capitulo 21.

Advertencias: chaelisa como pareja principal, cositas lindas y fluff.

***

Los padres de ChaeYoung se ensimismaron en RyuJin, que estaba más que complacida con toda la atención recibida. Lisa no podía creer cómo su cachorra se ganaba a todo el mundo sólo con una mirada de aquellos ojos grandes y brillantes.

—Esto nunca había pasado. —le susurró ChaeYoung, llamando su atención.

Lisa la miró con el ceño fruncido, tratando de ocultar su molestia.

—Tú no me hables —le dijo entre dientes—, estoy muy enfadada contigo.

No podía creer que ChaeYoung no les hubiera contado a sus padres acerca de RyuJin, ¡Eso era una tontería! ¿Cómo se le ocurría que estaría bien? Le hacía sentir cómo si se avergonzara de que su novia, más joven que ella, tuviera una hija. Lisa estaba más que herida con lo que hizo.

ChaeYoung la observó con arrepentimiento.

—Cariño...

—Chaeng, ¿Todavía tienes tus juguetes de niña? —preguntó la madre de la alfa, sosteniendo a RyuJin, que a su vez presionaba en un apretado abrazo un peluche de ardillita que le consiguieron—. ¡Es una ricura de bebé!

—Se parece a ti cuando eras una cachorrita. —añadió su padre, orgulloso.

¡Bubuuuuu! —gritó RyuJin, queriendo la atención de vuelta en ella—. ¡La Chi!

El padre de ChaeYoung, todo encantado y sin importarle nada más, comenzó a imitar el ruido de una ardilla mientras le hacía cosquillas a RyuJin, que empezó a reír de forma escandalosa.

En ese instante, la ama de llaves, NanHee, apareció con una expresión suave, anunciando que la comida ya estaba lista. Añadió que le preparó una porción de pollo con vegetales a RyuJin para que comiera, y Lisa le dio las gracias. Ni siquiera pudo tomar en brazos a la pequeña, porque la madre de ChaeYoung ya la tenía agarrada.

Oh, discúlpanos, cariño —se apresuró en decir la mujer hacia Lisa, sonriendo con algo de vergüenza—, se nos olvidó presentarnos correctamente. Debido a todas estas sorpresas, te imaginarás...

—No se preocupe, señora Park —dijo la omega, tímida—. Soy Lalisa Manoban, y mi cachorrita es Manoban RyuJin.

—Un placer tenerlas en nuestra casa —contestó el padre de ChaeYoung—. Mi nombre es Park JiYong, y mi esposa es Sandara Park. Como ella dijo, perdónanos por nuestra poca discreción, pero estamos felices de tenerte aquí. ChaeYoung llevaba mucho tiempo sin presentarnos a nadie y ya nos estábamos preocupando.

—Papá... —suspiró ChaeYoung, sentándose en la mesa—, ¿Van a comenzar a avergonzarme?

—Por supuesto —bufó Sandara—, es lo mínimo por habernos ocultado esto, ¿Qué pensabas con decirnos de la no existencia de RyuJin?

Al menos Lisa no era la única indignada por eso. No le iba a perdonar tan fácil eso, ¡Iba a tener que hacer méritos por su estupidez!

NanHee apareció, sirviendo la comida y la madre de ChaeYoung no dudó en empezar a darle de comer a RyuJin, que se veía llena de felicidad.

—Fue un error, sí —suspiró la alfa—, pero es que no sabía cómo tocar el tema sin que ustedes enloquecieran. Además —siguió defendiéndose—, supongo que sabían que SeungJoo quería volver conmigo. Él me dijo que conversó con ustedes y no tuvieron problemas en que él me buscara.

Ay, Santo Dios. Ahora Lisa se molestó más ante la mención de esa víbora, ¡Qué descaro más grande! La próxima vez que lo viera, lo agarraría de las greñas, para que le quedara claro que ChaeYoung era su mujer.

—Pensamos que lo que tenías con Lisa no era tan serio —señaló su padre, antes de mirar a la omega—, sin desmeritarte, por supuesto. Es sólo que no sabíamos qué intenciones tienen una con la otra, además de que tampoco sabíamos que ya te había marcado.

Lisa sentía que toda esa visita empezó con el pie izquierdo. ¿Acaso los padres de ChaeYoung todavía querían que la alfa y SeungJoo estuvieran juntos? Le daba pánico que ellos nunca la quisieran dentro de su familia.

—Pero ahora que vemos esto, ¡No hay nada de lo que preocuparnos! —dijo Sandara, entusiasmada—. ¿Tienen planeada una fecha próxima para la boda?

En ese momento, la menor se atragantó con la bebida que estaba bebiendo. RyuJin estalló en risas nuevas al ver los gestos de su mamá. ChaeYoung le golpeó la espalda con suavidad y NanHee no tardó en entrar al comedor con un vaso de agua. Esa mujer parecía ser multifuncional.

—Lo siento —barboteó Lisa, tosiendo entrecortadamente—, perdón...

—¡Mami cof cof! —chilló RyuJin, antes de que Sandara la alimentara—. ¡Yummy!

—Mamá... —ChaeYoung se veía muy nerviosa—, con Lisa todavía no hemos hablado de una boda.

—¿Cómo? —ahora su padre habló, atónito—. Pero si está marcada, ¡Están ya casi casados!

ChaeYoung le había advertido que provenía de una familia tradicional, ¡Aunque no creía que tanto! Un matrimonio, cuando no llevaban más de un año de conocerse...

Sin embargo, algo de razón tenían: en el cuello de Lisa relucía la marca que ChaeYoung le hizo, una clara muestra del enlace que compartían ambas. Una marca podía considerarse casi tan serio como un matrimonio, después de todo, era difícil de romper.

Sin poder evitarlo, sintió un poco de rubor en sus mejillas. ¿Un matrimonio? Ya lo pensó antes, pero ahora, era algo más serio, no una simple fantasía de adolescente enamorada. A Lisa le gustaría tener una boda.

—Es una decisión que tomaremos con Lili a su debido tiempo —insistió ChaeYoung—, pero por ahora, no lo hemos conversado.

Afortunadamente, sus padres parecieron no querer insistir más, y la cena transcurrió sin grandes novedades. Lisa les contó a los adultos a qué se dedicaba mientras RyuJin se ponía a corretear bajo la mesa, empujando dos autitos viejos, de carrera, que NanHee llevó. No obstante, pronto fue donde Lisa, con la carita llena de sueño y pidiendo que la tomara en brazos. Ese fue el momento para decidir dejar la conversación hasta allí y seguir al día siguiente.

La ama de llaves las llevó hacia la habitación de ChaeYoung, amplia y con una cama de dos plazas. Lisa pensó que la harían dormir en la pieza de invitados, pero adivinó que, al ver la marca que llevaba, los padres de ChaeYoung ya debían considerarla prácticamente su esposa. Qué extraño se le hacía, pensó, al compararlo con la casa de sus padres y las tradiciones distintas que poseían.

Desvistió a RyuJin y le cambió el pañal. La bebé ya estaba medio dormida a esas alturas cuando ChaeYoung apareció, pues se quedó hablando un par de cosas más con sus padres.

—Bebé...

—Sigo enfadada contigo. —dijo la omega, sin mirarla y concentrada en ponerle el pijama a su cachorrita.

—Lo sé, mi amor —suspiró ChaeYoung, cerrando la puerta y desabrochándose la camisa—, y tienes todo el derecho. Es sólo que... Ya lo has visto, mis padres son muy a la antigua e imaginaba que contarles de RyuJin no les haría mucha gracia, no por teléfono.

—Sí, pero aun así tuviste qué hacerlo —replicó Lisa, acostando a RyuJin, que las ignoró y cerró los ojos para dormir—, no sabes la humillación y pena que sentí, como si mi cachorrita te avergonzara.

—Bebé, no es así —insistió la alfa, yendo donde la menor, pero siguió ignorándola, poniéndose el pijama—, Lils, por favor...

ChaeYoung la abrazó por la cintura, presionando su cabeza contra la espalda de Lisa, que continuó sin mirarla. Permanecieron así unos largos y dolorosos minutos, en los que ninguna dijo nada, hasta que mantener la posición resultó imposible e incómoda. Aun así, la omega seguía molesta.

—Fue cómo si no te avergonzaras sólo de RyuJin, sino también de mí. —insistió Lisa, revolviéndose en el abrazo, pero ChaeYoung no la soltó.

—Jamás pienses eso —la alfa le besó la piel del cuello, enviando un escalofrío por su espina dorsal—, ¿Cómo me avergonzarías, cariño?

—¡No sé! —Lisa bajó la voz—. ¿Tal vez de que tu novia es una extranjera? ¿Que ademas fue una adolescente idiota que se metió con el primer idiota que encontró y quedó embarazada? Es suficiente motivo para...

Su voz se cortó al sentir nuevos besos en su cuello, provocando que ahora sólo balbuceara un par de reclamos inentendibles.

—Ninguna parte de ti me avergüenza —susurró ChaeYoung sin dejar de besarle—, y RyuJin es también mi cachorrita. Lo lamento demasiado, bebé, te lo prometo. No sé qué se me pasó por la cabeza para mantenerlo oculto, pero espero que puedas perdonarme.

—Tendrás que hacer mérito para eso. —farfulló Lisa.

—Y creo que lo tengo —la alfa bajó más la voz, para que sólo su pareja escuchara—, ¿Te parece si el viernes dejamos a RyuJin con mis padres y nosotras nos escapamos en la noche? Hay un sitio muy bonito al que quiero llevarte...

—¡Cochina! —protestó Lisa.

—¿Eso es un no?

—¡Jamás dije eso!

ChaeYoung soltó una risa baja, con la omega moviéndose en sus brazos y volteándose para ahora besarla en la boca. Estuvieron en eso unos largos minutos, sonriéndose mutuamente y murmurándose "te amo" de forma constante, hasta que escucharon los berreos de RyuJin.

¿On'a mami? —lloriqueó—. ¿On'a mami?

Ambas suspiraron antes de detenerse. Lisa, ya en pijama, fue hacia la cama mientras ChaeYoung seguía cambiándose, y pronto estaban las tres acostadas. RyuJin, a pesar de que pidió a su mamá, terminó acurrucándose contra ChaeYoung, feliz de su aroma rodeándola.

—Será omega. —murmuró Lisa, medio dormida, segundos después.

¿Mmm? —ChaeYoung le besó la frente—. ¿Eso piensas?

—Claro que sí —la menor sonrió—, jamás la vi tan mimosa por otro alfa, como JooHyun o mi papá. Te mira a ti como alfa de nuestra manada. Le encanta tu aroma.

Mis dos bonitas omegas —ChaeYoung también le sonrió—, las voy a proteger como sea. Ustedes, ahora, son mi hogar.

Lisa no podía creer que siguiera enamorándose más de su novia, pero ahí iba y le decía esas cosas que volvían cálido a su corazón. Demasiado cálido y lleno de amor por ChaeYoung.

***

Lisa sabía que la misión de los abuelos no era nada más y nada menos que mimar a sus nietos. Al fin y al cabo, lo vivía en primera mano con sus padres, que consentían mucho a RyuJin, hasta el punto de que la omega tuvo que hablar con ellos para que no la malcriaran demasiado. Lisa estaba iniciando, lo que sería, el proceso de no-mimar-tanto a su hija, pero si era honesta, necesitaba ayuda de todas partes.

Por eso mismo, fue un desbalance tremendo el ver cómo los padres de ChaeYoung se dedicaron a consentir a su nieta. Es decir, claro que le hacía feliz que no hubieran reaccionado rechazándola, sin embargo, nunca se preparó para ese escenario.

Al día siguiente de su llegada, se dieron cuenta de que los juguetes de ChaeYoung, cuando niña, no estaban. La ama de llaves les recordó que los regalaron años atrás, por lo mismo, los nuevos abuelos no dudaron en decidir ir a comprar algunos juguetes nuevos, a pesar de las protestas de Lisa de que no era necesario. El nuevo juguete favorito de RyuJin eran ahora unos cubos de construcción del tamaño de un libro, por lo tanto, eran ideales para que no se los metiera a la boca y atragantara con ellos.

Pero eso no fue todo: dos días después, Sandara dijo que quería comprarle ropa a la cachorrita, pues se dio cuenta de que estaba creciendo muy rápido y ya su ropita le estaba quedando pequeña. Lisa pensaba gastar lo justo y necesario, pues las prendas para bebé eran muy caras, pero casi se desmayó al ver todo lo que le compró su suegra; desde zapatillas, hasta calzoncillos y algunos gorros, para que tuviera durante toda la época del año.

Esa noche, Lisa tuvo una conversación muy seria con ChaeYoung.

—La están mimando demasiado —le susurró, pues no quería que los abuelos de RyuJin escucharan eso—, ChaeYoung, mira todo lo que le compró. Pensé que Ryu se aburriría, pero con cada nueva prenda que ella le ponía, se animaba más y más.

ChaeYoung suspiró, viéndose un poco incómoda y fuera de lugar.

—Cariño, no lo hacen con malas intenciones —le dijo la alfa, queriendo calmarla—, no pasará nada malo con que la consientan unos días.

—No se trata de que no lo hagan —insistió Lisa—, pero deben moderarlo. Sabes que no quiero malcriarla demasiado, ya la tengo muy consentida, y ahora esto...

—Tranquila —insistió ChaeYoung, antes de frotar el puente de su nariz—, mira, es que mis padres siempre han estado muy ilusionados con ser abuelos, ¿Bien? Es decir... —se removió en su sitio—. Unos años después de que yo nací y cuando querían tener otro hijo, mamá tuvo un aborto y descubrieron que tenía cáncer de útero, ¿Vale? Y tuvo que someterse a quimioterapias y una operación y quedó infértil, mis padres quedaron muy afectados por todo eso.

—Rosie... —Lisa hizo una mueca de dolor, apenada.

—No es como si ellos me presionaran a ser padre o algo así, pero sé que ansiaban mucho otro niño en la familia —continuó ChaeYoung—. Por eso mismo, me comprometieron con SeungJoo, esperando que nos casáramos y así tener un hijo, quizás a los veinticinco. Sé que puede sonar un poco obsesivo, aunque cuando terminé con él, lo entendieron a pesar de todo y no se enfadaron conmigo.

Lisa permaneció un momento en silencio, cómo tratando de comprender todo lo que le estaba diciendo ChaeYoung. Y, de pronto, una chispa se encendió en su mente.

—Por eso no les dijiste de RyuJin. —dijo, parpadeando.

ChaeYoung desvió la vista, en una clara señal de afirmación.

—Temía que ellos... Quisieran conocerla enseguida —dijo, tímida—, que aceleraran las cosas entre nosotras. No quería que se metieran en nuestra relación. O que tú también te sintieras abrumada por eso.

La Tailandesa sonrió con debilidad, como si no pudiera creer bien lo que le estaba diciendo ChaeYoung. No es como si lo comentara en voz alta, pero había notado que el aroma de los padres de ChaeYoung parecía mucho más fuerte cuando estaban con RyuJin, como si sus emociones se intensificaran.

—Está bien —dijo, abrazando a la alfa—, voy a controlarme, Rosie. Aun así, ¿Puedes decirles que no es necesario que le den tantos regalos? Explicarles que la tengo muy malcriada y no quiero que crezca como una niña consentida.

—Lo haré, te lo prometo —Lisa le besó la mejilla—, pero ¿Sigue de pie nuestra salida del viernes?

—Eso no se pregunta, tontita.

ChaeYoung se rió.

Los días siguieron pasando con relativa calma. Para fortuna de la omega, ChaeYoung pareció intervenir y lo que fuera que le haya dicho a sus padres, sirvió para que no le compraran tantas cosas a su bebé que, al menos, todavía no se había acostumbrado a recibir tantas cosas.

Aprovechando el sol de primavera, decidieron probar la piscina que estaba en el patio trasero. RyuJin se aventuró a chapotear en la escalera, con el agua hasta su vientre y riendo al ver a sus padres y abuelos nadar. Se veía más que feliz, disfrutando plenamente de todas las atenciones recibidas.

ChaeYoung y Lisa también aprovecharon esos días. Cuando llegó el viernes en la noche, besaron a RyuJin en sus mejillas, que jugaba con sus bloques a hacer una muralla para derribarla, y le agradecieron a los Park por cuidar de la cachorrita.

La alfa condujo por la ciudad de Daegu, llevando a Lisa hacia fuera, y la menor enarcó una ceja al mirar el lugar.

—¿Un motel? —le dijo, coqueto.

—El mejor de la ciudad —ChaeYoung se estiró a darle un beso—, la mejor suite para nosotras, cariño.

—Al parecer, RyuJin no es a la única que malcrían los Park. —bromeó la omega, entusiasmada.

La cabaña que poseían era más que grande, con una cama amplia, limpia y pulcra, ya con una cubeta con hielo y champagne junto con dos copas. Además, poseía un jacuzzi lleno de burbujas y dos batas blancas.

—Profesora Park, ¿A dónde me trajo? —jugueteó Lisa, abrazando a ChaeYoung por el cuello una vez estuvieron en el jacuzzi, con las dos desnudas—. ¿Suele traer a sus estudiantes reprobados aquí, Señora?

—¿Qué es esto? —la alfa la agarró por la cintura—. ¿Me quieres sacar de mis casillas, Lils?

—¡Qué aburrida eres! —se quejó la omega—. ¿No puedes meterte en tu papel unos segundos?

—¿Y qué pretendes? —ChaeYoung comenzó a reírse, descontrolada—. ¿Qué te ponga en mi regazo y te azote el culo hasta que llores? ¡No pongas esa cara, cochina!

Lisa tuvo que suplicarlo, pero lo consiguió. Y después, con las nalgas enrojecidas y las piernas abiertas, movía sus caderas mientras rebotaba en la polla de la alfa, que gruñía salvajemente.

—Alfa, alfa... —gemía la omega, temblorosa y sintiendo el pene golpeando en su punto g.

—Mierda, bebé —gruñó la mayor, azotándole el trasero una vez más. Pudo sentir cómo se humedecía ante lo realizado—, tan mojadita por mí, mi pequeña cosita sucia...

ChaeYoung se estiró y la besó en los labios, sucia y lascivamente, con Lisa jadeando contra su boca. Sin pensarlo demasiado, la alfa llevó su mano hacia el pecho izquierdo de su amante, frotando el pezón unos segundos antes de apretar y oyendo el chillido que soltó.

—¡No! ¡A-Aprovechada...! —gimió Lisa, pero su voz se cortó por las nuevas embestidas.

—¿Qué pasa, cariño? —ChaeYoung lamió su cuello, volviendo a apretarle los pezones. Nuevas gotitas de leche se filtraron hacia el exterior—. ¿No te gusta que alfa toque tus bonitas tetitas?

—¡Ro... Roooooooooosé!

—Estas tetitas que son sólo mías y de nadie más —la mayor se inclinó, ahora atrapando el pezón con sus labios y chupando. Lisa se arqueó, temblando y gritando por el potente orgasmo que la recorrió de manera sorpresiva. Su coño se apretó alrededor de la polla de ChaeYoung—, sólo mías, no de RyuJin.

Lisa estalló en risas entrecortadas antes de soltar un ruidito bajo, como un maullido, cuando el esperma comenzó a llenarla. ChaeYoung soltó su pezón antes de ir hacia su cuello y morder en la marca, con el nudo formándose en su interior.

—Rosie... —suspiró Lisa, acariciando la nuca de la alfa.

—¿Sí, cariño?

—Te amo mucho.

—Yo también te amo, bebé.

—¿Nos vamos a casar más adelante?

—Si tú lo quieres —la alfa lamió su marca—. Y si no lo quieres, pues no pasa nada.

—¡Claro que quiero! —Lisa tenía ojos soñadores, fuera de sí—. Una bonita boda, ¡Quiero formar una familia contigo!

ChaeYoung soltó unas risas amorosas ante el entusiasmo de la menor. Se enderezó, pero sin salirse de su interior, y la besó en la boca.

—Ya somos una familia. —le aseguró.

—Una familia más grande. —insistió Lisa.

—¿Qué tal con diez cachorros? —bromeó ChaeYoung—. Así, tus tetas tendrán siempre leche para mí.

—¡ERES UNA COCHINA, CHAEYOUNG!

La alfa volvió a las risas fuertes, dispuesta a todo lo que Lisa quisiera hacer con ella.

***

¡Gracias por leer!

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