𝐱𝐢𝐢𝐢. 𝐢'𝐦 𝐧𝐨𝐭 𝐡𝐞𝐫 𝐛𝐨𝐲𝐟𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝 𝐚𝐧𝐲𝐦𝐨𝐫𝐞


(gif: cherry and jess do the 24h marathon)





Jess se sobresaltó al cerrar su casillero, revelando a Cherry del otro lado de la puerta. El puchero y ojos de cachorro que la rubia le dirigió hicieron que de inmediato Jess negara con la cabeza, sabiendo perfectamente lo que la chica iba a hacer.

—Se lo que sea que me vas a pedir, no. La respuesta es no.

—Por favor, ni sabes qué es lo que quiero. —ella protestó mientras Jess empezaba a alejarse. Bufando, fue detrás de él, alcanzándolo, su falda larga alzándose junto al rebote de sus rubios rizos detrás de sus orejas. —Tú y yo, maratón de baile este sábado. 

—¿Hay algo que te diga que yo bailo? —Jess alzó una de sus cejas con burla, cruzándose de brazos.

Cherry inclinó su cabeza. —Tu Patrick Swayze interior.

—¿Cuánto va a durar esa cosa?

Ella vaciló ante su pregunta, sonriendo tímidamente.—Veinticuatro horas.

—Veinticuatro- ni loco. —Jess informó de inmediato mientras continuaba por el pasillo hacia la salida. —¿Qué diablos crees que quiero pasar veinticuatro horas contigo?

—Porque me lo debes.

Jess se congeló en su camino, gimiendo mientras se frotaba la cara con cansancio. Con vacilación y desgana, se dio la vuelta para mirar su sonrisa divertida, entrecerrando los ojos.

—¿De qué te debo? ¿La partida a New York sin un adiós o la discusión que tuvimos antes?

—En realidad iba a decir esa vez que te compré un helado, pero supongo que tus razones son mejores que las mías. —se rió ante la expresión de su rostro, entrelazando su brazo con el de él mientras lo arrastraba por el patio de la escuela, hundiendo ligeramente los pies en el césped. —¡Vamos, lo pasaremos genial! Nos vestiremos bien, e incluso te compraré todo el café que necesitas para durar.

Se dejó tirar por ella, rodando los ojos. —Es como si estuvieras describiendo mi pesadilla.

—¡Te veo el sábado! —Cherry ignoró sus gemidos, sonriéndole emocionada antes de alejarse. Jess negó con la cabeza, sonriendo suavemente a su figura a lo lejos. De repente, al darse cuenta de su expresión, abrió mucho los ojos, sonrojándose y mirando hacia otro lado.

Era Cherry Doose de quien hablábamos. Jess Mariano no tiene sentimientos hacia Cherry Doose.

Y aún así, ahí estaba él, levantándose en la madrugada solo por ella. Luke lo miró incrédulo, mientras que el menor se dedicaba a abotonar la camisa azul marino. 

—¿Qué estas haciendo?

Jess levantó una de sus cejas, viéndose así mismo. 

—Vistiéndome. 

—Pero... —Luke sacudió la cabeza, frotándose los ojos con cansancio, esperando abrirlos y que Jess estuviera rápidamente dormido. Pero su sobrino aún estaba enfrente suyo, ciertamente despierto. Lo miró como si estuviera loco. —¿Iras a ver el maratón de baile?

—No. —murmuró él, terminando con su camisa mientras se veía al espejo. —Iré a bailar. O siendo obligado a, al menos.

Una sonrisa divertida se abrió paso por el rostro de Luke mientras se dedicaba a empezar a preparar el café que los mantendría despiertos.

—Así que... ¿Cherry y tú?

—No. —Jess inmediatamente lo apunto acusatoriamente, rodando los ojos cuando Luke levantó los brazos en defensa. —Le debo a Cherry un favor, y ella cree que es divertido pedirlo ahora. Solo eso. 

Luke alzó una de sus cejas, no estando convencido del todo pero asintiendo en respuesta. Luke también le debía a Cherry una, muchas, por darle a Jess una oportunidad cuando el resto del pueblo parecía tener algo en contra de él. 

Sintiendo lo que Luke estaba pensando desde el otro lado de la habitación, Jess salió del apartamento y comenzó a dirigirse hacia el gimnasio, donde se llevaría a cabo el baile. Podía sentir el frío aferrándose a sus extremidades mientras metía las manos en los bolsillos.

No pudo evitar sentirse un poco mareado cuando entró, viendo la cantidad de personas ya dentro del lugar. Sin embargo, ver a Rory y Dean acercándose a él era lo último que deseaba, especialmente porque estaba acompañada por su novio. Fingió no haberlos visto, pero fue imposible ignorarlos cuando Rory se plantó frente a él, con los brazos cruzados sobre el pecho mientras sus brillantes ojos azules buscaban los de él.

—¿Qué estás haciendo aquí?

—Vivo aquí. —replicó él en un tono inexpresivo.

Sin embargo, Rory no lo apreció.

—¿Entonces me estás diciendo que no tienes nada mejor que hacer que sentarte dentro de un gimnasio y ver una competencia de baile?

—¿Quién dijo que no bailaría?

Antes de que Rory pudiera burlarse, alguien entró saltando, un desastre de rizos rubios mientras sus brazos envolvían a Jess con una risa contagiosa.

—¡Buenos días! ¿Listo para hacer algunos movimientos de baile? —dándose cuenta de repente de que Jess no estaba solo, se giró hacia su compañía con una sonrisa. —Hola Rory! ¿Dean y tú bailaran juntos?

Rory se quedó allí, ligeramente perpleja. No pudo evitar notar como los ojos de Jess contemplaba la figura de Cherry, la cual vestía un vestido plateado de seda con su cabello rubio perfectamente arreglado en rizos que flotaban alrededor de su tez sonrosada. ¿Cómo había logrado Cherry convencer a Jess de bailar? ¿Habría estado de acuerdo por ella?

Al darse cuenta de que el grupo estaba esperando una respuesta, Rory tragó saliva y sacudió la cabeza.

—No, yo... yo estoy bailare con mi mamá.

Cherry sonrió cálidamente, haciendo que Rory se sintiera culpable por la forma en que se sentía.

—Bueno, buena suerte. Jess y yo vamos a darlo todo.

—Habla por ti. —gruñó, pero la suave sonrisa en su rostro revelaba que haría cualquier cosa por la rubia. Cualquier cosa. Y eso hizo que las emociones de Rory aumentaran hasta que estalló. Pero eso no sucedió hasta casi el final de la noche.

Habían pasado veinte horas de competición. Cherry se había sacado los tacones y ahora bailaba descalza, con la cabeza apoyada en el hombro de Jess mientras ambos bailaban lentamente por la habitación. El agotamiento se manifestó en toda el lugar a través  e los párpados que comenzaban a cerrarse y los bostezos extendiéndose infecciosamente en las facciones de todos.

Jess se rió entre dientes mientras Cherry bostezaba.

—¿Te arrepientes ahora de hacer esto?

—No. —bufó, pero cuando volvió a bostezar, admitió la derrota. —Bien vale. Estoy exhausta. ¿Quién diría que veinticuatro horas de baile requerirían tanta energía?

—Podría haberte dicho eso. —replicó él, haciéndola arrugar la nariz.

—Oh, shush. —pasaron unos segundos de silencio entre los dos, y ella pudo sentir los latidos del corazón de Jess a través de su camisa, y Cherry apartó la cabeza, sus ojos mirándolo. —Si quieres parar, por mí está bien. Me sorprende que hayamos aguantado tanto, si te soy sincera. —dijo divertida, pero lo miró expectante. 

Jess simplemente comenzó a mirarla, asustado de decirle que nunca quería dejarla ir. Se encogió de hombros, apartando la mirada.

—¿Quieres rendirte ahora? Sólo nos quedan cuatro horas.

Sin estar convencida, Cherry siguió mirándolo, pero sonrió.

—Si tú lo dices.

—Vamos, ponte en mis pies.

Cherry frunció el ceño, riéndose levemente al pensar que Jess estaba bromeando.

—¿Qué?

—Solo ponte de sobre mis pies. Haré el baile para los dos por un rato. —cuando Cherry parecía no estar convencida, Jess la tranquilizó. —Vamos, será divertido.

Pero tan pronto como Cherry lo hizo, Jess comenzó a hacer que ambos giraran. Cherry rió, agarrando a Jess mientras sus brazos se sostenían con fuerza alrededor de su cuello. Ignorando a todos los que miraban y se preguntaban cómo los dos adolescentes lograron permanecer tan enérgicos después de tanto tiempo, los adolescentes sintieron que solo eran ellos dos, y así sería por el resto de sus vidas. Cherry y Jess.

Pero por el momento, otras personas se atravesarían entre los dos. Y esta vez fue Rory Gilmore, bailando con Dean ya que Lorelai tuvo que desaparecer con una tarjeta amarilla mientras tanto. Sus ojos azules habían abandonado al dúo feliz, una y otra vez bromeando con comentarios sarcásticos sobre ellos sin darse cuenta de que Dean no estaba ni interesado ni feliz por eso, apretando la mandíbula.

Mientras Cherry se reía a carcajadas cuando Jess la hacía girar una vez más, Rory bufó y apretó los labios.

—Allá van de nuevo. ¿No se cansan nunca? Hacer alarde de su energía es extremadamente egoísta.

Sin darse cuenta de que Dean no estaba respondiendo, Rory jadeó cuando sintió que alguien la empujaba. No le importaba si se trataba de un accidente o no; el hecho de que fueran Cherry y Jess empeoraba las cosas.

—Lo siento. —Cherry soltó una risita, mareada sobre sus pies por tanto dar vueltas. —No te vimos allí.

—Claro. —murmuró Rory, apartándose un poco mientras ella rodaba los ojos. —Solo mira por dónde vas, ¿de acuerdo?

Jess frunció el ceño confundido, apretando la mano alrededor de la cintura de Cherry.

—¿Tienes un problema?

—No, solo estoy un poco cansada de verlos hacer tanto ruido.

Cherry frunció el ceño confundida ante la repentina hostilidad.

—¿Perdóneme?

Pero Jess intervino rápidamente. —¿Es de tu incumbencia lo que hacemos? Bailaremos y gritaremos si queremos, y tú simplemente puedes darte la vuelta y prestar atención a tu novio en lugar de molestarnos.

—Lo siento, no puede. Ya no soy su novio.

La declaración de Dean pareció detener toda la escena. Rory abrió mucho los ojos confundida, Jess enderezó su postura con curiosidad y Cherry sintió que sus labios se abrían.

—¿Qué?

—Sabes, traté de ignorar esto. Realmente lo hice. Pero... no sé en qué diablos estaba pensando. —explicó Dean, sacudiendo la cabeza mientras su mirada simplemente se concentraba en Rory mientras la soltaba, los cuatro olvidando por completo la competencia y su entorno. —¡No quieres estar conmigo, Rory!

Rory evitó su mirada y Cherry suspiró. —¡Sí quiero estar contigo!

Sacudiendo la cabeza, Dean continuó. —Has estado interesada en Jess desde que llegó a Star Hollow, y he pasado semanas- no, meses, en realidad, tratando de convencerme de que no era cierto, que todo estaba bien entre nosotros. Pero ha sido obvio todo este tiempo.

—¿Qué es obvio, qué hice?

—¡Todos pueden ver, Rory! —gritó, atrayendo la atención de los que aún estaban despiertos. —Te gusta y estás celosa porque le ha estado dando toda su atención a Cherry. Y estoy cansado, pero ya lo superé. Así que adelante, haz lo que quieras. Ya no me importa

Y con eso, Dean se alejó, dejando a Rory perpleja. Cherry vaciló, sin saber si debía ir tras Dean o consolar a Rory, quien ahora solo se alejaba lentamente en la otra dirección. Antes de que tuviera la oportunidad de elegir, pudo sentir el agarre de Jess deslizándose lejos de ella, soltándola por completo.

—¿A dónde vas? —preguntó Cherry.

Jess se quedó allí, con una mirada perdida similar en sus ojos mientras miraba entre las siluetas de Cherry y Rory, que seguía alejándose.

Y en una elección dividida, Cherry se encontró sola al final, parada en un gimnasio con su cita persiguiendo a otra chica.

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