8. Lista de materiales
Me estiro y resfriego los ojos antes de abrirlos. Me siento perdido por unos momentos, pero luego recuerdo lo sucedido hace unas horas.
Miro el reloj digital que hay en el escritorio y decido levantarme para poder ir a casa, darme una ducha y buscar mi bolso para ir al instituto.
Me siento en la cama con los pies en el suelo y siento movimiento en el otro extremo del colchón. Giro mi cabeza y veo como Emily despierta y me mira con sus brillantes ojos color esmeralda.
—¿Ya te vas? —pregunta con voz somnolienta.
—Sí, debo ir a casa y darme una ducha —Esta asiente y hace el ademán de levantarse —No, tranquila. Aún quedan algunos minutos para que duermas y no rertáses.
—Está bien. Pero ¿me puedes hacer un favor? —Asiento. Lo que sea por la chica que calmó mi pena—. ¿Puedes salir por esa ventana? —dice apuntado una ventana que da hacia un árbol.
—¿Quieres que baje por ahí para que tus padres no se enteren que pasé la noche aquí? —Okey, eso se escuchó con bastante doble sentido.
—Tranquilo, es seguro. Con Mathias siempre bajábamos por ese árbol en las noches para juntarnos. Vive ahí al lado. —Miro la casa del lado, el árbol y la distancia que tengo que bajar.
Recuerdo cuando en el pueblo nos hacían escalar y descender algunos árboles para casos de emergencia.
—Creo que podré. Nos vemos —Digo y abro la ventana.
Paso un pie hacia fuera y lo pongo en una rama firme, luego el otro. Saco el torso completo y apoyo ambas manos en el árbol. Me volteo y asomo la cabeza por el marco, lo suficiente para que Emily me vea.
—Gracias —Le digo antes de cerrar la ventana y con tres ágiles saltos, llegar tierra firme.
(...)
—Me tenías preocupado —dice mi padre apenas pongo un pie dentro de casa.
—Me quedé a dormir con Andy. Era muy tarde cuando termine. Me iré a dar una ducha —Digo y subo rápidamente al cuarto de baño para que no escuche mis latidos y sepa que le mentí.
—Tienes cuarenta y cinco minutos para arréglate y llegar al instituto.
—Lo sé.
Llego al instituto y veo a Sebas, quien me hace una seña para que me acerque a él y a Kira.
Nos saludamos animadamente y esperamos a Mathias y a Emily para adentrarnos al instituto.
Realmente creo que son unas personas increíbles, me alegra que me hayan incluído en su grupo. Lo más que necesito en estos momentos es felicidad y ellos son expertos en eso. Creo que es una de las razones por las que el abrazo que ayer me dió Emily me restauró un poco.
El resto del día fue normal. Pasé todos los descansos con mis nuevos amigos, lo que me ayudó bastante a librarme de mis malos pensamientos.
También, agradezco a Emily de no mencionar ni preguntar nada respecto a lo sucedido en la madrugada. Pero he de admitir que presentía su curiosidad cada vez que me miraba.
Me alegra ver feliz a Tyler después de lo ocurrido hace unos días.
Vamos los cinco a la cafetería para comer hamburguesas, que según dijo Sebas tendrían mucho tomate.
Tomamos una bandeja y luego pasamos por esta y una caja de jugo. Hoy opte por no comer ensalada de acompañamiento, ya que con el pan quedo bastante satisfecha.
Nos sentamos en nuestra mesa habitual y, con unas tremendas ganas, comenzamos a comer.
—¿Y? —Dice Sebastian llamando la atención de todos —¿Haremos algo hoy en la tarde? Es viernes y no hay exámenes, hay que aprovechar la libertad del momento.
—No lo creo, con Mathias debemos hacer un proyecto de física para el martes —dice Kira.
—Para el otro viernes tendrá que ser —agrega Mathias.
¡Proyecto!
¡Geometría!
¡Maqueta!
—¡Tyler! —Todos voltean a mirarme—. ¿Qué harás hoy en la tarde? —pregunto y todos mis amigos empiezan a molestarme con sonidos y miradas pícaras. Yo solo ruedo los ojos y los miro seria, aguantándome las ganas de reír para verme digna.
—Bueno, como todas las tardes iré a visitar a mi mamá al cementerio al pueblo. Es bastante lejos —dice Tyler y todos se quedan quietos.
Su madre está muerta. Wow, que difícil vivir con eso. De seguro me pasa algo así, me muero junto a ella.
—Quería ver si podíamos juntarnos hoy para hacer la maqueta —interrumpo el silencio incómodo.
—Bueno, un día que no vaya no le hará daño a nadie —Me responde él.
—¿Estás seguro? —Asiente y dudo un poco si insistir más—. Bien, veamos todo lo de los materiales a la salida.
—Okey.
—Bueno, ¿les cuento algo muy divertido que le paso a Gerard? —Dice de la nada el rubio.
—Creo que nadie en esta mesa quiere escuchar algo de ese imbécil —exclama Kira.
—¡Hey! No le hables así. .e refiero a mi rata, Gerard Di Caprio —dice y se me escapa una risilla al escuchar el ridículo nombre que le puso a su nueva mascota.
—Bueno, no tenemos nada más de que hablar —le dice Mathias apoyando su mano en el hombro del rubio. Y todos le préstamos atención.
—Lo que pasó es que...
(...)
Ya a la salida, me junto con Tyler fuera de la entrada del instituto para quedar para más tarde.
—Emily —me llama Tyler y yo me acerco a él.
—Mathias, ¿me esperas un segundo, por favor? —Le digo a mi mejor amigo.
—Te espero en el carro —me guiña un ojo y se va.
—Tyler, tenemos que ver en donde nos vamos a juntar y que materiales llevará cada uno —Digo y saco la hoja que nos entregó el maestro el día lunes—. Aquí tengo los que nos tocó a nosotros. Mira, yo tengo estos palos y la base de la maqueta, el resto lo puedo comprar.
—A ver —dice y se acerca a mí poniendo su cara junto a la mía para leer los materiales. Puedo sentir su perfume impregnar se en mis fosas nasales nasales, y huele muy bien—. Yo tengo el pegamento especial, la tijera, el serrucho pequeño y la huincha. Y obviamente también puedo comprar lo que falta.
—Ok, entonces tú llevas lo que tienes, yo lo que tengo y nos repartimos lo que queda. Pero, ¿en dónde?
—Si quieres en mi casa. No es complicado de llegar.
—Me parece bien. ¿A qué hora te acomoda?
—En dos horas más, para que lleguemos a nuestras casas y podamos comprar lo que nos queda —Nos repartimos los materiales, me entrega su dirección, guardo la hoja y me pongo el bolso al hombro.
—Perfecto, nos vemos. Adiós—Digo y me voy al carro de Mathias que, si no me equivoco estaba junto al árbol grande.
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