinación de la chica y su rostro decidió, te dio un revuelco en tu estomago, te habías quedado sin palabras y no sabias por qué

Takemichi miraba la escena con un rostro neutro, no le gustaba para nada como la estabas mirando cuando esa chica dijo eso, un sentimiento de disgusto inundo su pecho, y actuó al instante.

—¡Hermana!, ¡Debemos irnos antes de que se nos haga tarde!—con un rostro "asustado", hablo en voz alta con desesperación fingida, solo quería irse contigo

Ese grito te había vuelto a tus sentidos, con una leve sonrisa en el rostro dedicándole a la chica, arrancaste el auto para irte, sabías que ella estaba enamorada de ti, o mejor dicho, obsesionada, pero desde que la conociste nunca mostro un comportamientos impulsivo, bueno, lo controlaba, no como otros que se notaba a kilómetros.

Pero aun así, no podías tener una conexión con ella, por tu seguridad y la de tu hermano.