(gif: jess and cherry gets into a fight)

—Luke, yo soy tu padre... 

Eso fue lo primero que dijo Cherry al entrar a la cafetería de Luke, incluso intentando hacerse pasar por la voz de Darth Vader. Tanto Jess como Luke la miraron sin impresionarse con su imitación cuando la rubia tomó asiento en el mostrador. 

—Ni siquiera es la línea correcta. 

Cherry frunció el ceño ante las palabras de Jess, tratando de recordar las películas de Star Wars. 

—¿Qué? ¿No es lo que dice? Hubiera jurado... —se encogió de hombros, sacudiendo la cabeza.

—¿Qué vas a ordenar? —le preguntó Luke a la chica. aunque tiene la sospecha de que ella pediría lo habitual.

Jess se burló, levantando una ceja. —¿Por qué lo preguntas? Ella siempre pide lo mismo: una taza de capuchino sin azúcar, plato de tortitas con chispas de chocolate con crema y sirope de caramelo. Y estoy seguro de que también pedirá eso esta noche, aunque sean casi las nueve de la noche.

—Bueno, tiene razón. —dijo Cherry, ligeramente sonrojada. Luke miró a Jess como si intentara descifrarlo antes de encogerse de hombros e ir a la parte de atrás para prepararle a la rubia algunos panqueques. Jess evitó la mirada de Cherry mientras barajeaba un conjunto de cartas, ignorando la mirada inquisitiva de Cherry. —Entonces... ¿te sabes mi orden de memoria?

Jess se rascó la nuca. —¿Y qué? Ordenas siempre lo mismo, lo iba aprender eventualmente. —Cherry se le quedó mirando, sin saber exactamente cuál era la sensación que estaba experimentando. Nunca lo había sentido antes, especialmente cerca de Jess. La puso... nerviosa saber que Jess había memorizado su orden. —Deja de mirarme de esa forma.

Cherry se miró la uña. —¿Cómo qué? Solo un par de mejores amigos mirándose el uno al otro.

—No somos amigos. —replicó Jess, pero las comisuras de sus labios se estiraron hacia arriba. Tampoco sabía cuál era ese sentimiento que experimentaba con Cherry. Era completamente diferente a lo que sentía con Rory, por lo que simplemente asumió que era el sentimiento que uno experimenta cuando encuentra una verdadera amistad. Pero Cherry experimentó ese sentimiento con Dean, y podía decir con certeza que no era para nada parecido. —Por cierto, te traje algo.

—¿Me trajiste algo? ¿Aunque no seamos amigos? —Cherry se rio cuando Jess la miró. —Curiosa por ver lo que me tienes. —agarrando un paño, Cherry levantó las cejas mientras Jess hacía un truco de magia, mostrando que no había nada detrás del paño antes de sacar un libro. —¿Se supone que debo estar impresionada? Sabes que los trucos de magia no son para nada interesante. 

Jess ignoró su comentario, entregándole el libro. Ella lo agarró con curiosidad, hojeando las páginas para ver que él había escrito un montón de notas en los márgenes. —Espera... ¿realmente leíste un libro de Nicholas Sparks?

—Estabas hablando y hablando de eso, así que decidí intentarlo. —dijo Jess despreocupado, como si no fuera gran cosa. —Fue terrible, por cierto, como esperaba.

—Pero lo leíste. —había asombro en su voz, haciendo que las mejillas de Jess se calentaran un poco. —Aunque no te haya gustado. La positividad no está en tu idioma.

—Tampoco el buen gusto en el tuyo. —Jess se apresuró a responder, y Cherry le sacó la lengua.

El reloj dio las nueve y media, y Luke se acercó a los dos, entregándole a Jess un trapo sucio. 

—Oye, Cherry, ¿te importaría echarle una mano a Jess para que cierre? Y luego puede ir a estudiar con su tutor.

—Por supuesto. Sólo si me habla de este tutor. —Jess gimió en queja, rodando los ojos. Luke asintió con agradecimiento antes de salir y poner el cartel de cerrado en la puerta de cristal, dejando a Jess y Cherry a solas mientras ordenaban en silencio, limpiaban las encimeras y dejaban los platos en el lavavajillas.

Cuando Cherry arrojó una toallita sucia en la cara de Jess, él la miró. —Te voy a matar un día de estos.

—Por supuesto. —se burló ella. —Si lo hicieras, tu vida sería tan aburrida y solitaria. —la puerta principal se abrió de repente, delatando a una tímida Rory. La sonrisa de Cherry se desvaneció ligeramente, mirando entre Jess y Rory. —Hola, Rory.

—Hola, Cherry. Jess, ¿estás listo para nuestra sesión de tutoría?

Rory tomó asiento en una de las mesas, y cuando Cherry se giró para mirar a Jess con una mirada divertida, Jess presionó su dedo sobre sus labios. 

—No te atrevas a decir nada.

Cherry levantó los brazos en defensa. —No sé a qué te refieres. —agarró su chaqueta y se la puso. —Nos vemos, Jess. Hasta luego, Rory.

Y cuando Cherry salió de la cena y pasó por la ventana, no pudo evitar mirar hacia atrás, frunciendo el ceño al ver a Jess y Rory sentados muy juntos, riéndose de algo que el adolescente había dicho mientras leía un libro de texto.

Cherry buscó en todo Stars Hollow durante media hora antes de encontrar a Jess sentada en su porche. Se detuvo un poco, exhalando con enojo antes de marchar hacia él. Ella, junto con el resto del pueblo, se habían enterado del accidente entre él y Rory, y la preocupación la había atormentado. Claro, Rory estaba bien, pero Jess no estaba por ningún lado, y eso hizo que Cherry se sintiera un poco asustada.

Sus ojos la siguieron mientras ella se paraba frente a él, con un cigarrillo colgando de su labio mientras la preocupación y la culpa nublaban su rostro. Jess la miró confundido cuando Cherry extendió la mano.

—El cigarrillo. Necesito una calada antes de empezar a gritarte.

Vacilante, Jess le dio su cigarrillo y Cherry inhaló el humo antes de apagarlo y tirarlo. 

—¿En qué diablos estabas pensando, Jess? —exclamó.

—Me aseguré de que estuviera bien. —susurró él, mirando al suelo.

—¡¿Y?! ¡Podrías haber hecho que te mataran! —Jess levantó la mirada, sorprendido por el tema de conversación. Estaba seguro de que Cherry estaba molesta por poner en riesgo a Rory, como a todos los demás lo estaban, porque ¿a quién le importar Jess? —Me preocupé mucho cuando no te encontraba por ningún lado y nadie sabía dónde estabas o si estabas bien. ¿Es una especie de broma para ti? Tienes que crecer, como un demonio.

—Cherry, no es así-

Se puso de pie, lo que hizo que Cherry retrocediera unos pasos. 

—Sé que crees que nadie se preocupa por ti, pero Luke lo hace, Rory lo hace. Yo lo hago. Somos amigos. Y los amigos no se asustan así. ¿Sabes lo preocupada que estaba, que algo había pasado y estabas herido en alguna parte?

—No lo estaba.

—¡Pero podrías haberlo estado! —ella gritó. Jess tragó saliva y ocultó sus manos en los bolsillos. —E interpretas a ese adolescente tan incomprendido, al estilo Kurt Cobain, y alejas a todos porque nadie podría querer estar cerca de ti.

Jess comenzó a sentirse abrumado con los múltiples sentimientos de saber que la gente se preocupaba por él y el accidente, que no estaba seguro de lo que estaba diciendo. 

—Tal vez deberías ver eso como una señal.

Cherry frunció el ceño. —¿Qué?

—Si te alejo de mí, tal vez sea porque no te quiero cerca de mí. —tan pronto como esas palabras salieron de los labios de Jess, se arrepintió. Cherry lo miró cabizbaja, apretando los labios mientras asentía.

—Okey. —susurró ella, con la voz ligeramente quebrada. —Me alegro de que estés bien. Hasta luego, Jess.

Y mientras se alejaba, Jess se encontró saboteándose a sí mismo en otra cosa en su vida.