Miedo
Historia corta
NaruHina/ ItaHina/ NaruSaku
Esta Fic no está ligado a un tiempo específico dentro del anime o manga.
Disclaimer: Ningún personaje usado en esta Historia me pertenece, todos son propiedad de Masashi Kishimoto, sin embargo la historia aquí plasmada es de mi propiedad.
Mundo alterno/ Japón antiguo
— Deje de llorar, le creo — Hinata lo miro con rencor, Itachi le acerco su pañuelo el cual ella se negó a aceptar.
— ¿Qué fue esto? — Seco toscamente sus lágrimas con la ayuda de su manga — ¿Acaso disfruto de cada momento? ¿Qué clase de sádico Medico, es Usted? —
— Solo le he informado, todo lo que se ha dicho alrededor de Usted — suspiro profundamente — No es eso una evidente gran ventaja —
— ¿Está intentando engañarme? — posiblemente abría alguien escondido, recopilando todo lo que dijera para usarlo en su contra.
— No... Pero le advierto, comience a cuidar sus pasos, hay alguien en este lugar que le desagrada su presencia — Hinata sonrió de medio lado, estaba intentando ganarse su confianza para después apuñalarla por la espalda. Si ese era el caso ella podría jugar el mismo juego, pero lo que escuchó después la dejo sin palabras— No me extenderé, ni le daré vueltas al asunto — agrego, en verdad parecía avergonzado — Descubrí todo al sexto día, cuando Lady Tsunade dejo de atenderla según lo que se me informo. Ella dejo prescritas algunas infusiones las cuales se me negaron rotundamente examinarlas o siquiera cambiar supongo que debido a mi juventud creyeron que no me daría cuenta, pero al no notar avance alguno en Usted y al descubrir que cada vez que tomaba esa famosa infusión, la fiebre reaparecía, volviéndose incluso más fuerte que la anterior, entonces decidí romper toda regla y llevarme un poco de su medicamento — El Joven Medico saco un pequeño frasco, con muy poco contenido en el — Descubrí que estaba repleta de adelfa — Hinata puso cara de no entender un carajo, entonces procedió a explicarlo — La adelfa es un veneno proveniente a una planta parecida al laurel, que si bien es efectiva para curar algunas lesiones en la piel, al ingerirla directamente puede causar la muerte de quien la ingiere, dependiendo la dosis se acortara o alargara el proceso—
— ¿Puedo... como es que puedo confiar en sus palabras? — titubeo.
— Puede no creerme, pero no le parece extraño, haber dormido alrededor de 10 días — y de pronto Hinata tuvo miedo, miedo de todo y todos a su alrededor.
— Lord Namikaze no, sería capaz de tal atrocidad — aun cuanto todo lo que había dicho Itachi sonaba real, Hinata no podía simplemente confiar en un completo desconocido sobre su esposo — No hay razón alguna para querer deshacerse de mí, mi dote y mi clan lo han impulsado ..... Además... —
— Viva o muerta, no hay diferencia — sus palabras la asustaron — Espero que no sea demasiado tarde Lady Hinata —
— ¿Por qué intenta ayudarme? ¿No somos parientas, ni mucho menos amigos?—
— Es simple, odio toda clase de injusticias — el recuerdo de su madre lo invadió. Hinata estuvo a punto de alegar pero un suave manoteo le indico que no era el momento.
— Itachi-sama, las encargadas de la botica han dicho que Lady Tsunade ha tomado el permiso total de las hiervas requeridas — sofocada Natsu atravesó el lumbral — Me han pedido decirle que puede dejar las instrucciones de elaboración y ellas mismas podrán realizarlo — El joven médico le dio una mirada rápida a Hinata, esta a su vez se sintió empequeñecida. Acaso era una broma o un plan muy elaborado para que le entregara toda su confianza.
— Su señora tomara la decisión — guardo sus pertenencias en el maletín — Me iré ahora, de necesitarme pueden llamarme cuando lo requieran — anonadada Hinata lo vio partir, Natsu lo acompaño hasta la salida, con el pago en sus manos por sus servicios.
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Después de escuchar todo lo que su joven médico tenía que decir, Hinata se sintió tan perdida que solo atino a tirar el Té que su Suegra le había enviado como muestra de buena voluntad al saberla sana. Cuando cayó en cuanta de su grave acción, Natsu ya se encontraba detrás suyo, sosteniéndola de los hombros impidiéndole romper la fina vajilla, visiblemente preocupada mirando a su alrededor, cerrando las puertas cuando finalmente pudo arrebatarle la porcelana de las manos, para que ningún sirviente delatara a su pequeña ama, por cometer tal acto.
Natsu como buena Nana, no dijo ni una sola palabra pero noto de inmediato que algo muy malo le estaba sucediendo a su ama, así que sin previo aviso la tomo entre sus brazos y la llevo a su cama procedió a arrullarla hasta que esta finalmente tuvo calmar sus sollozos y sus pupilas volvieron a centrarse. Con palabras torpes Hinata decidió compartirle aquella delicada información. Que si bien al principio Natsu no parecía creer en su totalidad lo que estaba escuchando, después de un silencio incomodo donde Hinata se creyó tonta por haber creído esa sarta de mentiras, esta termino por darle una solución.
— Sé que hacer — se puso de pie, haciéndola a un lado — Déjemelo todo a mí, mi querida niña — le regalo la mejor de sus sonrisas y se dispuso a salir. Hinata asintió aunque no estuviera muy segura a lo que se refería.
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Luego de unas semanas, Hinata ya se encontraba cocinando a escondidas de su Familia política junto a Natsu quien se encargaba de comprar o robar ciertos condimentos que a su pequeña ama le hiciera falta. Y aunque al principio no creyó adaptarse pues hacía muchos años atrás que por órdenes de su Padre había dejado de cocinarse, no lo hacía tan mal pues era capaz de darle un sabor único a los apios o inclusive al mismo arroz que por costumbre debía ser carente de especias.
— Es una verdadera ventaja que dentro de sus aposentos cuente con esta sencilla cocina, después de que le recortaran sus propios suministros — Natsu parloteo mientras continuaba cortando las zanahorias.
— Una verdadera suerte, aunque temo puedan descubrirnos — se sinceró, pues desde que su servicio fue reducido en su pequeña villa las sospechas de Hinata se incrementaron. Por qué ahora todos sus alimentos eran envidados directamente desde la casa principal, donde vivía Naruto y Sakura. Negándole tener su propio personal.
— Si lo hacen diremos que está intentando aprender, para sorprender a su Marido, no hay mejor respaldo que ese — Hinata asintió por el momento era mejor mostrase como una mujer sumisa — Después de todo la comida que nos envían no se desperdicia, ha servido para los animales del establo yo misma me encargado de que lo devoren todo —
— Eres demasiado para mi Natsu — Hinata hipo, el picar cebolla siempre había sido su punto débil.
— Pero que cosas dice, Hinata-sama — apenada, le arrebato la cebolla y continúo.
Ambas inundaron el recinto de suaves risitas, jugueteando como dos niñas pequeñas, lanzándose harina, disfrutando de tenerse la una a la otra.
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El estar a solas con su Marido no era algo que le complaciera, sobre todo cuando este no se había tomado la molestia de informarle tal importante suceso si quiera y no es que tuviera que pedirle permiso para visitarla, era más que claro que como mujer lo que ella deseara no importaba. Pero al menos de haber sido informada con antelación hubiese pospuesto su baño, no que ahora el joven rubio se encontraba anonadado al verla envuelta solamente en un suave camisón de seda.
— Siéntese, me vestiré enseguida — se adelantó a decir, Naruto a paso torpe acato la sublime orden.
— Lame...to no haber podido venir antes — sus palabras eran torpes, la figura de su primera esposa en verdad lo había hecho pedazos — Tuve asuntos importantes que arreglar antes de poder si quiera pararme en mi propio dormitorio —
Aun desde su alcoba Hinata fue capaz de escuchar su patética excusa, mas sin embargo pretendió no escucharla.
— Tu salud ha mejorado, tu cuerpo pareció adquirir un poco de peso. Desgraciadamente desde la perdida Sakura-chan ha perdido demasiado, se niega a comer y bueno no sé.... — Hinata rodo los ojos, si su intención era incomodarla lo estaba logrando — Viene a pedirte disculpas... — le pincho el hombro, haciéndola girarse de inmediato.
— Lord Namikaze, que.... Hace aquí — asustada, al tenerlo tan cerca Hinata intento levantarse el corpiño.
— No tuve el valor para pedirte una disculpa, ese día envuelto en dolor, no fui consciente de mis palabras y las consecuencias de estas mismas... Hinata te lastime, de sobremanera podrías perdonarme — con ayuda de su mano le dio la vuelta, la chica mantenía sus brazos cubriendo su desnudes.
— No tengo nada que perdonarle — musito, el tenerlo tan cerca le producía una extraña mezcla de sensaciones por un lado, aquel ingenuo y tonto latir de su corazón al tenerlo tan cerca mostrándose noble y por el otro el resentimiento al saberlo ajeno a todo lo que ella significaba y como dato extra la desconfianza hacia su familia y a el — Junto con Sakura-san ha perdido un hijo y es una perdida muy grande, ella debió y debe seguir necesitándolo —
— Sakura estará bien, de eso no tengo duda por otra parte, tú también eres mi esposa... — se agacho, hasta ese momento Hinata no era consciente de la abismal diferencia de estaturas — Te he mantenido tan alejada, He sido un hombre bastante cruel — la beso con un suave tacto.
— Lord.... Namikaze... — hablo torpemente.
— Llámame Naruto.... — su toque varonil, realmente estaba poniendo en duda sus verdaderos sentimientos, o lo odiaba o en el fondo seguía mantenido esa ilusión de que algún día podrían funcionar como pareja.
Naruto deslizo su mano izquierda por su espalda, con la derecha y al sentirla un tanto indiferente a su tacto la forzó a mirarlo, procedido a cortar la distancia poco a poco obligándola a bajar la guardia, finalmente cuando ella bajo los brazos, sus senos permanecieron libres. Hinata se incomodó, esa mirada lasciva de la cual estaba siendo invadida no hablaba de algún sentimiento genuino como lo era el amor o el cariño.
— Te deseo — gruño rompiendo con todo romanticismo que hubiera podido generarse de haber usado las palabras correctas — Estuve pensando en ti, todo este tiempo, me imagine tomándote, sintiéndote mía — le dio la vuela colocándole un mordisco en el cuello, obligándola a sostenerse de su tocador.
Hinata se sintió temerosa, ella no sabía mucho sobre ese tema, pero sin duda alguna intentaba ocultarle el rostro, quizás para imaginarse a Sakura, aquel pensamiento logro horrorizarla e inmediatamente intento protestar.
— ¿Qué es lo que intenta? — hablo entre cortadamente, mientras intentaba a toda costa darse la vuelta.
— No es obvio, deseo tomarte...esta vez definitivamente — lo estaba confesando, y es que Hinata ya había tenido sus propias dudas sobre esa primera noche.
— Le prometió a..., no tocarme — está cruzando sus límites por lo general solamente debía callar y soportar lo que fuese que quisiera hacer su marido con ella.
— De que estupidez estás hablando — finalmente Hinata pudo reconocer ese asqueroso olor a vino, el responsable de su actuar.
— Se lo prometió a Sakura-san, acaso ya lo ha olvidado — le costó hacerse escuchar, Naruto ya encontraba encima suyo, apretándola con su pecho.
— No metas a Sakura-chan en esto, o es que acaso estas intentando deshacerte de mí, usando mis propias palabras en mi contra — su propio análisis lo hizo separarse — Acaso estas intentando decirle a tu propio esposo como actuar —
— Yo no.... — titubeo, su agarre permanecía fuerte — Jamás me atrevería —
— Entonces qué es lo que intentas con decirme todo eso — hipo a consecuencia de su ebriedad.
— Solo, no deseo causar malos entendidos entre ustedes — su preocupación era falsa, pero quizás podría funcionar, durante todo su tiempo habitando en los territorios Namikaze, Naruto se había encargado de dejarle en claro que solamente seria su esposa de palabra jamás de hecho.
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