capitulo O4.
Advertencias: chaelisa como pareja principal, cositas lindas y fluff.
RyuJin estaba enojada.
Lisa suspiró, arreglando su mochila con los cuadernos que iba a necesitar ese día, y se volteó hacia su cachorra, que fruncía el ceño mientras mordía el peluche de monito, enfurecida.
―¿Te pasa algo? ―le regañó, mirando la hora. Todavía le quedaban varios minutos―. ¡Te has portado toda la semana muy mal con Mashiho, RyuJin! ¡Me has estado mordiendo el pezón todos los días!
La bebé dejó de mirarla, pero siguió mordiendo el peluche, lleno de babas por todas partes. El día anterior quiso alimentar a su cachorra con leche materna –de vez en cuando lo hacía, RyuJinnie todavía mamaba sin problema alguno–, pero la niña reaccionaba con enojo cada vez que trataba de acomodarla en sus brazos, hasta el punto de morderle el pezón.
Y para variar, se dedicó a hacerle muchos berrinches a Mashiho, según le contó él niñero. No quería comer, no quería jugar, no quería mirar televisión, se ponía a llorar por todo. Ni él ni Lisa sabían qué le pasaba a la bebé.
―Mashiho no quiere verte ―mintió, porque él chico pidió permiso, otra vez, para faltar―, ¡Y voy a tener que llevarte a mis clases!
Pero contrario a lo que esperaba, RyuJin volvió a mirarla. Lisa casi podía ver unas orejas de mono levantadas sobre el cabello de su cachorra.
―Baba. ―tartamudeó RyuJin.
La omega arrugó los labios ante las palabras de su hija. La pequeña todavía no decía su primera palabra ni tampoco aprendía a caminar. Lisa no estaba especialmente preocupada por ello, porque sabía que cada niño crecía de forma distinta.
―RyuJin ―dijo con poca paciencia―, ¿Quieres ir conmigo? ¿De eso se trata todo?
RyuJinnie golpeó el peluche babeado contra el suelo, riéndose ruidosamente. Lisa hizo un ruido de exasperación, pero fue a su cuarto para preparar el bolso de la cachorra. Ese día tenía su clase con la profesora Park, y siendo sincera, la Tailandesa no estaba muy segura de lo que iba a ocurrir. No cuando todavía no le daba una respuesta sobre el tema de la cita.
Lisa tenía muchas dudas respecto a eso. En primer lugar, estaba el hecho de que ChaeYoung era su profesora, quien le hacía clases, y eso quizás podría traerle algunos problemas en la universidad, con superiores o sus mismos compañeros.
Pero más importante, Lisa no sabía si podía confiar en ella. Luego de su exnovio y padre de RyuJin, ella no estaba segura de poder relacionarse así con otra persona, con otro alfa. ¿Y qué tal si ChaeYoung sólo quería acostarse con ella por capricho, pensando que Lisa debía ser una fácil?
Trató de no darle muchas vueltas al asunto, volviendo al comedor y viendo a RyuJinnie sentada en el suelo, observándola con curiosidad. Al estar en otoño, le buscó su gorrito de monito, aprovechando de entregarle su chupete limpio, y procedió a ponerse el canguro, acomodando a la pequeña cachorra contra su pecho. Metió los cuadernos dentro del bolso que llevaría, junto al resto de cosas de RyuJin, y salió del departamento.
Mientras iba al paradero para tomar el bus, olisqueó a su pequeña bebé: ya no olía a ChaeYoung, ni un poquito. El olor se evaporó días atrás, mismos días que RyuJinnie pareció tomar una actitud hosca con medio mundo. Jennie incluso las fue a ver el martes por la tarde, pero RyuJin se portó horrible, botando la papilla y haciendo un berrinche en el suelo.
―Estás encantada, ¿No, cachorrita? ―preguntó Lisa en voz baja, pellizcándole la mejilla a su hija.
RyuJin hizo sonar el chupete, tan feliz de ir contra el pecho de su mamá, y Lisa quiso no tomarle importancia a ese asunto.
Lisa no necesitaba un alfa ni nada por el estilo. Ella pudo sacar a RyuJin adelante sin ayuda alguna, arreglándoselas como pudiera, tratando de ignorar ese dolorcito en su corazón por no tener a nadie que la acompañara. En especial los días después del parto, cuando no tenía idea alguna de qué hacer.
Minutos después llegó a la universidad, bajándose y caminando hacia la Facultad. Ese día había despertado bastante cansada, con todos los berrinches de RyuJin, se sumaba el hecho de que ahora la cachorrita no quería dormir en su cuarto, y se despertaba a mitad de la noche a llorar. Lisa no tenía más remedio que llevarla a su cama, sólo así parecía calmarse, y apenas pudo estudiar algo durante esos días. Incluso ayer se quedó dormida en una clase, luego de que el profesor apagara la luz para dedicarse a pasar las diapositivas de su presentación.
Saludó a sus compañeros una vez llegó a la sala, que se le quedaron mirando por traer a RyuJin otra vez.
―Mi niñero ha tenido varios problemas. ―trató de excusarse.
―Es una bebé muy lindo ―dijo JeongGuk, sonriéndole a RyuJinnie antes de hacerle un arrullo―. Es una cachorrita tan bonita.
Lisa le sonrió de vuelta, algo aliviada de que él estuviera allí. JeongGuk era con él que mejor se llevaba de todo el curso, con él beta solía hacer los trabajos grupales y se sentaba a su lado. La omega no era muy buena para hacer amigos, ella tenía claro lo que hablaban algunas personas a sus espaldas por ser una omega madre tan joven. Muchos no querían juntarse con ella para hacer trabajos porque creían que era irresponsable y sólo se debía preocupar de su cachorra.
Fue a sentarse otra vez a la orilla en caso de alguna emergencia, sacando a RyuJinnie del canguro y acomodándola sobre sus piernas. A los pocos segundos, pudo sentir la presencia de la profesora aparecer. Todos corrieron a sus puestos.
―¿Oh? ―fue lo primero que dijo la mujer, bajando las escaleras―. ¿Volvemos a tener la presencia de una invitada?
RyuJin se giró al escuchar la voz de ChaeYoung, sorprendiendo a Lisa, y sonrió sin soltar el chupete, sus manitos pequeñas golpeando la mesa en señal de emoción.
―Hola, bebé RyuJinnie ―saludó ChaeYoung, deteniéndose a su lado. Se inclinó y le estiró la mejilla a la cachorra. La pequeña hizo sonar el chupete con felicidad―. Buenos días, señorita Manoban.
La voz grave de la profesora envió un escalofrío por el cuello de Lisa, que tragó saliva antes de sonreír temblorosamente, como si no sintiera temblar sus piernas.
―Hola, profesora Park. ―dijo, su voz como un hilo.
Los ojos oscurecidos de ChaeYoung le miraron con algo de interés, pero no hizo otro gesto, sólo pasó de largo en dirección a la pizarra. Todos sus compañeros fingieron no haber estado pendiente de lo que acababa de ocurrir.
―Bueno, ¿Alguien podría decirme en qué quedamos la clase pasada? ―comentó la mujer, dejando sus cosas sobre la mesa del profesor.
―Estábamos hablando sobre el condicionamiento y los aprendizajes. ―dijo un estudiante más adelante.
ChaeYoung sonrió levemente, poniéndose los lentes sobre sus ojos y agarrando el marcador de pizarra.
―Hemos debatido ―comenzó a decir ChaeYoung, y el silencio se instaló allí enseguida―, acerca de la necesidad de un aprendizaje hacia niños pequeños que sea significativo, entendiendo que es la educación primaria de ellos la primera y la más importante para seguir desarrollándose positivamente. Pensemos en el crecimiento de un árbol, sin raíces no va a crecer, pasa lo mismo con la educación, sin la educación pre-escolar no podríamos...
Lisa trató de concentrarse en la clase, anotando lo más posible en su cuaderno mientras trataba de sostener a RyuJin, aunque media hora después, notó que la bebé estaba siguiendo el movimiento de ChaeYoung a pesar de la oscuridad en el cuarto. Quiso llamar su atención, pero no logró demasiado. Incluso, a veces la profesora caminaba por las escaleras y RyuJinnie extendía sus manos, en señal de querer ser tomada en brazos.
Pero ChaeYoung, o no se daba cuenta, o la estaba ignorando.
Lisa no iba a reprochárselo, ¿Cómo podría hacerlo? La bebé era suya, no de la alfa. La menor realmente no entendía el comportamiento de su cachorra.
―El aprendizaje significativo sería el más importante, por supuesto, pero eso no quita que debamos ignorar el memorístico o el repetitivo ―continuó ChaeYoung, anotando algunas cosas en la pizarra―, debemos motivar que los niños...
Lisa bajó la vista hacia su cachorrita al verla removerse sobre sus piernas, sus ojos tan abiertos, sin dejar de observar a ChaeYoung.
―RyuJinnie... ―le susurró, queriendo que se volteara hacia ella.
Y la miró en primera fila.
RyuJin escupió el chupete y rompió a llorar.
―¡RyuJin! ―gritó, sorprendida.
Pudo escuchar a ChaeYoung interrumpiéndose a sí misma gracias al llanto descontrolado de la bebé, todos mirándola. Sus compañeros más cercanos la observaron con odio mal disimulado y Lisa quiso hundirse en su asiento, porque RyuJin aumentó su llanto, sus manitos golpeando la mesa.
Santo Dios, ¿Su cachorra estaba soltando lágrimas de cocodrilo? ¡Ese llanto jamás se lo había escuchado!
Vio a ChaeYoung caminar hacia ella y el calor hizo aparición en sus mejillas porque RyuJin extendió sus bracitos a la profesora.
―¡Baba! ―lloró RyuJinnie, sonando tan lastimera y desesperada.
―¿Qué pasa, cachorrita? ―Lisa le hizo un gesto a ChaeYoung para que tomara a la bebé sin problema alguno, y la profesora la llevó a su pecho. Casi de inmediato, el llanto desapareció―. ¿Dónde dejaste tu chupete?
Lisa recogió el chupete, tirado sobre la mesa de clases, y se lo tendió a la profesora, que lo agarró sin problema. Al llevarlo a la boca de RyuJin, la bebé lo recibió sin dificultad, pero se le pegó casi al cuello.
―Lo siento, profesora. ―murmuró Lisa, avergonzada.
―No ocurre nada ―ChaeYoung hizo un gesto despreocupado―, tal vez pueda usar a RyuJinnie de ejemplo.
Lisa quiso encontrarlo gracioso, pero estaba muy apenada con el comportamiento de su bebé, por actuar así de la nada. Es que, ¿Qué pretendía con todo eso?
―Muchas veces, en nuestra posición de adultos, creemos que los bebés y los niños pequeños no son inteligentes, pero es un error enorme pensar de esa forma ―dijo ChaeYoung, volviendo a la pizarra―. Tener una actitud adulto-centrista demuestra nuestras carencias para poder interactuar con niños pequeños.
ChaeYoung le sonrió a RyuJin, que se veía tan feliz en sus brazos. Lisa luego regañaría como nunca a su bebé.
―Pero los niños son increíbles y muy inteligentes ―continuó la profesora―, ellos suelen desarrollar primero la inteligencia memorística o repetitiva, y es ahí donde nosotros debemos motivarlos y estar a su alrededor para que la desarrollen bien. Por ejemplo, me di cuenta de que RyuJin hace algo cuando quiere que la tomen en cuenta.
Lisa ahora prestó más atención a las palabras de la adulta, viendo cómo dejaba a RyuJin sobre la mesa, sentada. La bebé peleó porque no quería soltarla, pero al final, la alfa ganó. ChaeYoung la acomodó y retrocedió unos pasos.
La niña berreó y extendió sus manitos. ChaeYoung no se acercó.
RyuJin escupió el chupete, que cayó al suelo, y rompió a llorar otra vez.
ChaeYoung se rió, acercándose y tomándola en brazos, así que el llanto desapareció. Luego se inclinó a recoger el chupete, pero lo dejó sobre la mesa.
Lisa estaba criando un monstruo.
―RyuJin se dio cuenta, mediante la repetición, que si hace esas cosas va a conseguir lo que quiere. ¿A qué les recuerda esto?
―Pavlov. ―dijo Lisa, automático.
ChaeYoung le sonrió, con RyuJin en brazos.
―Nunca subestimen a un niño en crecimiento. ―dijo ChaeYoung, volcándose otra vez a la clase.
Una vez acabó, Lisa suspiró, guardando sus cosas. Cuando terminó, se acercó hacia la profesora con una expresión de pena.
―Lo siento mucho ―se disculpó―, RyuJin ha estado algo caótica estos días.
―Es normal en niños ―dijo ChaeYoung, sin importarle mucho―. No debes ser así con tu mamá, RyuJinnie, ¿Pasa algo?
―Bubu. ―balbuceó RyuJin, agarrándole una mejilla a ChaeYoung. La alfa volvió a reírse.
―Yo... Um... ―Lisa se giró para ver si no había estudiantes que pudieran estar escuchando a hurtadillas―, cre-creo que usted le... Le cae bien, profesora.
―¿Es así? ―ChaeYoung le pellizcó la nariz―. Tú también me agradas, RyuJinnie ―la alfa se volteó a mirarla―. ¿Has pensado en lo que te propuse, Lalisa?
―No sé si sea buena idea ―dijo Lisa, agarrando a RyuJin cuando ChaeYoung se la entregó―, es decir, profesora... U-Usted es un adulta y yo... Y la universidad...
―¿Te incomoda? ―ChaeYoung le sonrió con resignación―. Si quieres, no hablemos más de eso, Lisa.
―Es que... Mmm...
―Puedo darte más tiempo para que lo pienses ―ofreció ChaeYoung, comenzando a ordenar sus cosas―, no te preocupes por eso. Realmente estoy interesada en ti y RyuJin, mucho. O... podríamos salir, como amigas. ―se apresuró a aclarar.
Lisa lo pensó un instante, tratando de poner en una tabla los pros y los contras.
A ver, para comenzar: ChaeYoung era guapa, inteligente y se veía que todo una mujer elegante. RyuJin parecía adorarla. Lisa podía decir que se sentía algo atraída por ella –en el sentido más inocente de la palabra.
¿Y las cosas malas? ChaeYoung podía sólo quererla para un momento de diversión. Era mayor que ella y era su profesora. Estaba segura de que a la gente de la universidad no le haría gracia que ellas salieran. Hasta podría jugarle en contra para sacar su título.
―¿No es muy arriesgado? ―preguntó, recelosa.
ChaeYoung cerró su maletín.
―Somos amigas, ¿No es así? ―dijo la profesora, sonriendo irónicamente―. ¿Qué te parece salir con RyuJin, las tres? Si eso te hace sentir más protegida, no hay problema alguno, además que me gusta estar con la pequeña RyuJinnie.
Al ver que RyuJin parecía tan feliz con ChaeYoung, Lisa decidió confiar en el juicio de su pequeña.
―No hay problema ―dijo entonces, llamando la atención de la profesora―, podemos... Podemos tener una cita de amigas. ―añadió con vergüenza.
Pero eso pareció suficiente para la alfa, que sonrió ampliamente, mostrando sus dientes.
Lisa llegó a la conclusión, ese día, de que ChaeYoung era muy bonita.
Si me animo mas tarde publico otro cap, ns, hoy ando con gana de actualizar solo fluffy, jijijiji
¡Gracias por leer!
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