VI. "Siempre adoras hacer monólogos, ¿cierto?"
— ¡¿Tienen una idea de lo preocupada que estaba?!— el grito de Maya se escuchó por todo el departamento alertando a Derek y Peter quienes miraban las garras frente a ellos.
— Oh, que considerada eres, querida— habló Peter sentado relajadamente—. Pero no creo que hayas sido tú la que nos liberara de aquellos cazadores que nos torturaban por esta misteriosa "loba" que tanto buscan.
Derek lo miró como si quisiera enterrarlo vivo, él no quería que Maya supiera sobre ese último detalle, pero al parecer a Peter no le importaba.
— Quién crees que envió a Breaden, idiota.
Peter se mantuvo callado, aquella niña sí que lo había hecho cerrar la boca. Cada día le agradaba más.
— Por lo que insinúas supongo que tú.
— Así es, Peter Pettigrew—le contestó haciendo una referencia de Harry Potter al ver su dedo cortado y vuelto a pegar, para luego dirigirse a Derek—. ¿Y esas garras?
— Son de mi madre— dijo el morocho mientras las ubicaba en el tarro de madera—. ¿Dónde están los otros?
— Evitando que un padre mate a su hija creyendo que en realidad es un coyote, nada fuera de lo normal en Beacon Hills.
Derek asintió.
— Siempre ha habido un elemento de peligro en rituales como este— habló Peter refiriéndose a lo que Derek hacía—. Personalmente no me gustan mucho, a menos que me beneficien de alguna forma.
— ¿Qué quieres? — le preguntó Derek mientras Maya se sentaba a su lado.
— Quiero conservarlas— contestó, pero al ver los rostros de Maya y Derek volvió a hablar—. Por valor sentimental, ella era tu madre, mi hermana y....— miró a la castaña para luego detenerse.
— ¿Es enserio?
— ¿Qué? ¿No puedo tener un poco de sentimentalismo?
Derek ubicó el frasco frente a él en espera de que este ubicara su mano dentro, pero Peter hacía todo lo posible por hacer que el tiempo fuera más lento, tanto que Derek y Maya se estaban desesperando.
— Tardas demasiado— se quejó Maya mientras se paraba y lo corría de un golpe.
— ¡Maya, no!
Pero ya era tarde, el grito de la castaña se escuchó por todo el lugar, luego de incrustar las garras en sus dedos y sus ojos se volvieran dorados.
— Nuestra pequeña Maya es más fuerte de lo que creíamos— le dice Peter a Derek mientras éste veía a su Beta tratando de normalizar su respiración.
— Terminemos con esto— dijo Maya sentando a Derek frente a ella para luego clavar las garras en su nuca.
Pero ninguno de los dos esperaba ver lo que vieron.
[...]
Maya abrió los ojos asustada, su mirada comenzó a recorrer el lugar reconociéndolo como su antigua casa, en donde vivía con su padre Richard. Todo se encontraba igual, los cuadros, los sillones, hasta Draco se encontraba allí acostado en el suelo junto al televisor.
De repente, Draco comenzó a gruñir, alertándola y de un momento a otro este comenzó a correr fuera de la casa.
— ¡Draco, espera!
Maya comenzó a perseguirlo mientras este se internaba en el bosque. Parecían kilómetros y kilómetros sin detenerse, pero no importaba, su único objetivo era alcanzar a su perro.
El canino la guió hasta un claro en dónde el Nemeton se encontraba frente a ella, tan imponente y misterioso. Decidió acercarse lentamente con precaución de cualquier cosa que pudiera ocurrir. Un lobo negro saltó ubicándose frente a ella sobre el Nemeton, mirándola fijamente como si quisiera comunicarse con ella. Sus ojos se volvieron rojos, sorprendiéndola. Ella debía ser la madre de Derek, Talia, lo que no entendía era por qué se presentó frente a ella.
Sin saber el cómo, ni el por qué una nueva sensación vino a ella. Un momento de realización, sus ojos se abrieron finalmente ante la oscuridad que la albergaba cuando dijo aquella palabra tan decisiva.
— ¿Abuela?
[...]
Cayendo al suelo desenterró las garras del cuerpo de Derek, aún en estado de incertidumbre se arrastró por el suelo hasta una esquina sintiéndose segura, aunque aquello fuera sólo una fantasía. Mientras Peter comenzaba a hacerle preguntas a Derek sobre lo que habló con Talia, Maya se encontraba devastada, cómo es que no lo había visto antes. Su Alfa era su padre.
— Maya, ¿estás bien? — ella no le contestó mientras aún trataba de procesar aquella bomba de información—. ¿Qué has visto?
— ¿Maya qué te dijo? — preguntó Peter esta vez, más asustado por si fuera información de sí mismo que por ella.
— Uste... ¡Ustedes pedazos de mierda! — ambos dieron un salto para atrás al oír el grito enojado de la castaña, extrañados por su repentino enojo—. ¿Cuándo pensabas decirme que eres mi padre?
El mundo de Derek cayó, no estaba listo para decirle, pero al parecer su madre tuvo otros planes, diciéndole por medio de aquella visión. Se había quedado mudo, no sabía cómo afrontar aquella situación y al parecer tampoco Peter, ya que ningún comentario fuera de lugar había salido de su enorme boca.
Derek suspiró cuando vio que la castaña se levantaba dispuesta a irse de allí.
— ¡Espera!
— ¡¿Qué mierda quieres que espere?!— se giró nuevamente hacia él—. Todo este tiempo supiste quién era y no tuviste la decencia de decírmelo. ¡Hasta Peter tuvo más pelotas que tú cuando casi me lo dice cuando lo matamos!
— Eso es cierto— dijo Peter sentándose en el sillón disfrutando del espectáculo.
— ¡AHORA NO! — gritaron ambos.
— Sabes que, no tengo por qué sentarme y escuchar todo esto.
— Entonces quédate de pie, no me importa— le contestó Derek tratando de evitar que se vaya—. Debes entender que yo tampoco lo sabía desde un principio, esto también fue nuevo para mí, pero todo comenzó a cobrar sentido luego, ¿me escucharás?
— ¿Qué otra opción tengo?
[...]
— Debes entender, Maya, que éramos jóvenes y yo fui ingenuo. Creí que Kate me amaba, pero terminó destruyendo a mi familia—dijo Derek terminando la historia—. Lo único bueno de aquello fuiste tú, sé que no me creerás, pero mi vida se volvió mucho más plena contigo. No pretendo que me llames "padre" o "papá", sé que ya tuviste a Richard quien fue un gran padre para ti, pero espero que puedas verme como tu familia, alguien que puedas confiar más allá de ser tu Alfa.
Maya lo entendía, entendía todo lo que Derek le había dicho, sin embargo, eso no significaba que el dolor se hubiera esfumado.
— Lo entiendo, pero debes saber que no me llevará unos días sanar, seguramente sean semanas o incluso meses. Pero puedo prometerte y lo sé, es que ya te consideraba mi familia antes de todo esto, eras mi Alfa y ahora resulta que también eres mi padre, y lo acepto.
— Esta bien, te comprendo.
— Aunque hay algo que aún no logro entender— dijo la castaña secando sus lágrimas—. Si soy tu hija se supone que el gen del hombre lobo es más fuerte, entonces ¿por qué no nací siendo una?
— Sí lo hiciste, Maya.
— Créeme, no lo hice.
— Derek tiene razón, sobrina. Puedo llamarte así, ¿verdad? Sobrina nieta me hace sentir viejo— habló Peter entrometiéndose en la conversación—. Naciste con genes de loba, pero al convivir rodeada de humanos estos fueron retenidos, además de que no me extrañaría que tu madre pusiera un poco de lo que creo que sería acónito en tu comida para que no te convirtieras. De ese modo cuando Derek te mordió, aquellos genes retenidos salieron a flote volviéndote en la fuerte loba que eres hoy.
— Wow, siempre adoras hacer monólogos, ¿cierto?
— Es un don.
Ambos rodaron los ojos.
— Creo que debería irme— dijo Maya para luego irse, dejando a Derek un poco asustado por su futuro.
[...]
— "And afterwards we drop into a quiet little place and have a drink or two"— Maya escuchaba como Stiles cantaba, lo cual no lo hacía para nada bien, mientras seguía poniendo hilos rojos en su tablero—. "And then I go and spoil it all, by saying something stupid like, I love you".
— ¿Quién canta esa canción? — le pregunta la pelirroja que se encontraba con ellos en la habitación.
— Frank Sinatra.
— Sí, mantengámoslo de esa forma— remata Maya haciendo reír a Lydia y bufar a su novio.
— Aún no nos dices porque has llegado tan alterada del departamento de Derek.
— Oh, no importa. Una pequeña pelea con Peter— mintió, aún no estaba lista para decirles a sus amigos lo que acababa de descubrir. Ni siquiera ella lo estaba, pero debían solucionar todo lo que ocurría—. Entonces pudieron salvar a Malia, ¿verdad?
— Sí, por suerte Allison le disparó un tranquilizante a su padre y Scott pudo transformarla nuevamente a una humana, ahora está con su padre— le explicó Lydia—. También casi muero hoy, de no ser por Stiles esa trampa que había puesto el Sr. Tate me habría rebanado la pierna.
Maya se sorprendió abrazando a Lydia.
— ¡Oh por Dios, Lydia!
— ¿A mí no me felicitas? — se quejó Stiles—. ¡Yo la salve!
—Claro que sí, amor— le dijo como si fuera un niño para luego acercarse a besarlo.
— Diugh, no frente a los pobres.
— ¡Oh, cállate! Nadie puede separarte de Aiden— ambas rieron mientras se tiraban a la cama junto a varias cuerdas de colores.
— ¿Para qué son los hilos de colores? — preguntó la pelirroja.
— Maya me los dio cuando compró esta pizarra para mí— le explicó Stiles—. Son diferentes etapas de la investigación, el verde es resuelto, el amarillo inconcluso y el azul es bonito.
— ¿Y el rojo?
— No resuelto.
— Veo mucho rojo.
— Sí, lo sé. Gracias— le respondió de mala gana haciendo sonreír a Maya por lo infantil que era.
— ¿Te castigaron por la alarma? — preguntó Maya.
— Sí, todos los días de la semana, pero lo hicimos por una buena razón.
— Pero no encontramos pruebas de que Barrow estaba ahí— murmura Lydia haciendo que Maya se enderezara dispuesta a alentar a su amiga.
— Lydia, siempre has tenido la razón en estos casos, te creemos.
— Sin aroma, sin bomba y metí a Stiles en problemas.
— Barrow estuvo ahí, Lyds. Lo sabías, lo sentiste y si así lo quieres volveremos a la escuela y lo buscaremos toda la noche para demostrarlo— ambas se abrazaron, mientras Stiles olía su fibrón intrigado. Maya al notarlo le preguntó qué ocurría.
— Levántense, ahora. Vamos a la escuela.
[...]
— Se supone que debe estar cerrada— dice Lydia cuando abrieron la puerta de laboratorio y sorpresivamente esta no se encontraba así.
— Sí, lo sé— dice Stiles—. ¿Notas algo más?
— Huele a químicos— dice para luego sujetar a Maya del brazo—. Por eso no pudieron percibir su aroma.
Al ver sangre en el suelo, Maya se agachó deshaciéndose del agarre de Lydia en el proceso, oliendo la sangre.
— Él estuvo aquí, terminó con la cirugía. Tenías razón.
— ¿Entonces por qué no me siento bien al respecto?
— Porque él estaba aquí para matar a alguien.
— ¿Pero a quién?
— Debemos descubrirlo— dice Stiles ayudando a Maya a levantarse, aunque sabía que ella no lo necesitaba, se sentía bien al hacerlo—. Podemos separarnos y empezar a buscar lo que sea.
Stiles y Lydia comenzaron a busca por las mesas, mientras Maya se acercaba al pizarrón extrañada por los números que se encontraban escritos.
— Lydia, ¿qué es esto? — le preguntó haciendo que ambos se acercaran junto a ella.
— Son números atómicos.
— ¿Es una fórmula? — pregunta Stiles.
— En realidad, no— habla Maya, ya que poco tiempo antes Lydia la había ayudado con esta materia—. Diecinueve es potasio, cincuenta y tres yodo, ochenta y ocho radio, ¿cierto?
— Así es, los primeros dos hacen yoduro de potasio— le contestó la pelirroja, mientras Maya agarraba una tiza y escribía las letras con sus respectivos números.
— ¿Potasio es K? — pregunta Stiles a Maya, quien devuelve la mirada a Lydia, ella no sabía tanto como para explicar, sólo sabía las letras.
— Por kalium, el nombre científico neolatino— le contestó pidiéndole la tiza a Maya quien se la dio para que esta pusiera la I.
— ¿Y el radio?
19 K
53 I
88 Ra
— Kira.
[...]
— ¡Aquí es!
Stiles frenó el Jeep, encontrándose con Scott tirado en el suelo inconsciente. Stiles comenzó a sacudirlo logrando que despertara.
— ¡Barrow se llevó a Kira!
— Lo sabemos, ella es su objetivo.
— Llamaré a Aspen, tal vez ya descubrieron algo— dijo Maya sacando su celular y marcando el número en sus contactos.
"Nunca más me dejes solo con ellos, te lo suplico, Maya."
— Aspen, tranquilo. No creo que haya sido tan malo.
"¡LA MALDITA TENSIÓN SEXUAL QUE HABÍA ALLÍ NO TIENE EXPLICACIÓN!"
El grito del guardián provocó que alejara el celular de su oído y que todos lo escucharan.
— ¿Pudieron encontrar algo?
"Solamente sobre moscas y muertos, nada más."
— Gracias. Debo colgar, Aspen. Debemos encontrar a Kira.
"¿Qué ocurre?"
— Ella es el blanco de Barrow.
"Oh, ent... ¡ISAAC!"
— ¿Qué ocurre? ¡¿Aspen, qué ocurre?!
La llamada se colgó dejándola completamente preocupada, pero la voz de Scott la volvió al ahora.
— Debemos pensar algo, él va a matarla.
— Sabía que estaba aquí, ¿cómo supe eso? — preguntó Lydia asustada.
— Porque escuchaste las moscas.
— ¿Las oyes ahora? — le pregunta Maya.
— Nada, sé que puedo hacerlo, pero no sé qué hacer. Sé que está en la punta de mi lengua, pero no sé cómo activarlo. Yo juro por Dios que me dan ganas de gritar.
— Entonces grita, Lydia. Grita— le dice a Stiles, lo cual Lydia hace provocando que los tres deban cubrirse los oídos.
Cuando el grito acabó la pelirroja mira sobre ella a la luz de la calle.
— No son moscas— dice para luego girarse tan rápido que los tres saltaron del susto—. Es electricidad.
— Un momento, Barrow era ingeniero electricista, trabajó en la subestación eléctrica— dice Stiles.
— ¿Qué subestación? — pregunta Scott.
Los cuatro llegaron a la estación dejando a Lydia en el auto para que esperara a la policía, Scott se adelantó encontrando a Kira, pero Barrow lo atacó con un cable electrificado haciendo que saliera volando por los aires unos cuantos metros hasta una reja de metal. El ruido alertó a Maya y Stiles quienes corrieron hacia allí, Maya llegó antes interviniendo, pero fue atacada de igual forma.
Sin embargo, cuando Barrow quiso atacar a Kira provocó que por alguna razón desconocida todo comenzara a estallar haciendo que Scott protegiera a Maya detrás él. Las luces de las centellas de la electricidad poco a poco fueron juntándose en las manos de Kira, sorprendiéndolos a ambos y generando un corte eléctrico en toda la ciudad.
Kira definitivamente no era humana.
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