Jayden

Sentado en el asiento del copiloto, Lincoln buscaba distraerse con el paisaje para no tener que confrontar al anciano a su lado, realmente no quería confrontarlo, ni a él ni a varias personas, además aún estaba el asunto de Lisa, si tuviese que definir su estado en ese momento solo podía ser con la palabra "fastidio", pero era una persona mayor, posiblemente quién costearía sus gastos e impartiría una nueva educación desde unas semanas más hacia un tiempo indefinido, si seguía con su misma suerte posiblemente serían unos meses antes de tener que cambiar a otro lugar, con nueva gente, aprender un nuevo patrón, todo eso le fastidiaba, pero seguía siendo una figura de autoridad, debía respetarla, una enseñanza que le gustase o no, había sido grabada en su alma por otro anciano durante los últimos meses.

- Lincoln, hay algo que he estado pensando este tiempo, estos días, y creo que no nos conocemos lo suficiente.

- ¿Esto es como esas telenovelas donde ahora me va a dejar abandonado?

- ¿Dónde demonios viste eso?

- Tenía mucho tiempo libre cuando Lynn me dejaba solo en casa, era ver la televisión, dibujar o imaginar cosas, no tenía muchos panoramas.

- ¿Entonces tu padre te trato mal?

- (Incomodo) ¿Tengo que hablar de él?

- No te quiero forzar, aunque no te niego que me gustaría saber más de él creo que antes de saber eso, debería conocerte a ti, una cosa que pienso es que no me tome la molestia de conocerte antes y quiero solucionar eso.

- Es... curioso que me diga eso.

- ¿Y eso por qué?

- Simplemente, no logro entender muchas de las cosas que han pasado últimamente, usted, el anciano, mis... hermanas, son muchas cosas que pensar, antes era solo yo, luego paso... todo esto, y ya no sé cuál es mi lugar.

- Tú lugar es con tu familia, eso es lo que todas las estupideces que he hecho a lo largo de mi vida me enseñaron, y muy tarde déjame decirte.

- Familia...

Una palabra curiosa, abstracta, con tantos sentidos que el pequeño ya no sabía cual darle, ¿A quienes debía considerar? ¿Quiénes serían los miembros? ¿Podía realmente dirigirse a alguien de esa forma? En su experiencia, aquellos que se pronunciaban como familia suya tarde o temprano terminarían lastimándole, al menos los mayores parecían seguir esa tendencia, como si al cabo de un tiempo se hartasen de él y lo desechasen, ¿Acaso la familia tenía caducidad?

Pensarlo solo provocaba que las palabras del anciano no le sonasen coherentes o útiles, más bien, sentía que solo eran otra mentira más de las tantas que había escuchado hasta la fecha.

Pero...

- ¿A quién debería llamar familia? Lynn era mi padre, pero solo me causo dolor, el anciano me prometió cuidarme y me abandono, se supone que tengo una madre pero solo la he visto una vez en mi vida, las chicas... ellas...

- ¿Tus hermanas? ¿Paso algo con ellas?

- No las conozco, mejor dicho, apenas he convivido con ellas, pero no se si pueda confiar en ellas.

- Bueno, estás confiando en mi ahora mismo y apenas nos conocemos.

- Considerado que lo veré un tiempo, supongo que tendré que conocerlo algún día.

- Jo, ¿Ya comienzas a tomarme confianza por algo así?

- No, yo, bueno, no lo sé.

Verlo tan confundido le hizo recordar algo, un recuerdo muy antiguo, Lynn cuando era pequeño también tendía a estar confundido, a temerle a las cosas, quizás era una forma muy extraña, pero al permitirse recordar de esos tiempos mejores no podía evitar ver similitudes entre su hijo y el pequeño a su lado.

Tanto como no pudo evitar evocar esos recuerdos, no pudo evitar colocar su mano sobre la cabeza de este y acariciar un poco su cabello.

- ¿Qué hace?

- Ah, - Leonard retiro su mano, concentrándose nuevamente en el camino. - Me deje llevar supongo, eres mi nieto y me pareciste adorable.

- Usted se está comportando muy extraño.

- Me di cuenta de que no me estaba comportando bien contigo, no tengo tanto tiempo para gastarlo en ser un idiota.

- ¿No tiene tiempo?

- Soy un anciano Lincoln, he perdido muchas cosas por ser un obstinado, pero eso me hizo darme cuenta de que no estaba haciendo las cosas bien, incluso a mi edad se pueden aprender cosas.

- ¿A su edad? ¡Pero si es un anciano!

- No era necesario que me lo recordaras, pero si, no solo ustedes los niños tienen cosas que aprender, y por eso lo de irte lejos conmigo, pensaba que...

- ¿Irse?

Como si fuese un espejismo, la silenciosa e inerte voz pudo ser escuchada proviniendo desde los asientos traseros, asustando tanto a Lincoln como a Leonard quien tuvo que frenar de golpe ante la impresión, consiguiendo por suerte solo la molestia de quien iba detrás junto a varios bocinazos, algo que no duro mucho antes de volver a retomar la ruta.

- ¡Por el amor de dios! ¡¿De dónde saliste niña?!

- Lucy, ¿Qué haces aquí? - Lincoln se notaba preocupado, sumamente preocupado.

Habían convivido poco, no lo suficiente para formar un fuerte lazo, esas eran las palabras que Lincoln se repetía con quienes serian sus hermanas y por lo cual sentía que su despedida con ellas no sería nada extraordinario, incluso pensaba que le sería más difícil despedirse de Jayden, pero en cuando pensaba en la pequeña pelinegra sus sentimientos se tornaban algo difusos, pensar en decirle que se alejaría le incomodaba de cierta manera, pensaba que debía darse de forma natural, un adiós como el que le daría a alguno de sus compañeros de escuela, eso sería suficiente, pero cuando pensaba en ella o en la pequeña castaña... simplemente no quería que ese momento ocurriese.

- ¿Te ibas a ir? ¿Después de las cosas que me dijiste simplemente querías irte como se fue papá?

- Yo... bueno... el señor me dijo que yo...

- Excusas, excusas, excusas.

Lucy se negaba a escuchar, se negaba a dejar de mover su cabeza desesperada mientras golpeaba los asientos con toda la fuerza que tenia en su incapacidad de entender lo que acababa de enterarse, un chico que apareció de la nada y logro darle un lugar donde sentirse en calma después de tanto tiempo, ¿Esfumarse como si nada? Simplemente no quería razonar, no quería oír explicaciones o excusas, no quería comprenderlo.

No quería que fuera real.

- Lucy, no golpees los asientos así.

- ¡No! ¡No te escucho! ¡No me interesa lo que digas! ¡No te iras!

- ¡Lucy!

- ¡¡¡No te iras!!! ¡¡¡No me dejes sola otra vez!!!

Leonard no dejaba de sentir la incomodidad por lo que se vio obligado a orillarse, mientras la niña se hallaba completamente descontrolada en el asiento trasero en una mezcla de patadas al aire y aferrarse a los asientos.

- ¡¡¡No quiero estar sola así otra vez!!! ¡¡¡No me dejes sola por favor!!!

- Lucy.

- Válgame el señor con esta niña.

El anciano solo podía contemplar con incredulidad el como la niña había aparecido de la nada y estaba en un estado de descontrol absoluto, ni el mayor berrinche que había visto alguna vez en sus hijos era capaz de hacerle justicia a lo que sus ojos presenciaban y tampoco sabía como poder atenderla, había pasado demasiado tiempo desde que había cuidado de un niño, menos de una niña que no conocía, paralizándose por un momento al buscar como lograr sacarla de ese estado, en cambio Lincoln soltó su cinturón de seguridad y se dirigió hacia los asientos traseros, buscando acercarse a la chica pese a los manotazos y patadas que lanzaba al aire.

- ¡Lucy! ¡Vuelve conmigo!

- ¡¡¡No!!! ¡¡¡No quiero estar sola!!! ¡¡¡No me dejes sola!!!

- ¡Estoy contigo! - Como pudo logro tomar los brazos de la chica, logrando extenderlos con los suyos al aplicar fuerza. - Vamos, respira, concéntrate en mi voz y en respirar, no pienses en nada, solo escúchame y respira.

Lento pero constante la voz de Lincoln comenzó a imponerse ante los gritos de Lucy, calmando su llanto hasta ser una serie de sollozos entrecortados por la chica que ya no peleaba contra el muchacho, sino que ahora empleaba sus fuerzas para aferrarse al pecho de este, convirtiéndose en un abrazo mutuo entre ambos donde Lincoln esta vez, tal como Leonard había hecho con él momentos antes, ahora él había depositado una de sus manos sobre la cabeza de Lucy, acariciando tímidamente su cabello.

- Ya, ya paso.

- Para ser alguien que tiene dudas sobre las personas, vaya que actuaste como un bien recién.

- Tuve... problemas similares antes, el anciano... me ayudo a superarlos, es una sensación horrible y no me gusta que las otras personas pasen por eso, sobre todo alguien tan pequeño como ella.

El anciano decidió no opinar más, era el momento de ambos niños, por la forma en que había actuado la chica era evidente el apego emocional que había adquirido con el chico y por la forma en que Lincoln hablaba, era muy probable que el sentimiento fuese mutuo, hablar sería interrumpir más aquel momento que les correspondía a ambos y eso era algo que no le correspondía, ya había dañado suficiente a Lincoln para meterse en algo tan privado para él una vez más.

- ¿Estás más calmada Lucy?

- Si, gracias.

- Oye, yo quería decírtelo, pero no... no sabía cómo hacerlo.

- ¿Realmente tienes que irte?

- Bueno, no es que sea la primera vez, es solo... todo paso muy rápido, relacionarme con ustedes, la noticia de que me movería otra vez de casa, tampoco entiendo bien todo esto si te soy honesto.

- ¿Entonces no te vas porque no me quieres cerca?

- ¿Qué? No, para nada, eres una buena chica Lucy.

Quizás no llevaban toda la vida conociéndose, pero si podía entender una cosa de ver a la pequeña en ese estado, era alguien a quien había comenzado a apreciar.

- Señor, - Lucy esta vez volteo para fijarse en Leonard. - Si usted quiere llevarse a Lincoln, por favor, déjeme ir con usted también.

- (Simultáneamente) ¿Eh?

Aunque la niña apenas se movió, se aferro como pudo a Lincoln, estirando sus brazos en un intento de alcanzarlo pese al asiento que los separaba.

- No me importa dejar esta vida, no me importa nada de lo que tengo, si quiere puedo regalarle todo, nada de eso me importa, mis juguetes, mis libros de hechizos, mis artículos mágicos, no me importa si no me da comida o si me hace dormir fuera de casa, solo le pido que también me lleve y me deje vivir con mi... hermano mayor... por favor.

- Lucy...

- Por favor, él ha sido más mi hermano estos días que las chicas toda mi vida.

- Niños, ya estamos cerca de un buen lugar donde desayunar, ¿No les parece seguir esta conversación allí? Puedes, amm... Lucy, tú también puedes comer con nosotros.

- ¿Si voy con usted ahora me dejara irme con Lincoln?

Conforme Lucy se iba calmando, más se aferraba a Lincoln, para ese momento la niña había adquirido un tono monótono de hablar, Lincoln pudo reconocer que era su tono normal de voz pero al mismo tiempo, sentía que esta se había aferrado muy fuertemente a él, incomodándole para poder volver al asiento del copiloto.

- No voy a secuestrar a Lincoln solo porque vayamos a tomar desayuno.

- No confió en usted.

- Sigh, ¿Puedes moverte Lincoln?

- No.

- Sigh, bien, aguanta un poco que lleguemos al lugar.

Algo que se cuestionaba era en que momento la niña había aparecido en el vehículo tanto como el lazo que había formado con el chico, según lo que sabía no podría haber sido mucho tiempo desde que se conociesen, eso significaría que o bien su hijo le había mentido sobre la situación de su nieto o realmente ambos niños habían congeniado de buena forma, fuese cual fuese, cada tantos minutos usaba el retrovisor para observarlos en el asiento trasero, Lincoln se mantenía principalmente quieto mientras la niña no soltaba su agarre, podía ver que el muchacho se encontraba ligeramente incomodo pero no hacía ningún esfuerzo por soltarse. Pasaron pocos minutos más antes de que finalmente llegaron a un local en el centro de Royal Woods.

- Este era el lugar, vine un par de veces el tiempo que he estado en esta ciudad y poseen un excelente café, ¿Habías venido antes Lincoln?

- Conozco algunos lugares, pero donde vendían principalmente hamburguesas, este se ve un poco... millonario para lo que veía con el anciano.

- ¿Millonario? Bueno, vamos dentro.

El lugar podía considerarse bastante más sofisticado que cualquier tienda que Lincoln hubiese visitado en el pasado, le recordaba mucho la casa de Jordán en ese aspecto por lo que no se sintió tan extraño visitando el lugar, aunque ese no era el caso de Lucy quien se aferró a su lado.

- ¿Estás bien?

- Este lugar es demasiado brillante.

- Yo diría elegante.

- Es como entrar en un abismo de luz, una trampa para nuestras almas.

- Oye, si hablas bonito, como para poesía.

- T..Te dije que me gustaba.

- ¿Y por qué no me habías dicho hasta ahora?

- Creía... que me dirías que es algo tonto.

- No creo que lo sea, es algo que te gusta después de todo, a mí me gustaba... pintar...

Lucy quería preguntar, pero ambos niños se vieron interrumpidos cuando el anciano los llamo a una mesa donde este se encontraba.

- Mejor vamos con él, tengo hambre.

Los primeros minutos donde se sentaron los tres fue de un silencio incomodo, ahora que los tres podían mirarse a la cara ninguno comenzaba una conversación fluida, más bien el anciano había intentado que los dos chicos hablasen de lo que fuese, quería intentar entablar un ambiente más agradable antes de tocar los temas difíciles pero notando que ninguno de los niños lograba explayarse más de pocas palabras sobre estos temas, el anciano termino por dar un gran suspiro que llamo la atención de estos.

- Oigan, sobre todo tú Lincoln, quiero explicarte un poco mi posición y él porque hago lo que hago.

- ¿Se refiere a que nos vayamos lejos de Royal Woods? - Lucy busco la mano de Lincoln en ese momento, pero el chico se había concentrado en Leonard, por lo que no noto el intento de la niña.

- Por supuesto, creo que para este momento entenderás que mi relación con Rita o Albert no es la mejor, lo mismo va para tu tío, este pueblo no nos ha traído mucha buena fortuna y por eso mis planes eran alejarnos de este lugar y criarte donde estaba viviendo, viví gran parte de mi vida en el mar y hasta ahora simplemente esperaba a podrirme en esa casa cerca del océano donde deje todo de mí, es un buen lugar, una buena ciudad, lo suficientemente lejos para que puedas empezar completamente de cero y nada de lo que ocurrió aquí te influya en el futuro, esa era mi idea contigo.

- ¿Empezar de cero? ¿Pero y mis amigos?

- Lo cierto es que son pocas las amistades de la infancia que sobreviven al paso del tiempo, es muy probable que conocieras a nueva gente allá y formases una buena amistad, o si quieres puedes seguir en contacto con ellos por teléfono, como tú prefieras, la idea es distanciarnos de Royal Woods.

- Señor, yo quiero...

- Niña, ya me dijiste tus intenciones, pero si sientes algo de cariño por tu hermano déjalo escoger por su cuenta.

Escoger.

Él no había escogido nada importante, había seguido gran parte de su vida según surgían las cosas, la primera persona que lo obligo a escoger fue... el anciano, decisiones pequeñas como la cena que quería, la repercusión de sus acciones fuesen buenas o malas eran cosas que Albert se había dedicado a grabárselas en el alma y, escogiese lo que escogiese ahora, si este otro anciano le daba a escoger, sabía que tendría que cargar con el peso de esa decisión.

Empezar de cero o quedarse con la gente que apreciaba en ese lugar, la intención de este anciano es que optase por la primera, de eso estaba seguro, ¿Quedarse realmente era una opción?

Y de quedarse.

¿Sería lo mejor?

Muchas cosas le habían pasado, algunas más horribles que otras, pensar en todas las cosas que le habían lastimado a la fecha sentía que era absurdo solo por la cantidad, pero...

- Señor... yo... - Su mirada decayó, algo que Leonard pudo notar.

- Solo dímelo chico, por algo te estoy preguntando, no hay respuesta incorrecta ni habrá castigo por ella.

- Yo... no sé qué responderle, agradezco que me deje escoger, pero no lo sé, es algo muy importante y si me equivoco...

- ¿Equivocarte? Lincoln, no siempre sabremos el peso de las decisiones que tomamos, hay veces en que solo debes escoger y aceptar las consecuencias.

- Pero un error puede hacerle mucho daño a alguien. - La imagen de aquel día en que decidió abrir la ventana vino a su cabeza, desobedeció la orden del anciano y el resultado había terminado una nueva visita al hospital, manchando con la sangre del anciano sus manos, en ese momento este cerro sus ojos. - No quiero volver a cometer un error así.

Leonard cerro sus ojos, entendía el peso de equivocarse con una decisión, había dejado que su ego le dominase por tanto y se había alejado de su hijo por ello, de haberlo sabido en ese entonces probablemente hubiese cambiado su decisión y tal vez su hijo estaría vivo, pero al abrir sus ojos veía al niño peliblanco frente a él, ese muchacho era su presente, incluso con él ya había cometido el error de someterlo a tanto daño, muchas de sus decisiones habían sido horribles cuando lo pensaba en retrospectiva, y por eso sentía que entendía mejor que nadie aquella sensación de miedo y la necesidad de aceptar las consecuencias.

- Pero esas decisiones son las que le dan forma a tu vida, tanto lo bueno como lo malo, lidiar con el resultado es solo parte de la experiencia.

Lincoln guardo silencio por un momento ante esas palabras.

- Decisiones.

El resto del desayuno pasó relativamente rápido, Leonard no forzó la respuesta del chico e intento convivir como pudo con él, simplemente caminando a su lado ofreciéndole una que otra cosa en algunas de las tiendas pese a que Lincoln se negaba, su mente estaba procesando no solo aquella frase, sino que la propia pregunta que le habían hecho y la decisión que debía tomar, siendo el momento en que se habían acercado a un parque cuando su teléfono sonó.

- Perdón por eso, voy a apagarlo.

- Solo estamos paseando, puedes contestar tu teléfono chico.

- Eh, gracias. - Saco su teléfono, mirando el nombre. - Es Jayden, mi mejor amigo, voy a negar la llamada.

- ¿Y eso por qué?

- Tendemos a hablar mucho.

- No tengo problemas, puedo admirar el paisaje por unos minutos, tomate todo el tiempo que quieras.

- G..Gracias. - Y Lincoln contesto. - Jay, hola, dime. - La expresión de Lincoln se llenó de confusión. - ¿Ir? ¿Dónde? - La confusión se transformó en incomodidad. - Jay... creo que hoy no...

- ¿Tenias planes con él originalmente?

- Yo...

- Ve.

- ¿Está seguro?

- Convivimos un rato, puedo quedarme con eso, además conversar con tu amigo posiblemente te ayude a tomar una mejor decisión.

- No lo sé, aunque creo que tiene razón.

- De hecho, yo mismo te llevaré a su hogar, considéralo la parte final de nuestro viaje.

- Está... bien.

Leonard sonrió al ver que su nieto puso una expresión más alegre, quizás realmente era algo que el muchacho necesitaba.

Lincoln, por su parte, asintió alegre.

- Voy en una hora Jay, nos vemos. - Lincoln corto la llamada, podía notarse un poco más tranquilo. - Gracias señor.

- Jeje, no te preocupes, al menos quisiera seguir en contacto contigo y con tú... oye, ¿Y la niña?

- ¿Puedo hablar ahora? - Tanto Lincoln como Leonard terminaron asustándose, recordando en ese momento que Lucy estaba justo detrás de ellos.

- ¿Seguías ahí? - Leonard estaba genuinamente sorprendido.

Aunque sus ojos estaban cubiertos, el anciano podía sentir que la niña intentaba fulminarle con la mirada, Lincoln por su parte solo se quedó observando en silencio aquella interacción.


Cerca de media hora después, casa de Jayden

Jayden miraba por la ventana en búsqueda del muchacho peliblanco, en su expresión podía notarse tanto las ansias por su llegada como una notable preocupación, su madre le miraba desde la cocina con un vaso con agua en su mano, no terminaba de estar de acuerdo con la visita del niño ese día, aunque bien podría aprovechar de hablar con ambos al mismo tiempo, sentía que era lo correcto y si Lincoln realmente apreciaba a su hijo podría entender, era pequeño pero bastante maduro, si lo decía de buena manera podría entender que su hijo tenia una dependencia no muy sana, además... sería una buena instancia para hablarle a su hijo del nuevo habitante de su hogar.

Dando un último trago de agua dejo el vaso sobre el lavaplatos y se acercó a la sala.

- Jay, ya llegará, no estés tan ansioso.

- Lincoln ya no tiene al anciano para que lo lleve así que vendrá a pie y es posible que llueva, podría llamarlo nuevamente para saber dónde va.

- Él es un chico listo, vendrá con un paraguas.

- Aja.

Ver a un chico normalmente tan activo mostrarse tan aletargado era un dolor para su madre quien decidió sentarse a un lado de su hijo, depositando su mano en el hombro de este.

- Hijo, ¿Nunca te has puesto a pensar que Lincoln tiene su propia vida?

- Claro que la tiene, pero le han pasado varias cosas malas.

- Si, y eso es muy triste, todo niño debería tener una buena infancia, eso sería lo ideal, pero por desgracia no siempre es el caso.

- Lo sé, él no la ha pasado bien.

- Jay, cariño, a lo que quiero llegar es que él tiene su vida, tú tienes tu propia vida y tus propios problemas, no puedes estar tan al pendiente de lo que ocurre con tu amigo, hay ocasiones en las que... debes dejarlos estar.

- ¿Dejarlo estar? ¿A qué te refieres mamá?

- Hijo, no puedes anteponer tanto la vida de tu amigo por sobre la tuya, piensas demasiado en él y eso no es bueno.

La expresión de Jayden se deformo ligeramente, aún mantenía aquella preocupada connotación, pero su ceño se había fruncido ligeramente, una señal de que aquella frase no le había terminado de agradar.

- Es lo que haría un buen amigo.

- Un buen amigo sabe distinguir entre la vida privada de ambos, en las relaciones la distancia no es algo necesariamente negativo, poner límites siempre es bueno.

- ¿Limites?

- Jay, ¿Hay algo que no harías si es por el bien de Lincoln?

- No, es mi amigo y si puedo ayudarlo yo...

- Ese es el problema, cuando piensas en tu amiguito, ¿Piensas en mí? ¿Piensas en ti mismo o en tus otros amigos?

- Bueno, yo...

- Hijo, eres un niño maravilloso, pero... no puedes hacer que tu felicidad y tu vida dependa de Lincoln, cuando se conocieron estabas en un estado similar y me fue muy duro verte así, y ahora... yo quiero a Lincoln, es un buen chico, pero...

- (Molesto) ¿Pero qué? Dime.

El tono agresivo amedrento ligeramente a la mujer, cambiando su semblante por uno más triste que Jayden pudo notar, arrepintiéndose de lo que hizo.

- Por cosas como esta Jay, por eso tengo que ser firme en ocasiones cuando veo que las cosas no están bien, - La mujer dio otro gran suspiro antes de centrar sus ojos en los de Jayden, intimidándolo. - Si no puedes controlarte, si no logras crear limites sanos con tu amigo, te prohibiré seguir siendo amigo de Lincoln.

- N..No, no puedes...

- Es una orden jovencito, también hablaré con él cuando llegue sobre esto y...

- ¡Es mi amigo, no puedes hacerme eso!

- (Seria) Si solo te provoca esa rabia y tristeza, entonces Lincoln no es un buen amigo.

Jayden quería reclamar, pero el último tiempo ciertamente Lincoln había creado una distancia con él que sentía se hacía más grande con cada día, y ciertamente eso le dolía bastante.

Lo había apoyado como había podido desde que lo conoció, un encuentro casi predestinado el cual sello una buena amistad en la que se sentía cómodo, pero al mismo tiempo siempre se había lamentado por las terribles situaciones que había tenido que vivir Lincoln, por eso sentía que debía darlo todo, esforzarse por mantener a su mejor amigo feliz, era lo que un buen amigo haría, si él estuviese en su situación, Lincoln lo haría... ¿Lo haría?

Las palabras de su madre habían hecho que la respuesta a esa pregunta no tuviese una respuesta obvia.

Si él estuviese sufriendo de gran manera, ¿Lincoln se detendría a apoyarlo incondicionalmente?

La adulta pudo notar la duda en los ojos de su hijo, levantándose para darle un beso en la frente y sacarle la gorra para acariciar un poco su cabello.

- Me llevare esto por hoy.

- Pero esa gorra fue...

- Lo sé, solo quiero... - Pero su comentario fue interrumpido por el tono de su teléfono, provocando que frunciera el ceño. - Genial, espérame un momento Jay, tengo que contestar esta llamada. - Tomando su teléfono, se encamino a su cuarto. - Hoy es mi día libre, más vale que sea de vida o muerte, mierda, iré, ten preparado todo, adiós, - Devuelta donde su hijo, miro a este detenidamente. - Jay, escucha, mi compañero de turno tuvo un problema con un paciente y ahora debo ir a suplirlo, ten presente lo que conversamos.

La mujer no duro mucho más antes de prepararse tan rápido como pudo, darle un beso de despedida a su hijo y marcharse, dejando en soledad al chico y con su mente hecha un desastre emocional al no saber que hacer, pues ni siquiera había podido retener su tesoro personal.

Termino dejándose caer sobre el sofá, y mientras intentaba reorganizar sus ideas, un vehículo se detuvo frente a su hogar desde el cual se bajo un niño de su edad.

- ¿Lincoln?

De un salto se levanto del asiento y corrió hacía la entrada, ahora que el muchacho estaba finalmente podría aclarar sus dudas e inquietudes, demostrarle a su madre y a los chicos que estaban equivocados, su amistad con Lincoln era demasiado fuerte para romperse por tonterías, Lincoln lo apreciaba tanto como él lo hacía, podría demostrarlo y... no pudo terminar esa frase en su mente, quedándose congelado en el momento que tomo el pomo de la puerta.

Lincoln ni siquiera sonaba convencido de acompañarle ese día, había estado distante, la invitación que le hizo fue algo dicho sin pensar demasiado y ahora tampoco sabía que hacer, no tenia idea de que jugar, que hacer, si lo había invitado a comer o no, solo se había dejado llevar, esa era la triste verdad, tenía a su mejor amigo a pocos pasos de la puerta y de poder comenzar cualquier conversación o actividad, pero Jayden no tenía los ánimos ni las ideas, todo lo que sentía, era dolor.

- Hola Jay. - No paso mucho hasta que finalmente el peliblanco se encontraba dentro del hogar, sentado en el sofá mirándolo con una expresión ligeramente alegre.

- Linc, ¿Qué tal todo? ¿Y ese vehículo?

- Es de, bueno, otro de mis abuelos, me invito a desayunar y pasamos la mañana juntos, lo conozco desde hace poco.

- Ya veo, ¿Es agradable?

- Bueno, he tenido peores encuentros con familiares.

- Cierto, daba miedo verte con tantos moretones y heridas.

- Podría decir que tengo talento para meterme en problemas jeje.

- Si... eso debe ser.

Silencio.

La conversación murió ahí, Lincoln no parecía saber como continuarla y Jayden simplemente miraba en dirección a los pies de su amigo.

¿Por qué no lo veía a los ojos? No era algo importante, verlo directamente nunca lo fue, habían hecho cientos de idioteces juntos, estudiado para los exámenes, festejado y demás, ¿Por qué era incapaz de levantar la vista como le pasaba en ocasiones con su madre?

Sentía como le sudaban sus manos, estaba nervioso, era esa pequeña sensación de adrenalina antes de hacer algo importante, lo había vivido en las ocasiones que había participado en algún club deportivo por su cuenta, antes de algún evento, esa sensación de que lo que estaba por hacer sería de alguna manera importante, era una conversación con su mejor amigo de forma casual en su hogar, no debía de sentirse así, pero...

"Te prohibiré seguir siendo amigo de Lincoln"

Su madre podía ser una mujer bastante alegre con la cual estar, podía negociar dependiendo de la situación y el ambiente que tuviese con ella, pero también ella cumplía su palabra cuando se trataba de advertencias.

- Lincoln, - La voz le temblaba, la duda se apoderaba de su mente y seguía sin poder levantar su vista lo suficiente para notar la expresión que este tenía. - Últimamente creo que no hemos podido convivir mucho, por eso quería... quería que nosotros...

Trago con dificultad, ¿Por qué era tan difícil hablar?

- Lo siento por eso, supongo que he estado algo ocupado, no tienes por qué preocuparte por eso.

- Pero si no estás bien podría ayudarte.

- No creo, esto es algo personal.

Habían compartido todo desde hace años, eran prácticamente hermanos de padres diferentes, jamás le había dejado de lado en los buenos momentos ni se había guardado nada a la hora de tener tanto buenas como malas noticias sobre él mismo, la cercanía que tenían ambos era total como para entender hasta las cosas difíciles, peor incluso, si eran difíciles podían contárselo el uno al otro para poder apoyarse.

"Entonces Lincoln no es un buen amigo"

- ¿Cómo el hecho de que te vas de Royal Woods?

El tono de Jayden esta vez fue totalmente seco, carente de la jovialidad con la que normalmente hablaba a su mejor amigo, apretando sus puños con furia de pensar en la situación, en todo lo que ocurría a su alrededor y en su persona y tratar de forma tan descarada de apartarlo como si no importase, claro que le importaba, era su mejor amigo, podía apoyarlo o ayudarlo, ¿Por qué ocultárselo? ¿Por qué decirle a alguien que no importa como si nada mientras que a él lo apartaba y dejaba a su suerte cuando era quien se preocupaba realmente?

Las palabras de su madre parecían resonar cada vez con más fuerza en su cabeza y, conforme aquellas se hacían más presentes, más lo hacía su propia rabia e impotencia.

- Jay... yo...

- ¿Entonces es cierto?

- ¿Cómo te enteraste?

- Trent me lo dijo, se lo dijo Chandler.

- (Molesto) Ese chismoso.

- Lincoln, ¿Por qué?

- Bueno... el anciano dijo...

- No es eso, ¿Por qué no me dijiste? ¿Por qué me evadiste tanto? Acaso... ¿Querías irte sin decírmelo?

- No, no... yo no... no... no lo sé.

- ¿No lo sabes?

- Jay, mi vida es un desastre en estos momentos, no creo que lo comprendas ya que...

- ¡Claro que no lo voy a comprender si no me cuentas! - Jayden se levanto de un salto, mirando finalmente a los ojos de Lincoln solo para notar que este le miraba casi condescendientemente. - ¿Qué con esa mirada?

- ¿Mi mirada? No te entiendo.

- ¿Por qué me miras así? ¿Te hice algo acaso?

- Jay, no, no sé de qué hablas, solamente quería...

- ¿Querías mantenerme en la duda?

- ¡No! ¡No es eso! Eres mi amigo y por eso yo no...

- ¡¿No qué?!

- ¡¡¡No lo sé!!! ¡¡¡Dejen de preguntarme cosas que no sé maldita sea!!!

Esta vez fue Lincoln quien se levanto de golpe, ni siquiera había pasado más de diez minutos desde que había llegado pero tenía pensado marcharse, sus dudas con sus hermanas aún pesaban sobre él, aquella decisión que le dejo el anciano sobre su futuro era algo que carcomía su cerebro desde que le fue planteada la posibilidad de decidir, odiaba la sensación, odiaba las decisiones, odiaba muchas cosas, eran demasiadas cosas para su cabeza y no le dejaban respirar, incluso cuando quería pensar en pasar una divertida tarde con su mejor amigo este inmediatamente volvió a dejarle una situación difícil que no sabía como lidiar, de hecho, la única decisión que pudo tomar es que no quería lidiar con esa situación, no ahora.

Si lo llamase cobarde no le importaba, no necesitaba más presión sobre él en ese momento por lo que camino fuera de la casa, Jayden siempre había sido bueno en eso, en darse cuenta lo que necesitaba, mañana le hablaría con más calma y podría explicarse, pero cuando había salido del lugar se vio retenido de golpe por Jayden quien lo sujeto de su camisa, impidiéndole avanzar.

- ¡Responde mis preguntas! ¡No quiero más dudas! ¡¿Eres mi amigo o no?!

- ¡Claro que soy tu amigo, somos mejores amigos!

- ¡¿Entonces por qué huyes?!

- ¡Tengo mis problemas, déjame lidiar con ellos!

- ¡¡¡Sabes que podemos conversarlo, por algo somos amigos!!!

- ¡¡¡Que seamos amigos no significa que te lo diga todo!!!

- ¡¡¡¿Qué mierda crees que es la amistad entonces?!!!

- ¡¡¡No!!! ¡¡¡Lo!!! ¡¡¡Sé!!!

- ¡¡¡¿Entonces si no lo sabes por qué dices que somos amigos?!!!

- ¡¡¡Pues ahora mismo me lo estoy preguntando!!!

La furia puede hacer que la gente diga cosas que no son realmente lo que piensan, en el momento en que aquella adrenalina se apodera del cuerpo no se piensa en el daño o la empatía, aunque sea un pequeño esbozo de pensamiento este puede ser dicho como si fuese una convicción real de la persona, Lincoln recordaba haber leído eso alguna vez cuando sintió que perdía el control de sus propias emociones tanto tiempo atrás, creyó haberlo superado y por ello no lastimaría a más seres queridos, pero en el instante que lo dijo pudo procesarlo y deseaba darse a si mismo un golpe para detenerse, más sus brazos no se movían, su boca no dejaba de moverse, y la expresión de Jayden no dejaba de empeorar.

Pudo notar como el color comenzaba a escapar del rostro de su amigo y su boca comenzaba a temblar, retrocediendo casi como si le hubiese dado un golpe, aunque si lo pensaba, si había sido un duro golpe emocional.

- Después... de todo lo que hemos pasado y vivido... de todo lo que... lo que he hecho por ti... que te he defendido... te he apoyado... te he... tratado como si fueses de mi propia familia... ¿Dudas de nuestra amistad?

- Jay...

- Jay nada, tú... huérfano de mierda.

Jamás habían tocado el tema de forma tan directa, Jayden sabía de primera mano cuanto había sufrido por todo lo ocurrido desde aquella fatídica celebración.

- (Alegre) Alguien tenía que decírtelo algún día, ¿No? Recordarte que yo ya no existo hijo.

Aquella herida que no lograba sanar en el fondo del corazón de Lincoln.

- ¡¡¡Cállate!!!

Y antes de siquiera terminar de reaccionar, Lincoln ya había levantado su puño dándole directamente en la mejilla izquierda.

Jayden no alcanzo a reaccionar, no tenia mente para procesar lo ocurrido antes de que aquel ardor se mezclase con el dolor de su mejilla y la incredulidad de lo que acababa de ocurrir.

- (Furioso) Repítelo bastardo.

- ¿No me oíste acaso? - Ahora fue Jayden quien le dio un potente derechazo a Lincoln. - ¡¡¡Te dije que eres un puto huérfano de mierda!!!

El rubio no dudo en encadenar su golpe con otro más, no había una especial coordinación entre ellos pero apunto directamente al rostro del peliblanco mientras apretaba su mandíbula en un intento de soportar su propio dolor.

- ¡¡¡¿O que vas a hacer?!!! ¡¡¡¿Vas a ignorar esto como todo lo que he intentado hacer por ti bastardo malagradecido?!!!

Pero Lincoln logro evadir uno de sus puñetazos en ese momento, aprovechando la cercanía de estos para darle un cabezazo a Jayden.

- ¡¡¡Por supuesto que no quiero ignorarte, eres tan pesado que nunca has estado lejos de mi desde que te conozco!!!

Aprovechando el amedrentamiento del cabezazo Lincoln cargo hacía Jayden, derribándolo y usando su posición superior para comenzar a golpearlo.

- ¡¡¡Siempre has estado ahí, has estado más conmigo que cualquier otra persona o familiar que haya tenido, por supuesto que no puedo ignorarte!!!

Pero Jayden logro tirar de Lincoln para sacárselo de encima con una patada, alejándolo lo suficiente para poder incorporarse frente a este.

- ¡¡¡¿Entonces por qué te alejaste de mí y me ocultaste algo tan importante?!!! - Se abalanzo sobre Lincoln, quedando esta vez él encima del peliblanco. - ¡¡¡Lo he dado todo, me enemiste con los demás porque te dieron la espalda!!! - Comenzó a golpearlo como podía. - ¡¡¡Me estoy enemistando con mamá porque quiere que me aleje de ti!!! - Apretó con más fuerza sus puños, apuntando nuevamente a la cara. - ¡¡¡Me enemistaría con quien fuese si con eso pudiera ayudarte a mejorar!!! - Lincoln logro sacárselo de encima, pero Jayden logro aferrarse a la camisa de este y acercar su rostro al suyo. - ¡¡¡¿Qué mierda pasa contigo Lincoln?!!! ¡¡¡Dímelo!!!

Un potente rodillazo en el estómago por parte de Lincoln logro ganar algo de distancia entre ambos chicos, retrocediendo principalmente Jayden quien sentía que le faltaba el aire.

- ¡¡¡No me quiero separar de ti imbécil, eres mi mejor amigo, mi hermano, por supuesto que no sabía como decirte que el anciano ese me quiere llevar lejos!!!

Nuevamente Lincoln se acerco corriendo, pero Jayden lo intercepto con un cabezazo de su parte.

- ¡¡¡¿Y no podías simplemente decírmelo?!!! ¡¡¡¿Acaso no confías en mí?!!!

Pero aún con el dolor de dicho cabezazo, Lincoln logro conectar un golpe al aire contra la cara de Jayden, haciéndolo retroceder una vez más.

- ¡¡¡Has hecho mucho por mí, no te quería herir!!! - Logro conectar otro golpe. - ¡¡¡Siempre haces tanto por mí!!! - Y otro golpe más débil. - ¡Siempre te esfuerzas por hacerme reír! - Y otro. - ¡Por que tenga que algo comer! - Y otro. - ¡Por que tenga para vestir! - Y otro. - ¡El anciano de hoy me pregunto sobre que veo como mi familia, le prometí a esa niña sombría que sería su hermano mayor, pero cuando tuve que pensar en quien realmente es mi familia solo podía pensar en ti!

Las lágrimas comenzaron a acumularse en su herido rostro, aunque ahora estaba sobre Jayden y seguía intentando golpear estos carecían por completo de fuerza, eran roces de sus lastimados nudillos sobre la cara hinchada de su amigo quien le veía impresionado de ver como en los últimos golpes la expresión de su amigo se había deformado en aquella muestra de dolor que podía contemplar.

- ¡Claro que no me quiero ir! ¡He sufrido mucho aquí pero no puedo simplemente olvidarme de las cosas buenas que he vivido aquí y tú eres una de esas idiota pero todo lo que hago es sufrir desgracias una detrás de otra, no te quiero involucrar más, no te quiero hacer sufrir más, el anciano me dio a escoger si quiero irme o no, y lo que me hizo dudar fue que si me alejaba, podrías alejarte de mí desgracia!

Un último y totalmente carente de fuerza golpe se dirigió hacia Jayden, uno al cual cayeron varias de las lágrimas de Lincoln.

- No sé que esperar de las chicas, algunas me odian y otras parecieran que les agrado, no sé si puedo confiar en el anciano después de todo lo ocurrido, no sé en quien puedo confiar o no, son demasiadas cosas y problemas que no quería involucrarte.

- ¿Lo hacías... por pensar en mí?

- Viejo, eres mi mejor amigo, no puedes cargar con todos mis problemas.

"Un buen amigo sabe distinguir entre la vida privada de ambos"

- Quería volver a acercarme cuando ordenara mi cabeza, cuando aclarara que soy para mis hermanas y que son para mi para que salieras herido como te paso con Lynn.

"En las relaciones la distancia no es algo necesariamente negativo"

- Por eso me aparte, mi cabeza estaba llena de tantas cosas... yo... yo... no quería herirte... yo... lo siento Jay... lo sien...

Pero un golpe interrumpió el llanto de Lincoln, no había sido con la misma fuerza que antes, pero si la suficiente para detener su lamento y permitirle centrarse en Jayden quien, aunque su rostro estaba hinchado y comenzaba a ponerse morado, le sonreía.

- Después de la paliza que me diste, no te queda bien llorar arrepentido.

- Jay.

- Necesitas superar esto por tu cuenta, ¿No? Perdón por no darme cuenta y seguir presionándote.

- No me pidas perdón, - Lincoln se levantó, permitiendo a Jayden moverse. - Él que estuvo mal fui yo.

El rubio negó con la cabeza, levantándose lo suficiente para quedar sentado junto a Lincoln en el césped.

- Mamá tenía razón, creo que intente estar tanto a tu lado que te cause problemas, así que si lo ves de esa forma, ambos nos equivocamos.

Jayden le regalo una enorme sonrisa, mostrando sus dientes de los cuales faltaban unos pocos dientes de leche que le quedaban al chico.

- Jeje, te quedaste sin dientes.

- Bueno, tu tienes dientes enormes, podrías darme algunos, ¿No?

Aunque ambos eran un desastre, la risa finalmente por poseerlos, no necesitaban hablar más, no era necesario, ambos lo tenían claro en ese momento.

Su amistad era un vínculo que ambos apreciaban y no se rompería tan fácilmente.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top