En una habitación con varias camitas y cuatro cunas estaban unos niños pequeños un hombre arropaba a los niños mas grandes, mientras que una mujer atendía a los cuatro bebes del grupo de infantes.

En ese momento un pequeño infante rubio que ya estaba en su cama acostado se incorporo, junto a el estaba su pequeña hermana de no mas de 2 años.

-¿Nos cuantas un cuento?-Le pidió el rubio sonriendo un poco.

-Es muy tarde-Dijo el hombre tratando de que el niño desistiera de su petición. 

-Por favor-Le pidió el pequeño rubio haciendo ojos de perrito bajo la lluvia.

No paso mucho para que los demás niños se le unieran al pequeño rubio rogando un cuento, la mujer solo sonrió mientras cargaba a uno de los bebes el cuando tenia cabello negro y unos vivos ojitos verdes que sonreía.

El hombre solo suspiro y se sentó. 

-¿Que cuento quieren ahora?-Pregunto cansado y resignado.

-¡El de los héroes de Konoha!-Exclamaron todos sonriendo.

-Pero ese se los he contado muchas veces, y tengo que decir que no todos eran de Konoha-Comento el mayor con cansancio de repetir ese "cuento".

-Una vez mas, por favor-Rogo una niña de cabello negro con cara de cachorro bajo la lluvia.

-De acuerdo, una vez mas y luego se van a dormir-Comento mientras se aclaraba la garganta para empezar, y los niños se metían a sus camas para poder escuchar mejor.

La mujer que lo ayudaba en la crianza y cuidado de esos infantes igual se sentó junto a el para escuchar la historia.

Ocurrió un día, como ningún otro en que los mas fuertes ninjas del mundo se unieron contra las amenazas de este.

El Elegido, La princesa, El vengador, El Cerezo, La Doncella del viento, El amo de las sombras, El Artista, La poseedora de Mentes, El Gigante, El Demonio de la Arena y  El Dragón de las Ocho Puertas.

Ese día nacieron los ninjas mas grandes para combatir contra cualquier amenaza.

Y finalmente cuando el mundo estuvo en paz, ellos hicieron su propia vida.

El Elegido y La Princesa se enamoraron, al igual que El Vengador y El Cerezo.

La Doncella del Viento encontró a su compañero en El Amo de las Sombras, y El Demonio de la Arena retorno a sus dominios muy lejos de donde vivían sus compañeros y amigos.

Uno por uno, los hijos de esos guerreros fueron naciendo, niños que se convertirían en una nueva generación de Ninjas.

Pero con el tiempo, el mal regreso, un malvado llamado Momoshiki, este no quería mas que acabar con todo y apoderarse del chakra del Kyuby, pero estos héroes se interpusieron en su camino para proteger a su compañero.

Tristemente, fue inevitable su derrota.

Pero antes de sucumbir, estos ninjas enviaron sus hijos a un lugar muy lejano, donde pudieran crecer a salvo lejos de la destrucción de estos invasores, ya que ellos sabían que si sus  hijos se mantenían con vida, podría existir una esperanza para el futuro. 

Cuando termino de contar esa pequeña historia la mujer y el hombre que los cuidaban los arroparon de nueva cuenta y sin mas salieron del cuarto para dejar dormir a los niños.