9. Viajes nuevos

Me detengo frente a una pequeña casa de dos pisos color blanca. Según la dirección que me dio Tyler, él vive aquí.

Me acerco a la puerta de entrada y toco un brillante timbre plateado, oigo como se escucha dentro y unos segundos después, aparece un hombre de unos cuarenta y tantos años, alto, musculoso y de cabello castaño.

—Hola, tú debes ser Emily, mi hijo dijo que te hiciera pasar si aún no llegaba —me saluda amablemente y me indica que pase—. Toma asiento, Tyler no tardará en llegar. Fue a comprar algunos materiales que dijo que le faltaban.

—Gracias —asiento y me voy hasta donde me indicó. Este se sienta en el sofá del frente y me mira. Levanto la vista para mirarlo directamente y este me sonríe.

—Tyler me ha hablado mucho de ti. Y si, eres bastante linda —¡Pedófilo! ¡Corre Emily, corre por tu vida!— No tranquila, sé que quizás sonó algo pedófilo, pero no lo digo por mí, lo digo por él. Para él.

—¿Enserio le ha hablado de mí? —Se me escapa una pequeña sonrisa.

—Sí, está muy agradecido contigo. Dice que si no fuera por ti y tus amigos, el seguiría caminado solo por los pasillos del instituto —sonríe recordando algo— además, hace días que no lo veía sonreír tanto.

—Em... ¿Gracias?

—Yo soy el que te debe agradecer. Emily, se ve que eres una persona de excelente corazón —hace una pausa— ahí viene.

Y segundos después, entra Tyler con una bolsa de compras.

—Emily, hola ¿Vamos a trabajar a mi habitación? —asiento, tomo mi bolso y me pongo de pie para seguirlo por las escaleras.

—¡Cantando y aplaudiendo! —Se logra oír que grita el papá de Tyler para molestar. Me río.

—Tu papá es muy simpático.

—Generalmente lo es —se encoge de hombros.

Luego de haber subido a su habitación -la cual era bastante amplia- desparramamos los materiales en su cama, leímos nuevamente las instrucciones y comenzamos haciendo el plano.
Nos rindió bastante esa parte, ya que Tyler es muy bueno para los dibujos y yo me preocupaba bastante de los detalles y las proporciones de las medidas.

Nos demoramos prácticamente una hora en eso y ahora comenzaríamos a cortar la base, los palos, tablitas y los pliegos de cartón de maqueta, según las medidas del plano hecho hace un rato atrás. Su padre nos trajo emparedados y jugo para tener más energía, y comenzamos a pegar las cosas.

—Esta debe ir en la esquina superior derecha, conectado con el palo de la arista izquierda —Le digo entregándole una tabla pequeña mientras leo el dibujo. Este la toma y concentrado la pega donde corresponde. Yo tomo otra pieza y la pego junto a esa.

Y así pasamos bastante tiempo hasta que ya quedaba cada vez menos para acabar. Me impresiona el cómo hemos avanzado.

—Gracias —Dice Tyler interrumpiendo el silencio que teníamos.

—No hay de que, aunque me quedó un poco doblada la esquina. Pero tranquilo, se soluciona con lija esa parte.

—¿Qué? No. Hablo de todo —Lo miro sin entender a qué se refiere— Quiero decir, en este mes que llevo conociéndote has sido muy importante. Me has ayudado a ganar algo de confianza en el instituto, ya que antes no conocía a nadie y tú te acercaste, y que digamos no soy una persona muy tímida, si cerrada, pero no tímida. Quizás no fue de las mejores presentaciones, porque me porte bastante imbécil contigo cuando lo único que tu querías era ayudar. Pero a fin de cuentas, tú y tus amigos se han vuelto unas personas muy cercanas. Espero algún día poder hablarles de todo —dice lo último en un susurro, pero logro oírlo.

—¿De qué todo hablas?

—Emm, no nada. ¿Esta pieza dónde va? —toma un palo pequeño y me la muestra. Definitivamente no quiere hablar de eso, pero tendrá que hacerlo algún día.

Le quito el objeto de las manos para medirlo y ver en qué parte va.

—Dentro del ángulo que hicimos con la tabla.

—Perfecto —la pega y sostiene un segundo para fijarla bien— Hacemos un excelente equipo. Solo mira, llevamos apenas dos horas pegando piezas sin parar y ya quedan solo los detalles —le sonrío y tomo la hoja para chequear lo que falta.

Una vez que la terminamos completamente, nos dimos el tiempo de pintar la maqueta con diferentes tonos grises y algunas cosas blancas o negras, para darle un toque más moderno.
Una vez que finalizamos, la dejamos secar para que esté completamente lista.

Miro la hora en mi celular. 23:52hrs

—¡Wow! Es muy tarde.

—¿Qué hora es? —Le muestro la hora en mi teléfono— Vaya. Pero lo importante es que terminamos. ¿Te vas ya?

—Sí, no debo llegar tan tarde para que no se oscurezca y se vuelva peligroso.

—¿Quieres que te vaya a dejar?

—¿Tú quieres? —Le pregunto. No me gustaría ser una molestia.

—Claro. Vamos. —Pone la maqueta en su escritorio y salimos de su habitación. Se detiene en la mitad de las escaleras y se gira en sus talones para mirarme—. Hay un problema. ¿Te dan miedo las motos?

¿Qué? ¿Una moto? Sinceramente, en mis diecisiete años no me he subido a una, he visto a mucha gente andar, pero nunca me he llegado a preguntar qué se siente estar en una. Ahora supongo que la pregunta va porque Tyler tiene una.

—Nunca me he subido a una —me sincero.

—Siempre hay una primera vez para todo —sonríe y se gira para continuar bajando las escaleras y llevarme al garaje.

Abre una puerta y saca la famosa motocicleta. Es negra con asientos de cuero. La acerca hacia la calle y me tiende una mano para que me suba en el pequeño y nada seguro asiento de atrás.

—Ten —me extiende un casco— ese es mío y este es de mi padre. Te paso el mío porque es más cómodo y más pequeño.

—¿Seguro no lo quieres usar tú? —el niega y se coloca el que tiene en sus manos.

Yo hago lo mismo con el que me pasó. Apenas ingreso la cabeza siento como mi cuello comienza a romperse. Cómo es que soportan el peso de esta cosa.

Segundos después, siento como el olor del casco de Tyler se impregna en mi nariz. Inconscientemente cierro los ojos para disfrutar del aroma. Luego los abro rápidamente recordando que él está ahí.

El chico se acerca a mí, cierra la ventanilla de los ojos y me abrocha el casco bajo la barbilla. Se sienta delante de mí y medio gira su cabeza para hablarme.

—Sujétate firme. No queremos accidentes en tu primer viaje en moto —le oigo apenas por los cascos. Hago caso y me afirmo del asiento lo más fuerte posible.

Este niega con una sonrisa y me toma ambas manos para entrelazarlas delante de él, como un cinturón.

Hace un movimiento con su muñeca y enciende la moto. Comienza con poca velocidad hasta salir de la cuadra, pero comienza a acelerar más cuando la pasamos.

Impresionante. Me siento libre, como si estuviese volando. El viento se siente ligero y al mismo tiempo fuerte al chocar con mi cuerpo y ver como aquellos cabellos que quedan fuera del casco vuelan hacia atrás.

En un momento, Tyler adelanta un auto a tanta velocidad, que hace que me aferre completamente a él como si de eso dependiera mi vida. Siento en su estómago como suelta una pequeña carcajada. Una vez calmada la velocidad, suelto un poco el agarre.

El castaño se estaciona frente a mi casa, se quita el casco y se baja del vehículo. Toma mi mano y me ayuda a bajar de ella, me quito el casco y peino un poco mi cabello con mis dedos.

—¿Te gustó?

—¿Bromeas? ¡Me encantó! —exclamo y este ríe por mi emoción. Tiene una risa muy linda.

—Si quieres te puedo llevar a pasear cuando quieras. No la suelo ocupar mucho, pero me gusta hacerlo.

—Me encantaría. Bueno, debo irme.

—Adiós Emily —Se acerca y siento un pequeño cosquilleo cuando me planta un beso en la mejilla.

—Adiós Tyler —Me volteo y entro a mi casa. Cierro la puerta detrás de mí, y oigo el motor arrancar.

Espero sacarnos la mejor nota en la maqueta.   

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