La víspera de Navidad llegó mucho antes de lo que esperaba.

Me bajo del carro de mi padre y saco mi bolso del porta-maleta para entrar a casa de mi tía, saludarla y darle un gran abrazo a Gabriel, mi primo favorito. Varios dicen que nos parecemos muchísimo, dado a que ambos heredamos los ojos esmeraldas que tenía nuestra querida abuela materna.

—Te extrañé mucho pequeña —dice devolviéndome el abrazo y levantándome unos centímetros del suelo.

—Igual yo.

Saludamos al resto de la familia y me dirijo a la habitación de mi primo -con quien dormiré- para dejar mis cosas.

Miro mi celular y tenía un mensaje de Tyler.

¿Llegaron bien?

Sip, todo perfecto.

Qué bien. Pásalo increíble, te quiero♥️

Igual tú, igual yo. Jaja, adiós.💕

Me voy a tomar una ducha para luego cambiar mi atuendo de viajera de horas en carro a una decente para la festividad.

Durante el baño recordaba el momento en que Tyler me dejó destruida en mi casa, luego de haber vuelto del cementerio.

No lo culpo. Luego me explicó que se había sentido muy mal, ya que recordó las pérdidas de su madre y abuelo y, según él, podía transformar su pena en rabia y decir cosas que no quería.

Me seco y amarro mi cabello en dos trenzas para que cuando ya esté seco deje hermosas ondas naturales. Me pongo un lindo vestido rosa que me llega sobre las rodillas y unas zapatillas negras. De maquillaje opto por uno de sombras nude con algo de brillo, delineador a ras de pestañas y algo de máscara.

Vuelvo a la habitación donde estaba Gabriel ya listo, vestido con una camisa blanca y jeans oscuros.

—Te vez guapísima —dice apenas me ve.

—Igual tu —le guiño el ojo.

—¿Y cómo está el novio? —me molesta.

—Bien, antes de ducharme estaba hablando con el —le respondo y este gira sorprendido con la respuesta.

—¿¡Tienes novio!? —salta hasta caer en un lado de la cama cercano a mí. Asiento— ¿Y se puede saber cuál es el nombre del afortunado?

—Tyler. Tyler Miller.

—La última vez que conocí a un chico llamado Tyler lo llevaron preso por robar droga a un abogado —habla con normalidad— ahora que lo pienso fue realmente extraño... —dice lo último mirando a un punto inexistente, en el techo de la habitación.

—Okey...

—Bueno, vamos. Tu madre ya preparó la ensalada para acompañar el rico pavo que hizo la mía —le guiño un ojo y camino por el largo pasillo hacia la cocina, seguida de Gabriel.

Una vez que bajamos, nos encontramos con el resto de la familia que había llegado recientemente, los cuales no se quedarían a dormir en casa de mi tía, ya que vivían cerca. Nos sentamos todos en la mesa y disfrutamos de la rica cena familiar de víspera de navidad.

Luego hicimos algunos juegos familiares como mímica, karaoke y cartas UNO para esperar hasta las doce de la madrugada, donde intercambiamos regalos y charlamos de nuestras vidas hasta más o menos las 3am, cuando los demás integrantes comenzaron a volver a sus casas y nosotros nos fuimos a la cama.