CAP 57: "Asalto"
Tails llevaba 3 días en cama, despertaba mejor, veía como su cuerpo estaba cambiando, comenzaba por su olor, dejaba de oler como macho bi género para oler como una hembra preñada, se intentó levantar pero era demasiado para ella, no había nadie cerca suyo, escuchaba voces afuera así que intentó llamar a su auxilio. Nadie entró, así que intentó una vez más ponerse de pie.
—¡Oh Tails! —Entraba Blaze sorprendida corriendo a ayudarla—No debes levantarte, ahora no.
—¿Qué pasa? Escucho voces muy altas como... Como discusión.
—Oh no es nada Tails, acuéstate por favor.
La zorrita se acomodó, tocó su vientre contenta para luego cerrar los ojos.
—Perfecto, duerme, duerme, te voy a administrar un médicamente via intravenosa para tu bienestar.
—Si.
No dudó de ella, era su doctora, había salvado a su bebé en camino y estaba cuidándole desde entonces, sintió que aquel medicamento en su brazo recorría sus venas, hasta ver borroso y terminar cerrando los ojos por completo, ignorante a la realidad.
—¿Ya está lista?
Entraba a la habitación un desconocido con vestimenta de enfermero, se trataba de un zorro bi cola con un flequillo algo particular.
—Acaba de quedarse dormida.
—Perfecto, todos están bajo control, vámonos de aquí.
Blaze cargó a Tails en brazos, siguió al zorro que daba órdenes a otros individuos que tenían amordazados y sometidos a los empleados, todo estaba es desorden, claramente había sido un asalto y Blaze cooperaba.
—Bien, en las escaleras yo la cargo.
—Está bien.
El zorro del flequillo recibió a Tails en brazos para quedarse mirándola un poco.
—Hmm.
Se echó a volar con la embarazada descendiendo las escaleras en un vuelo calmado y directo al suelo, blaze lo siguió de un salto.
—¡No! ¡NO MI HIJA NO!
—¡mmmhggg!
—¡Blaze! ¡Blaze!
Desde la sala se escuchaba a los padres de Tails y a Amy Rose gritar, estaban amarrados de manos y pies, siendo amenazados con armas por individuos vestidos de enfermeros, el zorro siguió su camino pasando frente a ellos con la zorra en brazos.
—¡Tú! ¡Suelta a mi hija!
—Enseguida.
El zorro dejó caer por un segundo a Tails asustando a todos pero le atrapó de inmediato soltando una risita divertida.
—Señora piense bien lo que demanda.
—¡Miles no hagas eso! Ella sigue delicada.
—Blaze, me importa un rábano la zorrita, pero no le haría daño, es mi trabajo proteger a mi especie, y ella traerá al mundo muchos de los míos.
—No sabemos-
—Yo sí sé, puedo olerlos, son mmm
El zorro acercó su nariz al vientre de Tails, sonrió abrazando con fuerza a la hembra preñada.
—Felicidades supuestos padres, la zorrita trae consigo dos zorros y un erizo.
Ray se echó a llorar mientras Migthy trataba de forcejear y soltarse lleno de ira.
—¡Este nunca fue-!
Uno los secuaces golpeó al armadillo en el estómago, Blaze miró aquel acto sospechoso e inesesario.
—No es necesario que los lastimes.
—Blaze, gatita, ¿En serio tendrás compasión por la basura de padres que son?
—Es verdad que lo que hicieron no está bien pero... Ellos eran buenos padres.
Amy intervenía con dificultad para hablar, había sido reducida con medicamento, habiendo sido la más dura de controlar, la eriza miraba con decepción y furia a Blaze.
—Confíe en ti, Blaze, de verdad no es el mejor camino, estás cometiendo un error y otro crimen.
—Ella sabe que nuestra organización protege a los míos, Tails estará bien allá, con otros como ella viviendo felices y libres y lo mejor... Manteniendo la pureza de nuestra especie.
El zorro siguió su camino cargando a Tails y detras suyo Blaze desviando la mirada, evitando ver a esos padres frustrados y a Amy gritando su nombre.
—Has hecho bien gatita, tú siempre nos ayudas, sabes bien que los que has salvado se encuentran en perfectas condiciones, y nuestra especie se ha ido reproduciendo en la salvedad de una gran fortaleza, nadie sabe de ella y nuestros zorros viven como en un paraíso, ella vivirá allí feliz, criará a sus hijos feliz así que deja de culparte.
—Vamonos de aquí, por favor.
—Vamos entonces.
Scourge despertaba de un sueño placentero en casa de la zorrita Zooey, buscaba sus ropas y se vestía para entonces encontrar el lugar en completa soledad, se extrañó pero siguió con su vida, tenía hambre, así que buscó en la cocina qué comer.
—Mmm esta doña apenas y tiene algo en la lacena y el refri, por eso está re flaca.
Se hizo un cereal con leche comiendo con tranquilidad, observando la decadencia de esa casa, apenas y había muebles, apenas y había espíritu hogareño en esas paredes, era natural, la mujer perdió todo y su corazón seguía culpandose cada vez más por ello.
—Bueno Rosy, como dijiste, la locura es el siguiente paso de la culpa, ahí te voy erizita mía.
Scourge se dejó caer de espaldas a la silla de madera, tronó y se rompió dejando caer con fuerza al erizo verde al suelo.
—Auch... Yo y mis pendejadas ¿uh?
Escuchó la puerta ser llamada, se levantó y sacudió el polvo, de verdad que había mucho en el suelo.
—Doñita cochina, hasta yo agarro la escoba y barro mi casa.
Se dirigió a la entrada abriendo la puerta para encontrarse con el profesor de Sonic.
—Buenas tardes señor... Scourge.
—¿Qué quieres helecho?
—Sonic dejó la isla junto con su trabajo que tenía aquí, sin explicación alguna más que usted tomaría su lugar, que es un excelente fotógrafo, aseguró dejando todo.
Scourge se limpio la oreja derecha con su dedo ignorando las palabras del erizo que igualmente era verde como él.
—Vine por usted, porque de verdad necesito su ayuda.
—Mmm paso.
El profesor cerró los ojos, tomando un largo respiro y con inesperada reacción tomó del brazo al idiota que tenía frente a él con fuerza.
—Sonic ya no está para defenderte erizo, y estoy arto de que me trates como un tonto.
—Hay hay hay, sacas las púas por fin maestrito de cuarta ¿Qué vas a hacer?
—Tengo varias ideas, pero... —miró a su alrededor percatándose que nadie mirase—... Pero más te vale no decepcionarme.
—¿Qué?
—A ver si como roncas duermes.
—¡¿Ha?!
El profesor de una patada metió al erizo a la casa, cerró de un portazo la vivienda, enseguida se escucharon ruidos y gruñidos que parecian narrar una tremenda lucha de erizos, graznidos, alaridos de amenaza y gruñidos feroces, hasta que cesaron para dar rienda a chillidos calmados, ronroneo dulce y un silencio apacible.
—Con que me traías ganas profesorcito.
—Te veías tan inofensivo cuando chocaste conmigo ayer, que de inmediato entendí el mensaje.
—Ajá, vil helecho.
—Manic, me llamo Manic, Scourge.
—Si, si, si, te voy a cambiar el nombre.
—¿Pero no cambias la historia?
—Te llames como te llames.
—¿Para ti seré la gloria?
—No estuvo mal, no estuvo nada, nada mal.
Continuará...
Bueno Scourge ya encontró su servilleta, y Tails pues... Ha estado mejor. 🥲
Gracias por leer.
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