48. Licenciatura y fiesta de graduación
Eran las ocho de la mañana cuando sonó mi despertador. Es hermoso despertar a la hora que debería entrar en un día normal de clases.
Pero no, este no es un día normal. Hoy cerraré una etapa de mi vida para dar comienzo a otro.
Me levanto emocionada y saludo a Mathias por la ventana, el cual ya estaba vistiéndose. Me regala una sonrisa y me dirijo al baño para darme una ducha de veinte minutos. Me seco el cuerpo y me pongo ropa interior, seguida de una bata de baño para bajar a tomar desayuno junto a mis padres, quienes pidieron la mañana libre en sus trabajos para ir a ver mi graduación.
—¿Estas preparada? —pregunta mi madre cuando me siento junto a ella en la isla de la cocina.
—Eso creo—. Le respondo yo —se acerca una etapa más difícil, ¿Qué tal si no consigo un trabajo? ¿Qué tal si no logro mantenerme?
—Tranquila hija, todo estará bien. Además, mientras estemos vivos siempre estaremos para ti— dice mi padre y besa mi frente cuando se para a llevar los platos sucios al lavado.
—Gracias pa, te amo.
—Ya, ve a cambiarte. No debemos atrasarnos —dice la mujer a mi lado. Asiento y subo a mi cuarto.
Rápidamente me pongo un vestido sencillo de color azul, el cual me llegaba justo arriba de las rodillas, acompañado de unas sandalias de tacón de unos seis centímetros.
De maquillaje opté por un delineado a ras de pestañas, máscara de pestañas y un labial 0,5% más rojo que el color natural de mis labios. Peino mi cabello el cual ya estaba seco y lo dejo caer completamente hacia mi hombro derecho. Bajo corriendo con precaución de no caer y espero a mis padres en la puerta.
No demoraron bastante, mi mamá estaba vestida muy elegante con un vestido ajustado amarillo. Se veía hermosa (como siempre). Y mi padre con un terno, pero sin el saco. Ambos se veían hermosos. Nos subimos al carro y nos fuimos directo al instituto.
Faltaban cinco minutos para que empiece. Mis padres tomaron asiento junto a la mamá de Mathias, quienes eran muy amigos al igual que nosotros, y yo fui a tomar asiento donde me correspondía según la lista por orden de los alumnos.
Pude ver a Tyler detrás mío y le doy una sonrisa, puestos antes de este -a su izquierda- estaba Kira con un lindo vestido verde. Un poco más atrás veo una cabeza rubia que reconozco como a Sebas y muchísimo más atrás, en una de las últimas sillas, Mathias. Eso le pasa por ser apellido While. Le hago una seña con mi mano, este lo nota y comienza a reír por la posición que le tocó. Esto es su paga por tener suerte todos los años y ser uno de los últimos en que le revisaban la tarea.
(...)
Llegó mi momento.
—Emily Janette Johnson Moore, por favor pasar al escenario para recibir su diploma.
Subo muy orgullosa al escenario y una de las maestras pone una medalla en mi cuello. Me entrega un diploma el cual estaba enmarcado, y sonrío para las fotos. Bajo las escaleras con cuidado de no caer y estampar mi cara contra el suelo, y vuelvo a mi puesto mientras recibía todos los halagos y aplausos de los presentes.
—¡Esa es mi chica! — logro oír a Sebas entre todos los aplausos.
El resto de la graduación y entrega fue aburrida, a excepción de cuando pasaban mis amigos y me ponía a aplaudir como una loca.
Una vez que terminaron, todos los alumnos y padres presentes comienzan a dispersarse por el gimnasio del instituto para tomar fotos a sus hijos, o charlar con los demás padres.
Me acerco a Tyler y este me sonríe para depositar un corto pero tierno beso en mis labios.
—Te ves hermosa —me dice.
—Igual tú.
—Chicos —llega el padre de Tyler a nuestro lado— ¿puedo sacarle una fotos a mi pareja favorita? —dice y ambos asentimos para juntarnos y quedar frente a la cámara.
Me sentía un poco incómoda con el presente, ya que la última vez que nos vimos fue cuando me pilló casi desnuda besándome con su hijo.
—Listo —apaga la cámara y la deja colgar por sus fuertes y definidos hombros— son muy monos ustedes. Los dejo.
Se va y se acerca a saludar a la madre de Mathias.
Nos quedamos conversando un rato y luego nos fuimos con nuestros amigos para hablar de nuestra experiencia en el escenario.
Más tarde volveríamos solo los alumnos de fin a año aquí para la preciada y esperada fiesta de graduación.
(...)
Días atrás, habíamos llegado al acuerdo de que Tyler y no nos iríamos en el carro de Mathias con su pareja.
Mi mejor amigo me envía un mensaje diciendo que irá a buscar a Daniela, quien será su pareja esta noche, y luego vendría por nosotros.
Miro a Tyler sentado a mi lado en el sofá, quien estaba observándome de antes. Le sonrío. Se ve muy guapo con ese traje azul oscuro y con esa corbata color vino que combinaba perfecta con mi vestido del mismo color.
Luego de millones de fotos que mamá tomó cargada de miradas de mi padre cuando mi novio ponía su mano en mi cintura, llega Mathias y nos subimos a su carro para ir por segunda vez en el día al gimnasio del instituto.
Al llegar aparcamos en uno de los últimos espacios que quedaban. Guardo mi teléfono en mi diminuto bolso y me giro en el asiento para abrir la puerta.
—Espera —me dice Tyler a lo que obedezco. Baja corriendo hasta llegar a la puerta donde estaba yo, la abre y extiende su mano, la cual acepto con gusto.
Caminamos los cuatro hasta el gimnasio, quedando asombrados con toda la decoración que vimos apenas cruzamos las puertas.
La iluminación era suave e iba acompañada de esas luces de colores que se mueven recorriendo todo el lugar. En las esquinas del escenario había dos grandes parlantes. A los pies de este, varias mesas redondas con sus respectivas sillas y a ambos costados de todo el gimnasio mesas con comidas y bebestibles, dejando el resto de este (la mitad) para utilizarla como pista de baile.
Es impresionante como en unas horas haya cambiado tanto la decoración aburrida de la entrega de diplomas, a la de una alegre y asombrosa fiesta de graduación.
—Wow amiga, estás pre.cio.sa —me dice Sebas llegando a nosotros con un vaso en sus manos.
—Lo mismo le dije —habla Tyler a mi lado.
—Gracias, tu igual te ves muy guapo Sebas —le respondo.
—Hola chicos, se ven genial —dice Grace, la pareja de fiesta del rubio— Ya reservé una mesa para los diez. Por suerte todas las mesas son de esa cantidad.
—Excelente Grace, gracias —habla Kira.
Pasado unos cinco minutos buscando en el cóctel algo que me gustara, me dirigí con mi plato a la mesa junto a mis amigos en donde estuvimos riendo y charlando mientras comíamos.
En eso comienza a sonar Thinking out loud de Ed Sheeran y Tyler, quien estaba sentado a mi lado, me sonríe y extiende su mano que tomo sin pensarlo dos veces para llevarme a la pista de baile.
Una vez ahí, nos comenzamos a mezclar con las demás parejas que se encontraban en movimiento.
Este pasa su mano por mi cintura acercándome a el de una forma suave, mientras yo subo las mías por sus musculosos brazos hasta entrelazarlas detrás de su nuca.
Y ahí estuvimos deslizándonos de un lado a otro con lentitud al ritmo de la canción, escuchando los pequeños cumplidos de Tyler los cuales me hacían sonrojar.
La canción termina y es cuando comienza a sonar una de estilo electrónica. Todo el lugar corre a la pista de baile. Nuestros amigos se acercan con sus parejas a saltar, bailar y reír con nosotros.
Todo ese tiempo la pasé increíble.
El gimnasio comenzaba a desocuparse, por lo que decidimos ir cada uno a casa. Nos fuimos tal como nos vinimos y quedamos de acuerdo para más tarde ir a tomar algo para celebrar nuestra salida del instituto.
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