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A veces parecía que cuando más se esforzaba uno en hacer las cosas, más obstáculos surgían hasta terminaba asignándole una suerte de casi vida a esos problemas que estaban acechando en espera de que se resolviera uno para venir en grupo y marcar presencia.
Primero estaba lo del nombre. ¿Cómo llamar a una editorial?
Y la resolución de ese conflicto, claro, había sido una lluvia de ideas.
"Aquarium" mencionó Alexis.
"La edistorial" dijo Myriam.
"Mamahuevos" tiró Comel en un audio donde además de escucharse su acento venezolano se alcanzaba a oír una risa de fondo que parecía ser de un niño pequeño.
"Maricos" dijo otra voz en su siguiente audio y esta ves la risa sonó atronadora antes de que terminara de pronunciar la palabra.
¿Vamos a estar tirando nombres hasta que uno nos guste? escribió Alexia, quien
—No, no, tenemos que votar. —afirmó Laura, la española. A lo que de inmediato envió una foto suya sosteniendo un cartel improvisado (mas un pedazo de papel que otra cosa) pintarrajeado con marcadores y letras como figuras danzantes. Las letras formaban el nombre "Perlas literarias".
De inmediato llovieron las respuestas, tanto los que aceptaban como los que planteaban ciertos reparos.
—Dejen de opinar carajo, mejor votemos de una vez. ¿No viven en democracia? —preguntó Comel.
—Yo ya encontré la urna donde meter el voto —dijo Xavier, como respuesta a la foto de Laura.
—¿Eso quiere decir que le das tu apoyo? Esperen... creo que no entendí del todo bien —le respondió Alexia.
—Le doy, vos quédate con eso —
Las risas y la lluvia de emojis con caras sonrientes, bananas, gotas de agua y todo tipo de parecidos símbolos no se hizo esperar. De nuevo la conversación se fue por otros derroteros. Que el clima frio o caluroso de sus distintas latitudes, que la diferencia horaria, las comidas, las personales insinuaciones a problemas ocultos acompañadas de las publicas demostraciones de conocimiento acerca de los problemas públicos en sus respectivos paises. Conocimiento velado, caótico, lleno de idas y vueltas. Las pantallas de los celulares no paraban en su actividad, bajando y bajando con cada nuevo mensaje que creaba una línea de dialogo distinta. Respuestas sobre respuestas sobre respuestas:
"Volvamos al tema"
"Siiii"
"Naaa"
"Ok, el tema es packs. ¿Quién sigue?"
"A mi me gustó..."
"Ésta"
"El de Laura"
"A mi me gustó Laura"
"Hahahahaha"
"Yaaaaa, seriedad"
"Bueno pero no te calenté"
"Ban! Ban! Ban!"
"Si, que empiecen contigo"
"Simon"
"A mi me cae bien :v"
"F"
—Por cierto, ¿Quién de aquí era de México? —preguntó Xavier, sabiendo de antemano la respuesta.
—Aquí —dijo Alexia. —¿Por? —
—Ah, era por si votamos. Quería decir que México no cuenta, por narco estado fallido —dijo a continuación, a modo de broma el muchacho.
Tres puntos suspensivos de parte de Alexia fueron la única respuesta que recibió el comentario.
Un tanto extraño sin embargo fue el efecto de estos puntitos. La charla que hasta el momento había seguido cursos impredecibles de casi frenética actividad, se detuvo como se detiene la vida en el momento exacto de la muerte. Se cortó sin más, a pesar de que algún que otro comentario pasajero siguió al tema intentando renovar la conversación, pero sin lograrlo.
Era el equivalente a encender los interruptores de luz cuando la luz se ha cortado.
El gesto inútil.
—Tengo que hacer una cosa, después nos vemos —dijo alguien.
—Si, yo también. Byeee —Y a esta despedida otras la siguieron. Algunos ni siquiera se despedían, pues ya se habían marchado. Alexia fue una de las primeras. Esos comentarios sobre México siempre la exasperaban. Su país estaba lejos de ser perfecto, bien sabia que en ocasiones lo que se decía no estaba necesariamente lejos de la realidad, pero al mismo tiempo odiaba esa sensación de ser juzgada por otros que a lo sumo podían reclamar la dudosa suerte de haber nacido en otras tierras. Otros que nadie habían hecho para merecer nada. Eso, y que además para ella México era mucho mas que una tierra de narcos, violencias y droga. Pensó en un meme y lo compartió en su estado al mismo tiempo que ignoraba al grupo.
Era una imagen dividida en dos partes.
"Como la gente cree que es México" decía la parte superior de la imagen, mostrando una camioneta y a varios paramilitares con la cara cubierta.
"Como en realidad es" decía la parte inferior, y enseñaba un conjuntos de platos naturales del país, las altas pirámides de del sol y la luna, un enorme volcán de brutal belleza, y también la misma camioneta con los mismos paramilitares enseñando las armas.
Dejando su teléfono a un costado, Alexia salió de casa pues quería hacer un par de cosas antes de que la tarde se le fuera como tantas veces le pasaba.
No llegó a ver que un mensaje le había llegado, ya no del grupo de la futura editorial, sino de aquel muchacho Uruguayo al que había conocido allí, y con el que tenía de tanto en tanto alguna breve conversación.
Lo tenía agendado como "Doctor :3".
—Espero que no te molestara lo que dije, aclaro que fue un chiste no más. Así que por favor no me entierres hasta el cuello en un desierto jaja... en fin, buenas tardes Mexicana que no es narco.
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