003

—¿Robin Arellano los defendió?¡Eso si que no lo esperaba!—exclamo Gwen sorprendida y cualquiera en su lugar lo estaría, Robin se destacaba por sus peleas aunque fueran para defender a los chicos que eran molestados.—Deberiamos ser sus amigos.

—Pues...tiene un lugar en nuestra mesa en el almuerzo.—le contestó Sophie.

Quizá si podrían ser amigos de Robin Arellano.

—¿Nos vemos en casa?—le pregunto Finney a su hermana, ella asintió y les saludo con un gesto de manos.—Ve con cuidado.

Sophie y Finney comenzaron a caminar hacia la heladería mientras que charlaban.

—¿En realidad crees Robin es bueno?—le pregunto Finney, la chica lo miro confundida ante la pregunta.—Deberias ver cómo quedó el rostro de Moose.

—Pero Finn, Moose es un gran idiota y lo merecía, además él fue un tonto inconsciente, no debió meterse con Robin todos saben que es el niño más temido desde que Vance el malandro fue secuestrado por El Raptor.

—No lo llames así.—dijo Finney disgustado ante aquella mención.

—Pero así le llamaban.—le contestó Sophie ese era el apodo de él rubio.

Vance tenía fama por golpear a todo a aquel que se le cruzada en el camino, y siempre estaba metido en problemas con los policías.

—No me refiero a Vance, me refiero a...

Finney ni siquiera podría nombrar a El Raptor. Tan solo pensar en su nombre le causaba escalofríos un miedo inminente se instauraba en su cuerpo.

—¿Tu crees en eso?

—¿De que hablas?

—Eso que dicen Finn, él no aparecerá solo por nombrarlo, eso solo es un rumor estupido.—le dijo ella con tranquilidad.—Temerle al nombre sólo agranda el temor al hombre.

—No quiero Soph.—se nego el chico asustado, pues si creía en lo que decían.

—Esta bien...—dijo ella sin insistir más, después de todo entendía el temor de Finney hacia El Raptor.—A lo que íbamos, Robin nos defendió de esos tontos, deberíamos darnos la oportunidad de conocerlo. Creo que podríamos ser buenos amigos.

—📞—

—Quiero un helado de limón.—le pidió Finney a la vendedora de helados.

—Iugh...—espeto con disgusto la castaña mirando a su amigo.—Yo quiero uno de frutilla.

—Iugh...—copio su acción con disgusto el rizado.

Tomaron el helado y pagaron para luego comenzar a caminar, las calles estaban iluminadas por el ambiente alegre del verano y la gente amable.

—Entonces...—murmuro Finney comiendo su helado.—¿Mañana irás a mi partido de béisbol, verdad?

—Incluso ofende la pregunta.—le dijo Sophie.—Sabes que estaré apoyándote con Gwen.

Finney sonrió y siguió comiendo su helado. Tomo de la muñeca a su amiga arrastrándola hacia la librería que se encontraba a unos centímetros.

—Se feliz.—le dijo Finney apuntando a los libros que se encontraban ahí.—Pero no tan feliz como lo eres conmigo.

Sophie soltó una risa, Finney a veces pensaba que ella lo cambiaría por libros. Aunque a este paso de la vida la castaña amaba más a Finney que a los libros.

—Sabes que te amo más que a los libros, Finn.—le aseguro la chica y su amigo sonrió feliz al oírla.—Ahora vamos, quiero ver si tienen la primera edición de Carrie.


—📞—


Caminaron de regreso hacia sus casas. No era tan tarde y eso era un alivio ya no se podía estar hasta tarde en las calles, la policía había puesto toque de queda para los menores de edad desde las desapariciones causadas por El Raptor.

—Cuidate Finn.—le pidió Sophie como de costumbre.

—Nos vemos mañana en la escuela.

Sophie le dio un beso en la mejilla para despedirse. Finney sonrió dándose vuelta rápidamente.

Cuando ya no logro distinguir a Finney en las calles entró a su casa. Su madre estaba parada allí cruzada de brazos con una sonrisa de lado.

—¿Como les ha ido?—pregunto la mujer.

—Bien mamá.—le contestó Sophie dejando su abrigo.—Me compre otro libro.

—Eso significa que puedo leer el que terminaste.—dijo la mujer emocionada.—Me adelantas algo y te castigo.

Sophie soltó una risa asintiendo. Subió a su cuarto y cambio su ropa a una más cómoda, se recostó sobre su cama y abrió el libro.

—📞—


—¡Sophie baja a cenar!—grito su madre desde la cocina.

—¿Cenar?—pregunto confundida, miro al reloj que se encontraba en su mueble al lado de la cama.—¡¿Ya es de noche?!

Dejo su libro en aquel mueble y se levanto de la cama para dirigirse a la cocina.

—Han descubierto más pruebas sobre los secuestros sobre el Raptor.—le dijo su madre mirando la televisión.

Sophie dirigió su mirada al televisor, meses antes del comienzo de las clases había desaparecido el malandro de Vance Hopper.

Todo el mundo conocía a Vance Hopper a no era más que un bravucón que se la pasaba peleando, Sophie siempre le había temido mucho pero más temor tuvo cuando se enteró de su secuestro. Vance era un chico muy violento y fuerte él sabía cómo defenderse, la pregunta de cómo lo habían secuestrado constantemente rondaba por su cabeza, ni siquiera Vance Hopper pudo salvarse de El Raptor.

—A veces pienso que este lugar está maldito.—dijo Sophie en voz alta.

Se habían mudado de su antiguo pueblo cuando Sophie era pequeña por la misma causa, los niños en su pueblo desaparecían cada un lapso de tiempo y su madre junto con su padre asustados por el bienestar de Sophie se habían mudado a Denver para alejarse del peligro.

—Lo sé...yo igual.—la voz de su madre reflejaba temor.

Sophie comenzó a comer en silencio y no podía evitar sentirse mal cada vez que oía sobre El Raptor. Lo único que podía pensar era en Finney.
Cada día que pasaba vivía con el temor de perder a su mejor amigo, cualquier pobre chico podría ser el próximo.

—Sophie...—su madre apoyo su mano sobre la de ella.—Se lo que te preocupa él estará bien, nada va a pasarle.

Eso deseaba con toda su alma.

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