capitulo O5.
Advertencias: chaelisa como pareja principal, cositas lindas y fluff.
Lisa observó el mensaje que ChaeYoung le envió segundos atrás, diciéndole que en media hora pasaría a buscarla, y tomó en brazos a RyuJin.
La pequeña bebé berreó en señal de felicidad, saliendo de la pequeña tina de plástico transportable que Lisa le tenía para bañarla. Lili la envolvió en su toalla, secándole el cabello y oyéndola reír. La omega también se rió, haciendo vibrar sus labios y presionándolos contra el estómago de su cachorrita, y RyuJinnie rió con más fuerza.
―Ahora si estás feliz ―suspiró Lisa, alejándose y secándola por completo―, ¿No? Sólo quieres ver a mi profesora.
―¡Baba! ―gritó RyuJin, emocionada.
―Bueno, ¿Y cuándo me llamarás a mí? ―bufó la omega.
―¡Babi! ―añadió la bebé, sin dejar de sonreír.
Lisa también sonrió ampliamente, poniéndole los pañales y luego los calzoncillos y calcetines. Ese día no iba a hacer tanto frío, así que optó por una camisa blanca y encima, un enterito de mono, que Jennie le regaló, pero le quedaba algo grande. A la pequeña no le interesaba, le gustaba mucho usar esa prenda, en especial porque las mangas de las muñecas cubrían sus manos.
―Te llevaré, a pesar de que es mi cita ―recalcó Lisa, apuntando a la bebé. RyuJinnie la miró con esos ojos enormes―, así que más te vale que te portes bien, pequeño chango.
―¡Prrrrr! ―balbuceó la bebé, elevando sus manitos y tocando las mejillas de su mamá. Lisa sólo se rió.
―Si me haces un berrinche, prometo no darte más leche. ―amenazó, y RyuJin frunció el ceño.
Lisa le pellizcó la nariz, tomándola en brazos y dejándola en el suelo. La bebé inmediatamente empezó a gatear hacia sus juguetes, por lo que la omega no tardó ordenar las cosas de RyuJin en su bolsillo. Pañales, muda de ropa, su chupete, algunos juguetes con los que entretenerse, además del canguro que siempre llevaba para todas partes. Ya era parte de ella.
Se sobresaltó cuando la puerta del departamento fue tocada, notando que no estaba un poco lista para salir, y sus nervios se atenazaron en su estómago.
Tomando aire, fue a abrir la puerta y observó a ChaeYoung frente a ella, sin el típico traje al que ya se había acostumbrado. Ahora sólo llevaba unos pantalones oscuros, una camisa blanca y una chaqueta de cuero. Santo Dios.
Sintió el color pintando sus mejillas.
―¡Pro-Profesora! ―tartamudeó Lisa.
―ChaeYoung ―corrigió la adulta, sonriendo levemente―. ¿Cómo estás, Lili?
El apodo le puso más nerviosa enseguida, pero trató de controlarse para no soltar feromonas y llamar la atención de la mujer. Se supone que era una cita de amigas, ¿No?
―Todavía no estoy lista ―barboteó Lisa―, ¡Pero pase! ―se hizo a un lado, invitándola a su pequeño apartamento―. ¿No le molesta esperarme unos minutos?
―No te preocupes ―ChaeYoung no dejaba de sonreír―. Puedo cuidar a la pequeña RyuJinnie si tú quieres.
―¡Baba! ―gritó RyuJin, feliz, y dejó sus juguetes de lado para gatear hacia ChaeYoung.
Lisa vaciló un momento, pero terminó aceptando al ver lo cómoda que estaba la bebé con la alfa, así que corrió a su cuarto para cambiarse de ropa. No sabía qué escoger realmente, Lisa solía inclinarse por prendas brillantes y que incluso no combinaban, pero su omega estaba tan inquieta, empujándola a vestirse bien ahora. Terminó eligiendo unos pantalones rasgados en las rodillas, una blusa negra y una chaqueta verde. Ordenó su desordenado cabello café lo más rápido que pudo e incluso se aplicó un poco de brillo labial, sintiéndose algo ridícula por lo que estaba haciendo. Salió muy veloz de la habitación para no arrepentirse.
Vio a ChaeYoung sentada en el sofá, con RyuJin acomodada sobre sus rodillas y chupando la cabeza del peluche de monito. La alfa la balanceaba levemente, arrancándole unas fuertes carcajadas de felicidad, y por un instante, Lisa deseó que ChaeYoung fuera el padre de RyuJinnie. Deseó que su pequeña cachorrita tuviera un papá que la cuidara, la protegiera y amara.
Reprimió ese deseo tan pronto ChaeYoung la miró.
―Te ves hermosa. ―le alabó la alfa.
Dios, ¿Cómo se supone que iba a controlar sus feromonas cuando ChaeYoung le decía esas cosas?
Trató de reírse, pero sólo salió una risita nerviosa. Se forzó a controlarse una vez más, agarrando el bolso con las cosas de RyuJin.
―¿Vamos a ir? ―preguntó Lisa, para cambiar de tema.
―Sí, claro. ―ChaeYoung se puso de pie, agarrando a la bebé y presionándola contra su pecho, entregándole el chupete que la pequeña recibió con sus labios.
―Uh, ¿Profesor?
―ChaeYoung. ―insistió la adulta.
―ChaeYoung ―repitió, avergonzada―, ¿No prefiere que yo lleve a mi bebé? Sé que RyuJin a veces...
―No te preocupes ―le interrumpió ChaeYoung, seria―, puedo cargarla yo, Lisa.
Su tono de voz le decía claramente que no tratara de replicarle, así que Lisa sólo permaneció en silencio, agarrando las llaves de su casa y siguiéndola.
―¿Quieres ir a algún lugar en especial? ―preguntó ChaeYoung mientras bajaban las escaleras.
―No lo pensé ―dijo Lisa, caminando a su lado―. ¿Qué tal si vamos al parque y luego a comer algo? A RyuJinnie le gustan los columpios.
―Al parque, entonces ―salieron del edificio y Lisa vio el auto de ChaeYoung―. ¿No has pensado en comprarle una silla para bebés a RyuJin?
―No uso auto ―respondió la omega―, no tengo dinero para comprarme uno, así que no.
―Mmm... ―ChaeYoung no respondió, sólo puso una expresión pensativa, y le abrió la puerta del vehículo a la menor.
Lisa no tardó en acomodarse en el asiento, olisqueando las feromonas de ChaeYoung. El auto estaba inundado en ellas. La alfa le entregó a RyuJin, que hizo sonar el chupetito, y luego dio vuelta al vehículo, sentándose en el lugar del piloto. Pronto, estaban ya en las calles de la ciudad y Lisa le empezó a preguntar sobre cómo le fue en la semana. ChaeYoung empezó a hablar.
La omega no podía evitarlo, pero la voz de ChaeYoung era realmente atractiva y provocaba que su interior temblara. Tenía una forma tan seria de explicar las cosas, haciendo gestos vagos, pero manteniendo la vista en el camino, que no pudo evitar admirarla por lo bien que se veía. Lisa nunca vio una alfa tan hermosa como ella hasta ese momento. Mierda, le provocaba muchas cosas, ¿Era eso posible? A una parte suya le daban ganas de abrazarla y acurrucarse contra ella.
Desvió la vista cuando ChaeYoung se estacionó cerca del parque, volteándose a mirarla. No quería que la Coreana la captara admirándola, que vergüenza.
Ambas salieron del auto, caminando hacia el lugar con una leve conversación superficial. El parque, afortunadamente, no estaba tan lleno en ese momento, así que caminaron hacia los columpios.
―¿Puedo preguntarte algo personal, Lisa? ―preguntó ChaeYoung, de forma repentina.
―Sí, lo que quiera ―le dijo la omega, acomodando a la pequeña RyuJin en el columpio cuna. La bebé berreó, feliz, cuando ChaeYoung la empezó a mecer.
―¿Qué ocurrió con el padre de RyuJinnie? ―dijo ChaeYoung, observando a la bebé.
Lisa se abrazó a sí misma, mirando a la pequeña bebé balanceándose en el columpio. ChaeYoung levantó la vista.
―Me dejó ―respondió Lisa, brutal e impecable. ChaeYoung no hizo gesto alguno―. Éramos... Éramos novios, supuestamente, pero sólo quería acostarse conmigo. Yo fui una idiota, pensaba que él me quería, cuando no era así. Una vez que tuvo lo que quiso, sólo... Sólo me dejó. Y cuando se enteró de que estaba preñada, lo desconoció por completo.
RyuJin no dejaba de balancearse en el columpio, lenta pero segura, y ChaeYoung se puso de pie, sin alejarse de la pequeña, aunque quedando a la altura de la omega.
―¿Pensaste en abortarla?
―Claro ―Lisa sonrió, algo sorprendida de que ChaeYoung le hubiera preguntado eso, y en que en el tono usado no percibiera asco o desprecio―, pero... Pero supongo que no soy tan valiente para eso. Me aferré a RyuJinnie porque era lo único que podía hacer en ese momento.
―Fue valiente ―le dijo ChaeYoung―, si la hubieras abortado, habría sido una decisión valiente también.
Lisa sintió sus mejillas rojas por el halago, bajando la vista. RyuJin la miraba, sentada en el pequeño columpio, sin moverse.
―No diga esas cosas. ―le dijo Lisa, tímida.
―Es la verdad ―replicó ChaeYoung―, y ese alfa, fue un idiota.
―RyuJin no lo conoce ―comentó Lisa―, nunca lo ha visto en su vida, y no me interesa que lo haga. Mi bebé y yo estamos bien sin ese imbécil.
ChaeYoung esbozó una pequeña sonrisa, sin dejar de observarla, y por un breve instante, hubo un extraño silencio cómplice entre ellas. Lisa no entendía de dónde salió, pero realmente hablar con la alfa era muy cómoda para ella. Sentía que la mujer la comprendía y no le juzgaba por nada.
―¡Baba! ―gritó RyuJin de pronto, exigente de atención.
Lisa se sobresaltó y ChaeYoung pestañeó, bajando la vista. Por los movimientos de la bebé, parecía que se quería salir de allí, así que la alfa no dudó en tomarla en brazos.
―Ah, quieres toda nuestra atención, ¿No es así? ―preguntó ChaeYoung, y la bebé hizo unos ruiditos que sonaban mucho a una afirmación―. Bien, ¿Vamos a comer, Lisa?
La muchacha asintió con la cabeza, un poco tímida, y le siguió sin dudarlo un poco.
Cerca del parque había un local de comida rápida, al que decidieron entrar y pedir algo. ChaeYoung era partidaria de invitarlo comer a un lugar más decente, pero Lisa le dijo que no era necesario, por lo que terminaron allí. Ambas pidieron unas papas fritas con hamburguesa y bebida, comenzando a comer.
―No le importa si le doy de comer a RyuJin, ¿Cierto? ―preguntó Lisa, cuando la niña comenzó a ponerse inquieta―. Si le incomoda...
―Es un proceso natural, Lalisa ―le dijo ChaeYoung―, no te preocupes por eso. Y, por favor, tutéame.
La Tailandesa sintió las comisuras de sus labios estirarse hacia arriba, acomodando a la bebé en su regazo. Las manos de RyuJin parecieron moverse con desespero cuando Lisa se bajo la blusa junto a su bra, mostrando uno de sus pechos, pero la detuvo antes de que pudiera comenzar a comer.
―Me muerdes el pezón y no te daré nada de comida. ―le advirtió, cariñosa, antes de que los labios de la bebé se cerraran alrededor.
―¿Cuándo piensas dejarle de dar pecho? ―preguntó ChaeYoung, mirándola.
Lisa notó sus ojos medio oscuros puestos en ella, pero trató de ignorarla, sabiendo que se iba a poner nerviosa. En su lugar, se fijó en sus papas fritas.
―En unos meses más ―le respondió la omega―, RyuJin está empezando a comer otras cosas, pero todavía no demasiadas.
―Creo que es un acto muy bonito ―le dijo ChaeYoung de pronto―, que le des leche a tu bebé todavía, de esa forma.
―Muchos alfas encuentran que es horrible ―comentó Lisa, encogiéndose de hombros―. Me ha pasado que a veces me piden que me cubra o vaya al baño, ¡Es tan molesto!
―Algunos se excitan ―soltó de pronto la alfa, y Lisa se sobresaltó. Las mejillas de ChaeYoung se cubrieron de escarlata―. ¡Lo siento! No quise... Oh Dios... Perdóname...
Lisa no alcanzó a decir cualquier cosa, porque en ese momento alguien más habló.
―¿ChaeYoung?
La omega no se volteó, limpiándole la barbilla a RyuJin. La pequeña bebé ya se veía mucho más satisfecha.
―¡JiSoo! ―la mujer pareció aliviada de la interrupción―. ¿Cómo estás?
―Sorprendida de verte aquí ―una mujer, que parecía de la misma edad que ChaeYoung, saludó a la alfa. De su mano iba una niña pequeña, que parecía tener unos cinco años―. ¿Y tú?
―Bien, bien ―ChaeYoung apuntó a la omega―. Ella es Lisa...
La extranjera estuvo a punto de decir que era su estudiante, pero retrocedió a último momento, porque no conocía bien a esa otra alfa. No quería que fueran con chismes a la universidad.
―Hola ―saludó, un poco tímida―, soy Lisa y ella es mi cachorrita, RyuJin. ―añadió, enderezando a la bebé en sus brazos y acomodanse la blusa.
―¡Qué bonita! ―alabó JiSoo―. Ella es mi hija, Lia.
―Hola. ―saludó la pequeña de mejillitas rechonchas, avergonzada.
JiSoo se volteó hacia ChaeYoung para platicarle de algo, y Lisa vio a la pequeña Lia acercarse, apoyando sus manos en la mesita.
―¿Quieres una papa frita? ―le ofreció Lisa, sonriéndole.
―Está bien ―aceptó Lia―. Qué linda es. ―añadió, apuntando a RyuJinnie, que la miraba desde su lugar.
―¿Tú crees? ―bromeó Lisa, acercándole sus papas fritas para que comiera―. Yo la encuentro muy fea.
―¡Buuuuuuuuu! ―pataleó RyuJin.
Lia se rió.
―Hola, bebé. ―saludó la pequeñita.
―Se llama RyuJin, pero le puedes decir RyuJinnie. ―animó Lisa.
―¡RyuJinnie! ―gritó Lia, entusiasmada―. ¡Yo soy JiSoo, pelo puedes decime Lia!
―¡Aaaaaaaaaaaaaaah! ―RyuJin saltó sobre las piernas de Lisa, entusiasmada.
―Parece que Lia hizo una amiga. ―comentó ChaeYoung.
―Lia, vamos, hay que irnos ―dijo JiSoo, sonriendo y agarrándole la mano a la niña. La pequeña hizo un puchero―. Quizás otro día puedas jugar con RyuJin.
―¿Puedo? ―preguntó Lia, mirando a Lisa.
―¡Claro! ―le dijo la omega.
―¡Adiós, RyuJinnie! ―se despidió Lia. JiSoo también se despidió de las tres.
―¡Jijiji! ―se rió RyuJin.
Lisa le besó la coronilla de la cabeza a su pequeña cachorra, aspirando su olorcito a bebé que tanto le gustaba, antes de voltearse hacia ChaeYoung.
―¿JiSoo es una amiga? ―preguntó.
―Una vieja amiga, hace clases en la universidad también, pero en Medicina ―respondió ChaeYoung―, JiSoo, o bueno, Lia es su hija, pero es padre viudo. Su omega falleció tres años atrás.
―Qué triste ―suspiró Lisa, apenada―, Lia es un cachorrita tan bonita ―frunció el ceño levemente―. ¿JiSoo no dirá nada de... Uh... Nuestra salida?
―¿Ah? ―ChaeYoung la observó―. ¿Tiene algo de malo esto?
La muchacha mordió su labio inferior. De alguna forma, a pesar de la complicidad entre las dos, se sentía un poco perseguida. ¿Y qué tal si algún compañero las veía? Lisa no quería que la gente malinterpretara todo eso, con lo bien que se lo estaba pasando. Además, no estaba haciendo nada malo, ¿O sí?
―No lo sé ―murmuró Lisa, apenada―. Es decir... Usted es mi profesora y yo sólo su estudiante ―hizo un gesto―, y esto se puede malinterpretar...
―Lisa ―suspiró ChaeYoung―, yo no bromeaba cuando te dije que realmente estaba interesada en ti.
La omega no contestó enseguida, tratando de encontrar las palabras correctas para decir en ese instante. No quería arruinarlo por esa impulsividad que a veces le inundaba. Sentía que incluso RyuJin estaba pendiente de lo que fuera a decir.
―Yo también lo estoy ―admitió Lisa, observando la expresión más suave de la alfa―, pero no sé si esto es correcto. Usted es mayor que yo, tiene más experiencia, y... Y no quiero que las cosas vuelvan a repetirse.
ChaeYoung no bajó la vista un poco, se la sostuvo sin duda alguna, y Lisa quiso, por un instante, dejarse devorar por esos ojos tan oscuros y bonitos.
―Te demostraré que no tengo esas intenciones ―aseguró ChaeYoung―, te demostraré que incluso puedo ser un buen papá para RyuJinnie.
Una parte de Lisa realmente tenía una fuerte necesidad de que eso fuera cierto. El problema es que no sabía si era una parte enorme o pequeña.
Dios, Estaba jodida.
Cualquier parecido con yellow flowers and coffee cups es mera coincidencia, para nada adapte esta historia pensando el parecido entre la anterior mencionada, y como seria lindo volver a poner a Lia como hija de SooSoo, noooo, eso seria demasiado conspiranoico hasta para mi...
¡Gracias por leer!
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