43. Compras para la gala

Le tiendo el vaso de jugo de naranja a Mathias y me siento a su lado en mi cama. Este toma un sorbo para luego dejarlo en mi mesita de noche.

Está triste y creo muy bien saber el porqué.

—¿Le pediste el examen de ADN? —hablo sin rodeos, rompiendo el silencio de la habitación.

—No fue necesario —dice y noto como su ánimo decae más de lo que estaba— iba a hacerlo, pero la encontré con otro chico. Reaccione muy mal y luego ella prefirió contarme toda la verdad que Tyler sospechaba, antes de dar alguna explicación y pedirme perdón— comienza a lloriquear— Sabes, yo la quería enserio.

—Lo sé —digo para darle un fuerte abrazo.

(...)

—¿Y Mathias? —me pregunta Kira luego de saludar a todos.

—No estaba en muy buenas condiciones. Termino con Miriam —digo y noto como todos se alegran, a excepción de Kira. No alego, también me alegré—. Le prometí que lo ayudaría a buscar su traje otro día.

—Bueno. Nosotras con Emily hemos venido reiteradas veces a buscar el vestido perfecto, por lo que hoy solo lo pagaremos y llevaremos —comunica mi amiga a los chicos— Así que nosotras podremos ayudarlos a buscar los suyos luego.

—Si quieren nosotras vamos a retirarlo, mientras ustedes buscan alguna tienda —le continúo.

—Me parece —Afirma Sebas.

—Cuando estén listas nos llaman para decirles en donde estamos —finaliza Tyler antes de irse junto al rubio.

Vamos a buscar nuestros vestidos a un local que nos encantó, el cual tenía prendas exclusivas para que no sucediera el hecho de encontrarte a otra persona usando el mismo vestido.

Entramos a la elegante tienda y nos dirigimos a la caja. Nos probamos una vez más el traje para confirmar y, por milésima vez, lo amé.

Ahora es cuando agradezco haber trabajado junto a Sebas en el verano pasado y haber ahorrado bastante durante el año, ya que usé todo ese dinero, más el que mis padres me dieron para comprar las cosas para la gala. Se habían ofrecido a hacer todos los costos, pero cuando me enteré que eran demasiados, decidí conseguir un poco por mis propios métodos.

Recibo el vestido que ya estaba envuelto y pagado, espero a Kira y nos dirigimos a otra de las tiendas para retirar los accesorios, tacones y el -que para mí es ridículo e inservible- bolso pequeño y rectangular. Los hubiéramos comprado la última vez que vinimos, pero preferimos hacerlo con el vestido en caso de cambiar los planes.

Salimos de la tienda y vemos otra de maquillaje. Ambas nos miramos y basto solo eso para confirmar nuestra entrada. Luego de un largo rato y yo solo comprar un delineador que ya se me estaba agotando, vamos a los casilleros del centro comercial para dejar nuestras grandes y voluminosas bolsas. Nos deshacemos de ellas y Kira llama a los chicos.

Finaliza la llamada y me mira con diversión y culpa en su rostro.

—Pasa que nos demoramos 2 horas y algo haciendo todo, y los chicos ya compraron y eligieron sus trajes con ayuda de las asistentes de la tienda —ríe y yo también.

No puedo creer que nos hayamos demorado tanto. Por primera vez en la vida hacer las compras en el centro comercial no se me hizo eterno. Además, de seguro que cuando entramos a la tienda de maquillaje gastamos bastantes minutos.

—Peeeero —continúa hablando— nos invitaron a que nos vallamos a comer un helado con ellos.

—Me parece.

Y así fue. Comimos nuestros helados y luego de preguntarnos todos como son nuestros trajes para la gala, llegamos a un acuerdo de que sería sorpresa.

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