54. Veneno de lobos (Ataque II)
Luego de miles de llamadas a Emily y que todas las haya dejado hasta que el buzón de voz las cortaba, me dirijo al punto en donde la vi por última vez.
Comienzo a buscar un olor conocido, pero todos estaban dispersados. Olor a miedo, a sudor, a tierra y a sangre.
Sangre.
Recuerdo cuando el chico de la otra manada le incrustó sus garras a Emily, generando un poco de sangre. Lamentablemente mi idea es descartada, ya que no sé reconocer la sangre de mi novia.
Rendido por el momento, me dirijo al pueblo para desconcentrarme un poco y ayudar a mi manda a luchar en el centro del caos.
A 5 minutos de caminata para llegar al pueblo puedo notar que estaba todo destrozado. Ramas, sangre, lanzas y trozos de piel por todas partes.
Continúo mi carrera e intento ayudar a mis aliados a salir de algunos apuros o apartar a los lobos de la otra manada.
Sigo pensando que hacer todo esto es demasiado. De alguna forma creen que con un ataque podrán bajar el rango de nuestra manada y subir el suyo. Si estamos en las mejores del mundo, es simplemente porqué somos unidos gracias a la generación de buenos alfas que hemos tenido.
Un hombre de unos 30 años me da un golpe y lo reconozco como el tío de Miriam. Le devuelvo el golpe e intenta pasar por la marca que habíamos puesto. Forcejea por varios minutos.
Esto no puede ser...
—¿Emily? —veo su figura pasar por detrás pero desaparece cuando recibo otro golpe del hombre.
Caigo desconcertado y de un rodillazo en mi nariz todo se nubla. Intento levantarme e ir a buscar a Emily, pero el hombre seguía ahí dañándome.
Las lágrimas comienzan a brotar por mis ojos y no sé si son por el dolor de la chica que acabo de perder o por los fuertes golpes del tío de Miriam.
—¡Tyler! —un golpe hacia el sujeto me salvan.
Unos fuertes brazos me arrastran hasta un lugar seguro, abro mis ojos con dificultad gracias a los moretones y veo a Alvin mirándome con preocupación.
—¿¡Tyler estás bien!? —Limpia un poco mi ropa y me ayuda a sentarme— ¿Qué te ha pasado?
—Emily... —digo con dificultad.
—¿Le pasó algo? —se altera un poco.
—No lo sé, corrió. Huyó de mi —las lágrimas vuelven a salir.
—Vamos, te llevaré al pueblo —me levanta con dificultad—. No puedes seguir peleando en este estado.
(...)
Luego de que Alvin me dejara en la oficina de mi padre para que me resguardarse, se va dejándome solo.
No puedo dejar de pensar en Emily y en el sí estará a salvo, lejos de los de mi especie. La entiendo. Si algún mounstro como nosotros matase a algún ser querido y cercano, cualquiera quedaría con un trauma hacia la especie.
Mi mejor amigo está entre la vida y la muerte. Mi novia me teme y no me quiere ver, además de no poder saber si está bien. Y mi padre debe estar alterado por poder mantener vivos a todos los habitantes del pueblo y a él.
—¡ARHG! —grito empujando todas las cosas del escritorio del alfa y cayendo a llanto de impotencia en el frio suelo, mientras oigo los gritos desesperados de las personas fuera.
Miro mis manos y comienzan a doler. Mis garras estaban completamente enterradas en ellas.
—¡Tyler! —mi padre entra a su oficina y apenas me ve el me regaña— Sabes, no regañaré el hecho que estés aquí en vez de luchar, sino porque estás sufriendo y cargando todo este peso, en vez de resolver tus problemas —habla apurado mientras se acercaba a mi lado.
—Papá... ¿Andy está bien? —hablo en un hilo.
—Podría estar mucho mejor. No te mentiré por lo que sea que pueda pasar.
—Emily, no sé dónde está. Se enteró de quien soy realmente...
—Valiente es quien dice la verdad sabiendo que lo perderá todo —dice con lástima y posa su mano en mi hombro.
—Papá, no fue así —digo y cubro mi rostro con ambas manos recordando todo—. Yo no sé lo dije, ella lo descubrió. De la peor manera.
—Sr. Miller —entra una mujer— lo necesitamos urgente.
—Tú sabrás que hacer y eso será lo correcto, pero cuídate —me aconseja y sale corriendo detrás de la mujer.
Suena mi móvil y lo saco para darme cuenta que la pantalla estaba completamente rota. Ignoro eso y voy al mensaje de Mathias.
Sé dónde está Emily, tranquilo. Está bien, pero le prometí que no te diría donde. Lo importante es que sepas que está a salvo. Cuando quieras vienes y hablamos de lo que pasó.
Muchas gracias.
Guardo mi móvil y siento como un gran peso sale de mi cuerpo. Me pongo de pie y voy a la habitación de mi padre, donde está Andy.
Iba a abrir la puerta pero el grito de la enfermera me detiene. Me giro y noto que tiene un tapa boca.
—¿Pasó algo? —pregunto sin entender por qué no puedo ver a mi amigo, siendo que estoy autorizado.
—No puedes entrar. Está desprendiendo un vapor dañino para nosotros —me asusto al escuchar esas palabras—. Lo han envenenado.
Mis ojos se abren hasta no poder. No puede ser...
—¿Puede sobrevivir? —es lo único que logro decir.
—Haremos lo que está a nuestro alcance. Ahora necesito que se valla.
Asientotriste y le envío un mensaje a Mathias. Necesito desahogarme con alguien. Elchico manda un mensaje de afirmación y dice que lo llame cuando esté cerca.
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