[04]
—El ministro Bae, Ministro Chung y Ministro Cheong, llegaron a la casa, pidiendo por cierta chica en especial, lo cual me extrañó ya que nadie sabia de su verdadero nombre y solo trabajaba para nosotras en los peinados y maquillaje. Ellos insistieron mucho y amenazaron a mi chicas, cuando la vieron, la tomaron, la metieron a un cuarto y-...—la mujer sintió un nudo en la garganta al recordar aquellas escenas pasadas, quería llorar demasiado ya que su deber era proteger a las chicas de la casa y se sentía culpable ante lo sucedido—¡Ellos le rompieron sus vestimentas y empezaron a forzarla a tener sexo, los tres se turnaron y ella gritaba pidiendo ayuda, habían cerrado la puerta bajo llave y sus guardias no nos dejaban ingresar, así que con mis chicas tuvimos que amenazarlos con la punta afilada con nuestras orquillas hasta que logré arrancar la puerta... al abrir—la mujer había empezado a llorar en algún momento. El silencio era descomunal—¡El señor Ministro Cheong tenía sus manos en el cuello de la chica Min y...la mató!—señaló aquellos hombres temblorosa.
—Prosiga—ordenó Yoongi, su mirada era fría y apretaba en puño su mano.
—Cuando se dieron cuenta de la situación, me dijo que nos quedaramos calladas o que destruiría todo lo que teníamos para luego ofrecer dinero, no me quedé callada...y quise hablar con el Rey; pero ellos...me señalaron de difamadora, me encarcelaron para silenciarme y en esos días, me llegó la noticia que la casa, había sido quemada y mis chicas...todas habían muerto. Un dia el sexto ministro me llegó a ver en la cárcel y me dijo que era una lección por no haber cumplido el voto del secreto. Hace 10 años fui liberada, me cambié nombre para que no me encontraran...
—¡Debí haberte asesinado maldita!—gritó el 8 ministro tirando la mesa al frente y muy enojado.
El tipo corrió frente a la cortesana y la tiró al suelo, empezando a tratar de ahorcarla. Yoongi se levantó de su puesto y le ofreció una fuerte patada aquel tipo, en la esquina de sus ojos se podían ver lágrimas que trataron de salir.
—¡¿Qué crees que haces en mi presencia?!—gritó el alfa enfurecido—¡Guardias!
El oficial Kim Namjoon ayudó a la cortesana a levantarse, quien se tocaba el cuello sin salir aún del susto. El primer ministro estaba horrorizado con lo que acababa de escuchar. Los príncipes se habían levantado de su puesto y los menores temblaban; pero el primer príncipe no parecía para nada nervioso en lo absoluto, tenía una postura relajada, el tercer hermano se le acercó y enarco una ceja viendo cómo los guardias que ingresaron tomaron al ministro.
—También agarren al sexto y séptimo ministro—ordenó Namjoon.
La esposas se hincaron rápido frente al rey.
—¡Mi rey, por favor, perdonarles la vida, no haga esto!—pidieron las mujeres con terror y casi en lágrimas.
—Cortesana Ha Jiwon ¿Qué tipo de muerte deberíamos de darle a ellos?—contempló a las mujeres que estaban con la cabeza inclinada—¿Estas mujeres podrían servir en alguna casa? no, ya están muy viejas ¿Sus...hijas?—agregó de último con una ceja enarcada.
—Rey—interrumpió el primer príncipe a Yoongi, quien le miró de mal humor—que sean castigados los que cometieron el crimen, los que no tuvieron nada que ver, deben ser perdonados.—Las mujeres contemplaron al primer príncipe con esperanzas al escuchar aquello.
—Quitas la diversión—comentó Yoongi y se hincó frente a las mujeres—pero...presiento que de alguna manera también tienen la culpa de forma indirecta. Aunque creo que el castigo con que se enteren sobre los crímenes que hicieron sus esposos, ya es suficiente para que su reputación caiga. Lo que me sorprende es que pidan perdón por sus parejas después de escuchar lo que hicieron.
La esposa del octavo ministro subió su rostro un poco molesta.
—¿Y a quién debo creerle? ¿ A una mujer que se acuesta con muchos hombres que no tiene honor o a mi esposo que siempre sirvió al rey y es un hombre decente? ¡De seguro esa mujer lo hizo para arruinar nuestra familia!
—Señora, que sea un hombre decente de familia, no lo hace un hombre bueno fuera de esta—Llevensela también a ella y de castigo, 50 latigazos. La mujer abrió los ojos en par al escuchar aquello y empezó a gritar cuando los guardias empezaron arrastrarla fuera de aquel salón. Yoongi miró a las mujeres sobrantes—¿Y ustedes, qué tienen que decir para su defensa?
—Si mi esposo cometió algo así...—habló una con lágrimas en los ojos—ya es mucha vergüenza para el honor de mi familia, si el rey ha dado un veredicto al respecto, debe ser cumplido.
—Vaya, parece que es razonable, esposa del séptimo ministro—miró a la otra para reir ladino.—espero no ver a ninguna de sus hijas en mi castillo, sus rangos de mujeres nobles,serán retirados, no quiero ver a ninguna de ustedes aquí—contempló al primer ministro—mire...parece que por el momento, es el único vivo de los funcionarios del antiguo rey. Sigan disfrutando la fiesta, yo me retiro.
El alfa contempló a la cortesana, estudiando a la mujer de pie a cabeza—usted se viene conmigo—ordenó y ella afirmó en silencio saliendo ambos de aquel lugar. El oficial Namjoon hizo un gesto a otros soldados que tomaron a las mujeres restantes y las levantaron para sacarlas del castillo.
Min Yoongi caminaba con la mujer al lado.
—Lleva muchos años siendo maestras de Kisaengs, elegiré a mi futura esposa y en la verdad que no se mucho sobre Bellas artes, usted es una mujer mas experimentada en ese hecho así que me preguntaba si quisiera convertirse en tutora..
La mujer se detuvo y miró incomprensible al joven chico.
—Si sabe que nosotros las Kisaeng, somos cortesanas que tenemos mala fama ¿Qué cree que pensaran cuando se enteren que eligió a una mujer como yo para que le ayude a seleccionar su futura esposa y concubina?
—¿Debería de juzgarla a usted por haberse acostado con miles de hombres? la verdad que lo que haga con su vida sexual no es algo que me compete, mientras usted tiene talento para las bellas artes, es para la que la quiero contratar. Ustedes estudian desde que son pequeñas sobre la música, la danza y la poesía, además, no me vendría mal tener a una mujer como usted a mi lado...me gustaría tener oídos por todos lados—sonrió divertido.
La mujer contempló al chico por varios segundos, muy pensativa.
—Cuando la Joven Min llegó al lugar, ella había sido vendida a mi persona. En la casa puedes elegir en que convertirte, aprender algún instrumento, canto baile o...al placer sexual, donde podía ganar más dinero; pero ella no eligió ninguna de las dos, dijo que eso no era lo suyo, que arreglaria de nuestras chicas, que le iba bien coser prendas, maquillar y hacer peinados. Dijo que ganaría el suficiente dinero para comprar una casa y cuando lo hiciera,volvería por su niño que se encontraba en este castillo, que si algún día lo encontraba, que lo reconocería por el color de sus cabellos, rubio...
Yoongi notó como aquella mujer sacó lo que parecía ser una carta de un papel bastante viejo.
—¿Qué es esto?
—Guardé esta carta por muchos años, se estaba celebrando una fiesta por lo cual había sido invitada por uno de mis amantes para ese momento, aquí en el palacio, cuando ella se enteró, me pidió que se la diera; pero sucedieron otras circunstancias y le prometí a ella que se la entregaría en otra oportunidad, luego sucedió...su trágica muerte y cuando vine al palacio, la traje conmigo por si lo encontraba, pero no sucedió y me encerraron.
—¿Es de mi tia...
—Creo que ahora con esto, su alma podrá descansar en paz, ha esperado 20 largos años...me retiro mi rey, si necesita algo, puede mandar a su oficial a buscarme.
La cortesana se despidió en silencio y Yoongi contempló aquella carta en su mano.
Al llegar al cuarto, abrió con lentitud aquella carta, empezando a leer.
"Min Yoongi, es tu tía...debes estar preocupado por mí, no quiero que lo hagas, vivo en un bonito lugar, tengo una cama y mis comidas diarias. Peinó los cabellos de hermosas señoritas. Me gustaría que estés conmigo, hacen hermosos bailes y cantan también, así como te gustaba que te cantara antes de dormir...
Mi niño,estoy trabajando duro, para poder comprarnos una casita, donde viviremos tu y yo, te sacaré de ese palacio y te daré mas amor. No pienses que te abandoné, siempre que duermo pienso en tí, recuerdo como acaricio tus cabellos y en cómo te aferras a mí con tus pequeñas manos ¿Te ha cuidado bien la señora Kim? ella fue amiga de tu madre, puedes contar con ella para lo que necesites...
Cuida de tu amistad con el joven Namjoon, me consuela por lo menos, saber que no te quedaste solo y tienes un amigo.
¿Sabes qué soñé ayer?
Te encontrabas sentado sobre el trono del rey, y muchas personas te adoraban, eras alabado, grandioso y a tu derecha, se encontraba un Fénix, tenía unos hermosos colores rojos y naranjas y ese pájaro te contemplaba con sumo amor y yo estaba lejos, viendo como te conviertes en un gran rey.
Se que solo era un sueño; pero para mi era el significado de que serás un gran hombre cuando seas un adulto, así que espera por mí, quiero ver que mi sueño se haga realidad, quiero vivir para llegar a ver en que tipo de hombres te transformarás.
Min Yoongi bajó la carta mientras de su rostro salían lágrimas, miró a su alrededor sintiendo una enorme impotencia, empezó a tirar todos los jarrones y demás cosas que habían en el cuarto mientras gritaba de forma desgarradora. La puerta del cuarto se abrió ingresando Namjoon, quien cerró la puerta, al verlo en aquel estado lo giró y ambos cayeron hincados al suelo.
El de cabelleras rubias cubrió su rostro en el pecho de su amigo desconsolado. El moreno lo abrazó y suspiró con tristeza.
Min Yoongi subió su mirada mientras frente a él una mujer con un traje llamativo.La mujer sacó tras ella a un niño.
—Venga Hijo, saluda al joven Min—ordenó la señora a su hijo.—¿Min Yoongi?—preguntó ella al niño rubio, que afirmó con lentitud—fui amiga de tu madre, este es mi hijo, Kim Namjoon, deberían ser amigos.—la señora Kim le dio un suave pellizco a su hijo penoso y tímido—anda hijo, salude, sea respetuoso.
—B-buenos días...soy ...Kim...Namjoon—dijo el hijo de la señora Kim nervioso.
Namjoon cargó a Yoongi entre sus brazos que se había quedado dormido después de una hora de llorar, lo acostó con cuidado sobre la cama, se acercó a un pequeño mueble y sacó un Jegori negro de tela de seda delgada, quitó las prendas superiores del hanbok solo dejando con los pantalones, al girarlo para ponerle la pijama, se quedó quieto al ver en su espalda varias cicatrices de latigazos. Namjoon pasó sus dedos por aquellas marcas recordando como fueron hechas.
—¿Cómo va con la clases del señor Lee, Hyung?—preguntó Namjoon mientras veía a su amigo, quien parecía cortar los pétalos de una flor.
—Estoy aprendiendo unos poemas, la verdad que son aburridos.
Kim Namjoon rió al escuchar aquello.
—Hyung...mire lo que encontré—comentó sacando de una pequeña bolsa un objeto—fui al mar ayer con mi madre y le traje esto.
El de cabelleras rubias bajó su mirada viendo un objeto que había visto en imágenes ilustradas y al darse cuenta, sonrió maravillado.
—Es una concha...
—Si, dijo que quería una, así que le busque la más bonita, Hyung tengo una pregunta ¿Por qué usted no puede salir del palacio? ¿Pasará toda su vida aquí? incluso los sirvientes salen cuando les toca visitar a sus familias y también los guardias...
Escucharon unos sonidos, ambos fruncieron el ceño viendo a unos guardias, quienes se acercaron a Yoongi y lo tomaron de los brazos. Namjoon se sobresaltó sin comprender que acontecía.
—¡Namjoon, Namjoon!—alzó la voz Yoongi pidiendo ayuda mientras era llevado a la fuerza.
—¡Hyung!—gritó desesperado queriendo detener aquellos hombres; pero los tipos lo detuvieron y le empujaron a un lado.
Min Yoongi fue hincado a la fuerza frente a una de las casas de las concubinas, ya que se encontraban en el mismo palacio. Namjoon siguió en silencio a aquellos hombres y asomó su cabeza por unos de los murales. Vió a la Reina madre, Reina consorte y a la concubina de alto rango que se encontraban sentadas frente a Yoongi,en unas sillas dándose aire con el abanico y a su lado, al segundo príncipe junto a su madre, que era la tercera concubina del rey.
—¿Dónde está?—preguntó la tercera concubina—¡Regresa el collar que robaste a mi hijo!
—No he robado ningún collar—dijo Yoongi subiendo su mirada y con tono serio.
—¡MIentes, mandé a guardias para que revisen tu cuarto y adivina...lo que encontraron!—ordenó la Reina consorte, la esposa del rey.
Una criada se acercó y extendió un collar de oro, para entregarlo a la madre del Rey. Yoongi frunció el ceño y negó. Kim Namjoon negó en silencio al notar como aquellas mujeres miraban con desprecio a su amigo.
—Señora ¿Por qué iba querer algo así? ¿Y cómo iba saber donde el segundo principe guardas sus cosas si apenas salgo de mi cuarto y el patio donde vivo?—preguntó el menor.
—¡Lo ibas usar para venderlo! además, no me sorprende que supieras de una joya así cuando fue la Reina Madre que se lo entregó a su segundo nieto!—habló la madre del Segundo príncipe–¡Eres un ladrón!
Yoongi fue abofeteado por aquella concubina, el segundo príncipe solo enarcó una ceja y sonrió ladino al ver aquella escena.
—Como castigo, recibirás 50 latigazos—habló la Reina Consorte con un arqueo de ceja—¡Soldados!—ordenó aquella mujer.
Uno de los soldados quitó la parte arriba de la ropa de Yoongi, dejándolo con su pecho y espalda desnuda. Namjoon abrió los ojos en par y salió corriendo de aquel lugar, pensando quien le pudiera ayudar. Mientras corría las lágrimas caían a su rostro escuchando los gritos de su amigo y el sonido de los latigazos.
Llegó donde se encontraba el rey que conversaba con los ministros y se hincó.
—¡Por favor, diganles que paren, no pueden culpar a Yoongi sin evidencia!
El rey y los ministros se giraron molestos ante la interrupción de aquella reunión.
—¡¿Se puede saber quien eres?!—alzó el tono el segundo ministro.
—Es el joven Kim Namjon, hijo de la señora Kim, quien es jefa de las costureras, una dama noble y el tercer oficial de alto rango en el palacio.
—¡Lo van a matar, ordenaron darle cincuenta latigazos, por favor, deténgalas.
—¿A quién van a matar?—preguntó el primer ministro sin comprender lo que el niño quería decir.
—Al joven Min Yoongi.
—¿Se puede saber por qué lo están castigando?—pregunto el tercer ministro—algo tuvo que haber hecho.
—¡Lo acusan de haberse robado algo del segundo príncipe; pero no es así! ¡Yoongi ni siquiera sale de donde está ubicado su cuarto!—Namjoon contempló al rey—¡El no es así! por favor...
—Lo que hagan ellas, no es de mi importancia, yo tengo otros asuntos mas importantes—comento el rey desviando la mirada.
El chico palideció al escuchar aquello.
Cierto, lo había olvidado.
¿Quién iba a querer ayudar?
Su amigo solo lo tenía a él.
Se giró sobre sus talones y se regresó corriendo todo lo que podía, su madre que iba caminando por uno de los pasillos, solo vio a su hijo dirigirse a un lugar—¡Joonie, hijo! ¿Sucede algo?—preguntó sin comprender, se giró para ver a sus alumnas, ya que iba a uno de los jardines para ciertas clases.
El niño llegó donde vivía el segundo príncipe,al hacerlo, empujó al guardia que estaba dando latigazos a Yoongi, se tiró sobre su amigo poniéndolo boca abajo y lo abrazó con fuerza, el rubio contempló el rostro de su amigo y empezó a llorar desconsolado al ver como Namjoon tenía apretado sus labios y aguantaba los latigazos que caían ahora sobre su espalda.
Namjoon terminó de poner las vestimentas de su amigo para luego arroparlo con cuidado. Se detuvo en el espejo de aquel cuarto y soltó las parte exterior del traje para luego girarse, viendo unas largas cicatrices en su espalda. Se cubrió de nuevo, tomando su sombrero y con cuidado salió en silencio de aquel lugar.
—¿Qué haces...vete—pidió Yoongi entre lágrimas—el castigo es mio...
—Entonces lo compartiremos—comentó el menor y bajó su mirada y le sonrió al chico—para...eso...están lo amigos ¿Cierto?
—Idiota...idiota.
Kim Namjoon llegó a su casa, vio a su madre asomarse , la mujer entrecerró los ojos y empezó a olerlo de pie a cabeza, le abrió la boca y luego se alejó.
—Bien, no hueles alcohol—ella le sonrió—¿Cómo fue tu día?
Luego escuchó los gritos de su madre, que empujó al guardia y tomó a ambos niños en su regazo, viendo horrorizada a las mujeres de enfrente.
—¿¡Qué hacen?!—gritó la señora Kim con lágrimas en los ojos al ver la espalda reventada de su hijo—¡son unos niños!
—Tu hijo fue el que se metió a defender a ese criado—dijo la madre del segundo príncipe—nadie lo mandó. Además ¿Quién te has creido tú para hablarnos de esa forma?—la concubina le iba dar una bofetada a la señora Kim; pero ella detuvo la mano de aquella mujer, se levantó y le ofreció una cachetada.
—¡Nadie toca a mis niños!
La madre del segundo príncipe pegó un grito y se tocó la mejilla ante aquella acción.
—¿¡Sabes a quien has golpeado?! Soy la tercera esposa del Rey y tú eres una simple mujer Noble de baja categoría, que enseña costura—cuando le diga al rey lo que hiciste ¡Morirás!
—Hazlo...moriré con honor.
La señora Kim miró de pie a cabeza aquella concubina, tomando a su hijo que aún podía caminar y cargó a Min entre sus brazos.
—Me es un honor decirle que el rey la ha nombrado Mujer Noble de primer rango.
La señora Kim se quedó en blanco al escuchar aquello. Ella pareció que iba llorar ante aquella noticia.Namjoon acarició el rostro de su madre para luego darle un beso en la frente—Felicidades...señora Kim.
La mujer limpió la esquina de sus lágrimas.
—Ojalá tu padre haya vivido para ver esto—dijo muy triste.
El chico afirmó con pena.
—Lo ve, se que nos está viendo y se siente orgulloso, ya no tendrá que hincarse frente a otras mujeres, ahora ellas la respetarán. Además de eso, el quiere que le ayude en selección de jovenes Damas, las que van para Reina y concubinas...
—¿Eh?—dijo sorprendida—¿Y-Yo?—comentó sorprendida—¡Eso es demasiado para mí, además no se ni siquiera como agradecerlo al joven Min y-...
—Madre—habló aquel chico con mucha tranquilidad—el te está agradeciendo por lo que usted hizo cuando no tenía a nadie.—hizo una pausa—venga, ya puede ir a dormir, he regresado con bien—comentó con dulzura aquel alfa.
—¿Ah? ¿¡Crees que te estaba esperando?!—ella enarcó una ceja derecha—¡Ya sabía que ibas a venir sano, sucede que no tenía sueño, y además quería revisar que no tomes alcohol!—se empezó alejar murmurando cosas incoherentes—¡Ni que tuviera que preocupar por tí, puf!
El chico sonrió divertido ante la reacción de su madre, sabía muy bien que su madre le costaba admitir que estaba preocupado por él. El oficial subió su mirada viendo la luna que resplandecía para luego sonreír un poco.
[Cualquier error de ortografía, redacción, avisad por favor, esto se corregirá cuando el fanfic pase a edición]
¡Recuerden el lema de la familia!
∞ Somos Sol que calienta; pero no quema 7w7r ∞
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