Violinista
Probablemente el problema de Erika era que no sabía escuchar. Erika, que era una criatura huraña y taciturna, logró encontrar una amistad en mí. Yo no sabía cómo sentirme al respecto, ella decía que debería sentirme afortunada. Quizás por eso a nadie le agradaba Erika, por ser lo que es. Si había algo que no le gustaba, lo decía. Llegaba veces donde era cínica. Pero ese no era su problema, ni tampoco de sus padres. Sus padres que no sabían tratar con una hija adolescente, y si alguien les hubiera dicho lo que era, seguramente se hubieran negado de inmediato.
ꟷMi familia apesta ꟷme dijo un díaꟷ. Excepto por mi abuela.
Su abuela tenía el peso ideal para ser abrazada y la estatura correcta para no sentirte ni tan alto ni tan bajo.
Nunca supe cómo responder cada vez que me salía con esa misma oración (que era casi siempre). No comprendía si estaba enojada, o triste, o temerosa. Y quizás nunca lo comprenda.
Le recomendé escribir todo lo que sentía en un cuaderno. Mi psicóloga decía que eso ayudaba, así como a mí me ayudaba tocar en mi violín.
ꟷNo funcionará, Isabella.
ꟷ¿Ya lo intentaste?
ꟷNo.
ꟷ¿Ves? Al menos inténtalo.
ꟷNo es mi estilo.
Y ahí acaba la conversación. Tal vez por eso discutimos a menudo. Ella, que era una mujer de números y yo, que era una mujer de letras y música. Realmente me irritaba cuando discutía conmigo por alguna nimiedad, pero supongo que así era ella. Y ella era inescrutable. Inescrutable. Esa palabra la aprendí cuando leí un poemario de la biblioteca de mis padres. Significa algo enigmático, misterioso. Cuando ella vio el libro, hizo una mueca que deja mucho que desear y se alejó. Ese fue el mismo día que le rompió los dientes a una chica más baja que ella. Gregoria era una chica corpulenta y bajita, que se estaba burlando de un chico flacucho y con lentes. Ninguna fue expulsada ni le dijeron nada. Supongo que los maestros también estaban cansados de Gregoria. En cuento Erika, no sabía cómo, pero ella siempre se lograba escapar de ese tipo de cosas. Salía ilesa.
A mí no me gustaba meterme en problemas. Cada vez que me frustraba por algo, terminaba llorando. Lo odiaba, sentía que no me tomaban en serio. Querían que me comportara como una adulta, y eso me aterraba. Me daba miedo mirarme en el espejo y no verme a mí. Me daba miedo que hasta yo misma me desconociera.
Tenía la leve sospecha que Erika lo experimentaba cada día. Sentía pena y tristeza por ella. Yo lo vivía por periodos cortos de tiempo, ella, por petición de sus padres, casi todo el tiempo.
Supongo que por eso me pedía que tocara más. Que tocara para ella, porque así no había más conversaciones. Porque así escuchábamos la melodía de mi violín. Tocaba Air, o algún cover de Mago de Oz, o Matrimonio de Amor. Esa última, me decía que le recordaba a su abuela. Su abuela ya casi no veía, y se escapaba de su casa para ir a verla.
Supongo que por eso también me llamaban a mí preguntando acerca de su paradero. Y a pesar de las veces que me decía que no dijera nada, no podía.
ꟷPerdón ꟷdijeꟷ. De verdad sonaban preocupados.
Ella no parecía molesta, ni nerviosa, ni contenta. Era algo que ya sabía que yo haría, entonces solo me miraba y decía que no pasaba nada. Pero en esa mirada, en esos ojos cafés, me decía que pasaba todo, y yo no me daba cuenta.
Erika era reservada, me era difícil saber qué le ocurría. A veces me contaba todo, como que no le gustaba la poesía y que todos los sábados iba a una pequeña cabaña cerca del lago Corto. A veces se quedaba callada, pero era ahí cuando más aprendía de ella.
Yo no comprendía cómo debía de actuar con ella. No sé si debía de preocuparme eso o no, quizás sólo eran cosas mías. De niña, solía inventarme historias acerca de lo que somos. Me gustaba creer que somos polvo de estrellas, Erika decía que somos un conjunto de células. También decía que una persona viva cumple ciertos requisitos, tales como comer, desarrollarse, nutrirse, y demás cosas. Yo sólo la escuchaba, pero no estaba de acuerdo. Yo veía mucha gente que caminaba, comía y hacia cosas que toda persona hace, y no se veían especialmente vivos. Eran cuerpos jóvenes con almas viejas y cansadas por el peso de los años.
La conversación terminaba antes de dar inicio a una discusión. Las ideas de Erika no me agradaban, pero eran sus ideas. Tenía que respetar esa parte de ella. Sin embargo, me olvidaba, y le decía que su visión al mundo era vacío desalentador.
A veces cedía, y estaba de acuerdo conmigo. Hablábamos acerca de lo tan parecida que es nuestro presente con el libro de 1984, y de cómo sería el mundo si chicos como Daniel Quintana, el presidente del comité estudiantil y todo un amor de persona, se multiplicaran. El mundo estaría bien.
Había veces donde defendía su postura. Nuestros pensamientos chocaban y ninguna quería acabar esto, especialmente ella. Ella quería tener la razón. Yo cambiaba el tema, no quería pelear por algo insignificante. Cada vez que ocurría una situación similar, me levantaba, agarraba mi violín y le pedía que me acompañara. Erika aceptaba. Le gustaba verme tocar, aún no se decidía si era la forma tan tranquila en la que cómo tocaba o si era la intensidad de una canción. No importaba.
Lo afinaba como si tuviera todo el tiempo del mundo. Por momentos, acariciaba alguna cuerda y siempre me invadía un aura tranquila al momento ejercer presión en las cuerda.
Observaba a Erika, ajena al mundo. Sonreía, y ahí, empecé a tocar.
ꟷ¿Por qué eres así? ꟷpreguntó una vez finalizada la canción.
ꟷ¿A qué te refieres?
ꟷAsí. Tan... tú ꟷme señalóꟷ. Tan buena.
ꟷNo soy tan buena como parezco. Nadie lo es. Todos tenemos algo dentro.
No sé si me di a entender, pero después de eso, nadie dijo nada.
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Al chile no sé qué pedo con mi vida, chicXs
Bueno, si gustan, imaginen a Error e Ink tipo mujer y tal
Se supone que debería de llevar esos requisistos
Espero haberlo logrado ;;;; sino, voy a reprobar este semestre :D
ptamadre
Welp, los amo <3
pd: si hay algo que no entienden, al chile perdón por eso. lo escribí a las tres de la madrugada jajajjamequieromorirjelp
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