Livi se despertó, hoy era un día muy especial, esa misma noche una preciosa aurora boreal pintaría el cielo de colores.

Son las siete y cuarto, Livi se vistió y desayunó, luego salió fuera, una brisa fresca tocó su rostro.

— Hoy será un día especial —dijo mirando al cielo.

Livi llegó a clase y dejó su mochila en la mesa, cuando acabó la clase salió y fue corriendo a casa para prepararse.
Se duchó y se vistió, salió y fue a un lugar donde vería bien la aurora boreal, salió a las nueve y media con una mochila más pequeña y un abfigo con su bufanda.

— ¡Ya comienza! —dijo mirándo al cielo. ¿Qué a sido eso? —dijo al escuchar un ruido muy fuerte.
Era un especie de cápsula, livi se acercó y abrió la puerta de aquel objeto.

— Es...¡una chica! —dijo mientras intentaba sacarla, la llevó a su casa parecía herida.

Livi tendió a la chica en un sofá y le puso un paño frío en la frente, la chica abrió los ojos confusa y cuando los abrió del todo quiso levantarse e intentó salir.

— ¡Dónde estoy!¡Quiero salir!¡Ayuudaaa! —dijo gritando.

— Tranquila, no te pasará nada, solo estabas inconsciente y te traje a mi casa, dejame curarte las heridas, no te haré daño.

— ¿Quién eres, más bien quién soy yo? ¿Y por qué estoy aquí? —dijo mirándo a todos lados.

— Soy Livi, tu no sé quién eres, solo se que te encontré en una cápsula y estabas inconsciente.

— Yo, no sé quién soy pero creo que estoy aquí por una misión —dijo.

— ¿No recuerdas nada?¿Solo eso? Y tu nombre, ¿Cuál es? —Preguntó Livi.

— No recuerdo mucho, solo que vine por una misión que no recuerdo, y mi nombre...

— ¡Adhara!

He decidido retomar la historia ya que la dejé, porque me fui un tiempo y porque no estaba inspirada, espero que la disfrutéis.