xiii. sectumsempra
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CAPÍTULO TRECE
SECTUMSEMPRA
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DRACO SE ABRAZABA de Leonardo con temor a que esté desapareciera. Ninguno de los dos demostraba sus sentimientos pero con las situaciones que estaban sucediendo no pensaban en eso.
Si Draco ya estaba mal debido a lo que le pasó a Katie Bell, las cosas empeoraron cuando Ron Weasley sufrió un envenenamiento, una vez más por culpa del chico Malfoy.
Leo fumaba un cigarrillo mientras abrazaba a Draco y acariciaba su espalda desnuda. El chico solo tenía los ojos cerrados disfrutando de la sensación de paz que Leonardo le brindaba.
Ninguno de los dos lo aceptaría, pero tenían miedo. Miedo del futuro que les esperaba, Draco no quería volverse un asesino y y Leonardo no quería perder a otra persona que el quería.
—¿Crees que pueda hacerlo?—pregunto en murmuró Draco, aún con los ojos cerrados.
No hacía falta preguntar a qué se refería él sabía perfectamente que estaba hablando sobre la muerte de Dumbledore, sin embargo el no contestó nada y se quedó callado siguiendo con sus caricias.
—No tenemos que pensar en eso ahora.—murmuro después de un tiempo.
—No quiero ser un asesino.
—No lo serás.— aseguró de manera rápida. Draco le dio una mirada y estaba dispuesto a preguntar el porqué pero fue interrumpido por el ruido de alguien tocando la puerta.
Leonardo se puso de pie para ponerse su camisa y acomodar un poco su aspecto, Draco por otro lado se recostó sobre la cama del hombre y suspiro con satisfacción el olor de su perfume. Deseaba que siempre fueran ellos dos.
Leonardo abrió la puerta solo para ver a Snape parado enfrente de el.
—¿Si?
—¿Interrumpo algo Rosier?
—Mi paz y tranquilidad.— respondió el hombre recargandose en la puerta.
—Nuestro señor nos está llamando.—fijo en susurro.
—¿Y por qué no lo sabía?
—Y yo que se.—Severus le dio una mala mirada. —Solo cumplo con decirte.— contestó de mala gana.
—Bien, me arreglo y vamos.
—No puede ser, vas a tardar demasiado tiempo.—se quejo Snape.
—Verse buen cuesta tiempo Severus, eso es algo que tú no sabrías.—se burló antes de cerrar la puerta de su habitación en su cara. Escucho el gruñido del hombre pero lo ignoró.
Camino hasta su cama y miro a Draco quién seguía viendo el techo.
—Supongo que te vas.—dijo el adolescente.
—Tengo que asisitir.—asintio estando de acuerdo con sus palabras.
—¿Por qué no me han llamado a mi?
—No losé y sinceramente es mucho mejor que no lo hagan.—respondio vistiéndose de manera correcta, tomó su saco y se lo colocó, todo bajo la mirada de Draco.
—¿Cuando volverás?—pregunto el rubio sentándose en la cama.
— En cuanto la reunión termine estaré de vuelta a ti.—se giro a mirarlo. Tomó su mentón y lo levantó antes de dejar un beso en sus labio que fue regresado. —Volvere.—prometio.
—De acuerdo.—dijo mirándolo salir de la habitación.
Leonardo salió de la habitación para ver a Snape jugando con su varita. Rodo los ojos ante el hombre y comenzó a caminar dejándolo atrás.
—Yo te espere. Podrías hacer lo mismo.—se quejo el hombre siguiendo los pasos de Leonardo.
[...]
DRACO NO TENÍA planes de salir de la habitación de Leonardo. Pero no había comido nada y también no había visto a sus amigos mucho últimamente, por lo que vistiéndose salió para el Gran comedor.
Al entrar al lugar miro la mesa de Slytherin dónde sus amigos comían y reían, se quiso acercar a ellos pero cuando miro al frente vio a Katie Bell mirarle. Draco sintió que la respiración le hizo falta, y sus nervios aumentaron cuando Potter se giro a mirarlo también.
Se dio la vuelta incapaz de poder seguir en el mismo lugar que ellos, había sido una mala idea salir de la habitación, comenzó a caminar con paso apresurado y sin darse cuenta llegó al baño del tercer piso.
Se recargó en el lavamanos y de miro al espejo, comenzó a sollozar mientras negaba. Necesitaba a Leonardo en esos momentos. Se quitó su chaleco de forma rápida y trató de calmar su respiración. Abrió la llave del grifo para poder echarse un poco a su cara.
—Se lo que le hiciste Malfoy.—una voz llamó su atención, se giró para mirar a Potter.—Fue una maldición.
Draco no supo cómo reaccionar ante eso por los que lanzó un hechizo. Harry se quitó y los dos comenzaron una pelea. Potter lanzó otro hechizo rompiendo la tubería del agua.
Las cosas no iban mejorando, cada vez de tiraban más hechizos, el problema llegó cuando Draco quiso lanzar el hechizo Crucio.
—Cru...
—Sectumsempra—Harry lanzó el hechizo y Draco cayó de espaldas.
Un fuerte dolor comenzó a inundarlo, sintió miles de cuchillas atravesar su piel. Comenzó a sollozar por el fuerte dolor que estabas pasando.
[...]
LEONARDO ACABABA de llegar de su reunión, al parecer solo quería hacer una revisión anual sobre como le iba a Draco en Hogwarts. La plática fue rápida por lo que el no tardó tanto como esperaba hacerlo.
Se dirigió a su habitación esperando encontrar a Draco ahí. Su sorpresa llegó cuando vio el lugar vacío, pensó que el chico había salido a comer algo. Se quitó su saco y dejo sus cosas para salir a buscarlo y tomar un poco de aire fresco.
Comenzó a caminar por los pasillos de Hogwarts recibiendo saludos y una que otra sonrisa de alumnos de último año. Negando siguió su camino hasta que se topó a un Harry Potter muy asustado. Al principio no le tomo importancia pero al ver la sangre en sus mano y camisa se acercó a averiguar que fue lo que sucedía.
—¿Sr. Potter?
—Profesor...—murmuro.
—¿Se encuentra bien? ¿Que ha pasado?
—Yo no quería, es solo...—tartamudeo. —El...
—Calmese y diga todo con calma.—le ordenó.
—Malfoy el...—cuando Harry dejo de hablar las piernas de Leonardo flaquearon al escuchar el nombre del Chico.
—¿Que le pasó a Draco?—su voz era fría y firmé.
—El profesor Snape lo ha llevado a la enfermería y...
Leonardo no escucho nada de lo que dijo después, había salido corriendo directo a la enfermería en busca del jovén. Sus piernas corrían lo más rápido que el podía y su corazón parecía querer salirse de su cuerpo.
No podría perder a otra persona, no a Draco. Cuando llegó a la enfermería abrió las puertas del lugar para ver a Draco en una camilla inconsciente. Miro a la enfermera en busca de alguna explicación sobre su salud.
— Estará bien profesor, el joven Malfoy tuvo suerte que el profesor Snape lo ayudará.—von eso dicho se retiró del lugar dejando los solos.
Leonardo se acercó al joven y tomó su mano fría, no pensaba dejarlo. No quería perderlo. Y en ese momento de dió cuenta de algo importante.
Leonardo Rosier quería a Draco Malfoy.
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