Capítulo 41
«¡Ya basta de esconderse, es hora de actuar, es hora de un plan!»
Narra ___
-¡Daremos lo mejor de nosotros!- aseguró Yona, Yoon no dijo nada por un momento, analizandolos con una mirada molesta
-¡Es imposible! ¡Ustedes llaman mucho la atención!- sentenció- este lugar tiene gente enferma, no es seguro- intentó convencerla- no es un lugar donde una princesa debería estar
-¿Podrías repetir eso para mí?- tomé la palabra, finalmente- ¿No es precisamente porque somos princesas que deberíamos estar aquí? Una princesa cuida de su gente, no los evita
-mi hermana tiene razón, Yoon, precisamente porque somos princesas, hijas del emperador II es que debemos estar aquí... Quiero saber, los efectos de las cosas que hizo mi padre- Yoon aún inseguro volvió a mirar a todo el grupo, antes de suspirar
-¡Entiendo! Ayúdenme- dijo resignado, ambas festejamos cortarme antes de acercarnos a este
(…)
-¿Crees que sea suficiente?- le pregunté a Kotaro mientras corríamos de vuelva con los demás
-estoy seguro de que lo agradecerán- contestó, asegurando al ciervo que llevaba en sus hombros, hice lo mismo con mi capa, que ahora iba usando como saco para los peces que atrapamos
-¡Yoon-kun!- lo llamé sonriente, bajando la velocidad cuando vi al grupo reunido, Kija abrazando su abdomen sonrojado, seguramente avergonzado, Zeno mofandose de él, y Jae-Ha riendose en otra dirección, y por supuesto Hak burlándose
-¡Hermana!- saludó Yona, sonreí levemente, no sabía si era mi idea, pero ahora... Reunida con los dragones y los chicos... Parecía más feliz que rodeada de joyas y lujos en el palacio
-¿Que traen ahí? ¿Donde habían ido?- preguntó Yoon, Kotaro fue y dejó al ciervo frente a él
-fuimos a cazar, te vi preocupado por que probablemente la comida faltaría y...- bajé mi capa, abriéndola, mostrando los peces que habíamos atrapado
-¡Increíble princesa!- exclamó Kija, reí rascando mi mejilla
-¡La señorita y el señor aterrador son geniales!- exclamó saltando Zeno, solté una carcajada, viendo la expresión molesta de Kotaro ante la forma en la que el dragón amarillo se refirió a él- ¡Waaah, señorita, que aterrador!- corrió a esconderse tras mí
-disculpen- dejé de reír para mirar tras de mí de reojo- ¿Podrían darme un momento?- abrí mis ojos con sorpresa ¡Era un oficial de la tribu del fuego! Y la cantidad de soldados que llevaba... ¡Era absurda! ¡¿Para que necesitaba tantos para una aldea de niños y personas enfermas?!- ¿Donde está el jefe de la aldea?- preguntó
-el jefe está por ahí- indicó Yoon, haciendo que Yona se girara
-algo viene...- murmuré al unísono que mi guardia, Yoon se apresuró a juntarnos y a empujarnos para escondernos
-¡Escondanse, escondanse!- exclamó
-¿Eh? ¿Que sucede?- preguntó Hak impasible, aunque si curioso y confundido
-¡Un oficial viene y trae soldados consigo!- explicó alarmado el menor- esto es malo, así que no pueden salir ¿De acuerdo?
-¿Oficial?- preguntaron al mismo tiempo dragones Verde y Amartillo
-¿Enserio? Veamos- acaricié mis cienes ante las palabras de Hak, enserio, a estas alturas ya no sabía que esperar ni de mí misma
-¡No muestren sus caras, bestias!- los regañó Yoon
-vamos a escondernos entre esos arbustos- sugerí yo- así podemos ver que sucede y los soldados no nos ven- le dije a Yoon, que aceptó, sabiendo que era la mejor opción, de otra forma seguro nadie se ocultaría para averiguar que estaba pasando
-¿Que no nos puedes pagar, dices? ¿Quieres seguir sin pagarnos de vuelta?- preguntó el oficial con el que Yoon habló antes- ¿Quieres seguir sin pagarnos de vuelta?
-lo siento ¡Lo siento!- se disculpó el anciano, que suponía, sería el jefe de la aldea- pero los campos de arroz no produjeron mucho este año... Y apenas tenemos para comer nosotros, los impuestos son...
-¡Cuida tu lengua!- fruncí mi ceño ¡Que persona mas despreciable e inhumana!- ¡Si no pueden pagar, vendan a sus niños!- abrí mis ojos de sobremanera... ¿Él...? ¡¿Había oído bien?!
-c-calmate Kija- miré a Yoon, Kija parecía listo para pelear- si sales con esa mano te llevarán, incluso si no haces nada- ¡¿Ah?! ¡Que se atrevieran a intentarlo! Desenfundé levemente mi espada, un golpe...- ¡¿Cierto ___?!- sobrará decir que no lo miré, estaba calculando donde le dolería mas el corte que acabaría con su inmunda existencia- ¡Y-Yona!- c-chicas, no lo hagan ¿Si? Porque si las encuentran sería el peor escenario ¿Lo entienden?- habló con tono nervioso
-*¿Encontrarnos? ¡Acabaré con ellos que nisiquiera sabrán que los golpeó!*- gruñí
-maestro Dol-Bal, hay comida por aquí- habló uno de los soldados
-¿Ves? Tienen cosas ¿No es así?- mis ojos volvieron a abrirse de sobremanera ¡Esas eran las provisiones de Yoon!- parece que no tienen arroz pero... Esto servirá ¿No? Llevenselo- ordenó, apreté mis dientes ¡Ese despreciable!
-¡No! ¡Yoon trajo eso para nosotros!- ¡Una niña...!
-muevete, estás en mi camino- ordenó el soldado, recibiendo una negativa de la niña ¡¿Que hacía?! ¡Eso era peligroso!
-esta es la cantidad correcta ¿No? Llevemonos a esa niña también- habló el despreciable oficial- vendamosla para conseguir lo que falta de impuestos- ¡¿Que dijo?!
-¡Por favor tengan piedad, ella es solo una niña…!- rogó el pobre anciano, apreté con fuerza mi empuñadora- ¡Ella no sabe nada de esto…!- pidió, siendo pateado como respuesta
-¡Viejo Se-Dol!- gritó por lo bajo Yoon, así que ese era su nombre...
-¡Padre…! ¡No! ¡Déjenme!- pidió la niña luchando por liberarse
-¡Si no quieres esto prepara algo de arroz o dinero!- remarcó altanero esa basura- vamonos- ¡¿Él creía que lo dejaría marchar?!
Miré a mi alrededor urgida, hasta encontrarme...
-Yona, ayuda a Jae-Ha- ordené a su oído antes de irme de ese lugar, necesitaba un mejor ángulo
-¿Qué?- respondió confundida girandose, desafortunadamente yo ya estaba alejandome de esa posición
De mi cinto saqué un frasco que me había conseguido anteriormente esparcí su contenido su contenido a lo largo de todo mi cabello, luego volví a colocarme la capa a nivel de mis ojos, no podía dejar que me reconocieran por estos
Esto es un pésimo plan, habló esa vocesita dentro de mí ¡Ya lo sé! ¡¿Que hubiese echo Hiryuu?! ¡¿Que hubiese echo mi maestro?! ¡¿Que hubiese echo...?! Ey... Tal vez esa no era una mala idea...
Miré a Jae-Ha, si ya no podía contener mas su ira, lo vi saltar, tal como previne y
-¡Agh!- se quejó un soldado, herido por uno de los cuchillos del peli-verde ¡Ahora era el momento!
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