❝O2. - 𝙎𝙚𝙘𝙪𝙚𝙨𝙩𝙧𝙖𝙙𝙖 ❞
𝑯𝒐𝒚 𝒑𝒓𝒆𝒔𝒆𝒏𝒕𝒂𝒎𝒐𝒔
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Secuestrada
╰───⌲Cap. 𝐎𝟐 . ༣. . ·
Despertaste bastante desorientada, y pudiste notar que estabas amarrada a una silla de metal, con algo tapando tu boca impidiendo que hablaras, tus manos estaban amarradas con una soga detrás de la silla, al igual que tus pies.
Notaste que todas tus heridas estaban desinfectadas y curadas, tus vendas te cubrían todo tu abdomen, al igual que tus brazos, para finalizar hasta llegar a tu cuello. Tenías algún que otro curita en tu rostro, y tu cabello estaba acomodado en un chongo. ¿Quién fue tan amable de curarte? No lo sabías.
De repente, recordaste al tipo del callejón. ¿Quién era él? ¿Por qué te secuestró? ¿Qué deseaba él de ti? Demasiadas preguntas comenzaron a rondar por tu mente, no sabiendo lo que sucedería a partir de ahora.
—Ya despertaste, es un milagro, llevas dos semanas inconsciente -dijo una voz ronca que llamó demasiado tu atención.
Volteaste a ver a la persona, y pudiste notar a un joven hombre de unos diecisiete años de edad. Su apariencia era de cabello azulado grisáceo, labios resecos, unas ojeras visibles, y una herida en los labios. Llevaba ropa negra, y tenía una mano en su rostro. ¿Por qué te era extrañamente familiar?
Te diste cuenta del lugar en el que estaban. Era un bar algo pequeño, y simplemente estaban los dos en ese lugar.
—¿Dejarás de verme como estúpida? -pregunta, levantándose de su asiento para acercarse a ti y quitarte lo que tapaba tu boca.
—L-Lo siento -susurraste cabizbaja.
—Iré directo al punto -dijo- Estás atrapada en mi dimensión, supongo que tú ya me conoces como Shigaraki Tomura- sonríe.
Abriste los ojos sorprendida, dándote cuenta de que tenía razón. Habías visto a ese joven, se te hacía conocido, sin embargo, no le diste importancia. Pero a pesar de eso, el bar era completamente diferente a como era en el anime. ¿Dónde estabas? Este lugar jamás lo mostraron en el anime.
—Supongo que ya sabrás para qué te quiero -su sonrisa era demasiado macabra, te daba muchos escalofríos.
—N-No -susurras con miedo.
—Bueno -sonríe y toma tu rostro entre su mano- Quiero que te unas a mí -sonríe.
—¿Q-Qué? -preguntas asustada- N-No -niegas rápidamente. Te daba miedo lo que podía hacerte ese hombre si te negabas, pero no querías unirte a él, no querías dañar a personas inocentes. No querías ser un monstruo como tu padre.
Este te da una cachetada, lo que te asustó de inmediato, trataste de reprimir el sollozo y gemido de dolor que amenazaban con salir por tu boca. Shigaraki tomó tu rostro con fuerza, y te obligó a verlo a los ojos. Esos ojos brillantes que te daban tanto miedo desde la primera vez que lo viste en el anime.
—¿Acaso tienes miedo de que te haga algo? -sonríe, a lo cual asentiste sacándole una risa algo aterradora- Te daré una semana para pensarlo, si en esa semana no decides, te desintegraré de una -suelta bruscamente tu rostro y sale de la habitación dejándote completamente sola.
Trataste de no llorar, pero te fue imposible, una lágrima cayó seguido de otra, mordiste tu labio inferior, para que no escuchara que estabas llorando. De repente, sentiste como te tapaban delicadamente con una cobija.
—¿Qué? -susurras.
—Hace bastante frío, señorita, no es recomendable que se enferme -dijo una voz, la cual reconociste de inmediato.
—¿Kurogiri? -preguntaste esperanzada.
—Claro señorita, es un gusto conocerla -neutral- Lamento el comportamiento de Shigaraki Tomura -cierra sus ojos.
—N-No hay por qué disculparse -niegas nerviosa.
—¿Tiene hambre? Notamos que su peso no es normal para usted -dijo.
—S-Si no es mucha molestia -sonríes apenada.
Este asintió y así como apareció, desapareció.
Suspiraste y echaste tu cabeza hacia atrás, reposando esta en la pared. Lágrimas comenzaron a salir y tú no hiciste nada por detenerlas. Estabas pensando que era de tu padre, si estaba preocupado (Aunque era algo imposible), que era de tus maestros que se preocupaban por ti, que había pasado con Pablo.
Tus pensamientos se vieron interrumpidos debido a que sentiste como te desatan las manos. Viste como una mesa aparece frente a ti y Kurogiri coloca la comida frente a ti.
—Buen provecho -neutral.
—Gracias -susurraste.
La comida era una pequeña ensalada, con arroz blanco y filete de cerdo (katsudon). Kurogiri te había dado una cuchara, y comenzaste a comer, debido a que no sabías como utilizar los palillos.
El sabor de la comida en tu boca te dio una sensación que necesitaba ser llenada de inmediato, ya que casi no comías.
Comiste con demasiado cuidado, y al terminar, Kurogiri te limpió la boca con una servilleta de tela.
—Debo irme -dijo.
—Gracias -en voz baja.
—No hay de que -desaparece.
Sin duda serían días bastante largos.
• • •
Una semana había pasado desde tu llegada, la mayoría del tiempo Shigaraki te daba de comer simplemente agua y un pan, pero cuando no estaba, Kurogiri te traía todo lo posible para que no murieras de hambre. Kurogiri era el único que parecía tener corazón aquí, siempre te alimentaba, te arropaba, te acariciaba la cabeza, incluso te hizo reír un par de veces.
Sabías quién era Kurogiri, y a pesar de ser un Nomu, este todavía tenía ese corazón bondadoso que tenía cuando era Oboro Shirakumo.
Ahora mismo te encontrabas sentada en un sillón que tenía tu ahora habitación.
Desde el segundo día, fuiste enviada a una pequeña habitación, donde había una pequeña pero cómoda cama. También tenía un baño pequeño, pero donde podías bañarte y hacer tus necesidades.
Lo malo, era que esta habitación simplemente tenía una pequeña abertura en la pared, formando una pequeña ventana y tenía una reja para evitar que te escaparas.
Esta habitación también tenía una puerta de metal con bastante seguridad, ya que si esta era abierta sin que alguien lo hubiera autorizado, mandaría una alarma a Shigaraki para que llegue de inmediato.
Suspiraste, dejando caer tu cabeza en el cabezal de la cama, pegando tus rodillas a tu pecho y rodear estás con tus brazos.
—Mejor que me maten, ya no quiero vivir -pensaste. ¿Por qué el mundo era tan cruel? ¿Por qué no podías tener un momento de paz? ¿Por qué sufres? ¿Acaso hiciste algo malo? ¿Por qué todos son tan crueles contigo? ¿Por qué nadie va a salvarte?
Un sonido en la puerta te sacó de tus pensamientos, esta fue abierta y Shigaraki Tomura entró a la habitación. No se notaba de buen humor.
Se acercó a ti y se sentó en la cama. Se retiró la mano que tenía en su rostro y volteó a verte directamente a los ojos.
—¿Ya has tomado una decisión?
Temblorosamente, negaste, Shigaraki al ver esta acción se enojó y golpeó la pared que estaba justamente al lado. Diste un brinco en tu lugar por el susto.
—Ya sabes lo que te espera, ¿verdad? -sonríe.
Sabías que te esperaba, pero no te importaba. Si eso significaba el ya no vivir así, tomarías el riesgo.
Asentiste y este sonríe aún más.
—Supongo que será fácil ¿No es así?
Asentiste sin decir nada más. Este sonríe y acerca su mano a tu rostro para desintegrarte, cerraste los ojos, esperando que lo hiciera, pero la voz de Kurogiri llamándolo resonó en toda la habitación.
—El jefe lo llama -dijo.
Este suspira y se levanta para dirigirse a la puerta, no sin antes dirigirte una mirada que interpretaste como "Esto no ha acabado, de esta no te escapas".
Kurogiri te dio una última mirada, antes de desaparecer junto con Shigaraki.
Suspiraste y te colocaste en la cama, dejando caer nuevamente tu cabeza en el cabezal de la cama. Lágrimas comenzaron a caer por tu rostro nuevamente y sacaste todo lo que llevabas acumulando durante todos estos años.
Simplemente, querías desaparecer de la faz de la tierra. Ya nada tenía sentido para ti, ya que las personas que considerabas importantes, ya no estaban contigo en estos momentos. Solamente, querías morir y estar con ellos nuevamente, para poder descansar en paz al fin.
Tus pensamientos se vieron interrumpidos, debido a que las alarmas comenzaron a sonar por todo el lugar. ¿Qué estaba sucediendo? ¿Acaso alguien se infiltró?
Sonidos de disparos, gritos, explosiones, entre otras cosas, comenzaron a escucharse. Fuera del lugar, se escuchaba las sirenas de las ambulancias y de los policías.
Te estabas preguntando que era lo que estaba pasando, ya que no era normal que eso se escuchara, y más si este no era un lugar concurrido, pues por lo que te dijo Kurogiri, este era un lugar abandonado a las afueras de la ciudad. ¿Cómo consiguieron llegar a este lugar?
Minutos habían pasado desde que empezó todo esto, y simplemente estabas sentada en el suelo al lado de la cama tapando tus oídos, en un intento de calmarte. Esperabas que no fuera alguien malo.
Pasos se escucharon fuera de la habitación, y volteaste a ver a la puerta. Esta fue abierta, y quien entró a la habitación te dejó sin aliento, alguien que te volvió a dar esperanzas.
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