capitulo 2O.

Advertencias: chaelisa como pareja principal, cositas lindas y fluff.

***

Debido a ese encuentro, Lisa podía dar por arruinadas sus vacaciones.

Una vez regresaron a casa, se vio obligada a contarle la verdad a su mamá, y ella también pareció entrar en pánico. Fue mucho peor cuando llegó su padre del trabajo, que se enfureció un montón y empezó a maldecir a la familia de JiWon. RyuJin no era consciente de lo que ocurría a su alrededor, chupando un juguete con expresión curiosa.

—Vamos a contratar un abogado —decía Khun, paseándose de un lado hacia otro—. ¿Qué se creen esos idiotas? ¡No tienen ningún derecho!

WooYoung asentía con la cabeza, dándole la razón, pero Lisa seguía teniendo una expresión deprimida. Como adivinando sus pensamientos, ChaeYoung se sentó a su lado, agarrándole la mano.

—Él no podrá...

—Claro que podrá —dijo amargamente la muchacha—. Yo podría exigirle que pague la pensión que me debería y lo podría hacer sin ningún problema. Y si se compromete con las pensiones restantes, el juez entonces accedería... —Lisa se calló unos segundos y sus labios temblaron.

ChaeYoung se anticipó a lo que iba a ocurrir, porque la abrazó, y la omega se puso a llorar a lágrima viva. En ese momento, parecía haber procesado bien todo lo que había ocurrido, y sus emociones se encontraban a flote.

¿Qué es lo que iba a hacer Lisa si le quitaban a su RyuJin? Desde que la tuvo en brazos, por primera vez, que supo que la iba a proteger y cuidar todo lo posible, pero ahora, con lo que adujo la madre de JiWon sobre la custodia, el pánico y el terror se apoderó de ella. No era sólo por el hecho de que JiWon la trató tan mal y no se hizo cargo de sus acciones, sino que ella sabía que sólo era un capricho de la señora Kim y no de su hijo. Ella estaba segura de que JiWon no estaba un poco interesado en RyuJin, y por lo mismo, sería un padre terrible. Lo que menos quería Lisa era que su bebé pudiera pasarla mal con ese hombre.

—Bebé, bebé, tranquila... —consoló ChaeYoung, dejando que Lisa llorara en su hombro—. Te juro que no voy a permitir que te la quiten...

¡Mamiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii! —gritó RyuJin, antes de romper a llorar también, asustada por el estado de su madre—. ¡Buaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

WooYoung tomó a la bebé en brazos, comenzando a consolarla, y salió del living para que no sintiera todas las feromonas de pena a su alrededor. Khun fue donde su hija, acariciándole la espalda con suavidad.

—No vamos a permitir que te la quiten —corrigió el alfa—, ¡Antes tendrán que pasar por sobre nosotros para que te quiten a tu bebé!

—Te-Tengo tanto miedo... —sollozó Lisa, abrazando con fuerza a ChaeYoung—. ¿Y si... Y si le dan la custodia completa a él? —las lágrimas aumentaron ante la perspectiva.

—No, eso jamás —aseguró ChaeYoung, besándole la frente—. Te lo prometo, Lis, eso no va a ocurrir, ni siquiera en tus pesadillas.

Lisa se sentía tan mal que sus padres permitieron que durmiera con ChaeYoung esa noche, a pesar de que iban a estar apretadas. RyuJin pegó el grito al cielo cuando vio que no dormiría con ellas, y no tuvieron más que acomodarla entremedio de la pareja. La pobre bebé tenía los ojos rojitos y estaba acurrucada contra Lisa, chupando su dedo.

ChaeYoung empezó a liberar feromonas alfas de familia, tanto para calmar a la cachorrita como a su pareja.

—Lo siento mucho —se disculpó Lisa, sorbiendo por su nariz—, no quería...

—No tienes que pedir perdón, cariño —ChaeYoung le sonrió con cariño—, para eso estoy, ¿Bien? Soy tu novia.

—Y mi alfa. —agregó Lisa, un poco colorada por la vergüenza.

RyuJin, a su lado, bostezó y se pegó más a su mami. Parecía ya más relajada y tranquila, cómoda entre ambas, y la omega no podía creer en lo afortunada que era, a pesar de todo. Un año atrás, encontrarse con alguien como ChaeYoung era impensable, y mucho más que quisiera hacerse cargo de su hija también, adoptándola y queriéndola como si fuera suya. Es más: ella durante mucho tiempo pensó que jamás podría encontrar a alguien como ChaeYoung, y que estaría soltera durante años.

—Y tu alfa —aceptó ChaeYoung, acomodándose y dándole un beso suave en la frente—. Ahora, ¿Qué tal si dormimos? Debes estar muy cansada, bebé.

Abubububuaaa —barboteó RyuJin, afirmativa ante las palabras de ChaeYoung.

—Bueno, mis dos bebés —corrigió la mayor, besándole la frente también a la pequeña—. Mi linda y pequeñita cachorrita. —comenzó a arrullar, y RyuJin soltó unas risitas, feliz.

La tristeza de Lisa comenzó a pasar al ver a ChaeYoung interactuar con su hija, tan cómoda y sonriente, y se dijo que no debía asustarse. Su pareja era el padre de RyuJin, nadie más, y sabía que la mayor amaba a la pequeña, sin importarle nada más. ChaeYoung las iba a cuidar y proteger, porque era la alfa de la pequeña manada que ellas tenían.

—¿Quién es la regalona de papá? —seguía diciendo ChaeYoung, frotando su nariz contra el cabello de RyuJin y causándole más risas—. ¿Quién es la bonita princesa de papá?

—¡Yo, yo, yo! —gritaba RyuJin entre risas, ahora arrastrándose donde ChaeYoung para acurrucarse a su lado—. ¡Papi, papi, teqeyop!

ChaeYoung se rió ante el intento de hablar de RyuJin. Con el pasar de los días, la bebé estaba aprendiendo a pronunciar algunas nuevas palabras, y esa era la que decía como una forma de demostrar su amor.

—¿Y quién quiere que me la coma a besitos? —siguió arrullando la mayor.

—¡Yo, muack, muack! —chilló la menor, antes de reírse con más fuerza cuando ChaeYoung empezó a besarle la carita.

Ante esa visión, Lisa parecía a punto de llorar nuevamente, pero ahora de la felicidad y emoción. A pesar de que no era la primera vez que ChaeYoung jugaba con RyuJin así, sentía que en ese momento era bastante especial, porque daba a entender y aseguraba que ella estaba allí para ellas en todo momento.

RyuJin, poco después, cayó dormida, con la boca abierta y una expresión de completa alegría. Si bien la bebé estaba entremedio de ellas, eso no quitó que pudieran compartir ahora un beso un poco más íntimo.

—Te amo. —le dijo Lisa, sonriendo con tranquilidad.

—Y yo te amo a ti. —contestó ChaeYoung, sin dejar el cariño en su voz.

Apagaron la lámpara, ambas relajadas y queriendo olvidar ese desastroso día.

***

A pesar de todo, las siguientes semanas que se quedaron con los padres de Lisa no tuvieron algún inconveniente. Ni JiWon ni su madre, ni alguna otra persona, se pasaron por la casa, ni tampoco se los encontraron, por lo que la omega empezó a relajarse poco a poco.

Al inicio, no quiso salir mucho de casa, pero una vez se dio cuenta de que el peligro pareció pasar, decidieron ir a varios sitios, por último, para que ChaeYoung conociera la ciudad de Lisa.

—Mira, aquí fue donde parí a Ryu. —le dijo, apuntando a lo lejos el hospital central. RyuJin iba en el coche, llevando un nuevo peluche que encontró en el cuarto de Lisa, que era un patito chillón.

—Fue un parto normal, ¿O no? —preguntó ChaeYoung, empujando el coche.

—Claro —Lisa hizo un puchero—. No sabes cuánto dolió, ¡Hasta pensé en no tener nunca más hijos!

—¿De verdad? —ChaeYoung también hizo un puchero, provocando que Lisa se riera y la abrazara.

—¡Claro, pero eso fue hasta que te conocí! —animó la omega—. Más adelante, si todo sale bien, ¡Podríamos tener más cachorritos! Me encantan los niños, Rosie.

—Y a mí me encantas tú. —afirmó ChaeYoung, besándole en la boca con una sonrisa.

RyuJin presionó el patito, riéndose ante el ruido chillón que hizo.

¡Quak, quak, quak! —repitió la bebé, pateando por la emoción.

ChaeYoung le dio otro beso a Lisa antes de inclinarse donde RyuJin, haciéndole cosquillas en el vientre.

—¿Cómo hace el apto? —le preguntó, provocándole risas.

¡Quak, quak! —gritó RyuJin entre carcajadas.

Dos semanas después, decidieron que ya era momento de partir. Ahora irían a Daegu, a visitar a los padres de ChaeYoung, a pesar de que Lisa tenía muchas dudas sobre cómo la recibirían. No podía olvidar el hecho de que su novia provenía de una familia bastante tradicional y que, además, la habían comprometido con SeungJoo tanto tiempo atrás.

—¿Cuándo piensan volver? —preguntó su padre mientras acomodaban a RyuJin en su sillita.

—Primero debo calcularlo bien —se quejó Lisa, guardando su bolso en el maletero—, en mayo iniciaremos las clases, así que...

—Pero podrían ir a visitarnos —intervino ChaeYoung, entregándole el peluche de monito y patito a RyuJin—, mi departamento es grande.

Khun enarcó una ceja con lentitud.

—¿Están viviendo juntas? —preguntó.

WooYoung rodó los ojos, entregándole a Lisa un envase con galletitas que él hizo.

—Todavía no —aceptó ChaeYoung—, pero espero que, en un año como máximo, Lisa se mude a mi departamento.

—¿Lo estás diciendo frente a mis papás para ponerme presión? —bromeó la omega, abrazando a su mamá.

—Claro que no —ChaeYoung le pellizcó la mejilla—, pero para que lo vayas pensando.

—Vaya, ChaeYoung actúa como todo una sugar mommy contigo. —ironizó Khun, y Lisa se coloreó, gritando que no tenía vergüenza alguna.

Media hora después, estaban saliendo hacia Daegu. Lisa todavía iba refunfuñando por el comentario de su padre, y ChaeYoung no sabía por qué le picaba tanto, considerando que era una tonta broma.

—Pareces como mi sugar mommy. —dijo de pronto Lisa, luciendo algo apenada.

—¿Qué dices? —ChaeYoung sacudió su cabeza.

Lisa no contestó enseguida. Sabía que Khun lo hizo sin ninguna maldad, pero no quitaba que lo sintiera de alguna forma, razonando que ChaeYoung era, evidentemente, adinerada. Siempre consentía a Lisa y a RyuJin en todo, jamás les negaba algo, y parecía más que dispuesta a asumir todos los gastos que implicaba tener una bebé. A veces, cuando se veían, aparecía siempre con algún nuevo regalo para RyuJin, como un juguete o una prenda de ropa.

¿No era un poco aprovechado eso? Incluso ChaeYoung le dijo, varias veces, que si se veía en aprietos por el dinero, podía pedírselo a ella.

—No quiero que pienses que...

—No te estás aprovechando de mí —señaló ChaeYoung con firmeza, y pudo notar un poco de enfado en sus ojos—. No pienses jamás eso, ¿Bueno? Si yo gasto en ti, es porque yo quiero, no porque haya un trato entre nosotras de por medio. Y si quieres mudarte conmigo, soy más que feliz, Lis. Te lo estoy ofreciendo para que lo consideres en unos meses más, ya que me gusta estar contigo en todo momento. Además, pasas mucho tiempo en mi departamento también.

Lisa asintió, convenciéndose que ChaeYoung tenía razón en todas sus palabras. Sólo estaba pensando un par de tonterías producto de su alocada mente, nada más. Además, su pareja tenía razón: jamás hubo un trato de por medio, y tardaron varios meses en tener sexo. Y ChaeYoung tampoco se lo pedía cuando llevaba regalos o la consentía. Todo se daba muy natural entre ellas.

Se estiró y le dio un beso en la mejilla, viendo la sonrisa que puso.

El viaje duró cerca de cuatro horas, con todas las paradas que hicieron entremedio para comer e ir al baño. Para el momento en que llegaron a Daegu, RyuJin iba durmiendo y Lisa también se estaba quedando dormida, pero pareció reaccionar en el momento en que estaban en medio de la ciudad, yendo hacia la casa de los padres de ChaeYoung.

En ese trayecto, Lisa sacó un espejo para ver cómo lucía. Trató de quitarse el sueño de los ojos, se pellizcó un poco las mejillas para darse más color y quiso arreglarse el cabello, con un resultado para nada satisfactorio.

—Lili... —le dijo ChaeYoung—. Te ves bien así, amor.

Lisa no estaba convencida, y menos cuando ChaeYoung entró a un lugar que parecía bastante exclusivo, subiendo por calles con casas a los costados grandes y con altos muros de cemento. Se veían muy distintivos, y todo empeoró cuando ChaeYoung se detuvo frente a la última casa de un pasaje, la más grandiosa y con una enorme pared de hormigón para evitar la entrada de ladrones.

ChaeYoung se bajó, diciéndole que esperara en el interior, y fue hacia el timbre. Allí pareció hablar con alguien, porque de pronto, a un costado, la lata del estacionamiento se abrió, y Lisa pudo apreciar un auto ya estacionado, que parecía de último modelo. Ay, Dios.

Dentro del aparcamiento ya les esperaba una mujer vestida con ropa de trabajadora doméstica. Lisa fue hacia RyuJin, que seguía durmiendo, y le desabrochó de la silla, tomándola en brazos. Su cachorrita ni siquiera se inmutó, lo que era mejor para la omega.

—Joven Park, es un placer volver a verla. —dijo la criada, sonriendo con amabilidad.

—Hola, NanHee —saludó ChaeYoung, girándose para atraer a Lisa hacia su lado—. Te presento a Lisa, mi pareja, y RyuJin, nuestra cachorra.

Si le llamó la atención a la mujer, no hizo comentario alguno. La beta la saludó, sin dejar la amabilidad, antes de señalarles el interior de la casa.

—Sus padres la esperan, quieren verla ya. —dijo ella.

ChaeYoung le tomó la mano a Lisa, llevándola hacia el interior. Entraron a una enorme cocina iluminada, con algunas ollas puestas encima del horno y de las que salía un olor delicioso. La alfa la guio cuando salieron al pasillo, que en un costado poseía un enorme ventanal por el que se veía el enorme patio, y que por el otro lado, se veía la escalera que daba hacia el segundo piso.

Y fue cuando salieron al comedor unido a la sala de estar. Los padres de ChaeYoung estaban sentados en un sofá, conversando sobre algo, y se callaron cuando las vieron llegar.

—ChaeYoung, hija —fue lo primero que dijo su padre, un alfa alto y de cabello negro, que caminó con elegancia hacia ellas—, ya era hora, la cena está casi lista.

—Padre, hola. —saludó ChaeYoung con educación.

—¿Cómo fue el viaje? —intervino su madre, una omega de porte mediano, con el cabello rubio ceniza y ojos muy parecidos a los de ChaeYoung—. Pensamos que ya llegarían mañana.

—No hubo muchas complicaciones, pero tuvimos que hacer algunas paradas —contestó ChaeYoung, antes de darle un apretón en la mano a Lisa—. Les presento a Lisa Manoban, mi omega, y RyuJin, nuestra bebé.

Los ojos de los padres de ChaeYoung se posaron en ella, y la omega no pudo evitarlo, pero se sintió juzgada de inmediato.

—Bu-Buenas tardes —chilló, y su voz salió más aguda de lo que hubiera querido—, es... Es un gusto conocerlos...

—También... Es un gusto —dijo la madre de ChaeYoung—. No sabíamos que tenías una bebé.

La mirada de Lisa se disparó hacia su pareja, que desvió la vista con cierta vergüenza. ¿Cómo? ¿Qué? ¿Cómo que no les había dicho? ¡¿Cómo que no les dijo?!

—Quería presentárselas ahora, todo de una. —se excusó ChaeYoung, y su voz tembló un poco.

—¿Ya le diste tu apellido? —preguntó el padre de ChaeYoung, luciendo bastante preocupado.

—Papá...

—¿O sea, no son tan oficiales? —inquirió la mujer.

—Mamá...

—ChaeYoung ya me marcó. —dijo Lisa, un poco débil y fuera de sí por todas las preguntas, y más aún porque ChaeYoung ya no se veía tan segura.

—¡¿Marcada?! —chilló la omega, y con su grito, RyuJin despertó.

Maaaaaaaaaaaaaaa —barboteó, revolviéndose, y fue cuando se dio cuenta de que estaba frente a desconocidos—. ¿Mami?

Oh, oh —murmuró Lisa—, saluda, Ryu, e-ellos son...

—¿Sus abuelos? —aventuró el padre de ChaeYoung.

¿Bubos? —trató de repetir RyuJin—. ¿Y babas?

La bebé comenzó a revolverse en brazos de Lisa, pero la omega no quería dejarla ir. Estaba empezando a sentir mucho miedo en esa situación, y más por las expresiones de los padres de ChaeYoung. Su pareja, por otro lado, parecía no saber dónde meterse.

Sin embargo, RyuJin insistió y estuvo a punto de ponerse a gritar, así que Lisa la dejó con cuidado en el suelo. Su cachorrita la agarró del pantalón, antes de tambalearse hacia los padres de la alfa, que parecían pegados en el suelo, con sus bocas abiertas. Si la situación no hubiera sido tan extraña, Lisa estaba seguro de que se habría puesto a reír.

RyuJin casi se cayó, pero alcanzó a sostenerse del pantalón del padre alfa. Levantó su mirada con curiosidad.

¿Bubo? —farfulló, desconcertada—. ¡Bubo!

Eh, sí —tartamudeó el padre de ChaeYoung—, abuelo.

¡Bubooooooooooo! —gritó RyuJin, extendiendo sus bracitos hacia el adulto.

—Pe-Perdón —saltó Lisa, empezando a colapsar—, pero ella es muy confianzuda y le gusta estar en brazos, no es necesario que usted...

Su voz se cortó cuando vio al padre de ChaeYoung inclinarse y tomar en brazos a RyuJin, que no dudó en abrazarlo por el cuello, pegándosele como una lapa. Tal vez se debía al olor que soltaba el hombre, quizás era muy parecido al de ChaeYoung, y eso...

¡Bubo, bubo! —chilló RyuJin, antes de voltearse hacia la mujer—. ¡Bubaaaa!

—¡Pero que cachorrita tan linda es! —exclamó la madre de ChaeYoung, y de pronto, los dos adultos parecieron derretirse ante la bebé.

Lisa no tenía idea de qué mierda estaba pasando. Por la cara de ChaeYoung, adivinó que tampoco sabía de qué se trataba todo eso.

Al parecer, RyuJin era todo lo que necesitaba para ganarse a los padres de la alfa. Ay, qué ironía.

***

los capítulos que vienen son un sube y baja de emociones bn cañón pero dios los amo muchoooo TOT

¡Gracias por leer!


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