51. Miedo y discursos
Cada maldito día que pasa mis nervios aumentan. Hoy estamos a 29 de diciembre, a un día del ataque.
El pueblo cada vez es un caos peor. Armas, entrenamientos, jaulas y estrés en cada uno de los habitantes.
—¿Qué pasa, Tyler? —Me pregunta Emily deteniendo los brincos nerviosos que realizaba mi pierna derecha— estás como tenso.
—No... No es nada —digo y esta me mira por un segundo sin creerme.
—Ya... —un poco de silencio— ¿Puedes creer que dos días más se acaba el año?
—Ay Dios —exclamo en un suspiro.
—¿Seguro que no pasa nada? —la miro con lástima.
—No. Emily, no sé qué...
—Ve —dice comprensiva y con una calma que llega a dar miedo.
—¿Que?
—A lo que tengas que hacer que estás tan nervioso ve. Ya estuvimos un largo rato juntos.
—Gracias —digo para levantarme del banco del parque, besar su frente y correr a mi último entrenamiento.
(...)
—Bien chicos y chicas —habla mi padre a los presentes con una voz poderosa— ustedes son el futuro de este pueblo, la juventud que debemos cuidar para seguir creciendo. Solo les pediré una cosa para mañana —suaviza su tono—. Cuídense, protéjanse entre sí, y no dejen que otra manada los espante.
Todos le aplaudimos, incluyendo los guardias de la entrada que no se perdían de ninguna palabra que decía.
Voy con mis amigos lobos y volvemos a nuestro entrenamiento.
Desde muy temprano el alfa de la manada ha estado dando estos discursos motivacionales para fortalecer a todos aquellos que comienzan a perder la fe en nuestro pueblo.
¿Lo peor?
Mañana es luna llena, lo que provoca que los lobos aumenten su poder. Es algo bueno para nosotros, pero también nos afecta según el cómo estén preparados los de la manada de Miriam.
(...)
La noche se acerca y mis nervios aumentan.
—Hijo —habla mi padre haciendo que me sobresalte—. Me estás poniendo nervioso a mí.
—Lo siento, es solo que...
—Calma, todo estará bien. Nosotros podemos con esto.
—No lo sé —comienzo a llorar de la desesperación y mi padre se acerca para abrazarme— Sabes, nunca había tenido tanta cercanía con la ciudad y con algunos habitantes de ella. Este año ya perdí a otra persona que amo y tengo mucho miedo de perder a otra. A ti, a Andy, a Emily, a...
—No perderás a nadie —me corta con seguridad y me mira con sus brillantes ojos rojos que adapto con el puesto de alfa— No lo harás porque yo estaré luchando por nosotros, por el pueblo, y por todas las pérdidas que tuvimos. Tú eres fuerte y sé que sabrás cómo cuidar a aquellos que amas.
Melanzo a sus brazos y me quedo ahí por un largo rato. Me siento un niño pequeñocubriendo mis miedos con mi padre. Pero, ¿qué tiene de malo confiar en quepodrá salvarte siempre que esté a tu lado? Tal cual como lo hizo mi madre.Salvándome hasta con sus últimas fuerzas.
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