Capítulo 40: Sin resguardo

—Amiga...¿Cómo te ha ido en tu trabajo? —La ardilla decide lanzar la interrogante pese a la posible respuesta tajante de ella, pero luego de no haberse reunido tan seguido, quiere intentar recuperar esa confianza.

—Bien, luego de meterme como bailarina mis propinas han subido mucho, me siento hasta que nado en "lujos" —Desprende una mueca dulce, mientras sus ojos aceituna se pierden en el techo del restaurante. La risa inocente e ingenua se escapa de sus dientes—. Pero...¿Qué más te podré decir? No puedo quejarme, hasta eso no he tenido percances o algo de mayor agravio.

—Me alegro por tu bolsillo, después de todo tuviste muchos gastos en los últimos meses con las citas del psicólogo —Le da una mordida a su flauta, no dejando que el queso y la crema se embarren en sus labios escandalosamente—. Amy, ¿Qué hay de Shadow? ¿No lo has visto?

Esa cuestión podría ser como una alarma ruidosa dentro de su cabeza, pero en sí, por fuera, parece pasar desapercibida. Rose se agacha igualmente para darle una mordida a su quesadilla y dando un par de balbuceos, limpiandose con la servilleta, deglute y niega:

—No, hace 2 semanas que no lo veo —Su respuesta es tan clara y tan fría que a Sally le resulta extraño. Ella le mira con inquisición, como si supiera que oculta algo—. ¿No me crees?¿Por qué me miras así?

—Yo...no sé, viven en el mismo edificio —Alza sus hombros, está claro para la marrón que no desea responderle con mayor claridad—. No me refiero a si lo has visto en el trabajo sino en general, en otro sitio...

—No Sally, no lo he visto para nada.

—¿Y no le has llamado? O tan siquiera has preguntado en el club o en la recepción si...

—¿Está todo bien? —La pelirosa decide interumpirla tras ver un extraño pánico que incrementa con cada nueva palabra que sale en esa conversación—. Me preocupa que te pongas así. ¿Acaso le sucedió algo?

—No Amy, bueno, ¡no sé! Pero tú y él...—Hace la pausa dramatica queriendo ver su reacción, pero ella parece incorruptible, sin intención alguna de mostrar una emoción clara—, supe que estaban un poco más unidos, hasta Shadow me dijo que durmieron juntos y...

—No dormimos juntos, Sally —Pega un sorbo a su agua y prosigue, haciendo una señal con sus dedos como si explicara más claro—. Compartimos cama que es distinto. Y eso fue hace más de 20 días...la última vez que hablamos fue en el baño del club y...

-Flashback-

—Lo sé y no lo niego, no lo evado, créeme, Shadow. Me importa ahora pero...no me va a importar lo que piensen de mí, porque yo sé lo que soy en realidad, y eso si que es lo único que vale, además... Yo sé perfectamente que esto lo haces por mí, por cómo me sienta y no por ti propiamente, porque yo sé que a ti te da igual, me lo dijiste esa noche, así que...ya no lo hagas más, tampoco el tema lo recuerdes por favor...tal cual me pediste que dejara de preocuparme por ti y por lo que haces y lo estoy intentando, así hazme tu el favor de intentar de no defenderme de esto...

—Bien, lo voy a intentar. Ten una buena noche, espero que te vaya mejor.

-Fin del Flashback-

—¿Qué pasó en el baño? ¿Hablaron de qué?

—Solo nos dijimos lo que teníamos que decirnos y ya. —Esta vez su respuesta fue melancólica, como si supiese que algo no estuvo bien y le doliera recordarlo.

La ojos claros lo nota tan bien que decide seguir con el tema aunque éste sea incómodo e inapropiado:

—Amy Rose, no insistas en ocultar tus sentimientos —La mencionada mantiene su mirada baja mientras continúa comiendo de su platillo. Sally comienza con tono reprensibo—. Tú a estás alturas sientes algo por Shadow, y está bien. No tiene nada de malo que te hayas enamorado de él, es un gran chico.

—...¿Qué caso tiene enamorarme de alguien que no me va a corresponder? —Ella no quiere llorar. El tema le causa una avalancha de emociones, emociones que ha desahogado en sus últimas sesiones con Jet pero que, siente, tiene que seguir sacándolo cuántas veces sean necesarias.

Hasta que deje de doler aquello que jamás consiguió entender que sucediera.

La mamífero reacciona y toma una postura más reconfortante, dejando a un lado sus cubiertos por oír su tono agudo, quebrado—. Él y tú deben de hablar de esto, sí él no quiere puedes tú hablar de lo que sientes por él y así...

—Sally no tiene caso, yo ya lo hice y no funcionó —Toma la servilleta con disimulo y la pasa por sus ojos. Pega un suspiro y prosigue tras haberle interrumpido—... Yo le dije de forma sutil que me preocupaba por él, ¡Se lo dije claramente cuando lo ví con más cicatrices en una noche! Y él se comportó grosero, a la defensiva; no quiso que siguieramos hablando del tema y me pidió con gritos que no volviera a hacer o decirle algo de eso...—Traga saliva y toma aire, sabiendo que en cualquier momento podría llorar desconsoladamente—...Me confundió su reacción y decidí solo tomar un poco de tiempo y ahora acepto lo que me dijo esa noche: no preocuparme por él, y por lo tanto, dejar de sentir atracción por él; es lo que estoy haciendo. La mejor manera de sobrellevar todo ello es manteniendo distancia de Shadow y esa noche en el club lo dejamos estipulado y quedamos de intentarlo.

—¿Estás oyendo como suena toda tu explicación? ¡Ambos decidieron negar lo que sienten uno del otro por temor! —Indignada, azota sus palmas en la mesa, produciendo un leve temblor sobre esta. Frente a la chica rosada, espeta ofendida—. Yo sé que no es fácil declarar lo que se siente por alguien...y más para él, puedo entenderlo. Incluso de ti, vienes de una situación compleja emocional y yo creo que...que no es correcto manejarlo de esto modo, no para ti y tus sentimientos.

—¿Y es por eso que él debería de aceptar a una chica tan "compleja" y "rota" como yo? —Su voz vuelve a ahogarse, pero controla muy bien el nudo en su garganta—. Debe de tener razones muy válidas para no querer tener algo conmigo...empezando porque mi vida y mi estabilidad mental han sido un desastre. ¿Crees que quiere andar con una suicida? Y luego que tengo el libido tan desalineado y...ni yo sé qué carajos con mi vida sexual ya —Volviendo a tragarse sus lágrimas, pausa y continúa—. Lo único que sé es que esto que me acabas de decir fue lo que me dijo Jet, pero estoy muy segura de la decisión que estoy tomando. No voy a ceder a mi promesa. —Con esa firmeza clásica de ella, parece dejar el tono melancólico para volver a su fachada serena, recordando con una paz su voz al pronunciar lo que tanto esperó por noches cuando le hacía una sola pregunta:

-Flashback-

—¿Y qué si lo fue? No importa, mientras estuviera consensuado y hablado no me importa, a mi solo me hacía sufrir el pensar que él te..., q-que se haya aprovechado d-de ti.

—¿Por qué?

—...porque tu también me importas, Amy, y mucho.

-Fin del Flashback-

Su amiga pelimarron no contesta. Por esta ocasión, y tras sentir todo lo que la chica ha dicho, prefiere aguardar antes de soltar cualquier información que, para el momento, se vuelva de tendencia errónea.

Va a tener que actuar por su cuenta sin sentirse una entrometida.



—¿Te sientes mejor ya de tu última herida?

—Fui con Rouge a que me la revisara, me puso solo dos puntos así que estará mejor muy pronto. —Picando su carne, no mira a la chica al responder, se dedica a comer.

—¿Cómo es posible que la gente pague por un tipo tan mayugado y lleno de marcas? —Su tono antipático no es común, siendo que con él se mantiene parola y activa.

—Evidentemente a la gente no le importa eso, es en lo que menos se fijan.

—Seran ellos porque a mí sí me importaría.  —Parece furiosa. Sally está tremenda con su carácter y comportamiento y pese a ser algo habitual, Shadow lo nota totalmente exagerado.

—¿Por qué parece que andas de tan mal humor el día de hoy? —Sonriendo de soslayo, muerde su carne y expulsa sarcástico —¿Acaso ese noviecito con el que andas ya dejó de proporcionarte diversión?

—Estoy...frustrada; sí, esa es la palabra —Refriega su rostro con tolerancia, evitando continuar con tal actitud voluble hacia él —. Y no, no es por ese chico ni por nadie en particular...es por dos personas a decir verdad.

—No me lo tienes que contar ¿Vale? Solo no te desquites conmigo.

—¿Sabes algo de Amy, Shadow? —Ha Sido una daga que no se vio venir y que impactó de forma salvaje sobre su pecho, una que la ardilla no pensó en clavarle de tal forma desesperada. El chico no responde, solo mueve la cabeza negativamente, mientras toma del popote que trae su mojito—. ¿Ni la has visto en su departamento o en el edificio?

—Nuestros horarios ya dejaron de coincidir hace tres semanas. Ella ensaya en el día y yo por la noche ya no estoy en el club así que no, no sé nada de ella.

—...¿Y eso como te hace sentir?

Frunciendo el seño, espeta casi con un gruñido—. ¿Ya eres couch o por qué ese tipo de preguntas?

—Solo quiero cerciorarme de que no hayas cometido actos estúpidos —Shadow tuerce los ojos, como si fuese un martirio continuar oyéndola con ese tema—. ¿Acaso crees que lo que te dije en el gym era broma o por qué no te tomas mis palabras en serio?

—Basta Sally, no voy a hablar contigo de esto, estoy bastante liado mentalmente como para que me traigas una nueva interrogante. —Estrangula su servilleta con frustración, notando la chica que ambos comienzan a desesperar en pleno restaurante próximo a ocultarse el sol.

—¿Entonces pensarás seguir evadiendo tus emociones con tal de no verte más "liado" en tu vida?

—¡Si eso me dará por un tiempo paz mental, sí! —La respuesta es contundente. Sally se sorprende tanto como para irse hacia atrás sobre su silla. Él cierra los ojos y suspira—. Ya cállate y come.

—...Se me fue el apetito —Con un gesto podrido, aparta su plato y toma sus cosas sin mirarle—. Lo siento, pero no voy a quedarme contigo a terminar, señorito me valen madre mis emociones.

—Antes de que te vayas te daré un consejo: intenta no querer arreglar la vida de los demás y enfócate en la tuya.

—Lo tomaré demasiado en cuenta. Adiós —Ni siquiera pasó por su cabeza dejar dinero para la cuenta, le deja la deuda al chico veteado que, con un rostro totalmente desencajado, comienza a arrepentirse de muchas cosas.



Eran casi las once de la noche, siente el aire de invierno en sus pechos, muslos y piernas. Tuvo que irse con la ropa de trabajo puesta lo más rápido que pudo porque el antro se volvió un "campo" de guerra cuando iniciaba la noche. Lo que fue una simple amenaza de berrinche de un riquillo por no cumplirse el capricho, se transformó en una orden de cierre por "incumplimiento" de papeles del establecimiento...¡Bah! Rose sabe que eso está arreglado en un dos por tres por su "mafioso" jefe.

Llega al edificio y accede con un suspiro helado. La cómoda del pasillo no es tan caliente como lo es imaginarse pronto estar enroscada entre sus cobijas, y más si está acompañada de un chocolate caliente; ¡oh sí!, la fantasía nocturna invernal está por ser realidad.

Y mientras espera en el elevador con tal plan entre sus pensamientos, las puertas de este no se cierran por alguien impedir que hagan dicha acción en una estirada olímpica por subir: el vetas rojas alcanza su "transporte" para no tener que subir escaleras.

Rose conserva una sorpresiva mirada que logra ocultar de él. Es real, ella no lo ha visto ya por 23 días, y porsupuesto que no le ha llamado...¿Por qué debería hacerlo?

Shadow no parece inmutarse ante su presencia, aunque pareciera tener unas palabras atoradas en su boca. Ese viaje de elevador que suele durar 30 segundos se convierte en el castigo de tiempo más incómodo que pudieron desear.

—Entonces...¿Ni un "buenas noches" nos podemos dirigir?

—Nadie dijo que no me podías hablar. —La forma en que lo pronuncia es ofensivo.  Amy no quiere ser grosera por aquel pasado de carácter tóxico que tuvo, pero por alguna razón, en ese momento se sintió ofendida.

"Ring, ring"

En cuanto el elevador llega a su piso de la pelirosa, sale dando por terminado aquel encuentro, pues el chico tiene que subir un piso más, pero no contó con que él tenía en mente seguirla hasta su portón. Fueron tan imperceptibles sus pisadas que al darse la vuelta por querer vislumbrar la partida del elevador se lleva el susto de tenerlo detrás de ella.

—¿Qué se te ofrece? —exclama con un cierto mensaje temeroso entre su pregunta, incluso su espalda y hombros se encorvan esperando a que él diga algo.

—No te voy a quitar mucho tiempo, solo deseo saber, ¿Por qué has mandado a Sally a hablar conmigo? —Hay un gramo de cólera incrustado en la interrogante. Rose sobreabre sus ojos aún más, jugueteando con sus llaves, ansiosa.

—¿Mandar a Sally a hablar sobre qué? —La nueva pregunta en respuesta a la del veteado es juguetona, pero lo es sin querer, pues igual que a él, la intriga está acabando con su psique.

—Sabes bien de lo que hablo, hablar de nuestras...nuestras cosas.

Oye, ¿No te das cuenta que pude haberte reprochado lo mismito hace una semana? —Shadow no entiende a qué va esa contestación, su cara lo dice absolutamente todo—. Vamos, si tú y ella cogen, no me sorprende que la mandaras a pedir que te dijera que es lo que siento por ti.

—Estás mal, Rose —Negando frustrado, su cabeza se mueve negativamente mientras mira el suelo, no queriendo entran en una discusión en pleno pasillo del edificio—. Yo no he mandado a nadie a que hable contigo sobre eso.

—Pues yo tampoco. No sé qué te hace creer que fue así, cuando no tuvimos la necesidad de tener "intermediarios" para nuestras cosas, como dices tú —Imita de forma sutil sus palabras anteriores y luego de tal burla, continúa más abierta—... Seguro ella está preocupada por ambos, eso es todo.

—¿Y debería? Eso es mu- —El rechinido de la puerta aledaña les hace girar sus cabezas a ambos hacia esa dirección.

Para la sorpresa de nadie, la vecina peliamarilla parece sacar la basura, como es su extraña costumbre, a esa hora.

Ella identifica sin problema a Shadow, lo suficiente como para sonreírle e intentar dirigirle la palabra a la distancia.

—¡Ho-Hola! Eh, ¿Mañana estarás libre? Ya sabes, para poder llamar y...

—No, no va a estar libre —el azabache está tieso, por más que intente no querer verse asombrado y asustado sus púas se erizan de notar la interrupción de Amy—. Va a estar conmigo esta noche, mañana y pasado, y lo va a estar todas las putas noches venideras, ¿Entiendes? —Con una mirada de pin pong, parece que esa joven espera que el erizo diga algo pero lo único que ve es a la rosada acercarse frenética a su puerta—. ¿¡Entendiste o no, maldita urgida!?

Su contestación es cerrar la puerta con la mayor rapidez que puede tener en sus brazos y en sus piernas amarillas para volver a su cuarto con espanto. Amy no llega ni a mitad de la distancia cuando suelta un gruñido y vuelve apretando sus puños, estrangulando sus llaves tanto que se le clavan y marcan en la piel.

—¡¿Pero qué te sucede?! Acabas de asustar y amenazar a una de mis clientas. —Intrigado y molesto, Shadow le llama sujetándola con violencia por un hombro.

Ella se aparta con exaltación de su agarre y con encaro, le responde—. ¡Es una tipa urgida y mosca muerta!

—¿Y eso a tí que te incumbe? ¡Urgida o no me paga y lo suficiente como para no despreciar el servicio!

—Me incumbe mucho, ¡Mucho! Y si quieres saber por qué te lo voy a decir directamente a ver si dejas de hacerte el estúpido —Haciendo enfasis con sus manos, la eriza rosa comienza a exaltarse, notando cómo drena sin pensar todo lo que está siendo aplastado por su pecho para que no salga de manera inapropiada—. Por qué me gustas! ¿Ok? Me gustas mucho, tanto que estoy cansada de tener que ir a mis sesiones a decir que estoy dándole tiempo al tiempo; ¡harta de tener que escribir en mi libreta repetidas veces como una adolescente que no puedo dejar de pensar en ti! y... estoy molesta de que la estúpida de Sally tenga razón en algo: y eso es, el que no podemos seguir ocultando nuestras emociones como si tuviéramos miedo de querer, ¡De querernos! Temor a sufrir, a sentirnos insuficientes uno del otro, a no merecer cosas buenas y personas...buenas...—Con la voz quebrada, empieza a respirar entre balbuceos, como si supiera que tiene que decirlo todo ahora o no habrá otra oportunidad.


Ella ya no puede seguir resguardando nada. No puede.

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