[ 🌧 ] - Capitulo Unico.
Disclaimer: Magic Kaito y sus personajes son propiedad de Gosho Aoyama.
Advertencia: Fanfic de genero Yuri/GL con AU, ooc, drama, llanto, problemas, violencia, heridas y romance.
En cuanto sintió ardor sobre su mejilla y un amargo sabor metálico recorrió su paladar, supo que todo había acabado.
Dirigio rapidamente una de sus manos a la zona herida mientras mordía su labio inferior con fuerza. Sus ojos picaban, debido al llanto que batallaba por salir, y todo su cuerpo temblaba.
—¿Porque…? ¿¡Que he hecho mal!?—oyó decir al hombre en frente suyo—Mi propia hija haciendo “ese” tipo de cosas...—dijo con desagrado—¡Eres repugnante!—exclamó.
—Papá…—susurró con pena Akako. Nunca creyó que las cosas resultarían de aquel modo. O, mejor dicho, nunca quiso que fuera así.
—¡No quiero oírte!—gritó con furia el hombre antes de sujetarla fuertemente del brazo—¡Vete de aquí, no quiero a alguien como tu en mi casa!—dijo al tiempo que arrastraba a la contraria fuera—¡Tu ya no eres mi hija!—exclamó con fuerza mientras la empujaba a la calle. Posteriormente azotó la puerta y se aseguró de ponerle seguro.
Akako cayó de rodillas al sucio y frío piso de mármol que adornaba la entrada a su, ahora antiguo, hogar. Con dolor, se puso de pie y sacudió su ropa, sus rodillas ardieron ante el movimiento dejándole en claro qué se había lastimado al caer.
—Está bien…—murmuro para si misma antes de sentir como un par de lágrimas descendían desde sus ojos.
Aquel día, Akako, había llegado a casa con calma, como si de cualquier otro dia se tratase. Esperaba poder tomar un baño caliente y descansar un poco antes de hacer sus deberes, pero en cuanto llegó a su hogar se encontró con su padre en la sala.
En cuanto este se percato de su presencia comenzó todo, su padre empezó a hacerle mil y un preguntas sobre Aoko, su novia, y sobre su relación.
Aquello sin dudar la tomó por sorpresa, después de todo, su relación amorosa con Aoko era un secreto para todos a excepción de Kaito, el mejor amigo de su amante.
Akako intentó hablar, aclarar las cosas y calmar un poco a su padre, pero fue inútil. La simple idea de que su única hija fuera lesbiana lo volvía loco.
Cuando le preguntó directamente si aquello era verdad, Akako no lo negó, llevaba más de seis meses de relación con Aok y creyó que, quizás, ya era momento de dejar de esconderlo. Amaba a Aoko, ella era su razón de ser y su luz. No quería mentir más.
Es por ello que enfrentó a su padre y le dijo claramente que todo era verdad, que estaba saliendo con Aoko y que la amaba más que a nadie.
Akako estaba lista para todo, palabras hirientes, insultos e, incluso, amenazas. Pero no para un golpe, aquello sin duda la tomó por sorpresa. Después de todo la relación que tenía con su padre no era realmente buena, pero confiaban el uno en el otro y este nunca le llegó a poner una mano encima.
Es por ello que Akako no pudo reaccionar hasta que sintió el duro piso de marmol contra su cuerpo. Se sentía terrible, su pecho dolía, todo su cuerpo temblaba y sus lágrimas no paraban de caer.
¿Qué haría ahora? ¿A dónde iría? No lo sabía.
De momento se encargaría de alejarse de aquel lugar en el cual ya no era bienvenida.
Sin un lugar fijo, Akako comenzó a caminar ignorando las miradas que la gente le dedicaba debido a su maltratado rostro.
Permaneció así un tiempo, completamente perdida en sus pensamiento y vagando sin rumbo fijo, hasta que llegó al vecindario donde vivía Aoko y, un tanto insegura, trazó su camino al hogar de su novia.
En cuanto estuvo en frente del hogar de la familia Nakamori dirigió su mirada a la ventana de la habitación de Aoko. La luz se encuentra apagada así que, deduce, se encuentra fuera.
Akako sonríe intuitivamente al recordar el rostro alegre de Aoko, su sonrisa, sus rosadas mejillas y sus cálidas manos. Desea tanto estar en estos momentos con ella y oírla llamar su nombre.
Necesita de su calidez más que nunca.
Lista para retirarse, Akako se da media vuelta, pero antes de siquiera dar un paso logra oír la melodiosa voz de Kuroba a sus espalda.
—¿Akako?—la llamó el mago con sorpresa. Koizumi se giró para encararlo y se encontró con Kaito y Aoko, ambos cargaban bolsas con víveres, seguramente acababan de volver del supermercado.
—Kaito…—murmuró Koizumi antes de dirigir su mirada a Aoko, quién, la observaba con sorpresa y preocupación mezcladas. Por un momento no lo entiende, hasta que recuerda la herida en su rostro y entonces todo cobra sentido.
Aoko está preocupada por su bienestar.
Luego de charlar un poco con ambos jóvenes, Akako les explico lo sucedido y ambos la invitaron a pasar al hogar de Aoko.
Kaito le preparo una taza de té mientras que Aoko fue a buscar un cambio de ropa para ella. Después de todo, aun llevaba puesto su uniforme escolar y este se encontraba algo sucio por su caída al suelo.
—Aquí tienes—le dijo Kaito mientras le entregaba una taza de té caliente.
—Gracias—dijo automáticamente Akako sin dirigirle la mirada. Se sentía apenada, no quería causarle problemas a Kaito y mucho menos a Aoko.
Quizás el ir a aquel lugar no había sido una buena idea.
El silencio se hizo presente entre ambos por un par de segundos antes de que Kaito volviera a hablar.
—¿Estas bien?—cuestionó repentinamente, Kuroba, con preocupación logrando sacarla sus pensamientos. Akako dirigió su mirada a él y sonrió con amargura.
—Si—musito con calma—es solo que no entiendo porque un sentimiento tan hermoso como este no puede ser aceptado—dijo con dolor Akako. Kaito simplemente la observó con pena—Mi padre es la única familia que me queda y saber qué ahora me a abandonado duele—declaró con un par de lágrimas en su rostro.
—Entiendo como te sientes—dijo con pesar Kaito—Pero no olvides que nos tienes a nosotros—declaró con una sonrisa sorprendiendo a Koizumi—Tanto Aoko como yo también somos tu familia y nunca te abandonaremos, recuérdalo—dijo antes de palmear el hombro de la chica. Un cálido sentimiento de felicidad invadió el interiores de Akako al oírlo.
Kaito tenía razón, aun si su padre la abandonaba, ella aun los tenía a ellos. ¿Porque tenía tanto miedo? Si estaba con Aoko y Kaito todo resultaría bien.
—Muchas gracias, Kaito—dijo Akako con una pequeña sonrisa de alivio. Ahora se sentía mejor.
—Traje el cambio de ropa—comentó Aoko mientras se adentraba a la sala—Puedes cambiarte en mi habitación—dijo mientras le entregaba la ropa a Akako.
—Gracias—dijo Koizumi con una sonrisa sincera. Aoko mordió el interior de su mejilla al verla—Iré a cambiarme—musitó antes de ponerse de pie e ir a la habitación de Nakamori para cambiarse.
Aoko la observó, hasta perderla de vista, con pena. Le dolía ver a su amante de aquel modo, herida y frágil.
Debía hacer algo.
—¿Puedo pasar?—cuestionó Aoko desde el otro lado de la puerta a su habitación. Había esperado el tiempo suficiente para que la pelirroja se terminará de cambiar.
—Por supuesto—dijo rápidamente Akako desde adentro. Sin más, Aoko abrió la puerta y se adentro.
—Hey…—musitó un tanto incómoda Aoko. Obviamente no sabía qué decir o hacer, aquello causó gracia en Akako y, con calma, tomó asiento en el borde de la cama de Nakamori.
—Ven—le dijo con una sonrisa mientras palmeaba el lugar libre a su lado. Aoko no dudó y tomó asiento a su lado.
—¿Cómo te sientes?—cuestionó la ojiazul mientras dejaba caer con suavidad su cabeza sobre el hombro de la contraria—¿Aun te duele?—dijo refiriéndose a la herida en la mejilla de Akako.
—Estoy bien—respondió con calma la pelirroja mientras acariciaba los cabellos de Aoko—Ya no me duele, asi que no te preocupes—dijo antes de dejar apoyar su cabeza con la contraría.
Permanecieron así un par de minutos antes de que Aoko hablara.
—Akako—la llamó la contraria—¿Recuerdas lo que te dije una vez?—cuestionó mientras se separaba un poco de la otra—Te dije que, cuando no tuvieras a donde ir, vinieras conmigo—dijo con una pequeña sonrisa—Yo siempre tendré mis brazos abiertos para ti—declaró sorprendiendo levemente a Akako.
—Lo se—dijo Koizumi con una sonrisa—Lo recuerdo muy bien—aclaro—Creo que es por ello que vine hasta aquí intuitivamente, ¿Sabes?—dijo antes de dirigir su mirada a Aoko y dedicarle una sonrisa sincera.
—Lamento lo de tu padre—dijo con pesar Aoko.
—Está bien—hablo Akako rápidamente—Supongo que es algo que debía pasar tarde o temprano—declaró antes de dirigir una de sus manos a la zona herida de su mejilla. En cuanto recuerda las palabra de su padre la sonrisa de sus labios se desvanece.
Aoko nota aquello al instante y no puede evitar sentir pena. Akako se veía tan frágil en aquel momento que y no es capaz de contenerse más y decide aventarse sobre ella para abrazarla. El brusco y repentino movimiento hizo que ambas cayeran sobre la mullida cama de la atacante.
—¿Aoko?—dijo con sorpresa Akako.
—Te amo—declaró la contraria repentinamente avergonzando a Koizumi. Aoko enterró su rostro en el pecho de Akako y se aferró a ella con fuerza—Te amo mas que a nadie, Akako, tanto que imaginarme una vida sin ti me duele—dijo con su voz temblorosa y al borde del llanto—Pero si tu quieres que terminemos, entonces yo…—intento hablar pero se vio interrumpida por el repentino golpe qué Akako le propinó en la cabeza.
—¿¡Pero qué demonios estás diciendo!?—exclamó con molestia mientras se separaba de Aoko y tomaba asiento en la cama frente a la otra—¿Por qué iba yo a querer terminar contigo? ¿Acaso crees qué no te amo?—dijo con seriedad.
—Pero…—murmuró Aoko con lágrimas en sus ojos—Por mi culpa tu y tu padre se separaron—dijo con tristeza.
—¿Qué?—musito con sorpresa Akako. Observó a Aoko sollozar en frente suyo y suspiro—Eso no fue tu culpa, Aoko—dijo antes de acariciar con sus manos las mejillas de la contraria—Son cosas que pasan, ¿Sabes?—dijo con una calmada sonrisa.
—Akako…—murmuró Aoko con sorpresa. Podía ver en la mirada de la contraria dolor—Lo siento—dijo antes de colocar sus manos sobre las de Koizumi—No quise decir eso—declaró apenada.
—Lo sé—dijo la pelirroja antes de atraer a su cuerpo a Aoko y envolverla en un cálido abrazo—Pero no quiero que lo vuelvas a sugerir, por favor, es doloroso—aclaró.
—No lo haré—concordo Nakamori mientras se aferraba a la contraria.
Ambas permanecieron de aquel modo por un par de minutos más antes de separarse y mirarse la una a la otra con cariño.
—Te amo—declaró repentinamente Akako. Sus mejillas estaban levemente ruborizadas y sus rojos ojos brillaban llenos de cariño. Aoko sintió que su corazón podría derretirse por tanto amor.
—También te amo, Akako—dijo con una sonrisa Nakamori antes de acariciar la mejilla herida de la contraria—Cuando las cosas resultan ser difíciles, cuando sientas que nada tiene sentido y quieras llorar. Ven conmigo, yo siempre estare para ti porque te amo—le dijo con varias lágrimas en sus ojos. Aoko quería ser el pilar que sostuviera a Akako, quería ser su fuerte.
—Lo hare, asi que tu también haz lo mismo y ven conmigo cuando quieras llorar o sientas que nada tiene sentido—dijo Akako con un una sonrisa enternecida antes de acercarse al rostro de su amante y rozar sus labios con los de ella.
Un beso simple y torpe, pero lleno de amor. Con aquel cálido contacto, ambas podían sentir como sus inseguridades y miedos desaparecian.
Luego de un par de minutos se separan e intercambian miradas con cariño, no necesitan palabras para expresar lo felices que se sienten en ese momento.
Quizás las cosas no serían fáciles en el futuro y ambas deberán pasar momentos difíciles. Pero no les importa, mientras se tengan la una a la otra, todo resultara bien.
Porque se aman y eso es todo lo que les importa.
Hola! (❁´▽'❁)
Aqui mi primer one-shot Yuri! C': Moon night no cuenta (?) xD
Espero les haya gustado!
Disculpen los errores ortográficos, siempre se me pasan algunos :c prometo revisarlo con mas cuidado luego 🙇
La canción en multimedia esta porque me gusta (?) idk xDD
En fin, muchas gracias por leer! ❤
Que tengan un bonito dia~ 💖
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