༼๑ɱศɭɖıtσ ๖นɕɭε๑༽

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En un día normal, una mañana común y corriente, todo era como siempre, la gente andando por las calles, comprado, sacando a pasear a su perro... Y muchas otras cosas.

Pero nos centramos en una familia exactamente....

— Menma Oni-chan, ¿Cómo te fue hoy' tteba? — preguntó Naruko, su hermanita menor.

— Hmm. Bien, como siempre. — le respondió con pocas palabras.

— ¿Y Naruto Oni-chan? Siempre vienen juntos. — cuestionó a su hermano.

— Dijo que nos alcanzaría, seguro se fue con su novia la ciega. — rodó los ojos — Vámonos, no hay que esperarlo.

En otro lado (Cuatro horas después)

— ¿Quieres otro peluche? Te puedo conseguir más... — habló un Naruto bastante incómodo.

— ¿Eh...? Naruto-kun.. Etto... ¿No se te hace tarde? — la chica miró un reloj y se espantó.

— ¡Diablos! ¡Mamá me matará! ¡Tu papá me revivirá y me torturará! ¡Y tú primo colgará mi cabeza en su pared! — gritó histérico.

— Tranquilo... — abraza al peluche de un zorro con más fuerza — Kurama-chan me ayudará a explicar todo. Gracias por el detalle. — dijo sonrojada mirando a otro lado.

— De nada' ttebayo, — le implantó un beso en la mejilla y ella se fue con la cara roja.

Mientras caminaba se encontró con un extraño broche rojo con muchas comas. Las contó, eran nueve.

— ¡NARUTOOOOOO! — se le puso la piel de gallina al escuchar esa voz.

— Hay Diosito, si voy a morir por favor que no me duela... — pronto guardó el broche y la mujer pelirroja que había gritado se lo llevó de la oreja.

Lo arrastró hasta su casa mientras el chico se quejaba, lo tiró al sillón y le lanzó una chancleta.

— ¡¿Cuántas veces te he dicho que si vas a salir con Hinata primero me avises?! ¡Llámame aunque sea! ¡Hiashi me llamó cuando pasó una hora! ¡Yo estaba bien preocupada! ¡Menos mal Menma me avisó! ¡No sé ni por dónde iniciar está charla! — le gritó enojada — ¡Por esa calle hubo una balacera, un accidente de tránsito, una violación y un homicidio justo cuando no estabas! ¡¿Qué crees que pensé?! ¡Mi hijo puede estar cerca de allí! ¡Le pueden pegar un tiro! ¡Lo atropellaron! ¡Secuestraron a su novia! ¡Lo asesinaron! — sus ojos mostraban una frustración y desesperación que nunca había apreciado — ¡¿No te dije que no salieras con Hinata sin mi permiso?!

— Mamá, yo... Lo siento, se me pasó, a la próxima te aviso. — dijo con el corazón a mil. Kushina suspiró con pesadez liberando un poco sus sentimientos.

— Voy a acordar con Hiashi horarios y días en los que se puedan ver. — miró agradecido — Pero tienes prohibido salir con ella hasta dentro de una semana. ¿Entendido?

— Bien.

— Ahora, como castigo... — le pasa una lista — Ayúdame con ello... ¿Puedes? — Naruto sintió fuego en la mirada de su madre.

— S-Sí... Yo lo hago. — cuando su madre se fue suspiró — De la que me salvé... — miró su hombro como pudo e hizo una mueca del dolor, ahí le había dado la chancla mortal.

— ¡Naruto Oni-chan! — gritó Naruko — ¿Me ayudas con mi proyecto para química? — le puso ojitos.

Miró la lista que tenía en sus manos y la leyó de reojo — ¿Qué es lo que tienes que haces? — la rubia sonrió con energía.

— Un proyecto para la feria, quiero hacer un volcán que haga: ¡CABUMMM! — alzó sus brazos para dramatizar más su acto.

— ¿Ehh? Nunca fui bueno en química... Bueno en la química.... — se rascó la mejilla.

— Pero si te va bien. — lo acusó con un puchero — Ví tu boletín...

— Eso fue el año pasado... Soy bueno con teoría y esas cosas.. Me copio jeje. Con los experimentos... — pasó sus dedos por su garganta simulando una muerte.

— Si, claro... — dijo Menma apareciendo en la sala — Vamos Naruko, yo te ayudo. No me copio para pasar los exámenes como tú hermano. — abrió un refresco.

— Bien... — aceptó con decepción — ¿Cómo te fue con Hinata-san?

— La llevé a almorzar, luego, fuimos a la feria' ttebayo. — le respondió con una sonrisa tonta — Le conseguí un peluche de un zorro de nueve colas y.... — habló con una voz alegre — Perdí en el resto de los juegos...

— Uy, qué romántico. — dijo con ironía el pelinegro.

— Que lindo Oni-chan. — sonrió, sus ojos se fijaron en cierto broche que traía puesto — ¿Traías eso desde antes' tteba? — le preguntó con curiosidad.

— ¿Eh? — miró el broche que su hermanita le señalaba — Ahhh, lo encontré tirado en la feria antes de que mamá me encontrara.

— Es lindo, ¿Quién lo habrá perdido? — preguntó admirando la figura y color del extraño broche — ¿Me lo dejas ver más de cerca?

Naruto se encogió de hombros y le entregó el broche a su hermana.

— ¿Ese no es...? — susurró Menma, al verlo mejor palideció un poco.

— Es lind... ¡Ay! — tiró el broche al piso mirando como le salía sangre del dedo.

— ¡AHH! ¡SE ESTÁ DESANGRANDOO! — gritó el rubio alarmado — ¡MAMÁÁÁÁÁ!

— No molestes. — se quejó tras rodar los ojos, irritado.

— Oni-chan, solo es una cortada' tteba. — dijo mirándolo con incredulidad.

Menma se fue para después aparecer con una gasa una curita y un desinfectante. — Ven Naruko.

— ¡¿Qué pasó' dattebane?! — gritó alterada.

— Nada mamá, me corté un poco. — mostró su dedo con una curita.

— Ohayo. — saludó el rubio mayor que acababa de llegar.

— ¡Ohayo Mina-kun! — lo abraza y le da un beso.

— ¡Iu! ¡No hagan eso! — comenta Menma con disgusto, la niña mira feliz como sus padres demuestran su amor y Naruto simplemente desvía la mirada incómodo.

— ¿Cómo te fué? — le preguntó con una sonrisa a su esposo.

— Bien. Las ventas han subido. — habló directo con una sonrisa amable — Han habido algunas bajas, pero todo va bien.

— ¡Ese es mi Mina-kun! — lo abrazó con entusiasmo.

Time skip (tres horas después)

— Naruto, debes avisar. — regañó Minato con calma.

— Lo sé Oto-San... Se me olvidó. — dijo cansado del tema.

— Bueno, ya claro todo esto. Naruko, ¿Quieres ver tele? — ella asintió con una sonrisa emocionada.

Encendió la tele mientras buscaba un programa que le interesara, pero Kushina le pidió que retrocediera el canal.

— ¿Ves que no es mentira? — le señaló la pantalla molesta.

– Trágico accidente múltiple cerca de la avenida Japón. Hay tres muertos, veinticuatro heridos y dos ilesos. – Naruto hizo una mueca, no se la iban a perdonar tan fácil – Los testigos dicen que todos frenaron para no atropellar a una jovencita de al rededor de diez años de edad y las dos víctimas lo confirman, pero no hay rastro de ella, las autoridades la han buscado...

— Pobre niña, ¿Qué le habrá pasado? — comentó Kushina preocupada.

— No lo sé... — a Naruto no le daba un buen sabor lo de la niña, se fijó en su hermana, suspiró con alivio de que no fuera ella a la vez que con pesar por la desaparecida.

– En otras noticias, en la misma calle se reportaron otros incidentes. Un ataque sorpresa a la estación central de la policía militar de los Uchiha. Los sospechosos fueron capturados, pero dejaron a veintiocho muertos y cuarenta y cinco heridos, unos con heridas leves y otros al borde de la muerte. – dijo otra reportera que estaba en la escena.

— Kami... — dijo preocupado Minato.

— Espero que Fugaku-Baka esté bien. — dijo la pelirroja con una mueca de tristeza.

— ¿Llamamos al teme? — preguntó Naruto.

— No hace falta. Satsuki habló conmigo. Fugaku-San está bien. — siguió comiendo su cena. Los adultos suspiraron con alivio.

– Seguimos con la serie de acontecimientos ocurridos esta tarde en la avenida menos transitada de la ciudad. – habló un reportero – A pocos metros de la estación de policías, una joven fue abusada sexualmente, una familia descubrió al abusador cuando huía de las peligrosas balas, el padre y la madre confrontaron al delincuente y lo dejaron inconsciente, pero narran que la joven chica huyó de la escena sin que lo notaran. – la imagen muestra a una mujer algo perdida e incómoda por las cámaras – ¿Cuál es su nombre?

– Prefiero no decirlo...

– Bien, ¿Qué fue exactamente lo que ocurrió hace unas horas? – le pasó el micrófono.

– Mi familia y yo estábamos escapando de la zona de los disparos ya que salimos a dar una vuelta como siempre a las 2:00 p.m, pero cuando pasábamos por un callejón.... – apretó sus duendes enojada y frustrada – Fue horrible. Yo le tapé la mirada a mis hijos y les dije que no se asomaran. Luego ayudé a mi esposo a atrapar... A ese maldito.. Cuando la ví noté que no había pasado la mayoría de edad. Pero no noté cuando se fué, debió ser muy horrible para ella. – se tapa la cara con sus manos – Perdón, es todo lo que diré...

– ¿Ehh? Sí.. Sí entiendo.... – se paró recta la primera reportera que apareció – Estamos en vivo desde la calle dónde sucedieron cinco sucesos muy extraños, el mismo día, a la misma hora. ¿Qué ocurrió aquí? Ocurrió un homicidio, la víctima las autoridades no la han encontrado, estamos en una escena del crimen sin cuerpo. El área fue cerrada para que el asesino que huyó con el cuerpo sea encontrado.

– Mucha gente pregunta, ¿Por qué es un homicidio si no hay cuerpo? Es muy simple, la cantidad de sangre que hay en el suelo es superior a la que un ser humano puede donar, además has claras marcas de lucha en la zona. – señaló ciertas partes de la escena – Y pedazos de cerebr~.

— Demasiada información... — dijo Naruto con una mueca y el control en la mano.

— Oni-chan, yo quería saber... — reprochó la menor.

— ¡No estamos viendo CSI, estamos viendo un noticiero! Mejor me voy a la cama. Gracias Oka-san. Gracias Oto-san. — les dió un beso en la mejilla a cada uno, lavó sus trastos y se fue a la cama.

— Gracias Oto-san, Oka-san. Buenas noches. — se despidió Naruko repitiendo lo mismo que su hermano.

— Buenas noches... Gracias.. — lavó sus platos después de su hermana.

Cuando se fueron sus padres, salió de su cuarto y se quedó en el sillón, encendió el televisor y se quedó viendo hasta tarde.

Su paz fue interrumpida por una llamada, que fue respondida por él muy molesto.

- ¿Sí? - preguntó molesto.

- Menma... Tienes que venir a ayudarme... Rápido por favor..... Está relacionado con el quinto caso.... El que apareció en los noticieros. - se escuchan ruidos de algo rompiéndose - Ven a la biblioteca de Konoha High School ahora.. Te lo pido.... - colgó.

— Mierda, Satsuki no cuelgues... — habló muy tarde — Si te mueres  me quedaré con el maldito triunfo, no es divertido si no.... — se tragó sus palabras al saber lo que estaba por decir y apagó su celular.

Tomó una chaqueta y se fue por su rival, a salvarla por enésima vez.