✰°•『 Ꮯᾰ℘!ɬʊʆꪮ 8 』•°✰

[Narrador/a POV]

Era una noche tranquila, con el único sonido del suave susurro del viento chocando contra la ventana. El reloj marcaba las 3 a.m., y la casa estaba sumida en un profundo silencio. Yellow, que dormía plácidamente en su cama, se encontraba en un sueño sin sobresaltos, algo raro para él últimamente.

Sin embargo, un ruido leve pero inesperado lo hizo despertar. Abrió los ojos lentamente, todavía adormilado, y observó cómo la puerta de su habitación comenzaba a abrirse, chirriando ligeramente.

Se incorporó, apoyando las manos en el colchón, mientras sus ojos se fijaban en la silueta que se perfilaba en el umbral. Una figura alta y delgada se quedó allí parada, inmóvil, con los ojos blancos brillando en la penumbra.

Yellow tragó saliva, su mente intentando entender lo que estaba viendo. Su voz salió ronca y baja.

-¿Quién está ahí?

La figura comenzó a moverse hacia él, lenta pero constante, y mientras más se acercaba, más claro se hacía su rostro. Yellow parpadeó, y de repente los ojos blancos desaparecieron, reemplazados por un par de intensos y cálidos ojos rojo rubí.

Era Red.

Yellow soltó un suspiro, cerrando los ojos por un momento, intentando calmarse y dejar de lado el susto inicial. Cuando los volvió a abrir, Red ya estaba a unos pasos de su cama, mirándolo con una expresión que mezclaba vergüenza y vulnerabilidad.

-Lo siento por asustarte -dijo Red en voz baja, su tono quebrado.

Yellow arqueó una ceja, todavía algo molesto por la interrupción.

-¿Qué haces aquí a esta hora?

Red se rascó la nuca, evitando la mirada de Yellow por un instante antes de responder.

-Tuve una pesadilla...

Yellow lo observó detenidamente, notando cómo Red parecía más abatido de lo normal. Aunque estaba de pie, sus hombros estaban tensos, y sus ojos, esos hermosos ojos rubí, tenían un brillo inquieto.

-¿Sobre qué? -preguntó Yellow, esta vez con un tono menos brusco.

Red titubeó antes de responder, como si revivir lo que había soñado fuera demasiado para él. Finalmente, se sentó al borde de la cama, dejando un espacio entre ellos.

-Soñé que... tú... tú desaparecías, y no podía encontrarte. Estaba solo en una especie de vacío, y todo estaba tan oscuro... -Red apretó las manos sobre sus rodillas, como si eso lo anclara a la realidad.

Yellow se quedó en silencio, mirándolo de reojo. Aunque no solía demostrar sus emociones fácilmente, no podía ignorar cómo Red estaba temblando ligeramente, como si el sueño aún lo persiguiera.

Sin pensarlo demasiado, suspiró y se acomodó en la cama, dejando más espacio para que Red se sentara cómodamente.

-Ven aquí -murmuró Yellow, señalando el lugar junto a él.

Red levantó la mirada, sorprendido.

-¿Eh? ¿En serio?

Yellow rodó los ojos, pero su tono fue suave cuando respondió.

-Sí, Red. Solo ven.

Red dudó por un segundo antes de aceptar. Se subió a la cama y se sentó al lado de Yellow, apoyando la espalda contra el cabecero. No pasó mucho tiempo antes de que Red se inclinara ligeramente hacia él, buscando apoyo sin pedirlo explícitamente.

Yellow, aún con su expresión seria, suspiró de nuevo y pasó un brazo por los hombros de Red, dándole un apretón ligero pero reconfortante.

-Ya pasó, Red. Fue solo un sueño. Estoy aquí.

Red cerró los ojos, dejando que la calidez del momento lo envolviera.

-Gracias, Yellow... -murmuró, con una leve sonrisa que, aunque pequeña, brillaba como sus ojos.

Y allí, en el silencio de la madrugada, ambos encontraron una inesperada sensación de calma.

---

El cuarto quedó en silencio por unos minutos, roto solo por el suave ritmo de sus respiraciones. Yellow seguía sosteniendo a Red, sin moverse, mientras su mirada vagaba por la oscuridad de la habitación. Sentía el peso de Red apoyado contra él, pero no era incómodo. Al contrario, había algo reconfortante en tenerlo cerca, como si en ese momento las palabras fueran innecesarias.

-¿Sabes? -murmuró Red, rompiendo el silencio de manera inesperada-. A veces pienso que mis sueños reflejan cosas que no puedo decir en voz alta.

Yellow arqueó una ceja, mirando a Red de reojo.

-¿Y qué significa el de hoy?

Red levantó la cabeza, su expresión más relajada pero con un brillo reflexivo en sus ojos.

-Que tengo miedo de perderte.

Yellow se quedó inmóvil por un momento, procesando lo que acababa de escuchar. No era común que Red hablara tan abiertamente sobre sus sentimientos, y aunque el comentario lo tomó por sorpresa, no dejó que su rostro lo delatara.

-No me voy a ir a ningún lado, Red -respondió al final, con voz firme pero tranquila-. No tienes que preocuparte por eso.

Red sonrió, pero esta vez había un matiz de melancolía en su expresión.

-Lo dices como si fuera tan simple. Pero... ¿y si algún día algo nos separa? ¿Qué pasaría entonces?

Yellow no respondió de inmediato. Su mente analítica buscaba las palabras correctas, pero al mismo tiempo, había algo en la pregunta de Red que tocó una fibra más profunda en él. Finalmente, exhaló lentamente y habló.

-Si eso llegara a pasar... entonces haré todo lo posible por encontrar el camino de vuelta a ti.

La respuesta dejó a Red sin palabras. Lo miró fijamente, intentando descifrar si lo decía en serio o si solo trataba de tranquilizarlo. Pero en los ojos de Yellow no había duda, solo una determinación serena que hizo que el pecho de Red se sintiera más ligero.

-Eres un desastre, Yellow, pero de los buenos -murmuró con una sonrisa pequeña, apoyando la cabeza contra su hombro nuevamente.

Yellow bufó, pero no apartó a Red.

-Y tú eres un caso perdido, Red. Pero supongo que puedo lidiar con eso.

Ambos se quedaron así por un rato, disfrutando de la calma compartida. Sin embargo, Red, siendo Red, no podía quedarse tranquilo por mucho tiempo.

-¿Sabes qué ayudaría a relajarme después de esa pesadilla? -dijo, levantando la cabeza con una expresión traviesa en el rostro.

Yellow lo miró con una mezcla de sospecha y resignación.

-¿Qué ahora?

Red se enderezó y, con una sonrisa juguetona, respondió:

-¡Más cosquillas!

Antes de que Yellow pudiera reaccionar, Red se lanzó sobre él, intentando hacerle cosquillas en el costado. Sin embargo, Yellow era más rápido y logró atrapar las muñecas de Red, inmovilizándolo contra la cama.

-¿De verdad no te cansas de esto? -preguntó Yellow, con una ceja levantada, aunque una leve sonrisa se formaba en su rostro.

-¡Nunca! -exclamó Red, riendo a pesar de estar atrapado.

Yellow negó con la cabeza, pero no pudo evitar unirse a la risa contagiosa de Red. Esa noche, el susto inicial quedó atrás, reemplazado por la sensación cálida y segura de saber que, a pesar de todo, tenían algo especial el uno con el otro.

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En la oscuridad de la habitación, Yellow miró a Red con severidad, aunque una pequeña sonrisa todavía curvaba sus labios.

-Si vas a seguir con esto, por lo menos controla tu risa. No quiero despertar a nadie.

Red asintió rápidamente, haciendo un gesto exagerado de cerrar la boca con una cremallera imaginaria. Se mordió el labio para no reír mientras intentaba zafarse de la posición en la que Yellow lo tenía atrapado. Sin embargo, el movimiento de ambos hizo que la cama comenzara a rechinar suavemente.

Yellow lo soltó de inmediato y se recostó contra la almohada, pasándose una mano por la cara.

-Genial. Ahora parece que estamos haciendo algo más -murmuró, con tono seco, mirando a Red, que no podía contener una sonrisa culpable.

-¿Algo más? ¿Como qué? -preguntó Red, fingiendo inocencia, aunque sus ojos brillaban con diversión.

-No me hagas decirlo -respondió Yellow, cerrando los ojos e intentando ignorar los ruidos de la cama que todavía resonaban por el movimiento.

Mientras tanto, en la habitación contigua, Green se despertó por el sonido leve pero persistente. Se sentó en la cama, entrecerrando los ojos mientras intentaba identificar qué pasaba. Al principio no le prestó demasiada atención, pero cuando el rechinar se volvió más rítmico, su mente empezó a divagar.

-No puede ser... -murmuró para sí mismo, sintiendo cómo el calor subía a sus mejillas.

Se levantó lentamente, caminando hacia la puerta de su habitación para escuchar mejor, aunque parte de él sabía que no debía. Los ruidos seguían, acompañados de ocasionales risas ahogadas que no ayudaban a calmar su creciente incomodidad.

-Definitivamente no quiero saber qué está pasando... -susurró Green, volviendo a su cama y cubriéndose la cara con una almohada.

Sin embargo, no pudo evitar que su mente siguiera imaginando escenarios inapropiados.

De vuelta en la habitación de Yellow, Red finalmente se dejó caer junto a él, respirando con dificultad después de tanta energía gastada.

-¿Por qué estás tan serio? -preguntó Red, mirando a Yellow de reojo.

Yellow lo miró con cansancio, aunque había una chispa de diversión en sus ojos.

-Porque alguien, en algún lugar, probablemente está malpensando en este mismo momento.

Red soltó una risa baja, esforzándose por mantenerla contenida.

-Bueno, que piensen lo que quieran. Yo estoy cómodo aquí contigo.

Yellow rodó los ojos, pero no dijo nada más. A pesar de todo, no podía negar que la compañía de Red hacía que incluso las noches más tranquilas fueran interesantes.

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La habitación había caído nuevamente en un silencio tranquilo, interrumpido únicamente por la suave respiración de los dos chicos. Yellow, todavía medio sentado en la cama, miraba hacia la ventana, donde apenas se filtraba un tenue resplandor de la luna. Sus pensamientos vagaban lejos, hasta que una voz baja y algo juguetona lo trajo de vuelta.

-Oye, creo que ya es hora de dormir, ¿no? -Red lo miraba desde su lugar en la cama, con esa sonrisa despreocupada que siempre parecía llevar consigo.

Yellow suspiró, pero asintió.

-Sí, ya es tarde. -Se recostó en la cama, cruzando los brazos detrás de la cabeza mientras cerraba los ojos.

Red, en cambio, seguía inquieto. Se dio la vuelta un par de veces, acomodándose entre las mantas, hasta que finalmente se detuvo y miró a Yellow.

-Oye, Yellow.

-¿Qué? -respondió Yellow, con los ojos aún cerrados y la voz arrastrada por el cansancio.

-¿Puedes... abrazarme?

Yellow abrió los ojos lentamente, girando la cabeza para mirar a Red. La habitación estaba oscura, pero podía distinguir perfectamente los ojos brillantes de Red, llenos de una mezcla de inseguridad y confianza que solo él podía tener.

-¿Abrazarte? -preguntó Yellow, arqueando una ceja.

-Sí. -Red asintió rápidamente, como si no quisiera dejar espacio para dudas. Luego, añadió en un tono más suave-. Es que... tuve esa pesadilla, ¿recuerdas? Y, no sé, me siento mejor si me abrazas.

Yellow lo miró por un momento más, tratando de decidir si Red hablaba en serio o si simplemente buscaba una excusa para molestar. Pero al final, suspiró de nuevo y se movió hacia él.

-Está bien, pero solo esta vez.

Red no pudo evitar sonreír mientras se acomodaba cerca de Yellow, rodeándolo con las mantas. Yellow, aunque algo torpe, pasó un brazo alrededor de él, tirándolo suavemente hacia su pecho.

-¿Así está bien? -preguntó Yellow, con una voz tranquila pero aún seria.

-Perfecto -respondió Red, cerrando los ojos mientras se acurrucaba más cerca. Su voz sonaba más relajada, como si el simple contacto de Yellow hubiera disipado cualquier resto de miedo o inseguridad.

Yellow se quedó mirando el techo por unos segundos, intentando ignorar el calor que sentía al tener a Red tan cerca. Finalmente, cerró los ojos, dejando que el silencio y la calma los envolvieran.

-Gracias, Yellow -murmuró Red, ya al borde del sueño.

Yellow no respondió, pero una pequeña sonrisa apareció en sus labios mientras su brazo se mantenía firme alrededor de Red. Por primera vez en mucho tiempo, la noche no parecía tan fría ni solitaria.

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La luz matutina entraba por las cortinas, iluminando suavemente la habitación de Yellow. Él abrió los ojos lentamente, parpadeando contra la claridad, y lo primero que notó fue un peso cálido sobre su pecho.

Red estaba acostado encima de él, respirando con calma y con el rostro relajado en lo que parecía ser un sueño profundo. Yellow suspiró, aún somnoliento, y optó por no moverlo. "Si lo despierto, no me dejará en paz en toda la mañana", pensó, mientras cerraba los ojos de nuevo, tratando de recuperar algo de sueño.

Sin embargo, de forma instintiva, sus manos encontraron su camino hacia las caderas de Red, como si buscaran un punto cómodo para descansar. El contacto fue suave, pero suficiente para que Red, quien ya estaba medio despierto, sintiera el ligero roce.

Red abrió un ojo, intentando procesar lo que sucedía. Sentir las manos de Yellow allí lo hizo reprimir una sonrisa traviesa. Pero en lugar de decir algo, permaneció quieto, esperando a ver qué haría Yellow.

Yellow, todavía sumido en su letargo, ni siquiera se dio cuenta de la situación. Estaba demasiado cómodo, con su respiración acompasada mientras el calor de Red lo mantenía cálido.

Después de un rato, Red no pudo resistir más.

-¿Sabes, Yellow? Si querías tocarme, podrías haberlo dicho antes.

Yellow abrió los ojos de golpe, sus manos se congelaron en su lugar mientras su cerebro trataba de procesar lo que acababa de escuchar.

-¡Q-qué! -exclamó en voz baja, con las mejillas ardiendo. Retiró rápidamente las manos como si se hubiera quemado, mientras Red alzaba la cabeza y lo miraba con una sonrisa burlona.

-Tranquilo, no me molesta. -Red apoyó la barbilla en el pecho de Yellow, mirándolo con una expresión entre juguetona y tierna-. Solo avísame la próxima vez.

Yellow apretó los labios, claramente incómodo pero sin saber qué responder. Se quedó mirándolo fijamente, con una mezcla de vergüenza y exasperación en su rostro.

-Red... ¿puedes levantarte de una vez?

-¿Y arruinar este momento tan bonito? -Red hizo un puchero, pero luego rió suavemente antes de girarse para acostarse a un lado. Sin embargo, antes de hacerlo, dio un golpecito juguetón en el pecho de Yellow.

Yellow suspiró, tratando de calmarse mientras miraba el techo. "Este tipo me va a volver loco", pensó, mientras Red se estiraba perezosamente a su lado, todavía riendo por la reacción de Yellow.

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La mañana ya estaba bien avanzada, y la luz se filtraba suavemente por las ventanas, llenando la habitación de Yellow con una calidez reconfortante. Él estaba medio despierto, estirándose lentamente en la cama mientras escuchaba el bullicio lejano de la casa. El delicioso aroma a panqueques recién hechos se coló en su habitación, y sus sentidos se activaron de inmediato.

Red, que ya estaba completamente despierto, se levantó de un salto con una sonrisa en el rostro, emocionado por el desayuno. La sonrisa en su rostro era imposible de ocultar, y se dirigió rápidamente hacia la puerta. Sin embargo, antes de salir, se detuvo un momento y, sin pensarlo mucho, se giró hacia Yellow.

-¡Voy a bajar primero! -gritó, como si fuera un niño pequeño, pero antes de que Yellow pudiera reaccionar, Red lo abrazó rápidamente.

Yellow, sorprendido por el abrazo repentino, se quedó estático por un segundo. Luego, aunque un poco confundido, devolvió el abrazo de manera automática, con una leve sonrisa.

-Tienes hambre, ¿verdad? -dijo Yellow mientras se separaba, aunque sus palabras eran más un intento de cambiar de tema que una respuesta real.

-¡Obvio! ¡Los panqueques de Blue son los mejores! -Red respondió con entusiasmo, ya corriendo hacia las escaleras. Antes de bajar, Yellow apenas se puso sus lentes y, tras un suspiro, lo siguió.

Cuando llegaron a la planta baja, el aroma de los panqueques se intensificó, y Yellow no pudo evitar que su estómago rugiera, a pesar de su actitud tranquila. En la sala de estar, todos los demás ya estaban sentados alrededor de la mesa, esperando. Blue estaba en la cocina, sirviendo los panqueques con una sonrisa en su rostro, mientras Green, Second y Purple charlaban entre sí.

Yellow se unió al grupo, pero apenas se sentó, Green lo miró con una expresión un tanto molesta. Sin esperar a que alguien más hablara, se adelantó y dejó escapar un suspiro ruidoso.

-Oye, Yellow, ¿puedes explicarme qué pasó anoche? -preguntó, su tono grave y ligeramente acusador-. Escuché ruidos extraños viniendo de tu cuarto a las 3 de la mañana. ¿Qué estaba pasando?

Todos en la mesa se quedaron en silencio, las miradas se dirigieron a Yellow, quien se quedó completamente paralizado, no sabiendo cómo responder a la inesperada acusación de Green. Red, que había tomado asiento junto a Yellow, se tensó y levantó la mirada, notando que la situación estaba a punto de volverse incómoda.

Yellow respiró hondo, tratando de mantener la calma.

-Yo... -comenzó, pero Red lo interrumpió rápidamente, con una risa nerviosa.

-¡Seguro que estaba viendo algo raro en su computadora! -dijo Red, tratando de desviar el tema con una risa forzada-. Nada de qué preocuparse.

Sin embargo, Green no parecía tan convencido.

-No estoy hablando de eso, Red. Me refiero a los ruidos, como si estuvieran... moviéndose en la cama -dijo, sus palabras lentamente llenando el aire con una incomodidad palpable.

Yellow, sintiendo cómo las miradas de todos se volvían más intensas, no sabía qué hacer. Miró a Red en busca de ayuda, pero su amigo estaba completamente callado, como si hubiera desaparecido del mapa.

En ese momento, Purple, que había estado observando en silencio, intervino rápidamente, queriendo aliviar la tensión.

-Green, no es lo que piensas. -Su voz era calmada, pero su mirada era seria-. Dejemos eso atrás. No es asunto de nadie.

Blue, que había escuchado todo desde la cocina, salió con los panqueques, y la atmósfera algo tensa se suavizó ligeramente con el olor a comida.

-Bueno, chicos, ¿qué tal si comemos antes de seguir hablando de ruidos? -Blue dijo con una sonrisa nerviosa, sabiendo que el tema podría escalar aún más.

El grupo asintió, y finalmente todos comenzaron a servirse el desayuno, aunque el ambiente aún estaba algo cargado, y Green no dejaba de mirar a Yellow con una ligera incomodidad. Red, por otro lado, intentó mantener la calma con una sonrisa algo forzada, sabiendo que la situación de esa noche no quedaría fácilmente olvidada.

Pero, por el momento, todos se centraron en disfrutar de los panqueques, tratando de dejar atrás la tensión mientras el día comenzaba a avanzar.

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A medida que todos comenzaron a comer, el silencio en la mesa era palpable, solo interrumpido por los suaves sonidos de los tenedores contra los platos. Green seguía mirando a Yellow, pero se mantenía en silencio, tratando de procesar lo que había escuchado la noche anterior. La incomodidad entre ellos no se disipaba, aunque todos intentaron continuar con el desayuno como si nada hubiera pasado.

Red, sintiendo la tensión, trató de aliviar el ambiente con un comentario ligero.

-¡Estos panqueques están increíbles, Blue! -exclamó con entusiasmo, tomando otro bocado, como si estuviera ignorando todo lo que acababa de suceder.

Blue sonrió, agradecido por el halago, pero notó que la atmósfera seguía algo tensa. Aunque intentó no mostrarlo, Blue también se sentía incómodo con la situación, especialmente con la mirada fija de Green.

-Gracias, Red. Me alegra que te gusten. -dijo Blue, sonriendo, pero también tratando de mantener el ambiente lo más ligero posible.

Mientras tanto, Yellow se mantenía en silencio, mirando su plato. No quería volver a tocar el tema de anoche, pero sentía que algo dentro de él lo inquietaba. Pensaba en las palabras de Green, en los ruidos que había escuchado, y en lo que había sucedido con Red la noche anterior.

Red, al notar el silencio de Yellow, le lanzó una mirada rápida, como si intentara decirle que no se preocupara, que todo pasaría. Yellow le devolvió una sonrisa forzada, sin querer entrar en más detalles sobre lo que había sucedido.

Por su parte, Second se mantenía en su sitio, aparentemente tranquilo, pero sus ojos no dejaban de mirar a la escena con curiosidad. Se dio cuenta de la tensión que se había formado entre los dos, pero no dijo nada. Era mejor esperar a que las cosas se calmaran por sí solas.

Purple, que había estado escuchando atentamente, finalmente rompió el silencio, su tono más relajado pero aún cargado de una ligera preocupación.

-Oye, Green, ¿estás bien? -preguntó Purple, mirando a su amigo con un gesto preocupado-. Sabes que todos estamos aquí para hablar de cualquier cosa, pero... no es el momento de hacer que todos se sientan incómodos.

Green se tensó por un segundo, pero luego suspiró, levantando la mirada hacia Purple.

-Lo sé, Purple. Solo... no me gustó lo que escuché anoche. Pero ya está bien. -respondió, su voz un poco más tranquila, pero aún reflejando una ligera molestia.

Yellow, aunque un poco aliviado por el cambio de tema, no pudo evitar sentirse algo culpable. Quería que todo se solucionara de la mejor manera posible, pero sabía que las cosas entre él y Green no estaban tan fáciles de resolver.

De repente, Red, al darse cuenta de que la situación seguía algo tensa, decidió hacer algo completamente inesperado para romper el hielo. Se levantó de su asiento y, sin pensarlo mucho, fue hacia Yellow y, en un movimiento rápido, le robó un beso en la mejilla.

-¡Venga, Yellow! ¡Relájate! -dijo con una sonrisa pícara-. ¡Ya sabes que todo va a estar bien!

Yellow, sorprendido por el gesto de Red, se quedó congelado por un momento, sin saber cómo reaccionar. Pero entonces, una pequeña sonrisa apareció en su rostro, y, por un breve momento, la atmósfera pareció calmarse.

Los demás, sorprendidos por lo que acababa de suceder, no dijeron nada al principio, pero se dieron cuenta de que Red había hecho lo que sabía hacer mejor: aliviar la tensión con una acción inesperada. La risa de Red, que llenó el espacio, ayudó a que todos se relajaran un poco más.

Sin embargo, Green, aunque aliviado por el cambio de tema, no pudo evitar sentirse un poco celoso al ver la interacción entre Yellow y Red. Se recostó en su silla y suspiró, sin saber si debía intervenir o simplemente dejar las cosas como estaban.

Mientras tanto, Purple sonrió, reconociendo el intento de Red de hacer todo más llevadero. Sabía que los días por venir no serían fáciles, pero en ese momento, todos se dieron cuenta de que lo único que podían hacer era seguir adelante.

El desayuno continuó con más risas y bromas, aunque en el fondo de todos, las tensiones aún no se disipaban por completo. Sin embargo, al menos por ahora, el grupo parecía estar un poco más unido, y eso era lo único que importaba.

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Green, mientras fingía que estaba entretenido con su comida, no podía evitar desviar la mirada hacia Blue. Observaba cómo este mantenía una conversación tranquila con Second y Purple, su sonrisa suave mientras cortaba un trozo de panqueque. Algo en esa escena le hacía desear poder relajarse y compartir momentos así con él, sin la tensión que se había instalado entre ellos últimamente.

Se reprochó en silencio. ¿Por qué siempre era tan difícil dar el primer paso con Blue? Había pasado tanto tiempo evitando enfrentarse a sus propios sentimientos que ahora no sabía cómo acercarse. Miró nuevamente a Blue de reojo, esperando no ser descubierto, pero su pecho se apretó al imaginarse en el lugar de Red, riendo y disfrutando de la cercanía con alguien especial.

De repente, Blue notó la mirada de Green y levantó la vista, encontrándose con sus ojos. Green, sobresaltado, apartó rápidamente la mirada y fingió estar demasiado concentrado en su plato. Blue arqueó una ceja, algo confundido, pero no dijo nada. Solo le dio una pequeña sonrisa antes de volver a su conversación con Purple.

Esa sonrisa, aunque breve, fue suficiente para encender una chispa de determinación en Green. Se enderezó en su asiento, pensando en cómo podría acercarse a Blue. No podía seguir siendo un espectador de su propia vida, viendo cómo los demás disfrutaban mientras él se quedaba atrapado en sus inseguridades.

-Oye, Blue, ¿necesitas ayuda con algo en la cocina? -preguntó Green de repente, su voz más alta de lo habitual, tratando de sonar casual.

Blue levantó la mirada nuevamente, esta vez algo sorprendido por la iniciativa de Green. -¿Eh? Bueno, creo que ya está todo listo, pero gracias por ofrecerte. -respondió, con un tono amable.

Green asintió, aunque sintió que su oportunidad de entablar una conversación más personal se desvanecía rápidamente. Sin embargo, no estaba dispuesto a rendirse tan fácil.

-De todas formas, podríamos... no sé, salir a dar una vuelta más tarde, si tienes tiempo. -añadió, tratando de sonar despreocupado, aunque su corazón latía con fuerza.

Blue lo miró con curiosidad, evaluando sus palabras. Después de un momento, asintió ligeramente. -Claro, suena bien. Podríamos caminar un poco. -dijo, con una pequeña sonrisa que hizo que Green sintiera que el esfuerzo había valido la pena.

Desde el otro lado de la mesa, Red y Purple observaban la interacción con interés. Red, siempre el más expresivo, le dio un codazo suave a Purple y susurró:

-¿Crees que estos dos finalmente se decidirán a hablar como personas normales? Porque yo ya estoy apostando por un "sí".

Purple rodó los ojos, pero no pudo evitar una pequeña sonrisa. -Dales tiempo. No todos son tan directos como tú, Red.

Green, ajeno a los murmullos de los demás, se sintió un poco más optimista. Aunque el camino por delante no sería fácil, al menos había dado un pequeño paso hacia lo que realmente quería. Y esta vez, estaba decidido a no retroceder.

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Cuando todos terminaron de desayunar, Red se levantó de su asiento con energía, como si tuviera una idea brillante. Caminó hasta donde estaba Yellow y se inclinó un poco, mostrándole una sonrisa amplia.

-¿Qué te parece si vamos a ver el amanecer? Todavía hay tiempo. Sería bonito, ¿no? -preguntó Red con entusiasmo, como si fuera imposible que Yellow pudiera rechazar una propuesta tan simple pero especial.

Yellow, sin embargo, sintió un nudo en el estómago. Después de todo lo que había pasado en la mañana, especialmente con Green quejándose y las miradas de todos, sentía que no podía soportar más humillaciones.

-No, Red. Estoy demasiado ocupado. Además, no es algo que me interese ahora mismo. -respondió Yellow, tratando de sonar calmado, pero con un tono distante.

Red frunció el ceño, sin entender del todo por qué Yellow lo rechazaba. No iba a darse por vencido tan fácilmente.

-¡Anda, Yellow! Será divertido. Solo nosotros dos, viendo cómo el sol sale. Podríamos relajarnos un rato. ¿Qué dices? -insistió, ahora con un tono un poco más dulce, intentando convencerlo.

Pero Yellow no pudo evitar que su incomodidad se convirtiera en irritación. Se levantó de golpe y miró a Red con una expresión tensa.

-¡He dicho que no, Red! ¿Es que no puedes entenderlo? -casi le gritó, su tono lo bastante fuerte como para que todos en la mesa dejaran de hablar y miraran en su dirección.

Red parpadeó, retrocediendo un paso. La emoción en su rostro desapareció, reemplazada por una expresión de decepción que le rompió el corazón a Second, quien había estado observando en silencio.

-Oh... está bien, lo entiendo. Perdón por insistir. -respondió Red, bajando la mirada.

Second, al ver cómo Red se desanimaba, se levantó de su asiento y le dio una palmada en el hombro.

-Yo puedo ir contigo, Red. Ver el amanecer suena como una buena idea. -dijo con una sonrisa amable.

Red levantó la vista y miró a Second con gratitud. Sin pensarlo, lo abrazó con fuerza.

-Gracias, Second. De verdad, gracias. -dijo Red, apretando los brazos alrededor de él.

Yellow observó la escena desde su asiento, sin decir nada. Sentía una mezcla de emociones que no sabía cómo manejar. Había rechazado a Red de manera contundente y ahora este buscaba consuelo en alguien más. Decidió ignorarlos y volvió su atención a su plato vacío, aunque el ambiente se sentía pesado.

Red y Second se alejaron poco después, dejando la mesa más silenciosa de lo habitual. Mientras caminaban hacia el exterior, Red miró al cielo, tratando de animarse.

-Gracias por esto, Second. -dijo, mientras comenzaban a caminar hacia el lugar donde podían ver el horizonte.

-Siempre estoy aquí, Red. -respondió Second, dándole un leve codazo para animarlo.

Por su parte, Yellow permaneció en la mesa, fingiendo que no le importaba lo que acababa de pasar, aunque una pequeña punzada de culpa comenzaba a surgir en su interior.

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Mientras Yellow seguía en la mesa, intentando enfocarse en cualquier cosa menos en lo ocurrido con Red y Second, Blue se acercó con un vaso de agua en la mano. Dejó el vaso frente a Yellow y se sentó a su lado sin decir nada al principio.

Yellow lo miró de reojo, sabiendo que Blue probablemente había visto y escuchado todo.

-¿Quieres hablar de eso? -preguntó Blue con calma, su tono tan neutral que no se podía saber si estaba molesto, curioso o simplemente preocupado.

Yellow suspiró, tomando el vaso de agua para ganar tiempo. Dio un sorbo antes de responder.

-No hay mucho que decir. Solo... no quería ir. ¿Eso está mal? -dijo, mirando el contenido del vaso como si buscara respuestas en él.

Blue apoyó los codos sobre la mesa, inclinándose un poco hacia Yellow.

-No está mal que no quisieras ir, pero creo que la forma en la que lo dijiste fue lo que dolió. -comentó, mirando a Yellow con esos ojos tranquilos que siempre parecían analizarlo todo.

Yellow se tensó y luego dejó el vaso en la mesa, suspirando de nuevo, esta vez más largo.

-No sé, Blue. A veces Red simplemente no entiende cuándo dejar las cosas. Y todos mirándome... ¿Cómo esperas que reaccione? -dijo, cruzándose de brazos.

Blue ladeó la cabeza, pensativo.

-Creo que él entiende más de lo que crees. Y creo que, en el fondo, tú también lo sabes. -respondió con suavidad.

Yellow lo miró por un momento, sus ojos reflejaban una mezcla de frustración y algo de culpa.

-¿Tú crees? -preguntó, su voz más baja.

Blue asintió.

-Mira, Red puede ser un poco intenso a veces, pero lo hace porque realmente le importas. No estaría tan afectado si no le importaras. Y tú... bueno, tú tampoco estarías tan molesto si no sintieras algo por él. -dijo Blue con una ligera sonrisa, intentando aligerar el ambiente.

Yellow desvió la mirada, sintiendo que Blue había dado en el clavo.

-No sé qué siento. Es complicado. -admitió después de un largo silencio.

Blue le dio unas palmaditas en el hombro.

-No tienes que resolverlo ahora. Pero tal vez deberías disculparte con él más tarde. No por lo que sentiste, sino por cómo lo expresaste. -sugirió, levantándose de la silla.

Yellow lo miró, sorprendido por la madurez en las palabras de su amigo.

-Lo pensaré. Gracias, Blue. -dijo con sinceridad.

Blue sonrió y asintió antes de dirigirse a la cocina, dejando a Yellow con sus pensamientos y una sensación de ligera claridad sobre lo que debía hacer.

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El día había avanzado y el sol ya comenzaba a inclinarse, bañando todo con una cálida luz dorada. Yellow estaba sentado en la sala, con un cuaderno en mano, planeando cómo sorprender a Red. Había pensado en llevarlo a la granja que tanto amaba, para que pasaran tiempo juntos entre los animales. Sabía que eso haría feliz a Red, y después de lo que había sucedido esa mañana, sentía que era lo menos que podía hacer.

Mientras anotaba algunas ideas en el papel, escuchó el sonido de risas acercándose desde el exterior. Levantó la mirada justo a tiempo para ver a Second y a Red entrando por la puerta principal, ambos riendo a carcajadas y compartiendo bromas que claramente habían hecho el día de ambos más llevadero.

Second parecía estar de un humor excepcional, con una sonrisa amplia en el rostro mientras soltaba un comentario gracioso que hizo que Red casi se doblara de la risa. Sin embargo, cuando Red levantó la vista y vio a Yellow en la sala, su sonrisa desapareció de inmediato. Enderezándose, caminó rápidamente hacia su habitación sin saludar ni dirigirle una sola palabra a Yellow.

Yellow observó cómo Red desaparecía por el pasillo, sintiendo una punzada de incomodidad en el pecho. Había esperado que Red estuviera más dispuesto a hablar con él, pero parecía que las cosas no serían tan fáciles como esperaba.

Second, en cambio, seguía con su buen humor. Entró a la sala, viéndose relajado y lleno de energía.

-¿Qué tal, Yellow? ¿Qué haces tan serio? -preguntó Second mientras se dejaba caer en el sofá frente a él.

Yellow apartó la vista del cuaderno, algo incómodo.

-Nada, solo anotando unas cosas. -respondió, intentando sonar despreocupado, pero Second arqueó una ceja, notando el tono apagado de su amigo.

-¿Estás bien? Porque Red no lo parecía mucho. Aunque... bueno, ahora que lo pienso, no dijo nada durante el camino de regreso. -Second lo miró con curiosidad, intentando leer a Yellow.

Yellow negó con la cabeza, cerrando el cuaderno y poniéndolo a un lado.

-No importa. Es... complicado. -admitió, soltando un suspiro.

Second no presionó más, aunque claramente podía notar la tensión entre ellos.

-Bueno, si necesitas ayuda, ya sabes dónde encontrarme. Aunque ahora mismo, parece que alguien necesita un poco más de tu atención. -dijo con una sonrisa juguetona, refiriéndose a Red.

Yellow asintió, agradeciendo en silencio que Second no insistiera más. Se levantó, decidido a encontrar la manera de hablar con Red más tarde. Por ahora, necesitaba terminar de organizar el plan para la visita a la granja, esperando que eso ayudara a cerrar la distancia que se había formado entre ellos.

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Yellow decidió que no podía dejar las cosas así. Después de pensarlo un rato, se levantó y fue directo al cuarto de Red. Tocó la puerta suavemente antes de entrar, encontrándolo sentado en la cama, mirando por la ventana con una expresión seria. Esa chispa de energía que siempre acompañaba a Red parecía haberse apagado.

-¿Red? -llamó Yellow en voz baja, intentando no sonar intrusivo.

Red apenas giró la cabeza para mirarlo, su tono distante cuando respondió.

-¿Qué pasa, Yellow?

Yellow tragó saliva, sintiendo la tensión en el aire. No era común verlo así.

-Quería saber si te gustaría salir un rato. Podríamos ir a dar un paseo... despejar la mente.

Red desvió la mirada, fingiendo no interesarse, aunque claramente lo pensó por un momento.

-¿Y para qué? -respondió con frialdad.

Yellow suspiró, cruzando los brazos.

-No tienes que actuar así conmigo. Sé que estás molesto, pero estoy intentando hacer las cosas bien.

Red levantó una ceja, como si las palabras de Yellow lo hubieran tocado, aunque todavía mantenía su actitud distante.

-¿Y por qué te importa?

Yellow lo miró con seriedad.

-Porque me importas tú. Vamos, solo será un paseo. Prometo que no será raro ni incómodo.

Red soltó un pequeño suspiro, como si estuviera considerando la idea, pero todavía no parecía del todo convencido. Finalmente, se levantó de la cama, sus ojos rojos brillando con algo de resignación.

-Está bien, pero si me aburro, no te quejes.

Yellow sonrió levemente, agradecido de que Red aceptara.

-No te vas a aburrir, confía en mí.

Ambos salieron juntos, dejando atrás la habitación cargada de tensión. Yellow esperaba que este paseo fuera el primer paso para recuperar la conexión que habían perdido, y aunque Red todavía parecía algo distante, al menos estaban dando el primer paso.

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Mientras caminaban por el sendero rodeado de árboles, Yellow rompió el silencio que había caído entre ellos. No era fácil para él admitir errores, pero sabía que debía hacerlo.

-Lo siento por lo de esta mañana -dijo, sin atreverse a mirarlo directamente-. Supongo que fue vergonzoso para ti... y para mí también.

Red no respondió al instante, sus pasos se mantuvieron constantes, mirando el suelo como si estuviera en sus propios pensamientos.

Yellow suspiró, intentando ser más claro.

-Es solo que... a veces parece que somos una pareja. Ya sabes, con todo lo que hemos estado haciendo últimamente. Pero no lo somos, y entiendo que eso puede ser incómodo para ti.

Finalmente, Red levantó la mirada, aunque no había ninguna emoción fácilmente reconocible en su rostro. Se encogió de hombros con aparente indiferencia.

-Tienes razón -dijo simplemente, su tono neutro.

El comentario hizo que Yellow se detuviera un momento, confundido por la falta de reacción de Red.

-¿Eso es todo? ¿No vas a decir nada más?

Red se detuvo también, girándose hacia Yellow con una leve sonrisa, pero sus ojos mostraban algo más profundo.

-¿Qué esperabas que dijera? Sabes que tienes razón, y eso es suficiente. No necesito discutir contigo.

Yellow frunció el ceño, sintiendo una leve punzada de culpa. Había esperado una reacción más fuerte, pero la tranquilidad de Red lo descolocaba.

-No quiero que esto cambie nada entre nosotros -añadió Yellow, sinceramente-. Valoro lo que tenemos, aunque a veces pueda parecer otra cosa.

Red mantuvo la mirada en él por unos segundos, antes de soltar una leve risa.

-Tú y tus disculpas -respondió-. Eres más blando de lo que aparentas, Yellow.

Yellow arqueó una ceja, sin saber si eso era un cumplido o una burla. Sin embargo, la tensión parecía haberse aligerado un poco.

-Solo digo lo que siento -respondió, continuando el camino.

Red lo siguió, y aunque no lo dijo en voz alta, se sintió un poco más tranquilo.

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Cuando Yellow tomó la iniciativa y abrazó a Red, un silencio cayó sobre ambos, y la atmósfera pareció volverse más densa de lo habitual. Yellow no lo había planeado, pero algo dentro de él lo había impulsado a actuar de esa manera. A veces, cuando estaba cerca de Red, las palabras parecían insuficientes, y en ese momento, un simple gesto parecía hablar más que mil disculpas.

Red se quedó inmóvil por un segundo, sin saber cómo reaccionar. Al principio, el abrazo lo sorprendió, pero luego sus brazos se relajaron, y finalmente, abrazó a Yellow también. No dijo nada, solo permitió que el momento se alargara un poco más. Sin embargo, una ligera incomodidad recorrió su pecho.

Yellow, al darse cuenta de lo que había hecho, se apartó rápidamente, su rostro enrojeciendo ligeramente.

-Lo siento, no quería... -empezó, pero se detuvo, sabiendo que las palabras ya no ayudarían mucho.

Red lo miró, con una leve sonrisa en los labios. Su voz era tranquila, aunque había una ligera tensión en sus palabras.

-Está bien, Yellow. De hecho, no me molesta tanto... aunque, ya sabes, no es algo que esperaba.

Yellow no dijo nada, solo miró hacia abajo, sintiéndose un poco incómodo por haber cruzado esa línea. Pero al ver la sonrisa de Red, se dio cuenta de que tal vez no era tan malo después de todo. Quizás no estaban listos para hablar de lo que significaba ese abrazo, pero de alguna manera, el simple acto había abierto una puerta a una nueva comprensión entre los dos.

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[Continuará...♡]







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