Había pasado ya bastante tiempo desde su sueño.

Realmente no tenía ganas de ver a la cara a Benja luego de eso. Su mente le había jugando en contra y eso le molestaba
¿por qué tuvo que imaginar esa rara escena?

Tan solo se habían dado un beso y él ya estaba fantaseando con llegar mucho más lejos.

¿Cuántas eran las posibilidades de que realmente llegara a repetirse ese beso?

Tampoco es como si quisiera repetirlo, pero se había vuelto fan de los labios del contrario. Dios que gay se escuchaba eso.

–¡Buenos días!– saludó su amiga apenas Ted entraba a el salón.–¿por qué faltaste?–.

–estaba enfermo.– Ted buscaba con la mirada al rubio sin lograr ubicarlo.

–oh y. . .¿buscas a alguien?–

–no, digo sí pero no– en cierta forma deseaba ver a Benja, pero al mismo tiempo sabía que debía mantener la distancia.

–¿a quién?– pregunto curiosa.