𝐕
𝚂𝚎𝚙𝚝𝚎𝚖𝚋𝚎𝚛 𝟸𝟷, 𝟸𝟶𝟸𝟸
𝙿𝚛𝚎𝚜𝚎𝚗𝚝
Alessia caminaba rápidamente por los pasillos desolados de la universidad, todavía molesta. Su mente no podía dejar de repasar la forma en que Charlotte se había dirigido a Hayden, cómo lo había mirado y cómo él había aceptado la invitación tan despreocupadamente. Sabía que estaba exagerando, pero eso no aliviaba la sensación de incomodidad en su pecho.
Apenas dio la vuelta hacia otro pasillo, sintió que alguien la seguía. Sin siquiera girarse, reconoció los pasos. Era Hayden.
—Alessia, espera —su voz era firme, pero no exigente.
Ella apretó los labios y continuó caminando, pero su ritmo disminuyó cuando sintió la mano de Hayden en su brazo. Se detuvo y lo miró con el ceño fruncido.
—¿Qué pasa ahora? —preguntó ella con un tono que delataba su frustración.
Hayden la soltó y la miró a los ojos, completamente serio.
—¿De verdad? ¿Vas a dejar que Charlotte te moleste así? —dijo cruzándose de brazos, aunque su expresión se mantenía suave—. No tienes nada de qué preocuparte, Alessia. Sabes que no es más que una profesora intentando ser educada.
—¿Educada? —Alessia soltó una pequeña risa sarcástica—. Claro, porque invitarte a una obra de teatro, coquetearte en medio del pasillo y mirarme como si yo no existiera es su forma de ser educada.
Hayden suspiró, sabía que no sería fácil. Alessia lo miraba con esos ojos que mezclaban ira y vulnerabilidad.
—Ale, estás viendo cosas que no están ahí —dijo él en un tono suave, buscando calmarla—. Charlotte no me interesa en lo más mínimo, y si acepté fue porque era algo académico. Sabes que amo el teatro.
—Oh, claro, cómo olvidarlo —respondió ella, cruzando los brazos—. Ama el teatro, y ahora va a disfrutar una bonita "cita académica". Suerte con eso.
Hayden apretó los labios por un segundo, intentando mantener la calma. Sabía que Alessia se estaba dejando llevar por los celos, y aunque entendía de dónde venían, no podía dejar que esto siguiera escalando.
—¿Por qué no confías en mí? —preguntó finalmente, su tono ahora mucho más serio—. ¿En serio crees que estaría interesado en alguien más cuando te tengo a ti?
Alessia lo miró, y por un momento su expresión se suavizó, pero enseguida recordó la forma en que Charlotte le había sonreído a Hayden, y su orgullo volvió a dominarla.
—No es eso, Hayden —dijo con una mezcla de frustración y tristeza—. Es solo que... esa mujer me hace sentir como si no perteneciera a tu mundo. Todos esos profesores, esas reuniones, no sé... Siento que siempre hay alguien que encajaría mejor contigo.
Hayden dio un paso adelante, acortando la distancia entre ellos, y la tomó suavemente de las manos.
—Alessia, mira —su voz era baja, pero firme—. No me importa Charlotte, ni ninguna otra persona que pueda estar "a mi nivel" según tu percepción. A quien quiero es a ti. No necesito nada más.
Ella apartó la mirada, luchando contra las emociones que la ahogaban. Sabía que estaba siendo irracional, pero los celos eran difíciles de controlar.
—Es solo que... —su voz temblaba un poco—. Me siento insegura a veces, y no lo soporto.
Hayden la miró con comprensión, sus manos apretaron las de ella con suavidad.
—Lo sé —murmuró—. Pero tienes que entender que no hay motivo para sentirte así. Si hay algo que te molesta, háblame. Pero no dejes que esas inseguridades te separen de mí.
Alessia finalmente levantó la mirada y lo vio a los ojos. Había sinceridad en su expresión, algo que la tranquilizó un poco. Suspiró profundamente y asintió lentamente.
—Lo siento... —dijo en voz baja—. No quiero arruinar esto con mis inseguridades.
Hayden sonrió suavemente y soltó una risilla ligera.
—No te preocupes, yo también tengo las mías —dijo en un tono más relajado, buscando aligerar la conversación—. Por ejemplo, cuando Tom se te acercó en la cena... Créeme, tuve que controlarme para no hacer una escena.
Alessia rió suavemente, recordando la incomodidad de la cena, y finalmente dejó que sus hombros se relajaran.
—Supongo que ambos tenemos nuestros momentos —admitió ella, mordiéndose el labio.
—Así es, pero lo importante es que nos apoyemos —respondió él, mirándola con ternura—. Te amo, Ale. Eso es todo lo que importa.
Ella sonrió débilmente, sintiendo que las tensiones se disipaban poco a poco.
—Yo también te amo, Hayden.
Ambos se quedaron en silencio por un momento, disfrutando de la paz que traía la reconciliación. Luego, él se inclinó y le dio un suave beso en la frente antes de acariciar su mejilla con el pulgar.
—¿Vamos a casa? —preguntó él suavemente.
Alessia asintió, y juntos se dirigieron hacia el estacionamiento. Mientras caminaban, la atmósfera entre ellos era mucho más tranquila. Las nubes de celos habían comenzado a disiparse, y ambos sabían que, aunque siempre habría desafíos, estarían ahí el uno para el otro. Lo que no sabían es que toda esa escena fue vista por alguien, ese alguien que escuchó a Alessia el día que ella dio clases.
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Era sábado por la tarde, y tanto Alessia como Hayden trataban de controlar sus respiraciones, jadeando ligeramente. Alessia depositó un beso suave y corto en los labios de su novio mientras ambos miraban al techo, aún medio cubiertos por la sábana. Lo que había empezado como una simple tarde de película había terminado con los dos en la cama, dejándose llevar por el momento. La quietud se sentía cálida, íntima.
Hayden miró el reloj en la mesita de noche y suspiró, rompiendo la tranquilidad del cuarto.
—Tengo que comenzar a arreglarme, el teatro me espera —comentó, todavía con la voz un poco entrecortada por el momento que acababan de compartir.
Alessia, enredando sus dedos en la sábana, intentó persuadirlo.
—Podrías saltarte el teatro, ya sabes, venir conmigo al estadio. Te prometo que sería mucho más entretenido que una obra con Charlotte —dijo con una sonrisa traviesa, acercándose a él.
Pero Hayden la besó con suavidad, interrumpiendo cualquier resistencia.
—Le di mi palabra a Charlotte —dijo mientras sus labios aún rozaban los de ella.
Alessia asintió, aunque la convicción no estaba del todo en su gesto. Optó por recostarse de nuevo, mirando el techo, mientras lo observaba moverse por el cuarto.
Hayden se dirigió al baño, tomándose una ducha rápida. El agua sonaba en el fondo, mientras Alessia se sumía en sus pensamientos, un poco frustrada pero resignada. Al rato, él salió del baño con una toalla envuelta alrededor de la cintura, buscando algo para ponerse.
—¿Qué debería ponerme? —preguntó Hayden, buscando la camisa perfecta en su armario.
Alessia, con los ojos entrecerrados, sonrió.
—Algo elegante, pero no demasiado formal. No querrás que Charlotte piense que es una cita, ¿verdad?
Hayden soltó una risa mientras sacaba una camisa azul oscura.
—No es una cita, Alessia.
Ella lo observaba desde la cama, disfrutando de la vista mientras él terminaba de vestirse.
—Esa te queda bien —comentó, y se levantó para ayudarlo a ajustarse la corbata, sus dedos rápidos y precisos.
—Gracias —murmuró Hayden, dándole un beso en la frente cuando terminó de arreglarse—. Vamos, te iré a dejar al estadio. No puedes llegar tarde a tus prácticas.
Alessia lo miró sorprendida y, por un momento, feliz.
—¿De verdad? No pensé que fueras a llevarme.
—Por supuesto que sí —respondió él con una sonrisa—. No puedo dejar que mi novia llegue tarde a su gran día.
Alessia le plantó un beso a su pareja, emocionada, y fue a darse una ducha rápida. Mientras se arreglaba, escuchaba a Hayden tararear una canción, lo que la hizo sonreír. Era una pequeña señal de que, aunque él estuviera pasando más tiempo con Charlotte por el teatro, todavía había algo entre ellos que la hacía sentir especial.
Ya listos, ambos salieron del apartamento de Hayden, y subieron al auto. El trayecto al estadio estuvo acompañado por música suave de fondo. Alessia, aún animada, le habló de una salida que tenía planeada con Izzy.
—Mañana por la noche saldré con Izzy —comentó, mientras miraba por la ventana del coche—. Vamos a cenar y a ponernos al día, no eh estado mucho en el apartamento con ella.
Hayden asintió, sin quitar la vista de la carretera.
—Me alegra escucharlo. Deberías pasar más tiempo con ella, amo tenerte a mi lado casi todos los días, pero seguro que Izzy necesita contarte muchas cosas a veces.
—Bueno, Izzy se la pasa con Logan, tampoco es que sea un lobo solitario— aclara mientras su novio niega con la cabeza riendo un poco.
—Lo que trato de decir es que también puedes disfrutar de tus amistades las horas que necesites
—Lo sé —Alessia sonrió— Además hoy me tiene que aguantar más de 90 minutos, seguro que mañana no me quiere ver ni en pintura.
—¡Eso sí es una amistad sólida! —bromeó Hayden—. Aunque a veces me pregunto si debería estar celoso de Izzy.
Alessia rió y le lanzó una mirada de complicidad.
—Bueno, si sigues insistiendo en ir a obras de teatro con Charlotte, puede que empiece a pensar en serio lo de Izzy.
Hayden rió suavemente, aunque no respondió a su comentario. Minutos después, llegaron al estadio. Hayden estacionó el coche en una de las plazas cercanas a la entrada principal y, antes de que Alessia bajara, la miró con seriedad.
—Oye, ten cuidado con los futbolistas. Son más peligrosos fuera del campo de lo que crees.
Alessia rodó los ojos, aunque sonrió.
—Ay, por favor. Como si no pudiera manejarme.
Le dio un beso rápido, abriendo la puerta del auto.
—Cuídate, Lawson. No te diviertas demasiado con Charlotte —bromeó, aunque una pizca de celos seguía presente en su tono.
—Lo intentaré —contestó él, mirándola mientras salía del auto.
Alessia comenzó a caminar hacia la entrada del estadio, y justo antes de entrar, se topó con Martín y Pau, dos de los jugadores del equipo local. Los tres se saludaron con emoción.
—¡Pero si es nuestra periodista estrella!— expresa Martín para ambos darse un fuerte abrazo.
—¿Cuántos goles hoy Marti?— inquiere la castaña a manera de apostar.
—¡Cero!, yo anotaré hoy, cuando te dedique mis goles, solamente pido que me agradezcas con una sonrisa de las tuyas, si.... gusto una de esas— se une Pau a la conversación, haciendo reír a la Australiana.
—¡Payaso!, hoy quien seguro anota es Dani— casi confirma Ale mientras ella junto a los dos futbolistas siguen con su charla de camino a ingresar al estadio.
Hayden observaba la escena desde el auto, notando la sonrisa fácil de Alessia y cómo charlaba con los futbolistas. Los celos comenzaron a asomarse.
—Claro... "ten cuidado con los futbolistas", ¿Quién soy yo para hablar?— murmuró para si mismo.
Con un suspiro, puso en marcha el auto y se dirigió hacia el teatro, sintiendo una pequeña punzada de incomodidad en el pecho, aunque trató de sacudirse el sentimiento mientras pensaba en la obra que lo esperaba.
..............
Hayden llegó al teatro justo cuando el sol comenzaba a caer, envolviendo la ciudad en una cálida luz dorada que contrastaba con el aire fresco del atardecer. Su abrigo negro ondeaba ligeramente con el viento, y sus manos permanecían ocultas en los bolsillos mientras caminaba hacia la entrada del teatro. Al llegar, divisó a un pequeño grupo de estudiantes, entre ellos, Charlotte, la profesora de literatura con quien había compartido algunas charlas sobre Shakespeare en el pasado. Saludó de manera profesional, con una ligera inclinación de cabeza, pero su tono fue relajado y amistoso cuando se dirigió a Charlotte.
—¿Listos para la obra? —preguntó Hayden, con una sonrisa discreta.
—Siempre lista para Shakespeare, profesor Lawson —respondió Charlotte, lanzándole una mirada que él no captó del todo en ese momento.
Tras comprar los boletos, el grupo ingresó al teatro. La obra elegida para la noche era "Romeo y Julieta", un clásico innegable, y todos parecían entusiasmados por disfrutar de la representación. Al llegar a sus asientos, Hayden tomó lugar en la fila junto a Margot, una de sus estudiantes más destacadas, que rápidamente comenzó a charlar con él sobre la relevancia de la obra en la literatura moderna.
— Es impresionante cómo el tema del amor prohibido sigue resonando tanto en la actualidad, ¿no cree, profesor?— comenta Margot con una sonrisa suave mientras observa la escena.
— Sin duda alguna. El amor siempre parece encontrar su camino, incluso en las historias más trágicas. — dice inclinándose ligeramente hacia ella, manteniendo un tono bajo para no romper la atmósfera
— También tengo que admitir que es admirable cómo Shakespeare maneja las emociones humanas. Es como si entendiera cada rincón del corazón humano.— asciende, claramente fascinada.
— Lo hace, y lo hace con una simplicidad increíble. Shakespeare tenía ese talento para expresar lo más complejo de manera tan directa, casi sin esfuerzo. A veces, menos es más, y eso es lo que lo vuelve eterno.— contesta el profesor sonriendo con aprecio a su observación.
— Siempre que veo una obra suya, siento que descubro algo nuevo, aunque haya leído la misma línea una y otra vez. Es como si sus palabras evolucionaran con el tiempo.— expresa con los ojos brillando de entusiasmo.
— Exacto. Es lo maravilloso del teatro, y especialmente de Shakespeare. Nunca ves la misma obra dos veces, siempre hay una nueva interpretación, una emoción diferente que se refleja.
— Me alegra poder compartir esto con usted, profesor. Estas pequeñas charlas sobre literatura me recuerdan por qué quiero se escritora.— comenta mientras lo mira brevemente, con calidez.
— Y es un placer tener estudiantes como tú, Margot. Esa pasión es lo que mantiene viva a la literatura.
La conversación siguió un tono completamente académico y amigable, aunque no era sorpresa para Alessia, pero tanto Margot como Hayden tuvieron ese clic de amistad, bromeaban por los pasillos de la universidad, asistían a conferencias de literatura, todo de una manera sana obviamente, pero pronto fue interrumpida la charla entre ellos cuando Charlotte, sentada al otro lado de Hayden, inclinó su cuerpo sutilmente hacia él. Su voz se coló en la conversación.
—Siempre he pensado que hay algo especialmente fascinante en la manera en que Romeo se entrega por completo a sus sentimientos. Es algo que no todos los hombres están dispuestos a hacer —dijo Charlotte, sus ojos brillando con una mezcla de admiración y otra emoción más difícil de identificar.
Hayden sonrió cortésmente, pero decidió mantener la conversación ligera, desviándola de inmediato hacia aspectos más generales de la obra. Mientras la función avanzaba, la atmósfera en el teatro se volvió más intensa. Llegó una de las escenas más románticas de "Romeo y Julieta", donde los amantes se declaran su amor bajo la luz de la luna, y en ese momento, Hayden sintió algo inesperado: unos dedos intentando entrelazarse con los suyos. Bajó la mirada y, de reojo, vio que era Charlotte.
Ella mantenía la vista en el escenario, pero su mandíbula estaba tensa, y al notar que Hayden la observaba, se mordió el labio inferior, nerviosa. El profesor, incómodo, retiró suavemente su mano y se inclinó hacia ella, susurrando en tono firme pero sereno.
—No es el momento ni el lugar para esto, Charlotte —le dijo, observando cómo el rubor subía rápidamente a sus mejillas y sus dedos retrocedían de inmediato.
Charlotte parecía aún más nerviosa, tratando de mantener la compostura mientras la obra llegaba a su clímax trágico. Pero Hayden, aunque aparentaba estar concentrado en la obra, no pudo evitar notar cómo Charlotte lo miraba de reojo, sus ojos oscilando entre el desconcierto y algo más oscuro, una mezcla de frustración y deseo insatisfecho.
Al finalizar la obra, los estudiantes comenzaron a despedirse uno por uno, agradeciendo la salida. Hayden respondió con su habitual amabilidad, pero la tensión aumentaba en el aire cuando vio que Charlotte no se marchaba con los demás. Se quedó a su lado, inquieta, esperando a que todos se fueran. Una vez que se encontraron solos, fuera del teatro, el aire frío de la noche hizo que Hayden se abrochara el abrigo mientras Charlotte parecía buscar las palabras adecuadas.
Finalmente, ella habló, con un tono entrecortado.
—Hay algo que quiero decirte —murmuró, cruzando los brazos, como si el frío y los nervios fueran demasiado.
—Dime —le animó Hayden con un tono calmado, aunque ya podía intuir lo que vendría.
Charlotte suspiró profundamente antes de mirarlo a los ojos.
—Estoy enamorada de ti, Hayden. No quería decírtelo así, pero no puedo evitarlo. Llevo tiempo sintiendo esto, y tenía que decírtelo.
Hayden tomó aire, tomándose un momento antes de responder, con el cuidado de elegir bien sus palabras.
—Aprecio mucho que me digas esto, pero estoy en una relación estable —confesó, su voz suave pero firme—. De hecho, tengo planes... de comprometerme pronto.
La expresión de Charlotte cambió de inmediato. Su nerviosismo dio paso a una mezcla de incredulidad y celos.
—¿Comprometerte? —preguntó, sus palabras casi un susurro cargado de sorpresa—. ¿Y esa persona es mejor que yo? ¿Qué tiene ella que yo no?
—No se trata de quién es mejor, Charlotte. Esto no es una competencia. Estoy enamorado de mi novia, y ella es con quien quiero estar.
Pero Charlotte no estaba dispuesta a aceptarlo. Su rostro se crispó en una mezcla de dolor y furia. Aunque intentó contenerlo, algo en su mirada, en la manera en que lo miraba con esos ojos desesperados, sugería algo más. No era solo una mujer despechada, había algo más profundo y oscuro detrás de su reacción.
Hayden sintió una corriente fría recorriéndole la espalda. Algo en la forma en que Charlotte lo miraba le inquietó. Como si, de alguna manera, sus sentimientos hacia él hubieran superado una línea peligrosa hace mucho tiempo.
—Es mejor que no lo digas en voz alta, Hayden —susurró Charlotte con una sonrisa rota—. No sabes lo que algunas personas son capaces de hacer por amor.
Ese comentario quedó flotando en el aire, y mientras Charlotte se alejaba, dejando a Hayden solo frente al teatro, él no pudo evitar preguntarse si había algo más detrás de esa confesión. Algo más oscuro, algo que apenas comenzaba a entender.
..............
Era una noche agitada, y el ambiente del estadio aún vibraba con la energía de la victoria. Alessia e Izzy se encontraban en un rincón más tranquilo, charlando con entusiasmo, pero había un tema que pesaba sobre los pensamientos de Alessia.
—Sigo sin saber cómo decirle —confesó Alessia, bajando un poco la voz, mientras pasaba una mano nerviosa por su cabello.
—No puedes dejarlo pasar mucho más, Ale —respondió Izzy con un tono firme pero suave—. Estas cosas no se pueden ocultar para siempre, y lo sabes. Cada día que pasa se vuelve más complicado.
Alessia suspiró, su mente corría tratando de encontrar la forma más adecuada de contarle a Hayden la noticia. Era un secreto que la había mantenido en vela más de una noche, y aunque había intentado imaginarse la reacción de Hayden, el miedo a lo desconocido la invadía.
—Lo sé, lo sé —Alessia asintió con la cabeza—. Mi plan es decírselo después de una cena en su apartamento. Quiero que sea algo especial, pero no sé si me atrevo.
—Hazlo simple y directo —aconsejó Izzy—. Es lo más honesto, y no le des más vueltas. Hayden te ama, Ale, lo va a entender.
En ese momento, Melissa apareció con una sonrisa nerviosa en el rostro.
—Chicas, ya es hora de las entrevistas —les dijo, con un leve temblor en la voz—. Hoy me toca a mí, y estoy que me desmayo de los nervios.
—¡Tranquila, Meli! —dijo Alessia, dándole una palmadita en el brazo—. Lo harás genial. Además, Franco es súper simpático. Te va a hacer sentir en confianza, ya verás.
—O en las nubes, de lo guapo que es —añadió Izzy con una risa traviesa.
Melissa rió, aunque sus nervios no disminuyeron del todo, y las tres chicas se dirigieron hacia la zona de prensa. Al llegar, el ambiente estaba lleno de voces, risas y flashes de cámaras. Los futbolistas, eufóricos por la victoria, estaban listos para sus entrevistas, y Franco, el chico castaño de ojos verdes, ya esperaba a Melissa con una sonrisa de lo más coqueta.
Durante la entrevista, Melissa trataba de mantener la compostura mientras Franco, con su sonrisa encantadora y mirada penetrante, respondía a sus preguntas con facilidad.
—Entonces, Franco —comenzó Melissa, manteniendo el micrófono firme—, cuéntanos, ¿cómo te sientes después de esta gran victoria?
Franco sonrió, mostrándose relajado.
—Es una sensación increíble. Trabajamos muy duro para llegar hasta aquí, y ver cómo todo ese esfuerzo da frutos es simplemente indescriptible. Además, tener entrevistas con periodistas tan talentosas como tú lo hace aún mejor.
Melissa soltó una pequeña risa nerviosa, pero no dejó que sus nervios la dominaran.
—Gracias, pero soy yo la que tiene la suerte de entrevistarte hoy. Tienes una conexión especial con tu equipo en el campo, eso fue muy evidente. ¿Cómo logras mantener esa química con tus compañeros?
Franco se acomodó un poco, inclinándose hacia ella.
—Es simple, en realidad. Somos como una familia. Cuando confías en los que te rodean, las cosas fluyen de manera natural. Además, siempre ayuda tener a alguien en las gradas que te dé buena suerte.
Melissa lo miró, sorprendida por el comentario, pero antes de que pudiera reaccionar, Franco siguió hablando.
—Quizás la próxima vez puedas ser tú esa persona de la suerte en las gradas, ¿qué te parece?— agregó el futbolista con una sonrisa coqueta.
—Bueno... —Melissa se ruborizó levemente, intentando mantener la profesionalidad—, ¡eso sería interesante! Pero ya sabes, mi trabajo es estar aquí abajo, haciendo preguntas complicadas.
—En ese caso, prometo seguir siendo un buen entrevistado —respondió Franco, guiñándole un ojo de manera juguetona.
La entrevista continuó con risas y una química amistosa, mientras Alessia e Izzy tomaban notas desde la distancia, sonriendo ante la evidente conexión entre Melissa y Franco.
—Sabías que lo ibas a hacer bien, Meli —le susurró Alessia mientras ella e Izzy anotaban puntos importantes de la entrevista—. Franco tiene ese don.
—Y tú tienes el don de subestimar lo guapo que es en persona —respondió Melissa con una sonrisa amplia cuando terminó la entrevista—. Creo que hasta me invitó a salir... no estoy segura.
Al finalizar las entrevistas, los futbolistas invitaron a las chicas a unirse a su celebración. Las risas y el ambiente festivo llenaban el lugar. Izzy, siempre la primera en capturar momentos, sacó su teléfono para un selfie.
—¡Selfie de campeones! —exclamó con entusiasmo.
Alessia se encontró abrazada por Pau, quien la envolvía con un brazo sobre los hombros de forma cariñosa, mientras Melissa estaba junto a Franco, quien la rodeaba con un brazo protector, y el grupo entero posaba para la cámara. La sonrisa de Izzy brillaba mientras tomaba la foto.
La fiesta continuó, y Alessia aprovechó para grabar más momentos, incluidos algunos de los jugadores bailando y riendo. Luego subió el video a su Instagram, seguido por una cariñosa foto con Pau, en la que él la abrazaba con un brazo sobre sus hombros, ambos sonrientes. Acompañando la imagen con el siguiente mensaje:
¡Eres campeón, tonto! 💖
Cuando decidieron que era momento de irse, Logan, el novio de Izzy, llegó en su coche para recogerlas. Durante el trayecto de regreso, las tres chicas seguían charlando animadamente, con una energía que parecía no agotarse.
—¿Se dieron cuenta de lo increíbles que fueron estas prácticas? —comentó Melissa, recostándose en el asiento trasero con una sonrisa satisfecha—. ¡Esto es lo que quiero hacer para siempre!
—Lo sé, ¿no es genial? —respondió Izzy con entusiasmo—. Es la mezcla perfecta de adrenalina, periodismo y... chicos guapos. ¡Qué más podemos pedir!
—Chicos guapos, ¿eh? —intervino Logan desde el asiento del conductor, lanzando una mirada fingidamente celosa—. Bueno, supongo que yo también puedo empezar a buscar periodistas deportivas guapas, ¿no?
Las chicas estallaron en risas, e Izzy le dio un suave golpe en el brazo, divertida.
—Cálmate, celoso —dijo, rodando los ojos con una sonrisa—. Sabes que eres mi único ingeniero mecánico guapo.
—Ajam, eso espero —respondió Logan, haciéndolas reír aún más.
—Es un sueño, de verdad —añadió Alessia, mirando por la ventana mientras el paisaje nocturno pasaba rápidamente—. Me siento afortunada de estar aquí, de aprender todo esto y de... bueno, vivir estos momentos.
—Y pensar que todo esto es solo el comienzo —dijo Melissa con emoción—. Imaginen lo que vendrá después, cuando estemos haciendo esto de manera profesional.
—Sí, pero hasta entonces, disfrutemos cada instante —concluyó Izzy, riendo suavemente mientras se acomodaba en el asiento.
El coche siguió avanzando mientras la noche oscura envolvía las calles. Las risas y la charla animada de las tres amigas llenaban el coche, creando un recuerdo perfecto de una noche que prometía ser inolvidable.
...................
Hayden llegó a su apartamento con el cansancio de un largo día acumulado en sus hombros. Se quitó el abrigo negro y lo dejó caer sobre una silla cercana, caminando hacia el sofá. Con un suspiro, se desplomó sobre los cojines, sacando su teléfono del bolsillo. Lo desbloqueó y sonrió al ver los mensajes de Alessia, quien le había estado contando con entusiasmo sobre las entrevistas y la energía de la jornada.
Amore🎀
¡Ha sido increíble! Meli estaba tan nerviosa pero Franco es un amor, la hizo sentir cómoda en todo momento. Nos tomamos algunas fotos, luego te las enseño cuando nos veamos 😊
Hayden sonrió ante el mensaje. Le encantaba lo apasionada que era Alessia por su trabajo.
Mr. Lover💏 💘
Me alegra que haya ido todo bien. Yo también he tenido una buena noche, el teatro estuvo genial. Hablé un poco con Margot sobre la obra de Shakespeare, nada especial pero fue interesante.
Su dedo tamborileó levemente sobre la pantalla mientras esperaba una respuesta, pero no llegó. Vio que el mensaje había sido leído, así que supuso que ella estaría ocupada, tal vez aún no había llegado a casa. Decidió no darle importancia por el momento y abrió Instagram, una distracción rápida para pasar el tiempo.
Al revisar las historias, su sonrisa se hizo más amplia al ver los videos que Alessia había subido del equipo de fútbol celebrando su victoria. La energía y alegría eran contagiosas, y se sintió feliz por ella. Luego llegó la selfie de las tres amigas: Alessia, Melissa y Izzy, radiantes, disfrutando del momento. Le gustaba ver cómo se llevaba tan bien con sus amigas. Pero entonces, al deslizar a la siguiente historia, su dedo se congeló sobre la pantalla.
Ahí estaba la foto que lo hizo detenerse: Alessia, con una sonrisa amplia, abrazada por Pau, el futbolista, con el brazo sobre sus hombros, en una imagen que parecía más íntima de lo que le gustaría.
"¡Eres campeón, tonto!💖"
Un nudo empezó a formarse en su estómago, y algo en su pecho se apretó con fuerza. Su mandíbula se tensó involuntariamente, y su sonrisa desapareció al instante. ¿Por qué Alessia subía una foto así con otro chico? Entendía que fuera parte del equipo y que trabajara con los jugadores, pero la familiaridad con la que Pau la abrazaba... ¿y el corazón rosa? Eso no se lo esperaba.
El calor en su pecho se transformó en un enfado silencioso, sus pensamientos nublados por los celos. Se levantó del sofá bruscamente, comenzando a caminar de un lado a otro en la sala. Revisó la foto de nuevo, sus ojos clavados en el gesto despreocupado de Alessia, mientras Pau la sostenía con tanta comodidad. Su mente se aceleraba, imaginando escenarios que lo enfurecían más.
Finalmente, su enojo lo llevó a hacer algo que normalmente no haría. Abrió el chat de WhatsApp y escribió un mensaje a Alessia.
Mr. Lover💏 💘
"Veo que la pasaste bien en la celebración. Me imagino que ahora debes de estar celebrando con Pau ¿no?"
Lo envió antes de poder detenerse. Al instante, se sintió atrapado en su propia impulsividad, sabiendo que era un comentario mordaz y fuera de lugar, pero no podía evitarlo. Su mente le gritaba que era una tontería, que no debía hacerle caso a los celos, pero su cuerpo seguía tenso, como si hubiera sido traicionado.
Respiró hondo, tratando de calmarse, pero sus ojos volvían una y otra vez a esa imagen. Decidió apagar el teléfono y arrojarlo sobre la mesa, como si eso pudiera hacer desaparecer la sensación que lo carcomía por dentro.
Se dejó caer de nuevo en el sofá, su mente ahora llena de una mezcla de enojo y culpa. Sabía que reaccionar así no era justo, pero los celos lo habían cegado por un momento. El corazón latía con fuerza en su pecho mientras intentaba convencerse de que solo había sido una foto. Solo eso. Pero, aún así, la idea de Alessia y Pau juntos seguía dándole vueltas.
Continuará.....................
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Les dije que habría drama en este capítulo jajaja.
Se que estos dos son demasiado celosos, pero todo tiene un porque aquí, ¿creen que la policía no sospecharía de Hayden por ese nivel de celos?. así que tranquilas jajaja.
¡Y ni hablar de la loca de Charlotte!, pobre Profesor, no me lo dejan en paz jaja.
Sin más..........
¡Nos leemos prontoooooooooo!.
L@s amoooo
xx Ali <3
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