CAPÍTULO 09

— ¡Vamos a ver el siguiente! — chilló Jimin, alzando las manos con emoción al terminar de observar el vehículo y quedar satisfecho con ello. Hizo amagó de correr al siguiente cuando alguien lo tomó por el cuello de la chaqueta y lo obligó a retroceder, logrando que soltara un peculiar ruido. — ¡Me ahorcas! — se quejó el chico, girándose rápidamente para zafarse del agarre de SeokJin de una manera brusca para luego acariciar su blanquecino cuello, logrando que el mayor rodara los ojos por su exageración. — ¿Por qué hiciste eso?

— Falta HoSeok.

— Sí, Emily acaba de decirnos lo mismo — TaeHyung se acercó a ellos tras admirar el circuito de luces en la parte trasera de un Audi cercano junto a Emily y JungKook. — Lleva como media hora en el baño.

— No sé, tal vez sea... ¿Diarrea? — Jimin se encogió de hombros.

— No seas ridículo — YoonGi bufó sonoramente. — Si tuviera diarrea nos hubiera dicho. Además... aunque tenga diarrea no creo que le tome media hora en el baño y, conociendo a HoSeok, él hubiera preferido volver al baño del hotel que hacer del dos aquí — Giró su dedo en forma circular, haciendo referencia a su entorno lleno de gente desconocida.

— Tal vez era una emergencia y no...

— ¡Emily! ¡¿A dónde vas?! — JungKook la llamó al ver cómo la azabache se alejaba del grupo a paso firme.

Suspiró rendido y trotó hacia ella, gesto que los demás imitaron de inmediato al ver que la muchacha no parecía interesada en explicar lo que pasaba por su cabeza en aquellos instantes.

Los seis llegaron a un pasillo angosto que daba a dos puertas de color negro que eran los tocadores. El de chicos, poseía la imagen de un rudo corredor de anime del cual desconocían su nombre. Mientras que, por otro lado, el de las chicas tenía la imagen de una sexy corredora con ropa ajustada al cuerpo que exhibía más carne de lo que muchas abuelas aprobarían para sus nietas.

— ¡Yah, ese no es el baño de chi...!

Jin exhaló pesadamente al ver que Em lo mandó a tomar por culo e ingresó de igual forma al tocador de hombres como si se tratara de su casa.

— ¿Tú creíste que ella no sabía que era el baño de hombres? — TaeHyung miró divertido a su hyung.

— Las personas se confunden a veces...

— Que tú hayas entrado al baño de chicas por ser un despistado, no significa que a ella le ocurra lo mismo — YoonGi rió. — Emily no es igual de torpe que tú.

SeokJin abrió la boca para soltar una de sus largas quejas que lo dejaban sin aire y que lograban que su rostro se tornara de un fuerte color rojo, cuando se vio interrumpido por las exclamaciones de asombro, junto a un par de silbidos, provenientes del interior del baño.

El primero en reaccionar fue Jeon, quien entró y se vio obligado a quedar de portero cuando un grupo de chicos se amontonó en la puerta para salir. Luciendo espantados

— ¡Está loca!

— ¡Sí! ¡Le falta más que un par de tornillos en la...!

— ¡TE JURO QUE YO NO LA ROBÉ!

El alarido de una grave voz llegó al oído de todos. Jungkook soltó la puerta, importándole poco a quien golpeara, y se adentró al baño a paso rápido, serpenteando entre los pocos que quedaban al interior del tocador.

— ¡Emily, suéltalo! — demandó.

— La verdad, yo jamás esperé que esto sucediera — se sinceró Min al ver a la una única chica del grupo, sentada encima del torso de un muchacho desconocido de contextura media mientras lo mantenía tomado del cuello de la camisa. Lo sacudió con fuerza y le mostró una gorra de estilo pescador, igual a la que HoSeok llevaba la última vez que lo vieron.

Era la gorra de HoSeok.

— ¿De dónde la sacaste?

— ¡Y-yo la encontré afuera! ¡Tirada en el piso! — Sus ojos se cerraron con potencia al ver el puño de Emily aproximarse nuevamente a su rostro, manchado por la sangre que brotaba de su nariz. — ¡JURO QUE DIGO LA VERDAD!

— ¡Ya! ¡Basta pequeña gánster! — JungKook, fue el único que se atrevió a acercarse a Emily y, tomándola por el cuello de la chaqueta, la hizo ponerse de pie. — Él no sabe nada, ¿verdad?

El desconocido asintió repetidas veces a gran velocidad, quedándose en el suelo por temor a que la azabache se le volviera a tirar encima como un animal, al igual que antes.

— ¿Qué diablos hacías? — interrogó Jimin, viendo cómo se lavaba los restos de sangre en su mano derecha.

— Se lo llevaron.

— ¿A quién? ¿A HoSeok? — preguntó Jin y su expresión de serenidad se rompió en una de pánico al percatarse del significado de sus palabras. — ¡¿Quién se llevó a nuestro Hobi?!

— ¿Por qué se raptarían a HoSeok? El hijo de un magnate es Jin, no HoSeok.

— ¿Cómo estás tan segura de eso? Estamos en To...

— Los vi en el aeropuerto cuando llegamos — le respondió a JungKook, ignorando los grandes signos de pregunta que eran los rostros de los demás, que oían atentamente lo que decían. — Supongo que nos siguieron...

— Y se lo llevaron.

Em asintió y Jeon suspiró pesadamente.

— Que fastidio. Llamaré a HoShi para que nos ayude — avisó, abandonando el lugar mientras tecleaba en su móvil de última generación.

— ¿De qué carajos hablaban? ¿Quién es HoShi? Y ¡¿Dónde está nuestro Hobi?! — chilló Jin, perdiendo la paciencia y luciendo igual de preocupado que sus amigos.


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A pesar de que aún tenía algo de sueño, se obligó a sí mismo a abrir los ojos. Su ceño se arrugó al encontrarse con un pulcro techo de color crema y se quedó unos segundos observando a la nada. Todo mientras su cerebro comenzaba a despertar y a funcionar como normalmente lo hacía.

Sus ojos se abrieron a su máxima capacidad cuando recordó lo último vívido y se incorporó de golpe en la acolchada cama, mareándose en el proceso. Esperó encontrarse con sus manos y pies atados a la cama, entre ellas o... Simplemente atadas, pero no era así. Estaba bien. En una pieza y sin ataduras de por medio.

— ¿Qué cara...?

— ¡Has despertado!

Su mirada se alzó hasta el hombre de mediana estatura que entró a la habitación junto a cuatro guardaespaldas, los cuales se posicionaron en lugares estratégicos dentro del cuarto que impedían, de todas las maneras posibles, que Jung escapara.

El hombre vestía un envidiable esmoquin color azul marino junto a unas gafas que debían costar más que toda la ropa de HoSeok junta. Emanaba una gran aura de poder que HoSeok no sintió ni siquiera cuando conoció a JungKook.

— ¿Cómo estás? — preguntó, tomando asiento en uno de los sillones individuales de la sala. — Ven, siéntate —volvió a hablar, sin darle tiempo de responder. A pesar de que lucía como una invitación, el tono que empleó le dejaba en claro a Jung que era una orden, la cual prefirió obedecer en silencio.

Pasó saliva con pesadez y se levantó de la cama con lago de dificultad. Cuando sus pies tocaron la suave alfombra circular de color vino, se percató de que se encontraba descalzo, pero prefirió guardarse los comentarios acerca de sus zapatos y sentarse en un total mutismo frente al excéntrico desconocido.

— ¿Y bien? ¿Cómo te encuentras? — interrogó, dejándose caer en el respaldo del sillón con actitud relajada y despreocupada, luciendo como si de verdad le importara la salud del menor.

«¿Cómo te... encuentras?... Mi secuestrador me está preguntando cómo me encuentro ¡Dios! Jamás creí que mi secuestrador fuera tan amigable»

— Hum... Disculpe, pero... ¿Me ha secuestrado solo para preguntarme cómo estoy? — «porque si es así, mi madre se caerá de culo cuando le cuente... Antes de ir a la comisaría a poner una denuncia, claro»

El hombre rió como si lo que HoSeok dijo, se tratara del mejor chiste que haya oído en su larga vida. Negó repetidas veces, apoyó ambos codos en sus muslos y entrelazó sus dedos bajo su mentón sin quitar aquella sonrisa de su rostro que no decía más que: "Ternurita~"

— No, no, no. Claro que no me tomé la molestia de hacer todo esto para preguntarte cómo te encuentras. Solo fue por... ¿cortesía? — Asintió de acuerdo consigo mismo. — NamJoon, por favor — pidió y, de inmediato, el más joven de los cuatro guardaespaldas (el que se mantenía impasible a un costado del jefe) abrió un sobre de color blanco para seguido, depositar alrededor de diez fotografías encima de la mesa de centro en un orden aleatorio. — Gracias, muchacho.

HoSeok se inclinó, curioso, para ver qué había en las fotos y su mandíbula inferior cayó al admirar que, en todas ellas, los protagonistas eran él y Emily en los diversos encuentros que tuvieron y que, en una sola fotografía, aparecía la chica sola... colándose por la ventana de su cuarto.

— Mi pregunta, Jung HoSeok, es... — El nombrado levantó la vista, encontrándose con que las gafas oscuras que portaba el líder de todo aquel plan de secuestro, habían desaparecido y que ahora, se enfrentaba a su fría y afilada mirada que lo incómodo enormemente. — ¿Qué relación tienes con mi hija y qué pretendes conseguir de ella?

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