Laura

Nunca antes había corrido tan rápido como lo estoy haciendo ahora. Escucho a Brandon, gritando mi nombre una y otra vez implorándome que espere, que me detenga pero no lo hago. La única respuesta que encontré ante su propuesta fue huir de él. Me imagino que se estará preguntando por que lo hago pero él no lo entendería.

El no sabe todo lo que tuve que pasar en el pasado, todo el sufrimiento, el engaño, los desastres que me han hecho y lo peor de todo es que no ocurrió solo una vez, si no que varias veces tuvo que pasar lo mismo para que entienda que las personas no cambian de la noche a la mañana.

Pero supongo que  todo  me ocurrió porque soy una tonta, una estúpida y muchas cosas más.

Aunque Brandon parezca un buen chico, no puedo arriesgarme dándole ese espacio para que entre a mi vida, porque si lo hago va a ser muy difícil sacarlo de vuelta y uno de los dos va a terminar con el corazón roto. Lo más probable es que sea yo la rota y no el chico con lentes.

Me dolió un poco haberlo dejado así; sin decirle nada mas, simplemente huir de él, pero es lo mejor  para ambos
Supongo que el libro me tenía atada a él, pero ahora que lo tengo de nuevo conmigo ya no estoy atada a Brandon

¿Por qué carajo digo que estoy atada a el?

Esto ha terminado, o eso creo
Abro la puerta de la casa e ingreso lentamente, cierro de nuevo la puerta y me quedo recostada en ella, pensando una vez más en su propuesta de ir a tomar un café.

Unos segundos después Alice aparece en mi campo de visión, con una manzana verde en sus manos, lleva su cabello completamente suelto, me observa y por la forma en que lo hace de seguro que ya sabe que me está pasando.

—Ha ocurrido algo—soy la primera en hablar y mi amiga  le da una mordida a su manzana.

—Y ese algo se llama Brandon Rogers ¿no?

Asiento lentamente.

—Ven niña—dice indicándome para que me siente en el sofá a su lado.

Dejo mi mochila en el suelo, mi libro en una de las mesas cercanas al sofá y me tomo asiento al lado de mi amiga, que va a hacer mi psicóloga personal en estos momentos como lo es siempre.

—Pues nos vimos en la universidad—comienzo a explicar, mi amiga termina de comer su manzana para dedicarme toda su atención—Como ya sabias el tenia mi libro, y nos vimos hoy para que el me lo entregue de nuevo—juego con mis manos demostrando un poco de nerviosismo al hablar con Alice acerca del encuentro con Brandon.

—¿Que mas?—creo que ella quiere que vaya directo a la parte del café—Porque no creo que eso del libro te tenga así.

—¿Así como?

—Pues, estas muy nerviosa y eso ha de ser por qué ocurrió algo más.

Me tomo dos segundos para soltar un suspiro y continúo

—Me invito a para ir a tomar un café.

—¿Es enserio?—asiento lentamente—Eso no me lo esperaba.

Nos quedamos en silencio casi por unos tres minutos.

—¿Aceptaste?

Niego con la cabeza.

—¿Lo has rechazado?

Vuelvo a negar.

—¿Entonces?

—Simplemente hui de él—Alice me mira sorprendida con los ojos bien abiertos—Eso hice, el me intento detenerme llamando una y otra vez pero yo no lo hice, lo deje allí con un centenar de preguntas rondando por su cabeza supongo.

—¿Supones que esta con un centenar de preguntas?

—Bueno no se si este preguntando por que hice eso, pero es lo que yo haría si alguien hace eso conmigo.

Supongo.

Alice suelta una pequeña risa que se me contagia al instante.

—¿Crees que está mal lo que hice?—pregunto esperando la aprobación de mi amiga, pero creo no va a ser así.

—Creo no lo has hecho con malas intenciones, si no que lo hiciste para mantener distancia—eso me ha sentir un poco mas aliviada—Pero debo decirte que no estoy muy de acuerdo con la forma en que lo hiciste.

  Y todo el alivio se termina escapando a través de mis suspiros.

—No es la manera de mantenerlo lejos de ti—se pone de pie, se para frente a mi—No debiste huir, tenias que enfrentarlo y dejar las cosas en claro, de frente, ¿Huir?, no linda, esa no es la manera. Por que, me imagino que ahora Brandon va a buscarte y créeme que lo va a hacer .

Yo suelto un largo suspiro. Alice tiene razón, no debí huir de él, yo simplemente tenía que decirle que no quería ir a tomar un café con él. Yo no tenía por qué hacer eso, fui una actitud completamente estúpida.

—Ahora estas obligada a ir al café con el.

—¿Es una broma verdad?

Mi amiga se cruza los brazos sobre sus pechos y niega con la cabeza.

—Pero tu me habías dicho que no lo tengo que dejar entrar a mi vida, y si voy al café con él, no solo le voy a estar abriendo las puertas de mi vida, también le voy a abrir las ventanas.

—Pero no las piernas.

Y ahí está Alice siempre insistiendo con el mismo tema de siempre, no abrirle las piernas a alguien que solo quiere eso, que le habrá las piernas.
Siempre me habla de eso cuando se trata de relacionarme más de la cuenta con un chico, por que según ella la mayoría de ellos solo quieren sexo casual. 

—Se lo debes Laura.

—Pero tú has dicho qu..

—Oh mira la hora, tengo clase en veinte minutos, lo siento, hablamos cuando vuelva.

Ahora mi protesta queda interrumpida.

—Pero.

Se va a su habitación, al cabo de unos segundos vuelve con su mochila y un abrigo en sus manos.

—Te deje pollo frito en el horno_ se acerca hasta mí y me envuelve en un abrazo—Te quiero niña.

Ella siempre usa el término niña, para referirse a mí.

—Yo también te quiero tonta.

Nos separamos de nuestro abrazo, yo me vuelvo a sentar en el sofá, ella se camina hasta la puerta pero se detiene antes de salir.

—No olvides que lo tienes que buscar al cuatro ojos para ir al café—dice abriendo la puerta.

—No entiendo porque me obligas a hacer eso, y no le digas cuatro ojos.

—No hago por que es lo correcto_ dice y me hace un guiño—Así que ahora lo defiendes eh.

—Yo no―espera atentamente a que complete mis palabras—Olvidalo.

Se ríe ante mi frustracion y cierra la puerta detrás de ella misma dejándome en soledad este departamento que ha sido nuestro hogar por más de dos años.

Observo en una mesa cercana al sofá  mi libro, el libro que me lo había regalado mi abuela en mi cumpleaños número trece. Para mí este libro es más que hojas y letras, es el recuerdo más preciado que tengo de ella.

Sonrió por unos instantes al recordar que Brandon lo tuvo en su poder este por varios días.

Ahora más que nunca creo que Alice tiene razón. Tengo que buscar al cuatro ojos.

Voy a ir tomar un café con él...