Ben
Estaba frío, un rincón oscuro al final del pasillo, sobre su pecho, Luke protegía a su hermana en su abrazo, las constantes peleas entre sus padres los tenían obligados a huir lejos del dolor de las palabras. Leia se prometió que jamás dejaría que nadie la lastimara, que ningún hombre pasara sobre ella y sobre todo no dejaría que su padre la lastimara. Con el tiempo olvido muchas cosas de su alejada y distante infancia, al igual que Luke ambos dejaron en el pasado su trágica historia familiar. Leia parecía tener solo una misión no dejarse vencer y no permitir que su padre la lastimara otra vez.
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El dolor era bastante agudo en la zona baja de su vientre, tenía programado su parto dentro de dos semanas pero al parecer su hijo tenía otros planes. Aunque la fuente de haya roto, aún así no era el tiempo para el parto natural.
—Buen día.—Entró la doctora que atendería el parto y que había estado al pendiente del embarazo de Leia los últimos meses.—¿Como esta la madre primeriza?.
Ella se quejó por el dolor, apretando fuertemente la mano de Han, quien también se retorcia de dolor por la fuerza sobre humana de Leia.
—Creo que eso es, un estoy bien.—sonrió, acercándose a ella.
—Doctora Erson.—dijo Leia.—creé que aún tarde todo esto, no aguanto más.
—Me temo que tendremos que ir a cirugía.—su rostro no daba la confianza necesaria.
—¿Ocurre algo malo? ¿Como esta mi bebé?.—, se alteró más de lo que ya estaba. El semblante de la doctora corroboró sus miedos. Han tomó su mano y la tranquilizó.
—Lamento decirles que el bebé viene en una posición que me es imposible atender, no quiero arriesgar sus vidas.
Leia miro a Han y después a la Dra. Erson.—Hace unos días vine y todo estaba bien.
—Estas cosas suceden siempre, a veces el bebé no logra acomodarse bien, tal vez sufrió un disgusto, pero no se preocupe todo estará bien, vamos a preparar la Sala.
Leia contuvo el llanto, no quería afectar más a su bebé.
—Todo va a estar bien Leia, los dos va a estar bien, no llores,— la abrazo.—
—Todo es mi culpa.—lloro en su pecho.
El nego, abrazandola aún más fuerte.—No digas esas cosas. Nada de esto es tu culpa.
—Si lo es.—afirmo—, me enoje con mi padre de nuevo.
El la apartó para mirarla a la cara desconcertado. Desde hace meses que no lo veían y ella no había dicho nada.
—¿Cuando hablaste con el?.—no estaba enojado, pero si preocupado. Después del incidente del arma el no había tenido ningún contactó con el. El creyó que ella tampoco.
—Hace dos días en el otro departamento, cuando fuiste con Chewie a su departamento por unas cajas, Maz estaba y el llegó, me dijo cosas como, que lo perdonará y que aún tenía tiempo de irme con el, que el me ayudaría.—comenzó a llorar.—aún se negaba a verme contigo, me dio mucha rabia, le di una bofetada, le ordenere que me dejara, que nos dejara en paz, que después de atentar contra tí y mi hijo, no lo quería ver nunca más. El se fue y yo perdí el equilibrio, Maz me ayudó y le pedí que no dijera nada.
Han se apartó de ella, mirando por la ventana apretando los puños en sus costados, tenía ganas de gritar de ir hasta donde el y romperle la cara. Pero se relajo pensó en Leia y en su bebé, en especial en su pequeño, que sin haber nacido ya sufría los estragos del dolor humano, no le haría bien. Con cautela se acercó a ella y le dio un beso.—Te amo. No eres la culpable de nada, —la consoló.—lo que hablaras con tu padre no tiene que ver con esto,—el también quería creerlo. Ella asintió con algunas lágrimas en las comisuras de sus ojos. Entraron finalmente por ella y el corazón de Han se hundió en su pecho.—Todo estará bien,—siguiéndole en la camilla.
—Han, prometeme que pase lo que pase, lo elijas a el.—fue lo último que le dijo antes de entrar a la sala de operaciones.
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Fueron los momentos más angustiosos en todo el tiempo en el que pasó en el orfanato de Corelia, tenía apenas unos diez años, la edad final en que pasas de ser un dulce niño huérfano a un niño que tiene que luchar para vivir. La familia adoptiva que aceptó verlo parecía linda, al menos actuaban lindos con el. Después de una breve charla que el sentía no llevaba a nada se rindió, cuando aquellos adultos lo rechazaron. Su corazón se sumió en la terrible decepción de no irse de este lugar, seguir aquí significaba, llorar hasta quedarse dormido y levantarse al día siguiente como si nada. Maz tocó su hombro y le sonrió dulcemente, algo bueno de todo esto, su amiga y hermana. Se juro amar a cualquier niño que Dios le predestinara jamás permitiría que nadie pasará sobre la Infancia de un niño.
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Las horas eran eternas, su mundo giraba tan rápido que quería vomitar. Quería respuestas y no más incertidumbre. Maz estaba cerca de el para brindarle su apoyo, pero sobre todo su amistad, en los peores momentos de su vida ella siempre estuvo con el.
Mara había llegado con unos globos, ella y Luke se hablaban pero aún estaba presente su última discusión, hacía meses atrás.
—¿Como esta Leia? —,algo preocupada por las caras de todos.—¿Ella está bien? ¿El bebé esta bien?.
Luke se acercó.—Ella está bien, se complicó el parto natural pero todo está bien.
Ella asintió y camino a las sillas del costado de Padmé y Bail. Pero el la siguió.—Podemos hablar,..... En privado.—casi rogó.
—No es el momento.—susurro.
—Porfavor.—en este punto el rogó.
—Muy bién. Pero no aquí.
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Cuando la doctora salió con una sonrisa de satisfacción, todos parecían más relajados.
—Todo salió muy bien. El bebé y Leia están en perfecto estado.
—¿Puedo verlos?.— interrumpió Han. Ansioso por ver el estado de Leia y conocer a su bebé.
—Lo lamentó, pero ella sigue bajo los efectos de la anestesia y el bebé esta siento preparado.—les sonrió,—no pierda la paciencia.
La anestesia comenzaba a irse y pronto la sensación de dolor, un leve dolor regresaba a su cuerpo, trato de moverse pero los cables de oxígeno y el dolor punzante aún la tenían inmóvil. Pensó en su hijo no lo veía por ningún lado. Han susurro necesitaba verlo, tener a su hijo. La puerta se abrió y apareció Han con el bebé en brazos, ella comenzo a sollozar, cuando Han le sonrió, una enfermera paso detrás de el para ayudarla a ponerse en una mejor posición en la cama. Con cuidado y con la ayuda de la enfermera, le ayudó a darle al bebé.
Cuando lo sintió en sus brazos por primera vez y mirando su dulce carita, con algunos lunares que apenas se notaban, bañaban su piel, seguramente trazando alguna constelación. Su piel era tan suave al tacto, el hermoso. Lo acercó a su pecho para sentir su alma, comenzó a llorar por la inmensa felicidad de ternerlo, sano y salvó. Junto a ella.
—Siempre estaré a tú lado, nada ni nadie nos va a separar. Te protegere de todo mal, de toda pena, te amo mi niño,—le decía como un canto como una promesa. El comenzó a quejarse.
—Tiene hambre —dijo la enfermera.—será bueno que lo alimente. Los dejó.
—Es tan hermoso.—dijo Han, y acarició su cabecita con apenas algunos mechones. El mientras tanto comía.—Gracias por esto Leia. Me hacen tan feliz, siempre estaré para ustedes.
Ella le sonrió y lo beso dulcemente.—Te amo Han.
—Te amo, los amo. Más que que a nada en el mundo.—la abrazo como pudo.
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Habían pasado algunas horas y Leia cayó dormida por el cansancio, rogó a las enfermeras para que dejaran dormir al bebé con ella, pero al final la convencieron de que dormiría en los cuneros.
Todos los demás también querían ver al recién nacido.
—Es un pastelito relleno de crema.—Maz estaba tan contenta.—necesito abrazar a mi sobrino hermoso.
—Para tí todo es comida.—se burló Han.
—Mi Nieto es bellísimo.—abrazo a Han.—estoy tan feliz por ustedes. Es una belleza de niño el más el hermoso de todos. Bueno mis gemelos también lo fueron.—tomó la mano de Luke.
—Ojalá no herede algo de Han.—se burló Maz.
Comenzaron a reír.
—¿En que nombre han pensando?.—Mara apareció cerca de Luke.
Han recordó con una sonrisa todas aquellas noches, sentados en el piso de la sala, jugando con combinaciones de varios nombres y hasta significados de cada uno. Pasaron desde la A a la Z. Pensaron que sería mejor que ella eligiera alguno de niño y el de niña.
—Bueno Leia pensó que si era niño, se llamará Leopold ó Benjamín. Y yo si era niña Billie o Millicent.
Los nombres eran lindos pero Maz habló.
—Billie parece nombre de niño y Millicent, no es un gato Han.—acuso en broma.
—Hey.—le reclamo.—Millicent es un nombre muy bonito.
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Eran las once de la noche el día había sido tan cansado para todos que algunos miembros de la familia se fueron a descansar, el único que se quedó fue Han y Bail. Pero este último fue a la cafetería, dejando a un solo y cansado Han frente a la Sala de los cuneros. Al final lo venció el sueño durmiendose en la silla.
—Esa es la Sala de los cuneros, hay debe de estar su nieto.—susurro una enfermera.
Anakin camino a paso lento, con miedo de encontrar caras acusatorias. Al mirar solo encontró a Han dormido en uno de las sillas. Le dijeron que número era el de su nieto.
Segunda fila a la derecha. Y allí estaba dormido apacible en su cuna, era tan lindo, esa sensación como cuando miro por primera vez a sus gemelos, comenzó a llorar, había sido tan injusto con ese bebé, que no tenía la culpa de nada. El era inocente de cualquier mal. Sonrió con lágrimas en los ojos.
—Papá.—dijo Leia detrás de el. Al darse la vuelta seco las lágrimas.
—Leia, ¿que haces? vuelve a tu cama.—al verla con su bata de hospital y algo pálida.
—Estoy bien papá, ¿que haces aquí?.
—Me enteré de que tu parto se adelantó y yo solo.....—agacho la cabeza.—quería verte y ver a tú bebé.... Mi Nieto.
—¿Ahora si es tu Nieto? —, enojada.—cuando me dijiste que lo abortara ó cuando me apuntaste con un arma, no era tu Nieto.—alzó la voz.
Han comenzó a despertar.
—Leia porfavor —quizo acercarme, pero se alejó aún más.
—No te me acerques. Ni a mí hijo ni a mi nos interesa tu perdón.
Han se levantó asustado al ver Anakin y Leia en bata haciendo un esfuerzo por mantenerse en pie.
—Leia, cálmate.—la sostuvo en sus brazos.
—Dile que se vaya.—exigió.
La enfermera en turno llegó muy molesta.—Hagan el favor de guardar silencio, esta es una área delicada, si no se calman llamaré a seguridad. Y usted,—mirando a Leia.—no tiene autorizado para estar de pie.
Anakin comenzó a pedir disculpas a la joven mujer.—Me voy hija.—pero ella lloraba en el pecho de Han.—solo quiero que sepas, que te amo y que espero que algún día puedan perdonar. Y dejar que forme parte la vida de mi nieto.
Cuándo finalmente de fué, Han le ayudó para que se sentará en la banca junto a ellos.
—Amor, ¿que hacías aquí?.—tomó su barbilla para ver su rostro enrojecido.
—Quería ver al bebé, ya no tenía sueño... Y lo extrañaba.—El la abrazó fuertemente.—jurame que lo vas a cuidar.
—No dejaré que nada le pasé a Ben... —susurro mientras la sostenía.
Ella movió su cabeza para verlo con una sonrisa cubierta de lágrimas.—¿Ben?.
—No se, solo me nació decirle Ben.—se escogió de hombros.
—Me gusta, Ben. Benjamín.—sonrió.
—Nuestro Ben, siempre nos tendrá a los dos.—entre lazo su mano con la suya. Y la volvió abrazar.
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Próximo capítulo gran final.
Hola a todos, con el dolor de mi alma pero está historia ya llega a su fin. Gracias.
No olviden dejarme algún comentario 💬 no olviden dejar su voto ☑ los amo a todos.
Gracias EsmeraldaLezro aitanaktk
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