Capitulo 24
Nota antes de seguir: este capitulo contiene contenido yaoi (muy mal escrito en mi opinión y seguramente muy cursi). Espero que lo disfruten.
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Los dos corrían por los pasillos entre risas y besos, el castaño obligaba al pelivioleta a para un momento y le robaba esos roses de labios cargados de lujuria. Ninguno habla, solo se dejan llevar por el silencio y el momento.
Pararon su toqueteo al llegar a una enorme puerta; la madera vieja y algo malgastada se encontraba decorada con detalles florales dorados.
La mirada de vergüenza del de ojos rojos no se hizo pasar.
Ánthos: a lo largo de los años muchos de mis hermanos y amigos guardaron mis aportes; solo uso esta habitación para guardar unas pequeñas cosas, nada importante *lo mira sonrojado* solo, no te rías ni nada
Al entrar, lo primero que vio fueron unos grandes cofres de madre y plata, todos cerrados con candados y todo. Una enorme cama muy parecido a una king size, cubierto por sabanas blancas con bordados dorados y plateados. Las paredes estaban coloradas de un tono crema, colores claros y relajantes dominaban el cuarto.
Seiya: esto
Ánthos: aquí guardaban algunas cosas innecesarias y solía sacarlas para darles un uso por un tiempo; miralo como un pequeño taller
Seiya: tienes la mejor familia
Ánthos: si
Por un instante, se olvidaron de la razón principal de esta en ese cuarto, por un segundo se creo un ambiente normal, solo dos personas hablando en el cuarto cubierto de secretos encerrados en cofres.
Pero no paso por mucho, el castaño agarro su cintura de su pareja y lo apega su cuerpo; pecho y pecho chocaron y el latido de ambos corazones resonaban al mismo tiempo.
Seiya: estas seguro que quieres hacer esto?
Ánthos: no me dejaras con las ganas? si lo haces a este punto, dormirás en el suelo y voy enserio
Seiya: ya, ya, ya; quiero estar seguro que tu no te arrepentirás después
Ánthos: si eres tu, no lo haré *lo abraza su cuello* yo siempre jure ser solamente de ti y seguiré cumpliendo eso
Seiya *pasa sus manos por su cadera* je
El mas alto le besa la mejilla, luego su barbilla y termina en sus labios. Las manos pálidas del contrario se posaron en su cuello, rodeo el mismo y lo acerco mucho mas, apegando aun mas sus pechos y aumentado el latir de sus corazones.
Nuevamente el mismo instinto llego a su mente y con cuidado dejo al mas bajo en la cama mientras que el se posicionaba encima de el. En ningún momento los dos se separaron de su apasionado beso.
El mismo sentimiento nublo la razón en el caballero, algo muy dentro de el quería poseer al dios debajo de el; sus labios jugaron con los del otro hasta que la temperatura del ambiente los empezó a ahogar, se separaron por falta de aire y bajo la molestia de los dos empezaron a jadear por la falta de oxigeno.
Ánthos: pega...sus....
Volvió a devorar sus labios, sus manos subieron la túnica blanca que llevaba, revelando sus pies descalzos y sus muslos blancas y tersas; al ver la piel descubierta, pasa sus asperas manos por ellos, apretándolos y dejando marcas detrás de sus acaricias.
En reacción, el pelivioleta suelta pequeños gemidos entre el beso, sus mejillas se coloraron aun mas y una pequeña capa de sudor empezó a cubrir su cuerpo, apegando las telas que tenía encima a el a su persona, creando una molestia en su interior. A pesar de eso, todo su ser temblaba ante los pequeños espamos que su amado caballero le daba. Sus manos pasaron a agarrar los pelos oscuros de su pareja, atrayéndolo a su persona.
Sin quererlo, sus lenguas se entrelazaron, danzaban entre ellas con lo que parecía inexperiencia; no sabía de dónde sacaban las agallas para seguir o quien tomaba la iniciativa para empezar, pero entre los dos disfrutaban del placer que se entregaba uno al otro.
En menos de lo que esperaban, ya no había obstáculos sobre sus cuerpos, los dos se encontraban desnudos y sin separar sus miradas. Los dos estaban sonrojados, sin saber si era por la temperatura, el ambiente o la vergüenza, el sudor cubría sus cuerpos y sus extremidades temblaban sin razón alguna.
Seiya: listo?
Ánthos: solo.....se gentil, hace mucho que no lo hago
Todo el mundo se fue en el momento que el castaño penetro al pelivioleta; todo sus problemas, los dioses, Aioros, todo desapareció en ese momento para los dos.
Entre gemidos y jadeos, los dos disfrutaban ese contacto. Les gustaba como sus pieles chocaban aun con las capas de sudor, que aumentaban de grosor con cada segundo.
El dios podía sentirse completo, en ese momento se sentía feliz, ya lo tenía todo, todo lo que había perdido lo tenía devuelta en sus manos; su pegaso estaba allí junto a el.
Seiya no podía parar de sentirse extraño, un nerviosismo se contrarrestaría con una enorme alegría; la confusión llenaba su mente mientras no paraba de gozar el momento con el menor estatura.
Toda la habitación se lleno de sonidos, sus nombres se escuchaban entre sus gemidos, todo llegaba a su extasié cuando el Ánthos abrazo al castaño y sus dedos rasguñaban su espalda bronceada. Estaban cerca de terminar.
Todo termino al momento que los dos llegaron al climax, los dos se corrieron al mismo tiempo; el inmortal entre ellos y el caballero de Atenea en el. Cuando la euforia bajo y ya no corría la adrenalina por ellos, calmaron sus respiraciones y se acostaron abrazados; la cabellera brillante de Ánthos se acostaban sobre el pecho de Seiya, quien acariciaba la misma mientras calmaba su pensamientos.
Ánthos: eso fue mágico *cierra los ojos* te amo, Seiya
Seiya: yo tambien ^no se porque siento que algo saldrá mal, tengo un mal presentimiento^ *mira al titán* ^después de esto ya no me alejare de ti, quiero saber que paso con nosotros dos^
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