capitulo 11.
Advertencias: chaelisa como pareja principal, cositas lindas y fluff.
***
Lisa arrugó el ceño al olisquear el aroma de Jennie, que la ignoraba olímpicamente. Incluso JooHyun tenía una expresión de desconcierto en su cara, algo novedoso para las dos omegas.
—¿Hueles a alfa? —preguntó Lisa.
—Alucinas. —dijo Jen, tomando en brazos a RyuJin.
—¡Yo también lo huelo! —bufó JooHyun—. Estás pasada a alfa, Jen, ¡¿Con quién te revolcaste?!
—¡Baaaaaaaaaaaaaaah! —chilló RyuJin, mordiendo su pobre y destrozado peluche de mono.
—No me he revolcado con nadie —protestó Jennie—. La suelta aquí siempre has sido tú.
JooHyun puso ahora una cara de ofendida, aunque se notaba enseguida que no se lo estaba tomando en serio. Lisa trató de contener la risa, a pesar de que la curiosidad la estaba carcomiendo por dentro.
—Pero Jennie...
—¡No les diré nada! —Jennie comenzó a peinarle el cabello a RyuJin—. No hasta saber si es algo serio. No quiero ilusionarme ni ilusionarlas.
Las dos decidieron no insistir más en el tema, porque no querían que su amiga la pasara mal con tantas preguntas o, como decía ella, emocionarse con un alfa que quizás le dejaría debido a su problema. A pesar de no estarlo demostrando mucho, parecía un poco feliz en ese instante, y no querían arruinar esa felicidad.
JooHyun, especialmente, era la que más se preocupaba por las dos debido a su naturaleza alfa. Muy bien podía estar prometida con SooYoung, a quien amaba mucho, pero eso no quitaba que quisiera proteger a las omegas.
—Bueno, ¡Hablando de otro tema! —dijo Lisa, sirviéndoles un poco de jugo a cada una—. ¿Pueden creer que un profesor me puso un examen para el sábado? ¡Un sábado! Todos nos quejamos, pero el desgraciado dijo que no estaba disponible otro día.
Como ya era costumbre, las tres se juntaron una vez al mes para ponerse al día de todos los temas. Esta vez fue un miércoles a principios de diciembre, con el invierno ya llegando al país y un frío enorme. A Lisa no le gustaba demasiado dicha estación, pero se dio cuenta una semana atrás, cuando ChaeYoung se quedó a dormir allí, de lo calentito que era la alfa. Podía abrazarla toda la noche, sin recibir queja alguna, y le gustaba demasiado eso.
—¿No irás a trabajar entonces? —preguntó JooHyun, recogiéndole un auto de juguete a RyuJin, que lo recibió feliz.
—No creo —suspiró Lisa—. Le pregunté a Mashiho si podía cuidarla, pero me ha dicho que tiene un compromiso familiar. Así que Jen...
—Oh —la aludida sonrió con algo de culpabilidad—. Lo siento, Lili, tampoco puedo. Iré a una cita con-... —se calló antes de continuar, enrojeciendo.
—¿En la mañana? —JooHyun enarcó una ceja—. ¿O acaso pasarás la noche del viernes con ese alfa?
—¡Qué pesada eres! —se quejó Jennie.
—¡Tota! —afirmó RyuJin, chupando el auto.
—Mataré a tu bebé. —suspiró JooHyun.
—Mmm... —Lisa lució algo desanimada ante la negativa de Jennie, girándose hacia JooHyun—. Podría llevarla al café, luego la voy a retirar —sugirió, algo insegura.
—Pero ¿Por qué no se lo pides a ChaeYoung? —preguntó JooHyun, frunciendo el ceño—. ¿Acaso RyuJin no cree que es su papá?
—¡Papa! —RyuJin agitó su cabeza hacia todos lados, como buscando a ChaeYoung con su mirada. Al no encontrarla, devolvió sus ojos a Lisa—. ¿Papa?
—Está ocupada —le explicó Lisa, sonriéndole—, poniéndole malas notas a otros cursos y siendo una profesora malvada, bebé. Más tarde pasará a vernos.
—¡Jijiji! —RyuJin se rió, feliz.
Jennie comenzó a arrullarla, haciéndola reír con más fuerzas, y Lisa lo aprovechó para pensarlo un poco. La verdad es que sí se le ocurrió preguntarle a ChaeYoung, aunque ¿Eso no sería aprovecharse un poco? ¿Y qué tal si ChaeYoung estaba ocupada? ¿O le decía que no, porque no quería quedarse a solas con RyuJin? Una cosa era aceptar a la bebé si Lisa estaba alrededor. Otra completamente distinta era dejarla a cargo de ella.
A pesar de sus constantes demostraciones, Lisa temía un poco que ChaeYoung realmente no quisiera mucho a RyuJin y sólo la aceptaba porque no le quedaba de otra. Sabía que era un pensamiento sin sentido, se notaba que ChaeYoung quería a su cachorrita, pero eso no quitaba que, a veces, la idea apareciera en su cabeza.
—¿No sería excederse? —preguntó Lisa.
—¡Qué dices! —respondió Jennie—. Es bueno que tenga un tiempo de padre-hija con RyuJin. Es decir, si te estás proyectando con ella...
—En un abrir y cerrar de ojos las verás casadas. —agregó JooHyun con sabiduría.
—¿Puedo ser la madrina? —preguntó Jen.
Lisa comenzó a quejarse, aunque una sonrisa leve pintó sus labios ante lo que estaba diciendo JooHyun. Vale, sí, era muy apresurada y, quizás, algo loco pensar en una boda como tal, pero sería lindo. De sólo imaginarse a ella frente a un altar, sosteniendo las manos de ChaeYoung, con todo un futuro por delante... Lisa se sentía derretir ante esa perspectiva.
Sin embargo, eso no se los iba a decir a sus amigas, porque de seguro iban a burlarse. Para su fortuna, cambiaron de tema cuando RyuJin comenzó a chillar.
Horas más tarde, cuando JooHyun y Jennie se habían marchado, ChaeYoung apareció en su departamento con una expresión agotada y cansada. Lisa no tardó en abrazarla, ambas acurrucándose en el sofá para empezar a darse mimos mientras RyuJin pintaba con sus crayones.
ChaeYoung se la pasaba dándole besitos en la boca, diciendo que eso era suficiente para darle energía. A Lisa le causaba mucha risa, pero no escatimaba en besar a ChaeYoung.
—Oye, a todo esto... —le dijo, sintiendo los labios en su cuello—, ¿El sábado estarás ocupada?
—¿Para ti? Siempre tengo tiempo. —murmuró ChaeYoung.
Lisa se carcajeó, sin alejarse un poco.
—No, ¡No me refiero a eso! —ChaeYoung levantó la vista, con el cabello desordenado y los ojos brillantes—. Mira, es que tengo un examen que el profesor Huh nos ha puesto, ¿Puedes creerlo?
—Dile que se vaya a la mierda.
—¡ChaeYoung! —Lisa volvió a reírse, feliz—. Estoy un poco complicada con Jinnie, Mashiho y Jenno pueden, y me da un poco de nervios llevarla con JooHyun a la cafetería, ¡Podrían pasar un montón de cosas! De sólo pensarlo...
—Lili —ChaeYoung la interrumpió—, ¿Quieres que la cuide yo?
La omega pestañeó repetidas veces, viendo el rostro tranquilo de ChaeYoung frente a ella. La mayor no parecía acomplejada o nerviosa con la pregunta, y eso sirvió para relajarla un poco.
—¿Podrías? —le preguntó con timidez—. El examen es de diez a doce, estaría aquí como a la una de la tarde y podríamos...
—Mmm —murmuró ChaeYoung, volviendo a darle besos—. ¿Y qué tal esto? Llévala a mi departamento, almorzamos juntas y te quedas allí hasta el domingo.
Lisa suspiró con placer gracias a la boca de ChaeYoung haciendo maravillas en la piel de su cuello, pero trató de concentrarse en la idea que le dio la alfa. Hasta ese momento, Lisa no fue al departamento de ChaeYoung, y que se lo propusiera le puso un poco de los nervios, a pesar de que también le emocionó. En especial eso de pasar la noche con ella.
A ver, Lisa no pensaba que ellas fueran a tener sexo o algo así. No estaba desesperada por eso, especialmente porque la dejaría marcada en su aroma por semanas, y sus compañeros podrían notar algo. Si ellas iban a acostarse, sería cuando Lisa terminara el curso con ChaeYoung. Sin embargo, le gustaba acostarse al lado de ChaeYoung, abrazarla y dejarse abrazar. Especialmente, recibir un montón de mimos por parte de ella.
—Si no quieres, igual podemos...
—Está bien —aceptó Lisa, dándole un nuevo beso en la boca—, me parece una gran idea, es el último examen que me queda y podemos relajarnos bien.
ChaeYoung le sonrió, olisqueando el suave aroma de Lisa. Por Dios, quería tanto...
—¡Papa!
Las dos se sobresaltaron al escuchar el grito de RyuJin. La niña estaba luchando por ponerse de pie, queriendo también unos abrazos por parte de sus padres, y no tardaron en arrullarla.
—Vas a pasar unas horitas con papá, ¡¿No es eso genial, RyuJinie?! —dijo Lisa, contenta.
—¡Sí, papa, sí! —tartamudeó la bebé, riéndose.
Más tarde las adultos continuarían con sus cariños.
***
El sábado fue un poco caótico para Lisa: se levantó temprano para arreglar el bolso, con sus cosas y las de Ryu, tratando de llevar todo lo necesario para esa noche fuera de su hogar.
Era la primera vez que iba a hacer algo así. Es decir, cuando iba a ver a sus padres lo hacía por más días, y tenía muchas cosas en casa de ellos, así que no se preocupaba demasiado por eso. Ahora, sin embargo, se debatió mucho sobre lo que necesitaría y lo que no para la noche. No se molestó en despertar a Ryu, que dormía como una roca y que tampoco se movió cuando la abrigó y tomó en brazos. Una vez lista, se apresuró en salir, subiéndose al auto de ChaeYoung, que pasó a buscarla.
—RyuJin se despertará pasadas las diez —le dijo, mientras ChaeYoung conducía hacia el conjunto departamental en el que vivía—, guardé varias papillas en el bolso, puedes darle una para alimentarla, y también dejé un biberón lleno de leche, por si se pone muy malcriada. Eso siempre sirve para calmarla.
—Sí, Lili...
—Recuerda cambiarle los pañales también —continuó cuando se estacionaron, con Lisa bajando a la bebé mientras ChaeYoung cargaba el bolso—, le eché su monito favorito de peluche, así que puedes dárselo, no importa si lo golpea o lo babea.
—Está bien, amor...
—Llámame en caso de cualquier emergencia —agregó Lisa una vez estuvieron dentro del departamento—. ¡Woah, qué lindo! Pero como te decía, ¡Sólo llámame! RyuJin siempre va primero y el examen después.
—¿Y yo? —cuestionó ChaeYoung.
—Tú estás entremedio —Lisa se rió, acostando a RyuJin sobre la cama de ChaeYoung—. Pásame su mantita, por favor, la dejaré impregnado en mi aroma —la alfa le pasó la manta celeste, con un mono bordado en una esquina—. RyuJin debería portarse bien, siempre está muy feliz contigo —la chica miró la hora—. ¡Oh, debo irme, voy justa! —se inclinó a darle un beso en la boca a ChaeYoung, feliz—. Te quiero.
—Yo también te quiero.
Lisa se marchó con rapidez, así que ChaeYoung decidió ponerse a limpiar los platos de la noche anterior. Si bien ella no era partidario de levantarse temprano los fines de semana, no iba a negarle ningún pequeño favor a su linda omega, así que no le molestó demasiado cuidar de la pequeña cachorra. Además, le servía un poco como experiencia para el futuro, considerando que esperaba que Lisa quisiera otro bebé con ella.
Esa idea le hizo sonreír un poco.
Media hora después de que Lisa se marchara, escuchó el llanto viniendo de su cuarto. ChaeYoung vivía en un departamento amplio y grande que se compró una vez empezó a trabajar, en un bonito barrio residencial de buena categoría. Tenía tres habitaciones, con ella durmiendo en la más grande, y dos baños, uno en suite. La cocina estaba separada del comedor, no era americana, y contaba con un amplio balcón en el que se podían colgar flores.
Fue hacia el cuarto, viendo a RyuJin llorando sobre la cama, despierta y aferrándose a la manta de Lisa.
—¿Qué pasó, Jinnie? —le preguntó, sentándose a su lado.
—¡Mami! —lloriqueó RyuJin, mirándola un instante—. ¿Mami?
—Mamá está ocupada, cachorrita —ChaeYoung lo tomó en brazos—, pero llegará...
—¡No! —la bebé pataleó, sorprendiendo a la alfa—. ¡Mami, mami! ¡MAMI!
El llanto desconsolado volvió y ChaeYoung estaba algo atónita por el comportamiento de RyuJin. Jamás le escuchó ese tipo de llanto, tan triste y apenado, sin dejar de gritar por Lisa a todo pulmón. Trató de consolarla un poco, meciéndola y acariciándole el cabello, pero el llanto sólo aumentaba y aumentaba. Eso le estaba poniendo un poco nerviosa.
—Anda, Ryu... —suspiró, llevándola al comedor y envolviéndola en su manta—. ¿Quieres comer? Mami dejó tu biberón para ti, puedes...
—¡Mami, mami! —RyuJin la ignoró, desesperada.
ChaeYoung dejó a la bebé sobre la alfombra de la salita de estar, yendo a la cocina para calentarle el biberón y respirando profundamente cuando el llanto le siguió. Estuvo listo en unos minutos, preocupándose de que la leche estuviera tibia, y fue donde RyuJin para alimentarla. No contaba con que la bebé no quisiera recibir el biberón, manoteándola y rechazándola con disgusto.
—¡No! ¡No! —chilló RyuJin—. ¡Mami, mami, mami!
—Jinnie... —ChaeYoung se puso más ansiosa ante los gritos y el llanto. RyuJin tenía la carita roja, los ojos llenos de lágrimas y la nariz un poco moqueada—. ¿Qué pasa, cachorrita? Sé que extrañas a mami, pero va a llegar pronto, vamos, bebé...
Pero RyuJin no dejaba de llorar, sin control alguno, pataleando también e impidiendo que ChaeYoung pudiera sostenerla bien. Sabiendo que eso podía terminar en algún accidente, decidió volver a dejarla en el suelo, yendo a buscar algunos juguetes y esperando calmarla. Cuando regresó con algunas cosas, el timbre de su departamento sonó. El llanto de la niña, de ser posible, aumentó.
ChaeYoung mordió su labio inferior al abrir la puerta, encontrándose con el irritado rostro de una vecina suya, la señora Kang.
—¡Por Dios, ¿es suyo ese bebé?! —preguntó la mujer—. ¡¡Lleva llorando más de quince minutos!!
¿Tan poco? ChaeYoung lo sentía como una eternidad.
—Lo siento —se disculpó ChaeYoung, su rostro enrojeciendo cuando vio que otro vecino se asomó desde su puerta—. Me la encargaron y no puedo calmarla...
—¿Segura? —los ojos de la mujer se estrecharon en sospecha—. ¿No le habrá hecho algo usted?
La sola idea la estremeció, queriendo negarlo fervientemente. Sin embargo, con toda probabilidad, sus vecinos debían estar pensando eso porque el llanto era realmente desgarrador. RyuJin gritaba, lloraba y gemía por su mamá.
—Llamaré a su mamá. —dijo ChaeYoung, y cerró la puerta antes de que la mujer añadiera algo más.
Volvió a tomarla en brazos, suavizando su voz y esperando calmarla. Eran recién pasadas las once, Lisa no regresaría hasta por lo menos una hora y media más, como mínimo, y no podía dejar que RyuJin llorara todo ese tiempo. Sus vecinos, si seguían escuchando ese llanto por más minutos, podrían llamar a la policía y eso sí sería un desastre.
—RyuJinnie, por favor —le suplicó, un poco desesperada—. Vamos, bebé, ¿Qué pasa? ¿Acaso no quieres estar conmigo?
La pequeña no dejaba de llorar, aferrándose a la manta, y unos segundos bastaron para adivinar el motivo de su llanto descontrolado. No es que RyuJin no quisiera estar con ella. Es que, con toda probabilidad, no estaba reconociendo el olor del departamento como su hogar. La casa de Lisa olía a vainilla, a maternidad, un ambiente perfecto para la bebé. En cambio, el hogar de ChaeYoung no tenía una pizca de ese aroma. La manta era el único aroma que debía reconocer.
La envolvió en la manta, esperando calmarla un poco, y sirvió de algo. Sin embargo, el llanto no se detuvo por completo, sólo disminuyó algo. Al menos, los primeros diez minutos, porque la paciencia de la bebé se acabó al no ver llegar a Lisa, y los gritos comenzaron otra vez.
ChaeYoung no sabía qué hacer. No quería llamar a Lisa para decirle que fuera, porque estaba dando un examen, además de que la haría sentir como una fracasada por no poder calmar a la cachorrita. Pero, por otro lado, si los vecinos...
Cinco minutos más pasaron y decidió que un escándalo con la policía sería peor para Lisa, así que marcó el número de la chica.
La omega contestó luego de siete timbres, cuando ChaeYoung pensaba que ya no iba a responder.
—¿ChaeYoung? —le susurró Lisa—. ¿Pasó algo?
—Lili, verás...
—¿RyuJin está llorando? —preguntó Lisa, y ChaeYoung supo que debía estar escuchando los gritos de su cachorra a través del teléfono.
—No deja de llorar por ti —explicó ChaeYoung—, traté de todo, pero no se detiene, amor. Los vecinos han preguntado y no quiero que piensen que la trato mal o algo así, podrían llamar a la policía o...
—Mierda —Lisa se quedó un momento callada—. Estaré allá pronto, tomaré un taxi.
ChaeYoung quiso decirle algo más, pero la omega cortó. No sonaba muy contenta con lo último que dijo, y supo que debía estar todavía en su examen. Eso le hizo sentir peor de lo que ya estaba.
Lisa apareció casi media hora después. ChaeYoung le abrió la puerta y vio a sus vecinos asomarse otra vez.
—¿Mami? —tartamudeó RyuJin, y ChaeYoung estaba sorprendida de que pudiera hablar todavía—. ¡Mami! ¡Mami!
La alfa pensó que Lisa correría hacia RyuJin, pero sólo vio la irritación en la cara de la chica. Cerró la puerta una vez entró.
—RyuJin, cálmate —habló Lisa, caminando hacia la bebé, que extendía sus brazos hacia ella con desesperación—. ¿Cómo le puedes hacer esto a tu papá?
—Mami. —hipó RyuJin.
—¡No, escúchame! —ChaeYoung se sobresaltó al oír el grito de Lisa. Incluso la bebé enmudeció—. ¡Te la pasas pidiendo estar con ChaeYoung, pero te quedas con ella y haces un escándalo! ¡Estaba en un examen importante, ni siquiera pude terminarlo bien debido a ti, porque no puedes portarte bien un día, un solo día!
—Lisa —trató de intervenir ChaeYoung—, tranquila, no...
—¡Pero es que no lo entiendo! —saltó Lisa, enojada. RyuJin rompió a llorar una vez más—. ¡No lo entiendo! ¡Jamás hizo esto antes y ahora llora porque es malcriada! ¡RyuJin, eres tan malcriada!
—Lili, basta...
La pequeña cachorra se deshacía en lágrimas otra vez y Lisa tenía los ojos llorosos ahora. Se veía agotada, cansada, desorientada por completo, y ChaeYoung sabía que estaba colapsando repentinamente por todas las emociones que experimentó en dos horas. Una mirada bastaba para saber eso, sumado al hecho del examen que, con toda probabilidad, se le hizo difícil a la muchacha. Lisa estuvo toda la semana estudiando para que le fuera bien, porque era una de las materias que tenía peligrando.
—¡No puedes darme dos horas solo, porque te pones así! —sollozó Lisa—. ¡Y ChaeYoung te quiere tanto, y tú... Y tú...! —la chica se quebró—. Oh, Dios, RyuJinnie, lo siento tanto...
ChaeYoung abrazó a Lisa por la espalda al verla tambalearse hacia la bebé, cayendo de rodillas ante la pequeña niña, que ahora lloraba en voz baja.
—Dios, Dios —gimió Lisa, sin dejar de llorar—. Soy horrible, Jinnie, por Dios, mi bebé, mi linda bebé...
La omega tomó a la cachorra en brazos, apretándola contra ella. ChaeYoung empezó a extender feromonas de nido a su alrededor, para calmar el llanto de la omega y la cachorra. Poco a poco, los sollozos fueron desapareciendo, hasta el punto en que no eran nada más que hipidos.
—Lils —le susurró ChaeYoung—, está bien, mi amor, ya pasó...
—No —Lisa se volteó en el abrazo, quedando frente a ella—, no, soy terrible, ChaeYoung, le grité... Le grité a RyuJinie y ella no necesitaba eso, por Dios, ¿Cómo lo pude hacer? No tuve que actuar así, cómo pude...
La bebé tenía el rostro colorado todavía y las mejillas encharcadas, pero ya no estaba soltando lágrimas. Ahora chupaba su dedo pulgar, acurrucado contra el pecho de Lisa y sin querer moverse de allí.
—No estuvo bien —aceptó ChaeYoung—, pero amor, tuviste un colapso. Tus nervios no lo soportaron más y colapsaste, eres una madre joven, es evidente...
—Pero no tuve que gritarle —lloró Lisa, dejándose abrazar por ChaeYoung—, soy una mala madre, alfa, soy lo peor...
Ignorando el título que usó Lisa, ChaeYoung sólo la envolvió con más fuerza contra ella.
—Vamos a la cama y hagamos un nido —le dijo la mayor—. RyuJin ya está calmadita, ¿No lo ves? Ella ya te perdonó, bebé.
Eso hizo que las lágrimas de Lisa aumentaran, pero logró moverla hacia el cuarto de ChaeYoung, donde las tres se acostaron bajo las mantas. Lisa tenía a RyuJin acurrucada contra ella, tomando leche de uno de los pechos de la omega, mientras que ChaeYoung seguía extendiendo sus feromonas alrededor.
—¿Y si la dejé con algún trauma? —preguntó la Tailandesa, preocupada, pero más calmada—. ¿Y si ahora me odia, ChaeYoung?
—Eso no pasará, cariño —le aseguró ChaeYoung—. RyuJin jamás podría odiarte, eres todo para ella.
—No pensé que esto... No creía que...
ChaeYoung procedió a contarle la teoría que tenía a Lisa, viendo como aferraba a la cachorrita con más fuerza.
—No lo pensé —admitió la omega—, ella siempre se portó tan bien contigo que no creí que... No pensaba que...
—Papa —barboteó RyuJin, y ChaeYoung la miró. La bebé se retorció, arrastrándose para llegar a los brazos de la alfa—. Papa. —suspiró, tranquila y relajada, abrazando a ChaeYoung por el cuello.
—Fue sólo una mala experiencia —afirmó ChaeYoung, acariciándole el cabello a RyuJin. Lisa la abrazó por el costado—, para que tengamos más cuidado la próxima vez.
—Lo siento. —murmuró Lisa, todavía apenada y luciendo a punto de romper a llorar una vez más.
ChaeYoung sólo la besó en la frente, prometiéndose nunca dejar a Lisa sola de ahora en adelante. Ni a Lisa, ni a RyuJin.
***
¡Gracias por leer!
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