Capítulo 36: Recriminación cero amistosa






𝐹𝑒𝑙𝑖𝑧 𝑆𝑎𝑛 𝑉𝑎𝑙𝑒𝑛𝑡𝑖́𝑛 𝑀𝑖𝑠 𝐿𝑒𝑐𝑡𝑜𝑟𝑒𝑠 ~♡

𝑈𝑛𝑎 𝑑𝑒𝑑𝑖𝑐𝑎𝑡𝑜𝑟𝑖𝑎 𝑒𝑠𝑝𝑒𝑐𝑖𝑎𝑙 𝑎 𝑡𝑜𝑑@𝑠 𝑙𝑜𝑠 𝑓𝑖𝑒𝑙𝑒𝑠 𝑎𝑚𝑎𝑛𝑡𝑒𝑠 𝑑𝑒𝑙 𝑆𝒉𝑎𝑑𝑎𝑚𝑦 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠𝑐𝑟𝑖𝑏𝑒 𝑒𝑠𝑡𝑎 𝒉𝑢𝑚𝑖𝑙𝑑𝑒 𝑦 𝑝𝑒𝑟𝑑𝑖𝑑𝑎 𝑠𝑒𝑟𝑣𝑖𝑑𝑜𝑟𝑎. 𝐺𝑟𝑎𝑐𝑖𝑎𝑠, 𝑠𝑖𝑚𝑝𝑙𝑒 𝑦 𝑐𝑎𝑟𝑖𝑛̃𝑜𝑠𝑎𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒, 𝑔𝑟𝑎𝑐𝑖𝑎𝑠.






—A la próxima que hagas esas estupideces no cuentes conmigo, te hablo muy en serio. —Sacude sus manos retirando lo sobrante de talco que ha tomado para después, inclinarse y agarrar la barra de 20k que se ha preparado previamente.

—¡Shad~ ! No seas así conmigo... —Canturrea en ese tono que tanto le repugna al azabache, pues lo oye tanto en su trabajo, con clientas y compañeras que solo puede retorcer sus ojos totalmente asqueado sin detenerse en el ejercicio—. No volverá a ocurrir, es más, te pagaré el triple de la fianza que me hiciste favor de pagar.

—No es la cantidad, Sally...y lo sabes —Resopla en su sexta repetición, agregando tres más y frenando para tomar un descanso—, es tú actitud, tú descaro...¿Por qué actúas como si fueras una adolescente?

El regaño le llega tan al pecho que se sienta en el banquillo aledaño pero sin hacer ningún tipo de ejercicio, le mira retadora sobre la plancha.

—No es que sea una adolescente, me encanta sentirme joven todavía, con motivos y energía para hacer cosas...alocadas.

—¿Y meterte en la casa del ex de tu chico en turno es alocado? —Sus comillas sarcasticas son más recriminantes que graciosas. La ardilla comienza a sentir un poco de arrepentimiento—. Si la calentura de que te lo pidiera fue el motor como si se tratase de una prueba de amor yo vería primero el historial psicológico de ese tipo.

—¡Oye! Estábamos ebrios, fue mi excusa, a decir verdad... —baja el tono de voz recordando estar en un sitio público. Aunque para el horario no hay muchos Mobians haciendo ejercicio.

—Que excusa tan barata. Sally, ya no tienes 18 años, ni tu ni yo los tenemos, actúa como el adulto que eres y responsabilisate de tus acciones sin meterme de nuevo en líos, que bastante riesgo me cargo con mi profesión como para ahora tener que rendir cuentas a la policía en tu nombre.

—Ya, perdón, Shadow, tienes razón. No te voy a molestar con cosas así otra vez. —Pareciese que ha captado el verdadero mensaje, y con vergüenza, la marrón acepta el error y evita seguir jugando con la situación frente al vetas rojas quien de verdad parece molesto.

—Lo único que agradezco de tu llamada es que me librarás de otra plática incómoda, solo por eso te debería de dar las gracias pero hasta ahí, tampoco te pienso solapar. —Quita los discos, para cambiarlos por otros de mayor peso.

—Uyuyuy~ ¿Y con quién, eh? —Vuelve su canto característico, insistiendo con su cuerpo siguiéndole en todo lo que hace—. Dejame adivinar, ¿Amy, acaso ~?

—Sally, deja de ser una entrometida.

—¡Tú me has dicho eso! Además, yo sé que estás evadiendo el tema, lo sigues haciendo y no sé por cuánto tiempo seguirás ocultándolo...

—¿Ocultar...que, Sally? —Vuelve a la acción, realiza esta vez solo cuatro repeticiones, con un gruñido entre dientes sin querer exigirse tanto—. Tú que eres una amiga tan sapiente...

—La atracción que estás sintiendo por mi amiga rosita —Deja caer la barra con todo y peso sobre la banca, causando un ligero estruendo que le produce a Sally dentera—, ¡Ok, ok! Ya me queda claro que sí que te molesta...

—¿Sabes que es lo que realmente me molesta? Que se recrimine y reprima esos sentimientos a causa de mi comportamiento, de mi estúpida manera de ver las cosas, eso si que me pinches molesta. —Le da la espalda, agachándose por su bebida y suspirando antes de pegar un trago profundo.

La ardilla conoce al joven erizo, sabe que con ella puede de pronto sacar aquello que le frustra sin temor al prejuicio, pero también sabe que por ser tan charachera su confianza tan íntima que suelen tener empieza a flaquear.

—Así que es eso...eso significa que Amy ya te dio indicios o te ha dicho que le gustas...

—No lo digas así por favor que me pone nervioso...—Se gira dejando la botella en el banquillo. Él reconoce que el tema tan franco le acelera el corazón, le lleva a retraerse con un cinismo tonto de comportarse altanero. Refriega sus púas con respiraciones agitadas y continúa—...Yo no lo veo. No ha sido clara en ello pero yo tampoco lo he sido, ¡Porque no quiero serlo! Y no después de todo lo que hemos estado hablando últimamente, de...esos detalles que me hacen sentirme tan...

-Flashback-

—¿Qué? ¿Qué haces, Rose?

—¿Quién te hizo esto? ¿Ocurrió a donde fuiste?

—Son solo rasguños, no tienen mayor relevancia...—Con un tono más amigable, Shadow baja levemente la mano de la chica de su cuerpo, al tenerla entre sus dedos nota como ella está temblando y respirando de una forma muy agitada—, ¿te sientes bien? Estás temblando y...

—Ya no quiero que vayas a esos lugares —suplica mirándole a los ojos, con la misma melancolía sufrida con la que está viviendo esa madrugada de todo lo que se le ha presentado—, por favor...no quiero que te pase algo, no quiero que sigas exponiendote así porque...Yo no quiero que te pase algo malo, no quiero.

—No vuelvas a decir eso —Ciertamente indignado, reclama mirándole con cero tacto. No se siente a gusto y eso le altera—. No tienes por qué preocuparte por mí ¡Ya lo hemos hablado!

—No, te equivocas, yo dije que dejaría de preocuparme por ver lo que mis amistades hicieran por mí e iba a empezar a también ver por ellos, ¡Y eso es lo que quiero hacer contigo! —Exclama manoteando mientras toma ventaja de la charla—. ¡Es más! Hace minutos dijiste que tenemos comunicación asertiva y que no te molestaban mis comportamientos y comentarios ¡así que si! Si no te importa darte cuenta que este trabajo terminará por matarte ¡Yo me encargaré de hacerte ver lo preocupante que es ello! ¡Por qué de verdad me importas Shadow, y mucho!

Su reclamo mas que de cólera, resulta efusivo, lleno de sentimiento que le nació desde la boca del estómago. El chico veteado baja su semblanza, como si ello le trajera dolor y nostalgia elevada a la potencia. No sabe bien por qué, por qué le cuesta ver que alguien se preocupa por él de ese modo, recordando incluso su sueño de ayer y todas las insinuaciones que tanto Sally como Jet le han estado haciendo en las últimas horas...

La angustia y énfasis de que una chica le brinde atención no momentánea, una atención constante y de emociones fuertes, le tiene vuelto loco.

En el momento que Shadow comienza a balbucear para intentar prepararle una contestación, totalmente ido en su falta de comprensión, ella interrumpe más tranquila:

—Oye, yo... —Con la voz más baja en decibeles, ese mismo tono enerbado se disipa dentro de ella y le hace asimilar los sentimientos que sin cortapisas expresó hacia él segundos antes—...tienes razón, lo lamento... —Gira buscando sus pertenencias por toda la habitación. El vetas rojas ya no detiene lo que hace—. Y-ya me voy n-no, te quito más el tiempo, buena noche.

•°•°•°•°☆°•°•°•°•

—...¿Por qué tendrías que darme explicaciones de tu trabajo, Shadow? ¿Por qué?

—Porque ayer dijiste que te preocupabas por mí y en donde me metía —Shadow toma por un hombro a la pelirosa, al lado de su asiento le mira y le sobrelleva el ritmo en cuanto a su nueva elocuencia, en verdad está haciendo un enorme esfuerzo por hablar del tema luego de su confusión el día de ayer—, y sí, tienes razón, yo...me siento extraño, siento la sensación de tener que aclararte que esto es parte de mi trabajo y no de otra cosa.

—Insistiré, no tienes por qué darme explicaciones...—incómoda por el tacto del erizo, evade su mirada carmesí y sujeta sus dedos queriendo que se aparte.

—¿Y entonces por qué me has reprochado el que estuviera con ella por teléfono? Ya sé que no le pasaste ninguno de mis datos personales a esa...eriza. Ella sola habló al club y pagó todo el mes por mí, el que hayas visto que saliera de allí y que se hiciera un ambiente tan tenso por cosas pasadas me...

—Alto allí, p-por favor —Gira bruscamente observando sus labios, baja a su cuello mirando la cicatriz de aquella noche en el que le mordieron y arrancaron un trozo de carne por "trabajo" y sincronizando todas esas emociones, prosigue—; no me gusta oír que hablas de ti como si fueras un objeto y como si de verdad tu...n-no midieras los riesgos que esto tiene para ti.

-Fin del Flashback-

—Ella...no tiene por qué sufrir así por mí...bastante tiene con su problema que no se ha resuelto como para que actualmente muestre preocupación por lo que hago. Yo he sido así con ella, guardando comentarios que sé, pudieron malinterpretarse como una exageración o emoción personal...

—¿Eres imbecil o te haces? —Los ojos claros de la mamífero se marcan indignantes. Shadow no parece sentirse ofendido por el momento—¿Por qué parece que intentas ignorar esos sentimientos como si te lastimaran? Shadow, ella te aprecia mucho, está claro, la ayudaste y se conocieron y trataron... ¡Ay,  y yo que lo veía venir...! ¡Te lo dije en el café! Ella se está preocupando por tus sentimientos —Haciendo énfasis en lo que dice, coloca su dedo índice sobre su pelaje remarcando el señalamiento—, te está viendo a ti, viendo a tu ser  que fue lo que me mencionaste y recalcaste que esperabas de alguien...¿Por qué cerrarte ahora?

—Sally, no lo sé, ¡no lo sé! ¿miedo? ¿Estupidez?—Se distrae de su ansiedad acomodando discos en el estante, no queriendo darle más enfoque a la platica.

—¿Miedo a que? ¿A ella? A como pueden pasar las cosas? —No queriendo perderle el rostro, la pelo marrón comienza a irse encima de él con sus acercamientos y preguntas—. Yo creo que tu problema sigue siendo ese, que te niegas a lo que sientes con tal de "proteger" algo que no sabes si sucederá de la manera tan catastrófica que sueles imaginarte.

—¿Y que pasa si ella realmente se arrepiente? ¿Que se de cuenta que de que yo soy...?

—¿Qué? ¿Que eres según tu, Shadow?

—...Un furcio más que no le puede dar lo que se merece...que no le de la estabilidad y tranquilidad que necesita... —La ardilla le obliga a que deje de hacer lo que sea que intenta hacer, y llevándolo a sentarse junto a ella en el banquillo, acaricia su espalda y le mira con una tranquilidad y serenidad reconfortantes tras notar su pequeño debraye mental que hace tiempo no veía tenía de aquellos...

—Tú eres más que un prostituto, y seguramente ella lo ve y por eso quiere estar siempre contigo. Tu mismo me lo has dicho, me has dicho que sientes busca hasta el mínimo pretexto para estar cerca de ti; asi que, quiérete un poquito, Shadow. Vales mucho, más que como bocadillo y ella ya lo sabe, claro que lo sabe...

-Flashback-

—No me molestan tus preguntas, ni tus acciones, ni tus comentarios ni nada, hasta que te diga lo contrario, así que siéntete libre de ser conmigo, porque desde nuestra última charla en el centro comercial...me siento cómodo contigo, es todo.

•°•°•°•°☆°•°•°•°•

—Esa es harina de otro costal, Amy. Si me sienta mal lo sucedido es porque si me importas y te quiero, y yo quiero que lo tomes en cuenta en verdad.

-Fin del Flashback-



La noche está más escandalosa que de costumbre. Los pedidos en las mesas de bebidas van y vienen, ella sabe que se acercan las fiestas de sembrina pero, ¿Apoco tanta gente puede descontrolarse así, de forma brutal?

A pesar de su apresuracion y dolor de las piernas por las botas altas y el estar tanto tiempo de pie, no ha perdido de vista el hecho de que Shadow está hoy allí, en el antro, con su apariencia habitual y su fachada hipócrita que tanto le gusta a los clientes.

《¿Acaso renunció a la otra modalidad? ¿Por...mi? ¿Por lo que le dije?》Se plantea con cierto sentido y emoción, pero sería pronto para deducirlo, solo espera con un ansia extraña poder regresarse con él a su edificio al culminar sus respectivos turnos.

Mientras la noche prosigue fraudulenta para Amy, para esos erizos galanes se torna en decadencia al punto que Scourge puede charlar con Shadow por el fondo de los privados.

—Cuentame ¿Cómo te ha ido en esa nueva modalidad? ¿Es tan exquisita como me la imagino? ~ —El jugueteo de sus palabras y el bailar en su frase no pueden faltar. Scourge no se ve forzado a comunicarse con voz alta porque la música está atenuada en un sitio más apartado de los altavoces.

—Espero que sea más una broma de tu parte que una pregunta sincera porque no pienso responderla. —No es que Shadow ande hoy de malas, es que siempre parece estar de malas, aunque, esa noche era distinta.

Distinta por contar con un antecedente que le remueve su bilis y le alimenta la cólera.

—¿Qué? Oye, ¿Por qué tanta agresividad el día de hoy, eh? —Repegandose a él, pareciese que el erizo verde intenta acariciar su barbilla, mas Shadow se aparta con rudeza, desprendiéndose de su posición descansada en aquella pared que divide al privado 2 del 3, respectivamente vacíos—. En realidad hablo enserio, creo que tiene sus ventajas tu nuevo trabajo.

—Yo le veo más desventajas que ventajas, y no es más por otro motivo que el que me manden con gente totalmente ausente de sus cabales. —Mira hacia arriba como si se expresase de la forma más asquerosa posible con sus gestos. El vetas rojas suspira con pesadez al culminar su frase.

—Jajaja, eso me recuerda cuando tu amiga te mando con la chica rosada quien tampoco estaba bien de sus cabales, ¿Lo recuerdas? —Su vista se clava en la de él, poco menos amigable y aún más fastidiada—. Ahora hasta es tu... amiga.

Scourge ha sido el causante de que ahora se cambie el tema de conversación.

—Y hablando de ella...— Moviendose a su frente, Scourge cambia su postura al notar a Shadow aún más a la defensiva con su tono fiero directo hacia él—. Voy a pedirte algo, y no lo tomes como un favor, porque esos te los pasas por tus bolas. Será un mandato.

—¿Ahora de qué hablas? —Al fin se toma con suma cautela las palabras de su compañero erizo.

—No involucres a Rose en tus asuntos de robo.

—¿Why~? Vas a decirme que ella no cree poder salir beneficiada...

—A diferencia de ti, Scourge, ella y yo somos decentes, no necesitamos recurrir a nada de eso —El aire poco a poco se agita en un sitio tan cerrado como ese. Sus cabezas comienzan a acelerarse y calentarse...—Así que en serio, ahórratelo. Puedes pedirle a alguno de tus otros amigos alimañas que lo haga, pero a ella no le vuelvas a pedir que te ayude.

—¡Jajajaja! ¿Decentes? —Ese cinismo que pocos le conocen se expresa en la mirada celeste del chico garañón, y a su compañero oscuro claro que le cala. Pega unos pasos más cercanos a Shadow, hasta el punto de quedar cara a cara y, con enojo, Scourge espeta—. No creo que ella sea tan decente con las cosas que hemos hecho...

Su tolerancia se desbordó de golpe. El vetas rojas termina por tomar al peliverde de los hombros, de ese chaleco fosforescente con tiras contrastantes. Lo estampa contra la pared mas próxima del recinto público; su semblanza de Scourge no deja de ser libertina frente a la situación poco amigable que está ahora experimentando pero eso no le impide querer resistirse.

—¡Será lo que TÚ le has hecho a ella! —grita con ambas manos entumecidas y ocupadas en resistirse a romperle los dientes—. No tienes que contarme el degenerado que eres, porque yo te conozco bien, ¡Y sí te atreves a ponerle tu mano encima tú...!

—¿Yo qué, Shadow? ¡¿Yo qué?! —Él intenta tomarle del cuello, interrumpiendole, pero más que querer estrangularlo, solo quiere quitarselo de encima—. ¿Y qué si tú amiguita es la que decidió ponerme las manos encima a mí? ¿Acaso no tienen tanta confianza para contarte ella lo que me pidió que hiciéramos? Eres un estúpido si tú crees que ella en realidad es la victima aquí, ¡No es una mosca muerta y solo ha demostrado ser una ramera como las de que hay en este lu-!

No le dejó terminar. El chico oscuro no iba a permitir seguir oyéndolo con el desdén y asco que un hombre típicamente enaltecido habla de forma vulgar hacia una mujer. El golpe en las bruces lo deja en el suelo por segundos, para posterior a una corta recuperación, lanzarsele Scourge al abdomen con la intención de taclearlo.

Ese empujón los lleva a chocar y resbalarse en la cortina del privado, jalandola ambos excesivamente con sus cuerpos; arrancandola de los ganchillos y azotandose en los sillones.

El par continúa en su revuelco, comenzando a causar un ruido y un espectáculo poco visible para las visitas.

—¡Ey, ey! ¿Qué pasa? Alto, ¡Alto! —Llama Tiverius, chico que al oír la caída del tubo y la cortina siendo revolcada, sale del baño a prisa y llama a los que estén cerca con un movimiento atrayente de sus manos—. ¡Dejen de pelear! ¡Basta!

La leona está allí en un santiamén, al igual que la tigre. Beky jala a Shadow por un brazo y esa acción altera al erizo que, con desesperación de sentir el contacto se agita; pero eso ha sido bueno, pues así han evitado que los dos continuaran por despellejarse de forma negativa y aparentemente inevitable.

—¡Puto loco! No vas a salirte con la tuya...—Tiverius tiene que callar a Scourge de inmediato, su mirada enardecida no deja de mirar a Shadow y tampoco para de gritar y maldecir al aire. El erizo marrón le controla parándose frente a él y tomándole de los hombros y brazos con fuerza no logra que se calle—. Te vas a arrepentir, ¡Te vas a arrepentir de tus creencias tan erróneas!

—¡Ya paren! ¿Acaso quieren llamar la atención del jefe y que los suspenda? —La de rayas magentas suena cuerda, y con un aire fresco, continua mirando a ambos erizos iracundos—. No conviene un escándalo ahora...

—Si ese imbecil verde quiere un maldito escándalo se lo voy a dar con todo el maldito gusto...—Ambas féminas se van sobre el vetas rojas que, se enaltece de mirar la sangre esparcida por el rostro del peli verde.

¿...pero que...? —Más empleados llegan, entre ellos, Sanctum acompañado de Amy, quien con su charola vacía entre su antebrazo y cuerpo, deja que el erizo prosiga en sus preguntas—. ¿Qué les pasa, por qué la pelea?

—Allí está el motivo de la pelea, ¡La tienes a tu lado! —Es exagerado decir que la molestia se mantiene hasta en su señalamiento que Scourge hace sin cortapisa a Amy. El vetas naranjas se sorprende y solo mira a Rose con extrañeza y confusión, ella parece confundida de oírle así, tan acusador—. Una completa estupidez pelear por personas que no valen la maldita pena...

—¡Ya cierra la puta boca o te la cerraré yo mismo!—. No le importa tener que quitarse a las chicas de encima. Con poco tacto, se abalanza sin importar lastimar a Beky o Sasha.

Y en cuestión de dos golpes que Scourge no pudo repeler, Shadow deja con la nariz rota a quien decía ser un compañero agradable de trabajo.

Que había sido de los poco agradables, pero que dejó ver como casi siempre, las bolsas de basura que uno suele tener por dentro.

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